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Ocho

SeokJin tenia razón la otra noche, pensaba TaeHyung mientras frotaba sus manos sobre sus pantalones aquella mañana. El frio se estaba acercando y en el muelle a punto de subir al yate del novio de Jisoo, se notaba que estaba muriéndose de frio. Pero quería disimularlo con SeokJin, quien parecía no sentir la brisa fresca con sabor a sal que se le venía al rostro y parecía meterse entre los huesos de TaeHyung.

—Subamos —pedía el castaño, poniendo su mano sobre la espalda baja de TaeHyung.

—Jamás he pescado en toda mi jodida existencia —mencionaba TaeHyung.

— ¿La palabra Joder la tienes Implementadisima, no? Joder esto, joder aquello —se burlaba Jin.

—Joder contigo —replicaba divertido y el castaño carcajeaba.

—Ven entra —pedía amablemente, dejando ver el yate por dentro.

—Dijiste que era un “pequeño Yate” —mencionaba entre comillas.

No era grande, pero si era la segunda vez que TaeHyung veía uno dejando de lado su aventura en el crucero de solteros. Adentro notaba un juego de sillones de tipo esquinero, angosto y una mesa de vidrio. Frente a ella un gran mueble para guardar provisiones debajo y una elegante mesada arriba con canilla y una cafetera muy lujosa a su lado. Pegada a esta se encontraba un sofá más grande y cómodo, mientras que delante de todo, el asiento del capitán y acompañante.

—No es grande, la cabina es de concepto abierto como todos. Me gusta este porque el sofá de aquí es más grande —mencionaba al entrar—. La mesa no ocupa mucho lugar y tenemos este mesón donde ya guarde comida para alimentarte durante el día.

— ¿Alimentarme? —mencionaba Tae divertido—. ¿Y me darás de comer en la boca?

—Si así lo quieres —tomaba las manos de TaeHyung y las miraba—. Aunque tus manos se ven en buen estado y creo que puedes comer solo —replicaba, acariciando sus dedos con delicadeza y notando que las manos de Tae estaban frías.

Así que bajo la atenta mirada del azabache, las levantaba para llevarlas a su boca y dejar salir su aliento cálido y luego sobarlas para intentar calentarlas. TaeHyung había sentido sus piernas como gelatina nuevamente, al compás del escalofrío en su espina dorsal.

—Tengo guantes, por si quieres un par —señalaba SeokJin alzando su mirada.

—No me molesta si haces eso de nuevo —replicaba con voz seductora.

SeokJin reía y le tomaba una mano para llevarlo a los asientos de adelante. El asiento del piloto y copiloto, para así poder ponerse en marcha. TaeHyung notaba que era la primera vez que caminaba de la mano con alguien.

No están caminando de la mano, idiota. Te está llevando a que te sientes adelante con él.

—Ponte cómodo

— ¿Has hecho esto antes? —preguntaba TaeHyung con inseguridad.

—Así suelo escapar del estrés. Jisoo conoció a Sehun por mí. Él alquila estos Yates, hice uno de mis cumpleaños en uno de estos y así se conocieron —mencionaba, poniéndose en marcha.

—Eres todo un cupido —se burlaba TaeHyung.

—Si, por supuesto —replicaba SeokJin, riendo de lado y mirando al chico junto a él. El castaño no tenía idea pero TaeHyung estaba embelesado con él, cada vez un poco más.

—Genial ¿Vas a enseñarme a pescar o puedo tomarte fotos mientras lo haces? —exclamaba sonriendo.

— ¿Mas de las que ya tienes profesionalmente?

—Creo que nunca tendré suficiente de ti, Jinnie Hyung —respondía.

No entendiendo el propio peso de sus palabras. Luego de charlas vánales y un recorrido que TaeHyung sobre un montón de agua y más agua jamás entendió, SeokJin se detenía.

— ¿Qué diferencia hay al detenernos aquí? —preguntaba viendo solo agua.

—Es una buena zona para pescar y no hay mucha gente —se levantaba y señalaba—. Sígueme.

Hacía aproximadamente una hora que se encontraban en la espera de que picaran su carnada. Pero TaeHyung era bastante inquieto a comparación de SeokJin, quien estaba muy tranquilo y ya llevaba un buen número de peces en su balde.

—Hace una hora que estamos aquí y solo has pescado tres ¿Cómo puedes estar tan tranquilo? —exclamaba TaeHyung a su oído.

SeokJin abría sus ojos—. ¿La calma no es lo tuyo, no?

—Sacando el crucero. Una sola vez estuve en un yate mas grande y ...

—Dejame adivinar: Solo se trataba de alcohol, sexo y probablemente drogas —mencionaba con esa sonrisa de lado que lo hacía ver más engreído que en otras ocasiones.

—Solo estaba por el alcohol y el sexo. No las drogas

—Todos tienen un pasado oscuro. Aunque viniendo de ti...¿eso fue hace?

—Muerdeme el culo, Jin —soltaba de nuevo—. Estoy aburrido

—Eres como un niño... No, peor

—Oh, vamos... ¿No te aburres? —mencionaba inquieto al lado de SeokJin—. ¿Como aguantas hacer esto solo?

—No solía hacerlo solo —mencionaba, viendo al frente.

TaeHyung se volvía a sentar derecho sobre su silla, ya que se encontraba muy encima de SeokJin.

— ¿Puedo preguntar qué le sucedió? —soltaba con un tono más bajo.

SeokJin arrugaba la nariz y luego asentía. Se tomaba unos segundos, suspiraba y respondía—. La familia de Yoon es adinerada, su padre es fanático de las avionetas, cualquier modelo. Ésta era de esas de un asiento adelante y otro atrás, pero de las más modernas. Hubo un fin de semana en el que habíamos ido a pasarlo con sus padres porque sería pronto el aniversario de estos —pasaba saliva y cerrada los ojos con la intención de recibir el calor del sol aquella media mañana—. Tenía una nueva avioneta y estaba ansioso que Yoongi se subiera con él y la piloteara.

