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Capítulo 11: Negociaciones de paz frustradas.

Disculpen los errores ortográficos.

Capítulo 11: Negociaciones de paz frustradas.

21 de Febrero de 1917

"TEXAS ES CAPTURADA, LOS ESTADOUNIDENSES RETROCEDEN"

"LOS OPRIMIDOS SE REVELAN CONTRA SUS ANTERIORES GOBERNANTES"

"EL TRATADO DE VELASCO ES ELIMINADO"

28 de febrero de 1917

"LOS REBELDES AYUDAN AL EJÉRCITO MEXICANO, SE LOGRA TOMAR NUEVO MÉXICO Y ARIZONA"

"CALIFORNIA ESTA BAJO ATAQUE, LOS MEXICANOS Y REBELDES ATACAN CON FUERZA"

"JAPÓN SE UNE AL CONFLICTO, TOMA LAS ISLAS DE HAWÁI Y SIGUE SU EXPANSION HACIA ESTADOS UNIDOS"

15 de abril de 1917

"EL EJÉRCITO MEXICANO AVANZA: TOMAN LUISIANA, MISSISSIPPI Y ALABAMA"

"FLORIDA ESTA CAYENDO: EL GENERAL BRIAN LÓPEZ DESTROZA A LOS REBELDES Y AL EJÉRCITO ESTADOUNIDENSE"

Josef en su oficina había estado leyendo el periódico mientras se tomaba un descanso de tanto firmar papeles, aunque no se quejaba, pues por lo más loco que suene, le agradaba ya que se podía perder el tiempo.

En menos de 3 meses habían logrado retomar los territorios arrebatados y la pelea aún seguía.

El ataque relámpago había sido un rotundo éxito.

Brian se había vuelto el gobernador del estado de Florida, Erza se volvió gobernadora de Alabama, Regina de Mississippi y Reyna se hizo gobernadora de Luisiana. Todo eso después de que se anexara de forma exitosa el territorio al país.

Dante Makarov se hizo gobernador de Texas y proclamó la independencia recibiendo la mayoría de los votos, logrando la separación de Estados Unidos, los cuales no pudieron hacer nada. Al día siguiente después de firmada la independencia, Texas se anexó a México provocando celebraciones en toda la república.

Yunhuen seguía avanzando por California logrando hacer retroceder a los estadounidenses con las demás compañías, David ayudaba a Villa con la eliminación de los gringos en el estado, logrando grandes avances.

Da un suspiro, mientras deja el periódico en el escritorio.

Pone su mirada en el techo, mientras repasaba lo que había pasado hasta ahora.

El sonido de la puerta abriéndose, lo saca de sus pensamientos, haciendo que se reincorpore en su silla.

La persona que había entrado, era una chica de largo cabello blanco, ojos azules y lo más destacado era una cicatriz en su ojo izquierdo. Traía puesto un vestido blanco simple.

- ¿Día aburrido? – Pregunta la albina.

- Algo así – responde Josef – Sinceramente quisiera dejar esto para irme al frente a pelear.

- Entonces ¿Por qué no simplemente buscas a alguien que se vuelva tu sucesor? – Pregunta.

- No es tan fácil, Weiss – responde Josef – Debe estar capacitado y además ser alguien de confianza.

- ¿Qué hay del señor Assam? – Pregunta.

- Bueno... espera, es una buena idea – comenta – Él es confiable, gracias Weiss.

- No es nada, pero... - Weiss rodea el escritorio, para después sentarse en las piernas de Josef y poner sus manos alrededor del cuello – Creo que merezco una recompensa.

Josef ríe ligeramente, pero no se niega y besa a la albina, que con gusto corresponde el beso.

Josef estaba casado, sí, pero hubo una historia detrás de todo eso que comenzó después de la batalla de Veracruz en 1914.

Josef había ido de viaje a otro país, siendo específicamente a Noruega, que se mantenía neutral en el conflicto de Europa.

Pensó que con las leyendas que había sobre los 9 reinos y el Yggdrasil, podría encontrar una forma aunque fuera pequeña, de poder lograr traer de vuelta a todos los que desaparecieron, en las tierras nórdicas.

Si pudo conocer a una diosa del folklor japonés y que esta lo hubiera violado mientras dormía, puede que logre conocer al menos a los enanos o algo relacionado con Asgard.

