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▫️Capítulo 41 - Carta - ▫️

Ashley no ha regresado. Ha pasado un día y no ha regresado. No me quiero imaginar que Jordan e Isobel entren y no vean a su pequeña hija con nosotros. Se me parte el corazón imaginar a Isobel llorando. Llega la noche. Dylan y yo hemos intercambiado apenas unas palabras sobre el asunto en todo el día. Entramos a su habitación y suspiro sin mucha esperanza al ver su cuna sin ella.

—No llega ¿cuánto deberíamos esperar a que llegue? no puede llevársela por tanto tiempo y mañana sería tarde.

—No creo que sería tarde, démosle tiempo hasta mañana. —dice él con las manos en los bolsillos de su pantalón negro.

—¿Mañana? puede ser una opción, pero sí es así debe darse prisa. —el sonido del techo me hace maldecir. Me cubro la boca y quedo a su lado. Un humo gris hace presencia, y de ahí, se deja ver a Adelard con Ashley durmiendo en sus brazos—Ashley...

Doy un paso hacia adelante, pero Dylan me detiene sosteniendo mi mano con dulzura.

—Entrégala y lárgate, no te queremos en esta casa. —le ordena.

—Oh ¿por qué iba a irme tan pronto? —le da una mirada penetrante.

—Haz lo que dice, entrégala y lárgate, por favor. —le repito. Adelard sube los hombros, me la entrega y se va de la habitación sin reprochar. Ashley comienza a llorar en mis brazos, y yo también. Le beso la cabeza. En segundos, Dylan nos envuelve a ambas, como si fuéramos una pequeña familia.

Me levanto en la mañana más calmada. Gracias al cielo ya regresó. Parte de la mañana nos hacemos cargo de ella y no nos prestamos atención a nosotros mismos. Dylan toca el piano mientras que yo intento hacer que duerma, lo cual no va como esperaba, está imperativa. Tomo la decisión de llevarla arriba y alejarla del ruido. Luego de intentos fallidos, la logro acostar en su cuna y bajo a la sala de música.

—¿Adivina quién logró dormirla después de una hora de intentos?

—Por Dios, y eso que no lo veía difícil, supongo que subestimé tu maternidad temporal.

Camino hasta donde está y me siento en sus piernas.

—Sí, un poco... —beso sus labios y paso a su cuello mientras que de su boca salen suspiros incontrolables. Dylan me agarra de los hombros y hace espacio entre nosotros—¿qué pasa? ¿todo está bien?

—Todo está perfecto, perdón, es el vínculo. —juega con mi cabello y hace una sonrisa de lado.

—¿Entonces por qué me echaste atrás? estoy confundida.

Él me acaricia la cintura y masculla:

—Lo siento, mi amor, no es nada, necesito dormir es todo.

—Lo entiendo. —me levanto de su regazo para que él pueda irse, pero antes de irse me entrega un beso en la frente—Iré en un rato a la cama, buenas noches, Dylan.

—Descansa, amor. Perdón si pensaste algo que no era, de verdad.

Le asiento con una sonrisa y beso la mano. Él se aleja con una sonrisa en los labios. Minutos más tarde me decido a ir con él. Soy silenciosa al adentrarme en el cuarto. Busco una de mis pijamas y meto en la cama. Él se mueve y susurra mi nombre. Me acerco a Dylan hasta estar en contacto con su torso desnudo.

—Amor, no quería que te despertaras. Lo siento, mi error.

Él abre sus ojos, emboza una sonrisa, y suelto un suspiro de cansancio.

—Tranquila, te estaba esperando. —sus yemas hacen círculos en mi cabeza—Descansa con los ángeles, amor mío. —susurra bajo.

—Y tu sobre las nubes del cielo, para que así me acojas en tus plumas y podamos tener juntos el descanso que añoramos, tesoro mío. —le susurro de vuelta y beso en la curva de su cuello.

Me despierto del otro lado de la cama, sin abrazar a nadie, y sin los besos en los hombros que se volvieron su forma de despertarme; pero espera, no siento a nadie del otro lado, está frío. Le resto importancia al asunto. Hago mi rutina y camino a la habitación de Ashley. La encuentro levantada y sonriente. Le beso la mejilla y con ella en mis brazos vamos a la cocina.