TaeHyung pasaba saliva sabiendo cuál sería el desenlace de esa historia. SeokJin por su parte suspiraba otra vez y volvía a retomar el relato.

—Había algo mal con el motor, realmente nunca entendí del todo. Así  que se estrellaron y Yoongi falleció al instante. Él era el piloto, su padre estaba atrás. Éste estuvo meses en el hospital —setenciaba Seokjin, sin alargar demasiado aquello.

Luego miraba a TaeHyung y le brindaba una sonrisa rota—. Cuando creas que tienes mala suerte, recuerda como falleció mi esposo y cobra ánimo —replicaba intentando... quizás ¿Ser chistoso?.

TaeHyung no lo supo.

—Lo siento, no fue hace mucho

—Yoongi patearía mi culo si siguiera revolcándome de más en la tristeza —respondía—. No deja de doler, pero es... No lo sé. Pero no lo sientas, estoy bien

—Solo digo por haber preguntado. Soy un jodido curioso. Lo siento.

SeokJin reía, llevando una mano a la espalda de TaeHyung, palmeandolo con dulzura. Como un hermano mayor y TaeHyung se había sentido jodidamente incómodo.

—No hagas eso —pedía, alejándose del toque de SeokJin—. Quiero café, me voy adentro.

SeokJin quedaba sorprendido ante el pequeño arranque y no entendía con exactitud que había causado tal actitud por parte de TaeHyung. Así que se disponía a levantarse para ir a ver al muchacho que se encontraba echado sobre el gran sofá. Y a decir verdad, se veía extremadamente bien con esos pantalones de chandal grises, boca abajo y dejando notar aquella parte de su cuerpo que seguro tenía millones de halagos.

— ¿Estás bien? ¿Quieres que volvamos? —preguntaba desde la puerta.

TaeHyung giraba su cabeza y cruzaba miradas con Seokjin, tenía un puchero muy bonito en su rostro de pocos amigos.

—Palmeaste mi espalda —replicaba.

— ¿Eh?.

TaeHyung se apoyaba sobre sus codos sin levantar su cuerpo por completo de aquella pose provocativa.

—Palmeaste mi espalda, como si fuera tu jodido mejor amigo o peor un hermano... No me gustó —otro mohín.

SeokJin comenzaba a reír ante aquello—. En serio, de verdad. ¿Cuántos años tienes?

—Soy un ser especial —respondía. Dejándose caer añadía—. No quiero ser tu amigo, no soy tu hermano. No vuelvas a palmearme la espalda así.

Giraba su rostro para esconderlo del castaño y podía escuchar las risitas que éste largaba, pero luego se sorprendía cuando todo el peso de SeokJin recaía sobre él. Una suave mordida en su oreja, y no podía evitar reírse. SeokJin parecía no tener inconvenientes en seguirle sus berrinches.

— ¿Qué haces? —decía, fingiendo estar faltó de aire—. Pesas

— ¿Quieres que me levante, niño berrinchudo? —cuestionaba Seokjin a su oído.

Sus manos bajaban a posicionarse a cada lado de la cadera de TaeHyung y otra vez atacaba su oreja, lamiendo el lóbulo y mordiendo. Alrededor de la zona también pasaba sus labios y TaeHyung ya estaba gimiendo bajito por aquello. Sentía todo un hormigueo dónde Seokjin besaba y su boca rozaba. Había hecho se cabeza hacía delante para permitirle besar parte de su cuello. Levantando su cabeza y dejando que el castaño llegará a su mentón y era nuevamente un desastre debajo de Jin. Disfrutando demasiado de algo tan simple.

— ¿No que era pesado? —mencionaba, mientras una suave estocada era la que TaeHyung sentía y finalmente abría sus ojos.

— ¿Por qué te gusta provocarme así? —preguntaba, volteando su cabeza un poco más.

Era un ángulo un poco incómodo, pero Seokjin lo valía. Él necesitaba verlo.

—Me gusta ver cómo te pones, quieres evitarlo. Estás huyendo en cierta forma, lo pides pero no quieres tomarlo. Es muy excitante ver cómo te pones ante el mínimo roce de alguien más —respondía Seokjin.

—De tí, ante un mínimo roce tuyo. No creas que soy así siempre, nadie jugó tanto con mi líbido como tú. Lo subes, lo bajas. Te acercas, te alejas... Estás jugando con mi cabeza —exclamaba casi susurrando.

—Pero de eso se trata. De jugar —respondía SeokJin—. No deberías tomarlo personal como que juego contigo. Solo juego. Igual que tú.

TaeHyung apartaba la mirada y empujaba a SeokJin para que saliera de encima de él. SeokJin lo hacía pero se sentaba en el sofá viendo a TaeHyung ponerse de pie y estirarse. El clima estaba más cálido y los rayos del sol brindaba un calor soportable. Luego de haberse estirado y sonado su cuello y espalda, miraba a SeokJin quien no había dejado de verlo un segundo... Luego lo sorprendía al ponerse encima de él a horcajadas. Sus ojos rasgados y largos lo observaban como la primera vez en aquel estudio. Con hambre y con ganas de hacerle muchas cosas, o dejar que le hiciera muchas otras que SeokJin también deseaba.

— ¿Que harás esta noche? —preguntaba TaeHyung. Acariciando su rostro con parsimonia.

SeokJin lo observaba curioso—. Mmm...nada ¿Tienes algo en mente?

—Tantas cosas —suspiraba TaeHyung, haciendo que SeokJin elevará sus cejas con sorpresa—. ¿Puedes venir a mi apartamento? Cocinare para tí y podemos ver alguna película luego

—Bueno eso es... —las palabras morían en su boca mientras los ojos de TaeHyung lo miraban fijamente con algún que otra sucia promesa de por medio—. De acuerdo.