Durante su viaje, cuando recientemente caía la noche y se miraba la aurora polar en el cielo, él pudo divisar como una luz resplandeciente apareció pero al instante desaparece.

Solo para ver como un cuerpo caía al suelo, gracias a la luz de las auroras polares.

No lo pensó dos veces y fue para salvar a esa persona, solo que al lograr interceptarla en el aire, se sorprende de sobremanera al ver a Weiss Schnee en persona.

Ahora tuvo un problema más del que hacerse cargo, pues no podía dejar a la chica sola en el lugar, del cual no tenía conocimiento alguno.

Pero eso será historia para otro momento, lo único que se puede decir es que Angel no vio problema en compartir a su esposo, algo que lo desconcertó y aunque fuera un poco, lo asustó.

No quiere decir que fuera polígamo, pues él siempre fue monógamo y aunque confiesa que no dudaría en aceptar una relación de poligamia, le resultaría vergonzoso y penoso debido a que jamás pensó que la practicaría ya que no sabría cómo sería el resultado.

Si sus amigas compartían a un mismo hombre, ¿Por qué ella no lo hacía?

Al día siguiente, Josef había nombrado a Assam, un inmigrante que había escapado del Imperio Otomano con su familia, había logrado tener un trabajo estable en México, donde demostró ser bueno en los estudios y con los pocos años que estuvo en el país, logró mucho e incluso entrar a trabajar con Josef en la organización, volviéndose alguien confiable.

Assam aceptó el puesto con mucho gusto, prometiendo que no iba a defraudar a nadie, algo que ya sabía Josef.

Aun así, Josef seguiría siendo el líder, Assam se encargaría del papeleo y se le pagaría bien por su trabajo.

De eso no había duda.

25 de abril de 1917

La guerra seguía y no parecia terminar.

Gracias a Enrique, Ángelo, Angélica, Brian, Erza, Reyna, Joseph, Regina, Dante, Yunhuen, David y Kenichi, Se logró la toma de todo el territorio arrebatado por Estados Unidos, pero ahora también se habían logrado conquistar gran parte de los estados del enemigo.

Wyoming, Colorado, Nebraska, Kansas, Oklahoma, Arkansas, Misuri, Minnesota e Iowa.

Mientras que los japoneses, Washington, Oregon y Idaho.

Todos esos estados fueron tomados, gracias a los ataques relámpago perpetrados por México y sus aliados rebeldes.

Ante la gran pérdida de territorio al igual que de su armamento, ejército y materias primas, el gobierno de Estados Unidos manda un mensaje al gobierno mexicano con la intención de hacer un alto al fuego y hacer un tratado de paz al igual que con los japoneses.

Un armisticio.

A lo que el gobierno mexicano aceptó, pero con unas condiciones las cuales dirán una vez estén reunidos.

El gobierno mexicano manda a sus representantes a Washington D.C, donde se hará la reunión.

El lugar donde será la reunión, será en el capitolio y los elegidos que acompañarían al presidente Venustiano Carranza quién decidió ir en persona fueron Joseph, Josef Ruiz, Dante Makarov, Brian López, Erza Scarlet, Kenichi, Enrique y Ángelo, que al ser informados estos tres últimos, se reunieron para irse.

Decidieron irse sin escolta, con tal de evitar bajas en sus filas pero eso sí, llevaban un arma oculta difícil de encontrar para sus enemigos y con las cuales corresponder cualquier tipo de agresión.

En el transcurso del viaje, las cosas fueron tranquilas.

Demasiado para ellos al estar dentro de territorio hostil que era el Estado de Kentucky, de allí deberían cruzar al estado de Virginia y de allí al final llegarían a Washington, D.C.

Mientras esperaban, hablaban tranquilamente por el camino, contando anécdotas, recordando viejos tiempos y relatando sus experiencias.

- ¿Alguna idea contra una posible trampa? – Pregunta Erza.

- Tenemos armas más avanzadas que ellos – comenta Joseph.

- Además de entrenamiento más avanzado – responde Ángelo – tenemos más experiencia en combate que todos los soldados de este país.

- Pero deben recordar que estamos ahora en su territorio, y en el Capitolio, ellos cuentan con un gran número de cañones y por si fuera poco, miles de soldados – les dice Venustiano.

- Eso no es problema para nosotros, el problema principal es usted – dice Josef – nuestro prioridad es mantenerlo a salvo a toda costa.

- No tienes por qué preocuparte por eso, si se llega armar el desmadre, yo también peleare – dice Venustiano.

