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▫️ Capítulo 19 - Los ángeles y la historia de los caídos - ▫️

DYLAN

Día anterior:

Cuando recién termino mi hora de boxeo habitual, recojo mi mochila y camino hasta el final del pasillo, me subo al ascensor y este desciende a cinco pisos, al área de las duchas. Despojo de mi piel sudada y pegajosa la ropa de entrenamiento y desvendo mis manos. Dejo la ropa al lado de la ducha individual y entro en las cuatro paredes de color gris, la puerta es de vidrio esmerilado. Paso la manija de la ducha alejado del punto medio entre el calor y el frío, dejando que el frío resalte.

Con la mente y el cuerpo más fresco, salgo del área con mi mochila en mi hombro y teléfono en mano. Voy al ascensor y al abriste las puertas encuentro otro pasillo, pero este me lleva a las tantas puertas de las diferentes salas de juntas. Mi celular suena y oigo pasos apresurados y una voz femenina con alegría. Isobel.

—¡Dylan! con qué aquí estabas, eh. Qué bueno que estás aquí.

—Estaba en las duchas. Te ves con entusiasmo ¿pasó algo mientras no estaba?

—Bueno, prefería que Jordan te lo dijera, pero ya que estamos. —alza la mano de manera que puedo ver lo que usa—¡Jordan me propuso matrimonio!

—¡Oh, wao! ¡eso es estupendo, felicidades! —la abrazo al instante y mi celular suena de nuevo, pero ahora es una llamada, no pienso responder ya que arruinaría el momento, pero Isobel insiste en que lo haga—Hola, preciosa. —digo por teléfono.

Allie me pregunta si volveré a la hora del almuerzo, con dolor le respondo:

—No, amor lo siento. Iré más tarde de lo usual ¿estás bien con eso? ¿cómo estás tú? —sonrío a causa del teléfono—De acuerdo, gracias por entender, nos vemos en casa. —cuelgo la llamada.

—¿Todo está bien entre ustedes?

—Sí, todo bien. —le aseguro—¿ya es hora de la junta?

—Sí, Jordan nos espera. —me informa y la sigo hasta el salón.

Después de una hora de discutir el conflicto y especular posibles amenazas todos mis compañeros toman su camino opuesto.

—¡Ey, Dylan! —me grita Jordan con su mano entrelazada con la de su prometida—Élise me llamó diciendo que es urgente que regresáramos todos a casa ¿a dónde vas tú?

—Tengo que ir a un lugar antes, los veo en casa.

Jordan me hace un asentimiento de cabeza y junto con Isobel, caminan a la salida. Voy, de nuevo, por los pasillos y tomarme con el jardín principal del edificio, o mejor dicho, un invernadero, amplio y con luz natural. Un montón de flores y frutos se empiezan a formar aquí, pero una flor en específico me cautiva la mirada: las rosas, la flor favorita de Allie.

Me le acerco y tomo un racimo de cinco rosas rojas. Le va a encantar.

—Joven, Martin. —llaman en la puerta de entrada—Asegúrese de no ensuciar cuando salga. —dice un señor mayor de cabello blanco y piel arrugada, el conserje.

—Por supuesto, señor Blackburn.

—Gracias, joven, buenas noches. —se despide con cortesía.

—Descanse, señor Blackburn.

Me hace una señal y se va, yo sigo sus pasos con las flores en la mano, sin embargo, cuando me asomo, ya se ha ido. Decido apagar todo e irme del estacionamiento. Es hora de ir a casa.

Al despejar mis alas, atravesar las nubes y estar junto a la luna me hace sentir en paz y equilibrio. Acelero la potencia de mis alas y desciendo al suelo con todo mi organismo agotado. No dudo primero en ir a la cocina y beber un vaso de agua para recomponerme. Dios ¡qué viaje tan intenso! pero las rosas se ven intactas eso es lo que me importa, pero:

«¿Debería dárselo hoy? mejor lo guardo en mi habitación.»

Uso mis alas para facilitar el trabajo a mis piernas. Las dejo en mi mesa de noche, salgo de mi habitación y esta vez uso las escaleras. El ruido proviene de la habitación de Allie, no comprendo bien la situación, pero ya me dirán, ellos me contarán, incluso ella misma, respiro hasta tres, y entro.

Me despierto agitado esta mañana siguiente. A una semana de haber sucedido todavía no consigo obtener la respuesta. Le presento a mi padre a Allie, un poco mas tarde de lo previsto, sin embargo, y gracias al cielo, ya está enterado de nuestro tipo de relación. Ambos estamos en la sala con tazas de té en la mesa y cada uno en una esquina del sofá, ella tiene los ojos puestos en su lectura, pero a la misma vez me da unas cuantas miradas.

