Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

▫️Capítulo 6 - Historia de un ángel -▫️

—Entonces... ¿cómo fue que supiste que eras ángel?

Los dos estamos tirados en su cama, yo giro mi cuerpo a su dirección y mi cabeza queda en su hombro.

—Todo empezó cuando tenía quince años, estaba con mis padres, en un campo. Todo era de lo mejor hasta que... una luz salió de mí, una luz muy blanca y cuando veo a mi lado eran alas, estaba en estado de conmoción porque ¿quién podría decir que los ángeles...son reales? después de eso, me explicaron todo, me dijeron que, así como existen ángeles buenos existen malos, me costó mucho admitir que era uno de ellos, yo no solía creer en esas cosas. Hasta que, a la edad de dieciséis años, decidí aceptarlo ya que es una parte de mí. Pasó un año y... mi mamá...

—No te obligo a hablar de ella si no quieres.

—No la verdad no quiero. Ella me dijo algo importante: que algún día encontraría a alguien que amara, sin importar lo que soy, y pasó —acaricia mi mejilla—. Allie, te agradezco, si eso no hubiera pasado no sé qué habría sido de... nosotros.

—Dylan, no tienes que agradecerme.

—Claro que sí, eres increíble.

—No, tú eres increíble. —aparto la mirada sin querer, y él nota que no estoy bien, pero...lo que menos quiero es preocuparlo. Me enderezo con rapidez y lo miro—Descuida, estoy… estoy bien. —balbuceo.

—Allie, espera…

Antes de que pueda salir por la puerta, Dylan pone la mano en la puerta lo que me indica dar un paso atrás, mirando el suelo. Él me agarra la barbilla, como temblando, y efectivamente, estoy temblando.

—Cielo ¿por qué te comportas raro?

—Hay algo que no te he contado. No estuve el otro día porque yo...estuve en la estación de policía con Stefan.

Él arruga el ceño y se cruza de hombros.

—¿Y esa visita se debió a qué?

—Imagino que recuerdas mi cumpleaños…

—Agh, sí —gruñe y cierra los ojos un segundo con asco—, lo recuerdo a la perfección. El muchacho casi pisa la raya contigo, oh bueno, lo hizo.

—Sí. Cómo decía, Stefan y yo fuimos a la estación de policía, hice lo que tenía que hacer, Stefan también contribuyó con el proceso. Lo arrestamos esa misma tarde.

Él por poco tira lágrimas por los ojos de no haber sido por parpadear.

—¿Entonces intentó abusar de ti? ¡demonios, Allie! no tenía idea. Siento mucho que te haya pasado, de verdad. Nadie tendría que pasar por eso jamás.

—No podía decírtelo aquella noche, pero decidí que era hora de que lo supieras, que hoy era hora.

Él acaricia mi mejilla y pega sus labios a los míos, pero es tan inesperado que debo despegarme un momento para que el aire llegue a mis pulmones. Lo bueno es que, fue tierno, ninguno de los dos se complica por llegar más allá, lo único que queremos es un momento agradable y sin personas a nuestro lado.

—Ya es tarde. Gracias por escucharme de verdad —le digo y agarro sus calientes manos—Mañana nos vemos en clase ¿te parece?

—Te escucharé cuando necesites que te escuche, por mí no hay problema. Descansa con los ángeles.

Dylan besa mi frente, fue un beso de pareja, uno angelical, uno de protección y amistad.

Al día siguiente voy a la biblioteca, a pasear por allí. Me encuentro a Dylan saliendo del lugar, tiene algo entre manos. Tengo dudas de lo que podría ser.

—Hola Dylan ¿qué haces aquí? ¿no crees que ya pasó la hora de estar en la biblioteca?

—Es posible. Pero hago lo mismo que tú, pasar el rato entre pasillos. Y estoy ocupado, te veo luego, ¿sí?

—Antes de que te vayas... ¿qué es eso que tienes en las manos?

—Esto... es un libro para la clase del profesor Myers —noto su nerviosismo y él lo sabe. Por lo que puedo observar, el libro es grande, como unas quinientas cincuenta páginas.