- El punto es que tratarán de ejecutar el mismo plan que hicieron con Santa Ana – dice Joseph.

- Capturar al presidente y obligarlo a rendirse – dice Ángelo.

- Con ello, regresan los territorios arrebatados y de paso querrán tomar más de lo que ya tomaron – agrega Brian.

- Lastima que no podrán y los japoneses nos respaldarían – dice Kenichi.

- A pesar de que tengamos ventaja en armamento, nos superan con ventaja numérica – dice Josef – Así que estén alerta.

Todos asienten y el viaje continúa.

Más tarde

- Estamos llegando al capitolio – dice el piloto.

- Prepárense – dice Josef.

Las armas que traían eran simplemente pistolas, las cuales mantenían ocultas en sus ropas.

Erza con los años decidió aprender a usar armas de fuego, aunque no lo encontraba necesario, sabía que no debía llamar tanto la atención con sus poderes. Demostrar que ella era un gran espadachín además de tener una gran habilidad, fuerza y velocidad la harían pensar que era una bruja usando magia.

Aunque era cierto que usaba magia, aun las personas tenían la mente un poco cerrada, aunque más los religiosos. En México ya era conocida y si demostraba magia y demás cosas solo sería sorprendente, pero no para los de Europa o la santa iglesia, ya que lo que menos querían, era meterse en problemas con una religión que tiene peso en todo el mundo.

Y no querían desatar una Guerra Santa, de la que estaban muy seguros que ganarían con una victoria aplastante, pero con una masacre que se quedaría marcada en la historia y que además... apartando las bajas en la Gran Guerra, se acabaría casi con el 30 o 40% de la humanidad actual.

Si, era un poco excesivo por no decir ridículo que esa sería la cantidad de pérdidas humanas en la nueva Guerra Santa, pero cuando se trata de personas realmente devotas, era muy probable que ocurriera.

Aunque si Josef era sincero consigo mismo, era muy poco probable que se desatara una guerra de ese tipo actualmente, ya que obviamente los religiosos no son tan estúpidos como para lanzarse a matar a una "bruja" que puede acabar ejércitos enteros ella sola, la cual está respaldada con uno de los ejércitos más poderosos de América que tiene armas y tecnología más avanzada.

- (Si por alguna razón volvemos a viajar en el tiempo... será un enorme dolor en el culo si terminamos en la época de las cruzadas o en la época de la cacería de las brujas) – Piensa con pesar Josef.

Una vez con sus armas ocultas, todos terminan frente al capitolio y bajan de los vehículos. Durante el trayecto, vieron a una gran cantidad de soldados armados con sus rifles Springfield, otros con ametralladoras Maxim o cañones de 80mm.

- No bajen la guardia – dice Dante. – Pueden tener algún plan oculto.

- Lo sabemos – dice Brian.

Se encuentran con un enviado del presidente Wilson, el cual los lleva a la cámara del congreso dónde se tiene prevista la reunión.

Al llegar estaba un gran número de congresistas y con ello también había algunos soldados.

Incluso estaban el primer ministro de Japón y con 4 guardias en el lugar, al parecer también para hacer un tratado de paz que acabe con el conflicto.

A los representantes de Japón y México se les asignó un lugar donde sentarse, mientras que los que resguardaban a Venustiano Carranza y al primer ministro de Japón, estaban de pie alerta ante cualquier amenaza.

Con el Presidente Woodrow Wilson, estaban algunos de los miembros de su gabinete.

El vicepresidente de los Estados Unidos: Thomas R. Marshall.

El secretario de Estado: Robert Lansing.

El secretario de guerra: Newton Diehl Baker.

Fiscal general de los Estados Unidos: Thomas Watt Gregory.

- ¡Damos por inicio a esta reunión! – dice Robert Lansing.

- Les agradecemos que hayan aceptado nuestra invitación – dice el presidente Wilson obviamente en inglés y todos tuvieron que hablar así.

- Es un honor – dice el primer ministro de Japón.

- Igual, es un placer – dice Carranza – pero, me gustaría que fuéramos directamente al grano.

Todo lo dicho por Carranza, era traducido por Dante.

- Por supuesto – El Secretario de Estado Robert Lansing toma la palabra – Esta guerra ya se ha cobrado muchas víctimas, por lo que debe inmediatamente ponerse fin al conflicto.