TaeHyung sonreía satisfecho y se inclinaba para besar los labios del castaño. Se había dado cuenta que esa era la primera vez en el día en que se besaban y si que lo necesitaban. Lo habían ansiado, demasiado. El resto del día se había basado en un TaeHyung intentando pescar algo, pero no había funcionado. SeokJin había hecho un almuerzo ligero para los dos y algún que otra anécdota de TaeHyung a Seokjin o viceversa.
Habían vuelto alrededor de las cinco de la tarde, y se habían separado para luego verse en la noche como habían acordado.

Una noche que traía una promesa sucia y perfecta, más una despedida definitiva. ¿Pero cuál era la gracia de seguir alargandolo? Al fin y al cabo TaeHyung iba por lo que estaba acostumbrado, ya había jugado demasiado con SeokJin por complacerlo para finalmente follar. Y SeokJin no podía quejarse, se había portado de diez casi haciendole creer que le gustaba pasar el tiempo en cosas vanales más allá de una polla y un culo.
Pero ya era hora de poner los pies sobre la tierra y dejar el juego previo para ir directo al negocio sucio. Que para ser honestos, ambos estaban ansiando. Anticipándose a las sensaciones, algo que TaeHyung jamás había hecho, anticiparse a un encuentro de esa forma. Imaginarse con SeokJin en su cama, enredados el uno con el otro, lo había hecho más veces de las que quisiera admitir en voz alta.

TaeHyung no era así. Dónde ponía el ojo ponía la bala y a otra cosa mariposa. No había fantasías, había hechos, eso le gustaba. Le gustaba una persona diferente en cada encuentro que llenará sus ganas, tampoco es que se acostaba con equis persona que halagara su cuerpo o rostro. Obviamente tenía que calentarse al menos un poco, pero nunca nada tan intenso o peculiar. Inclusive si había más conversaciones con alguno que con otro era siempre lo mismo, charlas sucias y vacías que lo llevaran a su cometido con más facilidad. Aunque no le era difícil meterse en la cama de alguien más y entre su ropa interior. SeokJin había sido el primero en rechazarlo, en sacarle la ficha y estar en total desacuerdo con él.

Quizás al inicio era un capricho, pero luego se encontraba experimentando cosas nuevas al estar con alguien más y se encontraba queriendo un poco más de eso. Pero a la vez, la idea de cómo sería el sexo con un hombre como SeokJin lo tenía al borde de colapsar de deseo y estrés. Luego de tanto preparativo, más que la vez anterior. Su timbre sonaba y Seokjin aparecía en la pequeña pantalla.

TaeHyung llevaba una camisa verde esa noche con un pantalón de mezclilla negro y unos zapatos negros de vestir que estaban abiertos atrás. SeokJin llevaba una camisa beige y jeans negros, su frente al descubierto, como a TaeHyung le encantaba.
Luego de haber subido, el timbre principal sonaba y TaeHyung había dejado pasar a SeokJin sin abalanzarse encima de él—a pesar de que realmente lo deseaba cuando había sentido su fragancia fresca y masculina—SeokJin cerraba la puerta por él y le extendía la bolsa de papel que traía consigo.

—Helado ¿Te gusta?

— ¿A quién no? —Respondía el fotógrafo, tomando la misma y corriendo a guardarla en el frezeer del refrigerador—. La mesa esta lista. Siéntate y llevaré la cena.

SeokJin hacía lo pedido, pero mirando por demás cada movimiento de TaeHyung, se veía extrañamente tranquilo aquella noche. Muchísimo más que toda la mañana y tarde que habían estado en el yate. Le parecía sumamente extraño porque TaeHyung era muy “ruidoso” para él, pero no lo parecía esta noche.
Con la mesa ya puesta y cada copa llena de vino, se disponían a comer en silencio. Un silencio que no duraba mucho porque TaeHyung comenzaba a hablar.

— ¿Qué es lo que buscas en un hombre? —soltaba de repente.

SeokJin y por poco se ahogaba con las papas, pero remontaba a último segundo para no toser de la sorpresa y la comida atorada en su garganta.

—No creo tener un tipo, pero ¿te refieres a físicamente o su personalidad? —cuestionaba curioso.

—Comencemos con lo superficial. Físicamente —contestaba Tae, ondeando su mano con despreocupación y tomando la copa para beber un sorbo.

—Tú —respondía y TaeHyung casi escupía el vino sobre el pulcro mantel de color rosa pastel.

Alzaba sus ojos sorprendido y preguntaba—. ¿Yo soy tu tipo?

—Físicamente hablando —replicaba—. Eres casi perfecto, no es que sea exigente con el cuerpo —respondía de inmediato—. Lo ojos. Tae, tus ojos son preciosos, tienes esta mirada tan intensa que me encanta —SeokJin se mordía su labio inferior y TaeHyung se removía en su asiento sin dejar de verlo—. Pero lo que me fascina a primera vista es la boca. Tus labios…dios, esa boca carnosa. Invitas a ser besado constantemente. Degustarte es delicioso. Son suaves, perfec-...

—De acuerdo… ¿Puedes no decirlo de esa manera? —pedía el azabache finalmente, ventilándose con su propia mano.

SeokJin reía adorablemente y cuestionaba—. Oye, tú preguntaste ¿Y de qué forma lo dije?

TaeHyung suspiraba con sus mejillas teñidas de rojo—. Como si me estuvieras follando mientras dices lo que te gusta de mí. Fuiste demasiado intenso, sin dejar de verme y usaste esa voz. Mierda

— ¿Te intimide? Pero si el sexo casual es lo tuyo. No juegues al niño tímido conmigo —mencionaba SeokJin.

TaeHyung suspiraba y añadía con seriedad—. No juego. No soy tímido, es solo que te mantienes a raya conmigo pero cuando das un paso seguro me descolocas un poco —admitía.