—¿Dylan? ¿estás aquí? —nadie responde. Camino hacia el salón de música y nada. Veo que su auto está aquí, quizás se fue a correr. Ashley y yo nos vamos a la cocina, preparo su comida y la mía. Luego de desayunar, vamos arriba y la cambio. Nos dirigimos a mi cuarto y yo me cambio mientras ella me mira desde la cama. Uso shorts, calcetines y una camiseta manga larga negra. Me siento al lado de ella y sonríe—tu tío a veces es imposible ¿lo sabías? no, por supuesto que no.

Pasa la hora del desayuno y del almuerzo, y parte de la tarde, aún sin respuestas de él. Abren la puerta y voy emocionada con Ashley en brazos.

—Hola ¡qué bueno es verlas! —ella me abraza y la agarra en sus brazos—las extrañé mucho a ambas.

—Élise, que bueno es verte, pero, se supone que llegarías otro día.

—Lo sé. Jordan e Isobel llegarán en unos minutos. No te ves bien, te ves decepcionada.

—¿Ah sí? wao, qué observadora.

—No te equivocas, es de mis talentos, por cierto ¿dónde está Dylan?

—De hecho, pensaba que lo sabrías, no sé dónde está. —digo cruzándome de hombros—Disculpa, tengo que ir arriba un minuto.

Ella asiente y noto que sus ojos me siguen hasta que entro a su habitación y lo empiezo a llamar. Me acerco a su mesa de noche y abro la primera gaveta, y ahí está su celular, y una carta, la abro con rapidez y miedo por el contenido que tendrá:

"Hola amor, seguro no te esperabas esto, pero era necesario. Estoy consciente de mi pasado, te pido perdón por haberte hecho daño. Nunca podré perdonármelo.

Quiero enmendar mi error, bueno, si esto lo enmienda sería increíble. No quiero ser el mismo. Te amo, Allie, te amo desde ese día en la cascada. Y no, no me arrepiento de haberme enamorado de ti porque eres la persona más increíble del mundo y tú sabes que lucharé por ti todos los días.

Allie, mi amor, me fui.

Sí. Leíste bien. Me fui por ti. Me sacrifiqué por ti. ¿Sabes por qué? Porque te amo más que a nadie en el mundo. Tú me enciendes, tú me haces sonreír, tú me haces lo que soy. Soy tu novio gracias a tu sí. De verdad, gracias, no pude encontrarme a mejor mujer.

Sé que ambos pelearemos por el otro sin importar qué. Estoy agradecido por encontrarte, Allie, y podría escribir muchas cosas sobre ti, pero esta carta se me haría eterna. No temas, volveremos a encontrarnos. Necesito que me encuentres, sé que puedes.

Y para finalizar quiero decirte:

Gracias y cuídate hasta que nos volvamos a reencontrar.

- Te ama, Dylan."

Cierro la carta y la dejo en donde la encontré. Salgo de la habitación y encuentro a Élise subiendo con Ashley.

—¿Estás bien? —me pregunta frunciendo el ceño y viniendo a mí

—Sí, yo estoy bien, no te preocupes —le aseguro e intento sonreír, pero no lo consigo—¿tú estás bien?

—Sí, muy bien. Noto que algo está mal, Allie ¿qué pasa?

Llevo a Élise a la sala de música y ahí le cuento todo, incluso cuando se llevaron a la bebé. Su cara lo dice todo, y sus ojos son más expresivos ahora que nunca.

—No están preparados para nuestro vínculo, para... nosotros.

—Ninguno de nosotros estuvo preparado, pero, aquí están, y se aman.

—Pensé que, si regresaba, estaríamos juntos más tiempo, pero Élise, parece que el mundo no nos quisiera juntos.

—No digas eso, no pienses que saldrá mal, no será así, ten fe, Allie.

—Yo sólo... —niego con la cabeza—quiero que esté conmigo y siento que nos quieren separar de una forma u otra.

Ella posa su mano sobre la mía.

—Escucha, querida, Dylan está en tu corazón y tú en suyo, de eso no hay duda, eso supera cualquier distancia. Irse por ti fue una muestra de su amor, no dejes que malos pensamientos te nublen.

—Sí, es cierto, perdón, es que me pone de los nervios. —confieso.

—Te entiendo. Van a haber complicaciones, malos momentos, pero todo se puede con amor e iniciativa de ambos, no lo olvides nunca.

Un sonido nos interrumpe la conversación.

—Oh, llegaron Isobel y Jordan ¡qué buen momento! —dice en tono de sarcasmo.

Élise se levanta del sofá con Ashley en sus brazos, después lo hago yo para recibir a Jordan e Isobel con una sonrisa. Ellos dejan las maletas a un lado, me saludan a mí y a su hija. Ambos sonríen al tenerla en sus brazos. Ashley Morrel es Isobel y Jordan en uno.