—Has estado callado ¿qué pasa?

—Nada, estoy bien. —juego con mis manos en mi regazo. Pasa la página y lee. Sabe que lo que dije no es cierto. Desplaza su cuerpo hacia el mío, toma un sorbo de su té y deja el libro en la mesa redonda de vidrio.

—Dylan, no estás bien ¿qué sucede?

Paso las manos por mi pelo. Ella clava sus ojos miel en los míos.

—La otra noche... tuve un sueño, con alguien, no pude verle el rostro. Escuché cómo decía mi nombre una y otra vez. Te escuché hablar, fui a ver de dónde provenía y me llevó hasta al jardín, cómo lo hizo contigo. También vi unas alas.

—Santo Dios, viste lo mismo que yo entonces. —susurra con una mano en su boca—¿tienes alguna idea de quién nos esté provocando esto?

—La verdad, no lo sé. Ni una idea, pero no pienso dejar esto inconcluso.

Ella suspira y se cubre el rostro con las manos. La oigo susurrar demasiado bajo, pero claro, ser un ángel claro que tiene sus ventajas. Papá se aproxima por la puerta y entra.

—Dylan. —llama él. Allie acomoda su postura y presto atención cuando sus ojos dejan de posarse en los míos para mirar a mi padre con seriedad.

A pesar de notar la tensión, e incomodidad, más por parte de mi padre que de Allie, me aclaro la garganta para quebrar esta sensación horrenda en mi estómago.

—Sí ¿qué ocurre? —mi atención se consolida en él.

—Siento interrumpir su conversación. Necesito hablar contigo.

Rodeo a Allie con el brazo y poso mi pantorrilla en la rodilla.

—Bueno, sea lo que sea, lo escucharemos los dos. Adelante, siéntate

Él mete las manos en los bolsillos y da unos pasos. Me hace una señal para que vayamos fuera, y lo hago, pero me hubiera gustado que lo haya hecho con ella incluida. Cruzo los brazos delante de mi pecho.

—¿Cuál es la urgencia? ¿tenemos otra reunión?

—Algo no me gusta de esa chica. —me confiesa con tono bajo.

Suelto una risa, pero, aun así, no pierdo la seriedad.

—Corrección, no te gustaba porque no sabías que era mi novia.

Niega con la cabeza y agita las manos.

—¡Esa no es la cuestión! sale de noche algunas veces y anda con Stefan...

—Si Allie saliera de noche ya la hubiera visto, espera ¿la estás vigilando?

—Dylan, esto es serio. Sospecho que Allie es bruja.

No puedo evitar reírme, una sospecha idiota.

—Pff, no, eso sería una idiotez. Como te dije, ella es mortal. No te preocupes, yo me puedo encargar.

—Peor. Todos en esta casa son inmortales, nuestros enemigos están fuera en algún lugar o en el cielo divagando o vigilando nuestros posibles movimientos hacia ellos ¿y tú crees que puedas encargarte de ella? ¿qué harás? ¿la mantendrás a salvo abajo de la mesa? es mucha responsabilidad, sería increíble que supiera combate así te ahorrarías la molestia...

«¿Por qué piensa que enseñarle combate es una molestia para mí? yo lo veo como un halago a mis habilidades de luchador.»

—Pero hijo —continúa—, ella ni siquiera sabe pelear para valerse por sí misma, y no creo que quiera aprender, se ve que es...fina.

«Fina, en situaciones que lo requieran, Allie es capaz de transformarse tanto como quiera y aprender tanto como lo desee, yo confío en que sí podrá, confío en ella.»

—Lo que digas, yo le enseñaré a pelear y punto.

Levanta las manos y da un paso atrás.

—Haz lo que quieras, yo me mantengo fuera.

Ahí queda nuestra conversación. Él vuelve a la casa. Todos nos sentamos en la mesa. Jordan nos cuenta que en dos semanas será la boda con Isobel.

Ellos siguen comentando acerca de la boda. Allie me agarra del brazo y corremos directo a las escaleras. Apenas entramos a la habitación, rebusca entre mi mesa de noche y luego busca debajo de mi cama.

—¿Dónde está? —se levanta del piso porque no había nada en debajo de la cama, y va al archivero de la izquierda.

—¿De qué hablas?

—Del libro. Maldición ¿dónde lo pusiste?

—Al lado del escritorio —abre una gaveta y lo encuentra. Empieza a pasar las páginas y se topa con una sección de ángeles.

—¿Deberíamos...? —pregunta girando su cabeza a mi dirección.

—Es necesario.

(Primera página)

ÁNGELES:

Los ángeles son considerados como criaturas de gran pureza destinadas en muchos casos a la protección de los mortales.