SeokJin suprimía una sonrisa y mencionaba—. No has comido mucho

—No tengo hambre, solo quería cocinar para tí. Gracias por el paseo esta mañana —respondía—. Lamento si entre todos tu acompañantes de pesca fui el más ruidoso —sobaba su nuca, verdaderamente arrepentido—. Voy a levantar la mesa y a servir el helado. ¿Quieres buscar la película?

SeokJin volvía a la tierra luego de las palabras de TaeHyung y asentía, minutos después, estaban degustando el helado y viendo el inicio de una película que TaeHyung no tenía idea.

— ¿De que trata? —preguntaba, acomodándose al lado de SeokJin, con helado en su boca. Muy atento en la pantalla que apenas notaba que estaba muy encima del castaño.

SeokJin lo miraba y sonreía—. Es de terror

— ¡Hyung! —reclamaba con ceño fruncido y viendo finalmente a SeokJin—. ¿Quieres que me agarre un infarto en presencia tuya viendo estas películas?

SeokJin carcajeaba fuerte—. Me gusta el efecto que tienen en tí. Haces lo que sea para no ver

—Porque soy un cobarde, luego apagó la luz de la sala y me encuentro corriendo a mi habitación como un imbécil —confesaba—. Olvida la última parte

—No lo haré —afirmaba SeokJin y dejaba su helado sobre la mesa—. Vamos, puedes tomar mi mano si te cagas en los pantalones.

TaeHyung lo miraba de reojo, y como buen orgulloso comía su helado en cuestión de segundos y se acomodaba abrazando uno de sus pequeños y decorativos almohadones que tenía su sillón. La imagen le provocaba cierta ternura en SeokJin. Le gustaba los diferentes escenarios que había experimentado con ese tipo tiro al aire. Habían pasado ciertos minutos y TaeHyung gritaba con cada efecto de sonido y algún que otra escena de miedo. Estaba de nuevo encima de SeokJin con el cojín entre medio de ambos y su mano apretaba el brazo de SeokJin.

—Puedes cambiarla, si eso quieres —mencionaba el castaño en su oreja—. No quiero traumarte

—Ni quiri trimirti —se burlaba TaeHyung, fingiendo mal humor.

—Oh, eso fue muy inmaduro —mencionaba SeokJin divertido.

Tomando el mentón de TaeHyung para obligarlo a qué lo mirara, sentía como el cuerpo a su lado se tensaba, anticipándose al beso. O los muchos besos que SeokJin quería depositar en aquella boca y sobre aquel cuerpo. Se acercaba lentamente solo para aspirar la familiar fragancia que se había vuelto la de TaeHyung para él en aquellos casi dos meses. Si se ponía a rebobinar no había tenido tantas citas desde hacía tiempo y había disfrutado cada jodido segundo. TaeHyung por su cuenta, sus conquistas no duraban más de una semana. De hecho había tenido al menos dos conquistas en una semana, en sus mejores épocas. Y aquí estaba, otra vez con un tipo que en casi dos meses, no se lo había follado, aunque había dejado más que claro que lo deseaba.

Había algo en este juego de esperar por el momento que a TaeHyung le gustaba. Y había tenido un par de probadas de lo que sería tener a un hombre como SeokJin en su cama. Su cama, TaeHyung lo quería ahí. Jamás había deseado que otros tipos o mujeres se metieran entre sus sábanas a dejar su aroma y menos pisar su apartamento. Pero Jin, Jin era diferente y lo tenía casi comiendo de la palma de su mano.

— ¿Vas a besarme o vas a seguir jugando conmigo? —susurraba TaeHyung.

—Ven aquí —SeokJin señalaba su regazo.

—Si, señor —contestaba el azabache de forma coqueta.

Él quería mantenerse relajado, pero la ansiedad y anticipación lo tenían al borde. Hacía lo ordenado y cuando iba en busca de los labios de Jin, este ponía su dedo sobre sus labios para evitar ser besado y chasqueaba su lengua en negación.

—Permíteme —soltaba la voz de SeokJin con un tono más grave y bajo.

Empujaba a TaeHyung para que se sentara erguido y comenzaba a desabotonar su camisa, todo bajo la atenta mirada del fotógrafo y su respiración que comenzaba a ser irregular. Cuando el último botón habia sido desprendido, el dedo índice y corazón trazaban un línea de arriba hacia abajo sobre el pecho y abdomen de TaeHyung para finalmente abrir la camisa.

No hay que pasar por alto que cuando el fotógrafo sintió las yemas de los dedos de SeokJin sobre su piel, la corriente eléctrica se había disparado por su nuca, bajo vientre y entre sus glúteos. Dejándolo al descubierto cuando suspiraba de forma sonora. SeokJin esbozaba un sonrisa ladina que ponía a TaeHyung a punto. Le encantaba demasiado verlo sonreír de esa forma tan sensual. Luego la otra mano de SeokJin se sumaba y con ambas lo despojaba de su camisa. El toque sobre sus hombros era suave.

Finalmente con el torso al descubierto, las manos de Jin volvían por el camino trazado, pasaban por sus hombros, cuesta abajo, delicadamente y rozando los botones rosados que sobresalían de los pectorales de TaeHyung y descendiendo a su abdomen.

—Me encanta la textura suave de tu piel y su color canela —mencionaba, aún con esa voz que estaba haciéndole perder la cabeza al fotógrafo. Sus dedos trazaban dibujos sin sentidos. El tacto era casi palpable pero estaba quemado a TaeHyung—. Pase un par de noches pensando si tu piel sabia dulce.

La lengua de TaeHyung salía a jugar fuera de su boca y sonreía—. Mi piel no es dulce, Jin —contestaba. Él estaba intentando sonar juguetón pero el vibrato tembloroso de su voz grave, confirmaban que estaba nervioso y ansioso.

Traicionado por mis propias ganas. Mantente cuerdo, hombre. Se reprendía bajo los ojos negros que SeokJin tenía esa noche.