—¡Cielos! todo se ve increíble Allie. Gracias. —agradece Jordan con una sonrisa— ¿dónde está Dylan? necesito hablar con él.

—Me temo que él no está aquí. Se fue.

—Espera, espera... ¿cómo dices que dijiste? —Isobel agarra con fuerzas a su hija.

—Será mejor si ambos se sientan.

Prosigo contándoles lo que Ashley de anoche. Isobel casi se desmaya. Les cuento sobre lo de esta mañana, con detalles. Voy a su habitación y les entrego la carta. Jordan la lee y luego se la pasa a su esposa.

—Allie, lo sentimos mucho, pero todo va a salir bien, ya verás que será así.

—Yo también siento que todo saldrá bien ¿y saben? no hay que alarmarse, esto no será complicado, es una etapa.

—Me alegra que lo veas de ese punto de vista. Si quieres hablar, aquí estamos para lo que necesites. —opina Isobel.

—Lo tengo presente, muchas gracias por su apoyo y comprensión.


DYLAN

Cuando mi cabeza se empieza a caer en la pared, despierto, y ahora tengo un maldito golpe en la cabeza que tendré que ponerle hielo pronto, es la más acogedora bienvenida en la que he estado.

Él abre la puerta, vestido de negro y con una sonrisa malévola y fría.

—Buenos días ángel del cielo ¿cómo estuvieron tus sueños? ¿buenos? ¿no tan buenos? ¿terribles?

Él camina dentro del cuarto y abre las cortinas. Hago una sombra para que no me ciegue el sol. Y él se queda en la oscuridad, observándome ¡que se vaya al diablo!

—Ahora que lo preguntas, mis sueños estuvieron ardientes, gracias.

—Por supuesto porque arderas en el infierno, que bien que estás claro en tu destino, creía que lo debía repetir y eso me angustia.

—No, estuvo ardiente porque estuve con tu hermana en el sueño. Y no te imaginas lo hermosa que estaba, no te das una idea, quería morder sus labios como un animal hambriento, y sus curvas, por Dios sus curvas son exquisitas...

—¡Ya basta! demasiada información innecesaria ¡agh! me das asco, su relación me da asco.

—Quisiera decir que me sorprende pero la verdad es que no, quería decirlo para molestarte, busca algo original para decir la próxima vez ¿quieres? —me quita las esposas sin cuidado—¡ey! más lento.

—Lárgate al maldito baño, Emma está abajo y nos espera.

Me levanto y quedamos a la misma altura. Me dirijo al baño, y cuando salgo, él se da la vuelta.

—Oigan los estoy esperando, y fui clara pidiendo nada de espectáculos, Adelard... —Emma se aproxima, y se interpone entre lo que iba a ser el puño de Adelard contra mi cara—¡no! ya con que esté aquí es una tortura, no le hagas más daño.

—¿Emma?

—Sí. —ella se voltea pone una mano en mi cabello—Aquí estoy, tranquilo, tranquilo.

—¿Estás segura que no le quieres decir amor mío?

—Hazme un favor y lárgate al infierno. —le dice ella.

—En tus sueños.

Alzo la vista un poco y logro ver su cara de odio. Ella también lo mira.

—¿Cómo se te ocurre hacerle esto? ¿estás demente?

—Déjalo así ¿por qué te importa tanto que esté bien, Emma?

—¡Ese no es tu problema, Adelard! vete de aquí, nos vemos abajo.

—Como quieras. —dice él de mala gana y se retira de la habitación. Ya que sabemos que está lejos, Emma procede a sentarme en la cama matrimonial.

—Está furioso porque vine en su lugar, y me ha estado torturando. Si esto le estuviera pasando a Allie... ni siquiera puedo pensar en eso, ella ha pasado por mucho, no quería que...

—Tú también has pasado por mucho, Dylan. —Emma acuna mis mejillas—Te entiendo, yo tampoco quisiera que esto le sucediera a Sterling, ambos daríamos nuestra vida por nuestra pareja.

—Así es. —le susurro. Emma me abraza y besa en el pelo. Deja espacio entre nosotros para levantarse y extender su mano hacia mí.

—Vamos, es hora de almorzar.

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¡Hola! espero que estén bien.

¡Capítulo nuevo! yeii.

Voten, comenten y pueden compartir si quieren.

Hasta el próximo capítulo.

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