- Eso haremos, pero queremos dejar algunas cosas claras y esperamos que las acepten – dice Venustiano.

Erza mira al ministro del Imperio Japonés para darle un asentimiento, lo cual el ministro asiente en comprensión y saca tres documentos, al igual que Erza.

Ambos los ponen en la mesa frente al presidente y su gabinete.

Los documentos de ambos eran iguales, aunque claro, Erza había sacado 6 documentos similares, pues le iban a dar los otros 3 a los estadounidenses para que los tengan.

- Nos gustaría que leyeran los términos que hemos impuesto para que esta guerra termine, al igual que las hostilidades. – Dice Erza entregándoles las dos copias que estaban en inglés para que todos ellos las vieran.

El presidente y vicepresidente leyeron detenidamente los términos y condiciones de los dos países enemigos.

Tratado Karma

Condiciones del Imperio del Japón

· Cesión de Washington, Oregón, Idaho y Montana.

· Cesión de armamento militar terrestre y naval.

· Reparaciones de guerra al Imperio del Japón de una cifra de 25 millones de dólares.

Condiciones de los Estados Unidos Mexicanos

· Renuncia/anulación del Tratado Guadalupe-Hidalgo.

· Cesión de Alaska.

· Cesión de Wyoming, Dakota del Norte, Sur, Nebraska, Kansas, Oklahoma, Minnesota, Iowa, Misuri, Arkansas, Luisiana, Mississippi, Alabama, Georgia, Carolina del Sur y Carolina del Norte.

Reparaciones de guerra de la Intervención Estadounidense en México 1846-1848, en la cantidad de 25 millones de dólares.

Condiciones de los Estados Unidos Mexicanos y del Imperio del Japón

· Limitación de unidades a las fuerzas armadas de los Estados Unidos de América a 150 mil soldados.

· No interferir militarmente en naciones en estado de guerra de cualquier tipo (Revolución, Golpe de Estado, insurgencia e invasión), a excepción del envío de suministros básicos como medicinas, materiales de construcción y alimentos.

· Retirada inmediata del ejército estadounidense de los estados a ocupar con plazo de 34 días.

· Entrega inmediata de todos los afroamericanos a territorio mexicano.

· Entrega de materias primas para las reparaciones de guerra.

· No se permite la eliminación o destrucción de bienes civiles o habitantes en territorios evacuados y todos los materiales militares y locales que se dejen intactos.

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El lugar quedó en completo silencio.

Los enviados de México y Japón pudieron sentir como el ambiente se volvía negativo, podían sentir la tensión y era obvio que a los estadounidenses no les agradó para nada los términos del tratado, que por si fuera poco se llama Karma.

- (Ya les ardió) – Piensa Brian con una pequeña sonrisa.

Podían notar como el presidente, vicepresidente y el secretario de guerra apretaban la mandíbula, sus manos e incluso su rostro se le marcaban varias venas.

Estaban como bombas de tiempo que en cualquier momento podrían estallar.

- ¡Esto es ridículo! ¡Es absurdo! – dice el secretario de guerra Newton.

- ¿De qué habla? – Pregunta Carranza.

- ¡Los términos de este tratado son injustos para nosotros! ¡Están aprovechándose de nosotros! – Exclama apenas conteniendo su enojo el secretario de guerra.

- ¿Uh?... – Josef se confunde – Qué extraño, cuando nos hicieron lo mismo en 1848, simplemente no les interesó nuestro estado y solo nos dieron dinero para vivir un tiempo antes de caer pero... sobrevivimos.

- ¡Los tiempos cambian y nosotros no tenemos nada que ver con nuestros antecesores! – Dice el presidente.

- Si, ustedes no han cambiado para nada en todo este tiempo – Dice Carranza cruzando los brazos – De ser así, no hubieran atacado el puerto de Veracruz cuando podíamos solucionar el problema de forma pacífica y diplomática.

Lo dicho por Carranza lo traduce Dante y enoja a los estadounidenses.

- Si me permiten... - Habla el ministro japonés – Tengo entendido que en ese ataque, comenzó el enfrentamiento solo porque no saludaron a su bandera – dice viendo a los estadounidenses – En vez de llegar a una solución, decidieron tomar ese acto como una provocación o motivo para una guerra. Por lo que desde el principio tenían pensado intervenir en México, lo cual si eso se hubiera agravado, nosotros como aliados hubiéramos respondido al conflicto de parte de nuestros aliados, no solo eso, ya que si el conflicto seguía, afectarían y cobrarían la vida de ciudadanos japoneses asentados en tierras mexicanas. Lo cual, para nosotros ese sería un motivo más que suficiente y valido para entrar en la guerra.