Luego el castaño se acercaba y mirándolo con cautela con sus ojos hacia arriba, sacaba su lengua y la pasaba por encima del ombligo de TaeHyung y entre sus pectorales. Nuevamente la respiración temblorosa, la electricidad y sus músculos totalmente tensionados. Solo tuvo suerte en ahogar el gemido que casi se escapaba de sus labios al sentir la humeda y tibia lengua de SeokJin sobre su piel.

—Es dulce —afirmaba SeokJin mientras se mordía el labio inferior luego de su confesión.

TaeHyung imitaba su acción, con sus ojos bañados en lujuria y su líbido ascendiendo. Ahora SeokJin, ponía sus manos en su espalda baja para sostenerlo firme y dejaba un suave chupetón en su costilla, logrando que TaeHyung se removiera encima de él y continuando con el mismo trato dulce por el torso color canela del fotógrafo. TaeHyung suspiraba cada vez más seguido y se animaba a aferrarse a los hombros anchos del castaño mientras éste seguía ocupado besándolo y subiendo a su pezón, dónde pasaba su lengua y TaeHyung ya no podía evitar dejar escapar un gemido.

Un suave y dulce "Oh..." Que golpeaba a SeokJin justo en la entrepierna.

SeokJin alzaba la vista—. ¿Acabo de encontrar un punto débil?

TaeHyung carcajeaba como podia y se mordía el labio para luego responder—. Creo que es solo tu boca y lengua sobre mi cuerpo... Hasta decirlo suena perfecto —se le escapaba y dejaba caer su cabeza hacia atrás rendido.

Pero volvía a gemir y enredar sus dedos al cabello de SeokJin cuando los dientes de este mordían la protuberancia rosada que sobresalía del pectoral.

—Joder..  —TaeHyung tenía su cabeza dando vueltas.

—Eso es... No intentes mantenerte en silencio —pedía SeokJin, mientras continuaba besando a TaeHyung.

Ambos pectorales, abdomen y la zona de las costillas que provocaban electricidad en el cuerpo de TaeHyung. También lo acariciaba sin apuro y TaeHyung estaba duro hacía tiempo pero SeokJin no dejaba de besarlo hasta que lo atraía tomando la parte posterior de su cabeza para un buen beso en la boca carnosa que el fotógrafo tenía.

"Mmm..." TaeHyung envolvía sus brazos y su boca se llenaba de la lengua de SeokJin que asaltaba su cavidad de inmediato mientras los brazos de éste lo apretaban firmes a la altura de la cintura. El castaño podía sentir en su abdomen lo duro que el fotógrafo estaba después de haberlo besado sin pausas. El torso de TaeHyung tenía algunos besos marcados más que otros y a SeokJin le había encantado ver esas pequeñas marcas en el cuerpo de TaeHyung.

El fotógrafo por su lado, hacía rato había notado que sus gemidos bajo la atención de la boca de SeokJin lo iban poniendo cada vez más duro al castaño y podía sentirlo debajo de él. Lo quería en su cama, sin importar que, TaeHyung quería que SeokJin hiciera de él un jodido desastre. Los chupones que resonaban de ambas  bocas ponían a TaeHyung ansioso, por lo que quitaba sus brazos del cuello de Jin, poniendo sus manos sobre las de SeokJin para bajarlas y que lo tomara con ganas de sus glúteos.

Instantáneamente Seokjin apretaba aquello que TaeHyung se cargaba y era parte de sus grandes encantos.

—Yo sabía que te gustaba mi culo —murmuraba, tomándose una pausa de los labios de SeokJin y besando su mentón para viajar al cuello largo de SeokJin.

Éste comenzaba a querer más de aquella boca, así que se reía de forma ronca y alejaba al fotógrafo de su cuello. Buscando su rostro, volvía a su boca y mordía con ganas el labio inferior de TaeHyung—. ¿Será aquí o en tu cama?

—Cama —respondía sin duda alguna. Justo cuando iba a levantarse, SeokJin lo tomaba con firmeza y se levantaba con TaeHyung encima, quien se aferraba a sus hombros—. ¡Hombre!... No creí que podías hacer eso conmigo encima —confesaba.

—Bueno eres más pesado de lo que creí —replicaba y TaeHyung le fruncía el ceño—. ¿Hacia donde?

—Pasillo y puerta derecha —ordenaba el fotógrafo—. Puedes bajarme si quieres. Chico fuerte —soltaba con su tono coqueto.

—En serio no te relajas un segundo ¿No?.

TaeHyung se aferraba sin pudor a SeokJin hasta que se encontraban en su habitación y era lanzado a la cama. Fuera de los brazos de Jin sentía frío, debido a que estaba sin camisa y el calor del castaño se estaba desvaneciendo.

— Tengo condones —respondía Jin, sacando de su pantalón una tira de tres—. Supongo que alguien como tú tiene lubricante ¿Cierto?

TaeHyung entrecerraba sus ojos y se levantaba para quedar frente a Jin—. Ya vuelvo —respondía.

Desapareciendo en su baño y volviendo segundos después con una botella de lubricante que llevaba bastante uso.

—Oh, te diviertes seguido —mencionaba SeokJin. Tomando el tubo y viendo que tenía menos de la mitad.

TaeHyung le regalaba una sonrisa sarcástica y se acercaba a SeokJin, nulo espacio entre ambos con su nariz pegada la ajena y sus labios rozando los de Jin, quien no daba un paso hacia atrás al tener al fotógrafo encima suyo—. Llevamos en esto casi por dos meses y no me he follado, ni me ha follado a nadie —respondía TaeHyung, chupando el labio inferior de Jin y agregando—. Lo utilice conmigo y mis juguetes. Si quieres puedo darte un show privado.