—No recuerdo que el profesor Myers no haya asignado un libro, y menos de esa cantidad.

—Ah, no, es solo por diversión, es... uno de mis pasatiempos favoritos. —huele a mentira.

—Ah pasatiempos ¿puedo verlo?

—Sí que puedes, pero hoy no —Lo aparta de mis manos—. Mis amigos me esperan. Así que, será en otro momento.

—Sí, bien, no te preocupes.

—Supongo que te veo luego. —me da un beso en la mejilla.

—Um, sí, adiós. —¿por qué no me dio el beso en los labios? esa es la verdadera pregunta.

Paso día y noche tratando de averiguar ¿por qué no me lo habrá dicho? tal vez esconde algo. No, es tu novio, no podría hacerlo.

Me dijo que iba a estar con sus amigos así que, ¿por qué no entrar a su habitación? Soy su novia, merezco saber lo que está pasando.

Ya estoy en su puerta, giro la manija, y no está con llave. Entro silenciosamente, busco en todas partes, entre sus cajones, closet y todo, me siento en la cama, y pongo mis manos en mi cabeza. Estoy exhausta, he buscado como loca. Mis pies tocan algo debajo de la cama, me agacho y busco, veo una caja, la tomo y la coloco sobre la cama.

Maldición, tiene cerradura. Busco entre su mesa de noche, y

Este es el momento, respira. Levanto la caja. Veo el mismo libro que tenía en manos el otro día.

—¿Qué rayos? —lo toco y miro el título y los símbolos—. Libro de las bestias.

Me levanto de la cama y miro sus hojas, escucho que alguien abre la puerta.

—¿Allie? ¿estás bien?

Me volteo ya queriendo saber lo que oculta.

—Dylan ¿qué es esto? —le muestro el libro, no me responde—¿qué significa?

A él mismo se le congelan las palabras. Da vueltas en la habitación con la boca callada.

—Hoy mismo quería decirte, pero ya lo averiguaste por ti misma. —al fin.

Me quita el libro de las manos y se sienta en la cama.

—Este libro contiene todas las criaturas que podrías imaginar, vampiros, hadas, hombres lobo. Lo que sea que busques, puede estar aquí. Cada una con sus fortalezas, debilidades, y escenarios en los que se transforman. -me cruzo de brazos-. No te lo dije antes porque pensé que no lo ibas a entender o tal vez te asustarías.

—¿Asustarme? Dylan cuando me dijiste lo que eras, no sabía cómo reaccionar, pero aun así lo acepté sin importar nada. Si me hubieras dicho esto antes estaría más que feliz, me alegra que lo hayas hecho.

—Debí decirte, porque eres mi novia, y mereces saberlo, aunque a veces la verdad haga daño.

—Sí, tienes razón. —aclaro mi garganta—, sería un gusto quedarme por más tiempo, pero acabo de recordar que debo estudiar.

—Oh, bueno te veré mañana.

Asiento con la cabeza y hago una media sonrisa. Lo beso en los labios y doy media vuelta para irme.

—Allie dame otro, no pude verte en todo el día y me dejas así, vamos por favor.

Camino hacia él, pongo mis manos en sus mejillas y lo beso con intensidad, nunca había ocurrido esto, pero siempre hay una primera vez.

—¿Es lo que esperabas?

—De hecho, sí. Gracias.

—Cuando quieras.

Llego al cuarto y me siento en el escritorio. Sarah se acerca a la puerta vistiendo jeans, camiseta roja, chaqueta de cuero, botas negras, el pelo castaño cayendo sobre sus hombros y su bolso en el hombro.

—Sarah ¿adónde vas?

—¿No viste el mensaje? —¿mensaje?— no importa. Voy de compras ¿quieres venir?

—Me encantaría, pero hoy no puedo, tengo que estudiar.

—Ah, siempre tienes que estudiar, qué tristeza. Quería ir de compras contigo, supongo que será otro día.

—Lo lamento. —digo en tono apagado.

Ella cierra la puerta y se agacha al frente.

—Dios, lo lamento, pensé que iríamos mañana.