Organización:

Primera jerarquía: Serafines, querubines, tronos.

Segunda jerarquía: Dominaciones, virtudes, potestades.

Tercera jerarquía: Principados, arcángeles, ángeles.

Primera jerarquía:

*Serafines:

La orden más elevada en la más alta de las jerarquías de los ángeles es la de los Serafines. Ellos regulan el movimiento de los cielos.

*Querubines:

Se trata de los guardianes de la luz y las estrellas. Aunque estén muy lejos de nuestra realidad, su luz divina se filtra del cielo.

*Tronos:

Son entes que antiguamente se conocían como Espíritus de las Estrellas. Se les representa como seres inmensos de alas circulares iluminadas con los colores del arco iris.

Segunda jerarquía:

*Dominaciones:

Se trata de los entes celestes que gobiernan la actividad de todos los grupos de ángeles que son inferiores a ellos, aunque reciben sus órdenes de Dios su actividad está ligada a nuestra realidad. Son los responsables de asegurar que el universo mantenga su orden.

*Virtudes:

Se trata de seres celestes con la capacidad de difundir masivamente la energía divina. Tienen la forma de rayos de luz que inspiran a la humanidad de distintas maneras.

*Potestades:

Son los seres que se ocupan de la conciencia de toda la humanidad, los guardianes de la historia colectiva. Los ángeles del nacimiento y de la muerte pertenecen a este grupo. Son capaces de impregnarse y conservar la energía divina.

Tercera jerarquía:

*Principados:

Se trata de los ángeles guardianes de las grandes comunidades. Tienen una relación estrecha con nuestro planeta y podrían llamarse también ángeles unificadores.

*Arcángeles:

Se les llama habitualmente Arcángeles, pero deberían llamarse ángeles super luminosos. Su deber es cuidar de las obras más grandes de la humanidad.

*Ángeles:

Se trata de los seres celestes más cercanos a los hombres y los que se encargan de los problemas de los seres mortales.

(Siguiente página)

ÁNGELES CAÍDOS:

Se lo quito de las manos. Ella hace una mueca de perplejidad.

—¿Qué? ¿por qué me lo quitaste? quería leerlo.

—Las respuestas que necesitas no están del todo completas ahí, y yo no creo que quieras saberlo —le cierro el libro. Quizás en otro momento.

—En realidad si quiero y estoy segura que tú sabes cosas ¿o me equivoco?

—De acuerdo, sé unas cosas. —suspiro—Dios creó a un ángel. Su hijo pródigo, que lo tenía todo, belleza, inteligencia y perfección. Sin embargo, ese ángel empezó a cuestionarlo, y él no tardó en tomar una decisión, fue desterrado del cielo y llevado al infierno. Después de estar en ese lugar sus alas se tornaron negras. El ángel se llama...

—Lucifer. —termina por mí.

—Sí, pero su nombre original era Luzbel. Los ángeles caídos, aunque también son conocidos como demonios, pero esa terminación no sería la correcta. La mayoría de los ángeles cayeron por lujuria, aunque también por vanidad como motivos principales agarro el libro de nuevo y le muestro fotos— Semyazza, el líder de los Vigilantes, además del líder de los doscientos ángeles caídos. Yekun también uno de los Ángeles caídos más importantes al ser el primer seguidor de Lucifer. También está Azazel corrompió los modales de los humanos llevándolos a la maldad y a la impureza. Arakiel, uno de los jefes de los Vigilantes y uno de los más importantes Ángeles caídos, el segundo seguidor de Semyazza. Y por Último Azrael, el ángel de la muerte. Aun así, Lucifer siempre va a ser el más poderoso e importante de todos.

—Es... Increíble —le da una mirada y paso la página. Ángel sin alas, ella no tiene palabras. La mira fijamente.

—¿Qué ocurre?

—Nada, es que olvide que, cuando esto ocurre es que, los ángeles ya no desean una conexión con su mundo. Y si lo hace, igual su alma inmortal queda consigo.

—Alma inmortal. —suspiro para mí mismo, estoy fascinado con el conocimiento que posee—No sabía que conocías esto, me impresionas.

—Sé algunas cosas, pero no tanto como tú.

Agarro el libro y me topo con un subtítulo.

—Espada llameante. —Allie lo Lee para ambos, me mira con confusión—¿habías visto esto antes? ¿o investigado?

—No, jamás lo había visto.

Tomo el libro y leo todo el texto, pero lo que más me llama la atención es un párrafo que dice: "Esta espada lo atraviesa todo. Ten cuidado, ya que hace cosas irreversibles. "

—Dylan ¿es tan malo este artefacto?

—Es más que malo, es de lo peor.

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