El fotógrafo bajaba sus manos para desabotonar la camisa de SeokJin—. No quiero un show privado. Yo voy a prepararte

—Las promesas sucias te quedan tan bien —exclamaba, desabotonando el último botón de la camisa beige que SeokJin tenía esa noche. Sus manos tocaba el torso desnudo mientras se mordía su labio y miraba a SeokJin con sus ojos llenos de deseo—. ¿Cómo es que alguien tan sexy está solo?

SeokJin se reía secamente—. ¿Te refieres a que no tengo sexo sin compromiso, más seguido?

TaeHyung lo miraba divertido y le quitaba la camisa con esa sonrisa cuadrada tan adorable e inocente—. Eres irresistible, Jinnie.

La camisa aterrizaba en el piso y luego TaeHyung se encargaba de su propio pantalón. Hasta que el castaño le quitaba las manos y se encargaba él mismo del pantalón de TaeHyung, que caía al piso y dejaba al fotógrafo de nuevo en unos boxers azul oscuro y una polla dura que pedía atención. Ahora era SeokJin quien se acercaba para hablar sobre la boca de TaeHyung y pegar su cuerpo al ajeno. El primer roce de piel de la noche. TaeHyung suspiraba de nuevo y SeokJin parecía estar en modo piloto automático, sin mucha expresión pero con toda su atención sobre TaeHyung. Daba unos pasos mientras lo encaminaba a la cama.

—Dime ¿Usas esa sonrisa preciosa e inocente para conseguir lo que quieres? —preguntaba SeokJin. Quitando algunos rizos del rostro de TaeHyung.

El fotógrafo rodaba los ojos y acariciaba el cuerpo del castaño con sus dedos, luego su boca se iba a delinear el mentón de SeokJin con sus dientes y lamidas, hasta llegar a la oreja de Jin y responder ahí:

—Si le sirve a tu ego, ésta sonrisa preciosa e inocente no la he usado jamás para conseguir sexo, ni para levantarme a ningún tipo. Solo aparece contigo —mordia el lóbulo y tiraba de él.

Las manos de Jin se iban a su rostro y lo buscaba para un beso fogoso y necesitado, un beso que expresaba sin palabras lo mucho que le había gustado a SeokJin saber que esa sonrisa le pertenecía. Y a pesar de que no le había creido, le había gustado el cuento. El beso era sucio y subido de tono, presionando el cuerpo del otro al propio para sentirse. Sus manos bajaban por la espalda de TaeHyung, rasguñando en su paso cuesta abajo , directo al culo del fotógrafo, pero metiendo sus manos dentro del boxer y quitándoselo de inmediato entre besos. Otra prenda que caía al suelo y dejaba a TaeHyung desnudo.

Otro empujón y TaeHyung caía a la cama, su pelo desordenado, sus labios masacrados. Su erección golpeando su abdomen y ahora se abría de piernas descaradamente frente a SeokJin.

—Nunca me habían desvestido tan rápido a pesar de hacerlo por partes —su mano se iba a darse atención propia a su polla.

SeokJin se mordía el labio y decidía igualar la situación. Comenzaba a desprender su pantalón y bajar el cierre para luego quitarse la prenda con boxer y todo. Zapatos en el proceso y ¡Uala!. El castaño estaba desnudo frente a un TaeHyung que quedaba boquiabierto.

—Mierda. No puedes tener eso entre las piernas y no usarlo —exclamaba al ver lo bien dotado que venía el castaño—. Se me hace agua la boca, creo que en el auto estaba demasiado volado como para haberme dado cuenta el tamaño

—Estás exagerando —decía SeokJin. Gateando por la cama para llegar a TaeHyung.

—Con razón ese twink desnutrido quería repetir contigo en el cumpleaños de Moonie —soltaba molesto. Verdaderamente molesto.

SeokJin reía llegando a su rostro y cubriendo su cuerpo con el suyo propio—. Si le sirve a tu ego, con él fue rápido, pero a ti te quiero disfrutar a mi manera. Cada rincón —respondía, pasando su mano por el abdomen de TaeHyung y rozando la cabeza rosada de su polla.

Y el fotógrafo temblaba de nuevo.

—Jin... Eres jodidamente lento

—Me importa una mierda. Lo haremos a mi modo

—No me molesta —replicaba acercándose a los labios de éste—. Me encanta.

Y la nueva sesión de besos rudos y sucios comenzaban, pero ahora TaeHyung tiraba de SeokJin para sentir todo su cuerpo desnudo sobre él. Su calor, su peso, su aroma. Y SeokJin comenzaba de nuevo, un camino de besos que comenzaba a hacer que TaeHyung suspirara cada dos por tres. Primero su cuello, luego sus hombros, sus pectorales. Dando suma atención sobre los pezones de TaeHyung, quien era sumamente sensible y le encantaba. Luego su abdomen, con chupones fuertes que dejarían más marcas.

—Hombre, ya... —pedía removiendose bajo los besos de SeokJin.

— ¿Que pasa? —cuestionaba el castaño encima de su carne dura pero sin rozarla—. ¿Qué quieres?

—Que pongas esa bonita boca dónde ya sabes. Tu forma de besar y chupar me está volviendo loco. Solo llega a mi polla, por favor —respondía, apretando sus ojos. La lengua de Jin pasaba por su glande, quitando con su lengua las primera gotas derramadas del azabache—. Joder, esa boca...

Había arqueado su espalda, pero ahora veía como SeokJin levantas su pierna izquierda para ponerla sobre su espalda y su erección no era la que sentía la lengua de SeokJin. El castaño había atacado directamente entre sus glúteos. Pasando de forma superficial su lengua, solo para descolocar a TaeHyung otro poco más.

—Hijo de... Si, hazlo de nuevo. Ve por ello —pedía TaeHyung. Acomodándose para dejarle a SeokJin una mejor vista—. Dime ahora que soy dulce —se burlaba.

Otro lenguetazo, que lo hacía desear más y SeokJin respondía—. Lo sigo creyendo. Así que no lo arruines con tus estúpidos chistes y déjame comerte el culo ¿De acuerdo?

—Joder... Si, hazlo. Si, si —el TaeHyung de dieciséis que hablaba por culpa de los nervios había aparecido durante el sexo.

Eso jamás había pasado de adulto y con experiencia. Mierda, el castaño estaba dejándolo sin cabeza y la lengua de éste rondeando su anillo muscular, tocando esos nervios y adentro. TaeHyung ya no se encontraba en su cama, estaba flotando. La lengua de SeokJin comenzaba a follarlo y el fotógrafo era puro gemido dulce y balbuceos que dejaban en claro lo mucho que le encantaba tener a SeokJin allí abajo. Se había puesto mejor cuando la mano de Jin tomaba su erección y lo trabajaba.

—Ay, joder... Vas a dejarme estúpido —murmuraba. El fotógrafo e encontraba necesitando más para ser bien llenado pero justo el castaño abandonaba su culo, para meter su erección en su boca y chupar con ganas mientras finalizaba en el glande y volvía a chupar de nuevo—. No, no...voy a correrme así, espera. Mierda...

La boca de SeokJin hacía esos sonidos sucio sobre su polla y TaeHyung tenía que mirar, cuando lo hacía tenía los ojos negros del castaño sobre él.  Quien lo soltaba y sacaba su lengua salvaje para pasarla desde su eje hasta la punta. Haciendo a TaeHyung temblar y curvar la punta de sus dedos por enésima vez en lo que iba de aquella travesía sexual que recién comenzaba.

Notaba ahora como SeokJin se había estado tocando a él mismo y lo estaba haciendo con desesperación.

—Puedo hacerme cargo de eso. Déjame ayudarte —pedía.

SeokJin le sonreía de lado y se acomodaba sobre su espalda—. Hazlo —ordenaba.

TaeHyung se tiraba encima de SeokJin, primeramente a besarlo. Nunca había besado tanto antes a un tipo, pero con SeokJin era algo que le gustaba demasiado. Ahora era él quien aprovechaba el camino de besos cuesta abajo, y cuando llevaba a la erección ajena, su lengua jugaba insistente con la punta. Dejando a SeokJin dar insultos y gemidos roncos.

—No juegues, Tae  —metias sus dedos entre los rizos de TaeHyung y lo hacía mirarlo—. No juegues demasiado porque estoy ardiendo de deseo. No te demores.

TaeHyung relamía sus labios y asentía, demasiado deseoso y dócil. Pero finalmente tomaba lo que podía de aquella polla y no podía evitar gemir al hacerlo. Aquello le había encantado a Seokjin. TaeHyung gimiendo con su miembro en su boca.

Sonidos sucios y TaeHyung balbuceba entre felación—. Quiero comerte desde que te ví en mi jodido estudio —susurraba y volvía a ahogarse.

—Yo no lo quería, oh... Joder,vas a arrancarme la polla

—Por imbécil —respondía TaeHyung con una risa malvada y sensual.

SeokJin tomaba el lubricante que había dejado en algún lado de la cama y llamaba a TaeHyung—. Ven aquí

—Oh, pero-...

—Ven aquí. Encima de mí —pedía dulcemente.

TaeHyung se veía haciendo un gran esfuerzo para apartar su boca de aquella polla, pero volvía a horcajadas encima de SeokJin. Éste se había sentado y apoyado sobre el respaldar de la cama, derramaba una buena cantidad de lubricante en sus dedos y ordenaba—. Bésame.

—No tienes que decirlo dos veces —respondía el fotógrafo y le comía la boca con otro beso deseoso.

Justo segundos después sentía un dedo urgar en su agujero y meterse con delicadeza. No había podido evitar cortar el beso, para apretar sus ojos y dientes. Cuando los abría, intentando regular su respiración desastrosa y relajar sus músculos para SeokJin, lo veía. Contemplaba sus ojos llenos de lujuria que lo observaban en cada detalle, el pelo desaliñado de Jin y los labios carnosos ultrajados y entre abiertos. TaeHyung necesitaba besarlo de nuevo. Besos y más besos mientras era dilatado ahora por dos dedos y de repente rogaba por uno más. Su punto dulce había sido encontrado y estaba siendo presionado una y otra vez.

—Follame antes de que pierda la cabeza, por favor —pedía con dificultad.

Los dedos de Jin abandonan su interior y buscaban por un condon, TaeHyung se acostaba boca arriba, mientras seguía tocándose en la espera y luego SeokJin se posicionaba entra sus piernas, pero lo sorprendía con una nueva orden.

Notaba que Jin estaba de rodillas dejando caer su peso sobre sus talones—. Ven aquí, pero dándome la espalda

— ¿Quieres que yo-...?

—Si, quiero que te empales. Y lo hagas de forma lenta. Ven aquí —estiraba su mano y lo volvía a sentar.

TaeHyung mordía sus labios y se giraba mientras miraba hacia atrás para saber donde sentarse con exactitud.

—Tómame, hazlo tú —pedía SeokJin, sosteniendo su cintura. TaeHyung relamía sus labios y asentía.

No era nueva la posición, pero haber optado por ella desde un inició era algo nuevo. Así que tomaba el miembro de SeokJin y lo ubicaba en su entrada.

—Eso es... —susurraba la voz ronca de SeokJin y sentía su glande peleando por entrar en aquella zona reducida y caliente.

—Okey... —susurraba TaeHyung ansioso mientras habia pujado hacia abajo y la punto pasaba el anillo muscular. Robándole un gemido—. Oh, Hyung...

—Lo sé —SeokJin comenzaba a besar su lóbulo y viajaba por su cuello con besos intercalados por su hombro, que se volvían más intensos mientras era apretado por TaeHyung.

—Ay, joder...

—Lento, mi niño. Hazlo lento —pedía susurrando—. ¿Lo sientes?