—Está bien. —dice restándole importancia.

—No, no lo está. Sabes, tienes razón, siempre estoy con Dylan y al parecer ya no tengo tiempo suficiente para pasar el rato con mi mejor amiga por el hecho de pasar horas sumergida en libros en vez de estar contigo en cualquier otro lugar. —casi se me quiebra la voz y ella lo sabe—. Y me frustro porque, no sé qué hacer.

—Allie, mírame.

—No, Sarah no puedo.

—Allie, por favor. Mírame, quiero ver a mi mejor amiga así tenga lágrimas.

Alzo mi vista despacio y ella sonríe.

—No creas que estoy molesta.

—Pero podrías estarlo.

—Eso sería estúpido. Y si crees que estoy molesta o celosa porque pasas mucho más tiempo con Dylan que conmigo, es mentira, aunque debemos recalcar que... yo vine primero que él.

Ambas soltamos risas. Hace mucho que no me reía tanto.

—¿Entonces no hay problema?

—Claro que no. —asiento—Te quiero mucho ¿sí?.

—Sí, yo te quiero a ti, gracias por siempre ser tan comprensiva.

Asiente y dice antes de irse:

—Diviértete estudiando.

—Sí, si claro.

Saco mis libros y empiezo a estudiar para mi clase de idiomas, que es una clase que tomo aparte de las otras. Llevo más de tres horas estudiando italiano. Me duermo en el escritorio y alguien abre la puerta.

—Allie —alguien me toca el hombro.

—Mmhh ¿quién es?

—¿Aún no conoces mi voz? vaya, ocho años de amistad y no reconoces mi voz, un poco decepcionante.

—¿Cuándo llegaste? —veo que ya está en pijama.

—Hace diez o quince minutos.

—Espera un segundo ¿Qué hora es?

—Ehh —revisa el celular—. Nueve y cincuenta.

—Ah —gruño con fastidio. Camino al baño, lavo mi rostro y cepillo los dientes.

—No quería despertarte, te veías tierna durmiendo.

—¿Tierna? —busco mi pijama y cambio— ¿quién se ve tierno durmiendo?

—Es divertido, por poco te babeas.

—¿Babear dices?

—Sí, por un segundo pensé que estabas teniendo un sueño con Dylan en donde él estaba...

—No te atrevas a terminar. —salgo del closet.

—Bien. Ya que estamos hablando de esto, Allie... —empieza—¿Han dormido juntos?

—Ah, sí —me acuesto en la cama—Fue lindo.

Después del examen me encuentro a Stefan, usando su uniforme de práctica de hockey.

—Allie.

—Sterling, tanto tiempo sin verte.

—Shh, ya te he dicho que no me gusta que me llames por mi nombre real.

—Pero me gusta tu nombre. Es único.

—Sabes que puedes llamarme o Sterling o Stefan, cualquiera de los dos está perfecto. He estado ausente unos días, tuve algunos problemas personales, necesito hablarte en privado.

—Claro.

Caminamos y finalmente dice:

—No sé si lo sabes, pero, —me mira—tengo novia.

—Oh, es inesperado, y ¿cuándo se conocieron?

—Nos conocimos hace unos cuantos meses —muestra una sonrisa—Pronto podré verla. Quería hablar contigo porque quiero invitarla a salir y necesito practicar. Además, podríamos pasar tiempo juntos, si es que Dylan quiere. Si ocurre yo te diría el lugar y la hora.

—Podría ser divertido.

Por supuesto que podría ser divertido. Toca la campana, los estudiantes van a distintos lugares y pasillos, y me encuentro a Dylan esparcido entre la muchedumbre.

—Hola... ¿tienes un minuto?

—Supongo —Me toma de la mano y nos vamos a un área algo escondida.

—Allie yo... Quiero salir contigo. Una cita, hoy en la noche, iremos casual.

—Oh, bueno, en ese caso yo también quiero salir contigo.

—No sabes lo mucho que me costó decirlo

—Por Dios, no te creo nada. —digo riéndome amistosamente.

—Es verdad. Debo irme, te veo esta noche.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro