Noah Miller nació en el seno de una familia acomodada, sus padres eran amigos cercanos del Rey, por lo que su posición en la jerarquía era realmente alta, su padre, Kevin Miller, consejero del Rey, ganaba un sueldo de tres cifras aproximadamente (realmente alto suponiendo que la mayoría del pueblo ganaba tan solo unas monedas por todo un día arduo de trabajo), esto acompañado con las donaciones que los campesinos le daban al Rey anualmente a modo de ofrenda para su líder. De estas, el padre de Noah se quedaba casi con el 40% de las mismas. Para el anciano arrogante toda esta comida era tan solo un símbolo de los caprichos que este se podía dar diariamente a costa del pueblo.

El mismo tenía bodegas gigantescas llenas de alimentos, suficiente para alimentar a todo el pueblo por décadas enteras si quisiera.

Por otro lado, su madre, Samantha Miller, no tuvo la necesidad de trabajar en toda su vida, su esposo proveía todo lo necesario para su subsistencia y la de su familia, por lo que ella se dedicó a criar a su hijo y a mantener la casa en perfectas condiciones. Esta última era una tarea realmente complicada, debido a la inmensidad de la vivienda. La casa constaba de solamente dos pisos, con tres cuartos en total, dos, ocupados por la familia, y uno destinado para las visitas, cada uno adornado al gusto personal de cada integrante de la familia. Además de cuatro baños, dos superiores y dos inferiores, todos con yacusi, y baldosas con grabados llenos de piedras preciosas y cubiertas de oro, dignos de la realeza.

La sala y la cocina no se quedaban atrás las dos estaban igualmente hermosas, la primera, estaba decorada con varios adornos y muebles que daban un aire rustico al hogar y al mismo tiempo muy acogedor, mientras que el segundo estaba abastecido de utensilios, ollas y vajillas, de lo más encantador, ayudando a la decoración de toda la casa en general.

Cada esquina y cada habitación era un deleite para la vista de cualquier persona, y las condiciones en las que todo se encontraba, totalmente impecable, solo ayudaba a reflejar la belleza de la casa.

Samantha disfrutaba de ser ama de casa, ya que de esta forma podía prestarle total atención a su hijo.

Ella le leía varios cuentos a su hijo durante el día, siempre cambiando de voz y las expresiones según el personaje y la situación en la que estos se encontraban, pareciendo una obra de teatro más que una narración.

Para luego de esto jugar con él en el campo, siempre jugaban a las escondidas, tardándose varios minutos en encontrase mutuamente debido a la inmensidad del patio de la casa, el mismo que daba lugar a un hermoso bosque que se extendía a la distancia. Una vez ya caía la noche, a la Sr, Miller le encantaba cargar a su hijo hasta su cuarto, donde una vez arropado le cantaba antes de dormir, quedándose dormido en pocos minutos gracias a lo melodiosa que era la voz de su madre.

Para Samantha su hijo era su todo, por lo que Noah siempre tenía ropa realmente costosa y elegante, comida y postres dignos de un príncipe y una educación de lo más plena y completa para cualquier muchacho de su edad.

Noah estaba encantado con su vida, no le faltaba nada, sus padres eran cariñosos y tenía todos los lujos que quería, tanto durante su niñez, como adolescencia. Era un chico realmente atractivo y pulcro, y realmente inteligente, leía libros enteros de casi 1000 hojas en tan solo una hora, y tanto su caligrafía como vocabulario era muy rico en todos los sentidos. Gracias a esto a la edad de 22 años consiguió un trabajo como pergaminero del Rey, ganando un sueldo muy parecido al de su padre.

Le fascinaba ordenar y trascribir todos los pergaminos sagrados que en la biblioteca de Rey se encontraban (para un nerd debilucho como lo era él era lo mejor para dedicarse toda su vida), no podía pelear, aunque si sabía defenderse. Pero cuando regresaba a ver a la mayoría de jóvenes de su edad estos eran más altos y robustos que él, lo que lo hacía cuestionarse muy seguido si acaso sufría de una enfermedad, ya que, para colmo sus huesos eran realmente frágiles.

Recordó la vez en la que estaba saltando en su cama y terminó resbalando por accidente cayéndose contra el suelo provocando que se rompiera un brazo, literalmente la caída habría sido de aproximadamente 30 cm con respecto al suelo, no obstante, eso fue suficiente para dejarlo postrado en cama con un brazo entablillado por más de un mes. Se recuperaba de las lesiones realmente lento, incluso la más mínima gripe le duraba casi dos meses, necesitando de cuidados realmente específicos si quería llegar a recuperarse.

Aun así, esto no le impedía disfrutar de varias cosas, realizaba caminatas por zonas montañosas y campo cerca del reino e incluso practicaba de vez en cuando esgrima, siendo el mejor de su clase. Su vida era realmente perfecta en toda la palabra.

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¡Hola aquí Andrew X! Lamento no haber actualizado en mucho tiempo, mi culpa.

Solo quería aclarar que está parte solo forma como parte introductoria a uno de los personajes principales de la historia, nada más, disfruten.

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