—Me encanta

— ¿Lo sientes? —insistía SeokJin. Poniendo su mano sobre el abdomen de TaeHyung y empujando hacia abajo—. Aquí...

—Jin —TaeHyung sentía que no podía ponerse más duro de lo que ya estaba, pero mientras más era llenado peor se ponía la cosa—. Oh, joder. Joder, ya...

TaeHyung se sentaba aún más mientras un último empujón por parte de la mano de Jin lo dejaba clavado por completo, gimiendo una maldición y SeokJin un jadeo ahogado.

—Quédate quieto

—Hyung, voy a correrme si sigo sintiéndote to-... ¡Ah! —SeokJin presionaba su abdomen y TaeHyung por poco y rodaba sus ojos—. ¡Oh, mierda!

—Lo sé —la mano de SeokJin acariciaba su abdomen. TaeHyung lo estaba sintiendo por poco y pasar al otro lado. Estaba seguro que el miembro de SeokJin iba a atravesarlo y ahora las suaves caricias que este trazaba sobre su abdomen eran un contraste deliciosos con la sensación de ser llenado y sentir su estómago con ese calor potente—. Muévete cuando tú qui-... ¡Joder!

TaeHyung ya no podía esperar y había arrancado la maldición de los labios de SeokJin cuando comenzaba un vaivén si cuidado alguno. Gemidos fuertes y su punto dulce siendo golpeado una y otra vez. SeokJin por su parte se sentía bien hundido dentro de TaeHyung, apretado y caliente. Perfecto, y la vista de esa espalda sudada que lo invitaba a morder. Volviendo loco a TaeHyung cada vez más, luego llevaba sus manos hacia el frente y jugaba con su pezones y rasguñaba la zona sensible de sus costillas.

—Joder, voy a correr-...

—Aún no, cambiemos. Sobre tu espalda —decía la voz ronca del castaño.

TaeHyung salía con sumo cuidado y hacía lo pedido de acostarse sobre su espalda, viendo sus piernas ser levantadas y puestas por sobre los hombros de Jin, quien se acomodaba para entrar de nuevo.

—Joder... —susurraba mientras iba empujando, igual con cuidado.

—Hazlo, vamos, vamos —pedía el fotógrafo, clavando sus uñas en los brazos ajenos—. Eres grande, me gusta... Vamos, Jinnie

—Me estás apretando bien, quizás no dure mucho en esta pose —replicaba.

—Mis piernas tiemblan, quizás tampoco dure tanto, pero te juro que voy a correrme con tu polla dentro de mi —respondía.

Suficiente para convencer al castaño de empujar lo que restaba y robarle un gemido agudo.

—Me encanta oírte —soltaba SeokJin, esperando a que TaeHyung recuperará la cordura.

—Bien, campeón. Entonces hazme gemir fuerte y alto —ordenaba—. Follame de nuevo, Jin. Por favor.

El por favor encendía al castaño de forma correcta, porque comenzaba con las deseosas estocadas, mientras tenía de forma firme la piernas de TaeHyung en sus hombros. Su pelvis iba de adelante hacia atrás con un movimiento limpio y certero. Clavando a TaeHyung en su cama y tocando su glándula una y otra vez.

"Oh, joder... Eres bueno, eres muy bueno..."

No estaba seguro si TaeHyung era sincero, o ser adulador se le daba mucho en la cama. Pero eso lo hacía golpear con más ganas. Hasta que se apoyaba sobre sus brazos y comenzaba a dejar caer la parte baja de su cuerpo sobre TaeHyung. Logrando empalar al fotógrafo con fuerza y haciéndolo gritar cada vez que caía.

—Mierda, eres una bestia... —exclamaba complacido. Buscando ahora bajar más el rostro de SeokJin para besarlo.

No entendía por qué, pero le encantaba ser besado y besar al tipo. Algo nuevo en TaeHyung, quien usualmente cabalgaba al tipo, se ponía en cuatro o ponía a su víctima en cuatro. Poses que no le dejarán chance de tener que ver a la persona o besarlo. Él no besaba durante el sexo, pero con SeokJin lo necesitaba y éste respondía de inmediato.

Buscando la boca de TaeHyung, saboreando con su lengua y al azabache le encantaba la combinación de ser empalado y a la vez sentir la lengua de SeokJin ahogarlo en cada beso al compás que se lo follaba. Se encontraba amando cada jodido segundo. Ahora venía el ritmo constante de las estocadas finales y desesperadas de SeokJin, mientras desgarraba el cuello de TaeHyung con lengua y dientes. Y volvía a su boca.

—Oh, si...justo, ahí —mencionaba TaeHyung, con la frente de Jin sobre la suya.

— ¿Justo ahí?

—Si, jus-...joder, joder...

— ¿Vas a correrte?

—Si, me estás rompiendo... Necesito correrme

—Hazlo —SeokJin se iba a la oreja de Tae y tiraba del lóbulo, mientras ponía sus últimas fuerzas en aquellas embestidas—. Fue una tortura esperar para hacerte mío. Pero valió cada. Maldito. Segundo.

Mío, mío, mío. Aquella palabra mágica, lo hacía correrse o quizás había sido toda la jodida combinación. Pero ahí explotaba su esencia entre ambos. Apretando a Seokjin en el proceso y haciéndolo correrse dentro de él condón y él. Sobre estimulando su entrada y sintiéndose derretir con cada espasmo que tensaba sus músculos.

SeokJin estaba igual, de hecho estaba completamente perdido en las sensaciones y lo único que podía hacer era aspirar el olor a sexo que desprendía su cuerpo en combinación con TaeHyung. Había olvidado que el sexo podría sentirse tan bien.

—Dejate caer... Hazlo —soltaba TaeHyung, palmeando su espalda—. Vamos...

Y SeokJin se rendía, dejándose caer encima de TaeHyung, saliendo con cuidado y retirando el condón. Respirando con dificultad pero sabiendo que valió cada maldito segundo. Ambos lo sabían.

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