Los estadounidenses quedan en silencio, pues en parte esa era una de sus intenciones.

Pero ahora sabían que fue buena idea no tener conflicto en ese momento o hubieran tenido a otra nación invadiendo su territorio, aunque claro, igual los terminaron invadiendo.

- La solución en este momento es firmar el armisticio y poner fin a las hostilidades – dice el ministro japonés.

El lugar volvió a quedar en silencio, mientras los mexicanos y japoneses esperaban la respuesta de los estadounidenses.

- De acuerdo – Dice el presidente Wilson.

- Bien – Dice Carranza y el ministro japonés asiente.

Así, se firmaron todos los documentos donde los representantes de Japón y México se quedaron con 3 documentos cada quien, al igual que los estadounidenses.

- Bueno, fue un gusto haber estado aquí – dice Carranza levantando la mano hacia el presidente Wilson, al igual que el ministro japonés.

El presidente Wilson mira la mano del presidente mexicano, para después estrecharla, al igual que lo hizo el vicepresidente con el ministro japonés.

- Es un alivio que todo haya terminado bien – dice el ministro.

- Sí, es un alivio – dice el vicepresidente.

Pero el ministro japonés como Carranza, sienten que el presidente y vicepresidente ponen más presión en el agarre.

- Es un alivio que la guerra ya terminará – Dice el presidente.

De pronto las puertas se abren y entran soldados estadounidenses armados con rifles Springfield 1903 y ametralladoras Lewis, apuntándoles a los visitantes.

El secretario de guerra saca un revolver y le apunta a Carranza.

- ¿Qué significa esto? – Exclama el ministro japonés.

Sus guardias estaban listos para atacar, pero Erza en japonés los detiene.

- "¡Tomaru!" – Les dice en voz alta, por lo que estos dudan pero ven que su ministro les dice que hagan caso.

Estos sin decir nada obedecen y los soldados se acercan.

- ¿Por qué no me sorprende? – Dice Carranza tranquilo.

- Las cosas serán diferentes y a nuestro modo – dice el secretario de guerra que saca un documento – Firmaran este documento en el que México y Japón estarán de acuerdo en pagar reparaciones de guerra y aparte dar una cantidad de 50 millones de dólares cada nación, el regreso de los territorios conquistados así como entrega de armamento para nuestro ejército. Japón nos dará los territorios ocupados de Asia y México nos dará totalmente California, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas. Al igual, nos tendrán que entregar sus proyectos armamentísticos y la mitad de sus armas.

La tensión en el lugar era tan agobiante, que algunos soldados estaban nerviosos, incluso los congresistas estaban igual de nerviosos que los soldados o incluso más.

- Eso no pasara – dice Carranza y Dante traduce.

- No están en posición de negarse – dice el presidente.

- Me temo que sí – dice Erza – Un representante o un líder que está cautivo o detenido por el enemigo, no puede obedecer y cumplir las demandas de sus captores ya que no son válidas y menos la palabra del capturado y todo ahora queda en mano del congreso de nuestra nación.

- Tu cállate mujer, tú no tienes voz en un asunto de hombres – dice el vicepresidente.

- ¿Miedo a que les diga la verdad? – Pregunta con burla la pelirroja.

- ¡Tu cállate! – Dice el secretario de guerra - ¡firmen el documento!

- Es ridículo que estén usando nuevamente el mismo método que usaron con Santa Ana – dice Carranza.

- Déjelos, son estúpidos – dice Brian.

- Firmen el documento y los dejaremos ir – dice el presidente Wilson.

Los guardias de Carranza se miran por un momento, para después ver a los guardias del ministro y en japonés, Erza les dijo que se prepararan para el combate cuando dieran la señal, por lo que estos entendieron.

Fue suerte que los estadounidenses no llevaban con ellos alguien que les tradujera el idioma japonés.

- ¡Rápido firmen! – Les dice el secretario de defensa.

Josef mira al presidente y al resto de su gabinete, para después sonreír desconcertando a todos.

- "That will not happen (Eso no pasará)" – Les dice a los estadounidenses.

Ángelo lanza una ráfaga de fuego al techo impactando, desconcertando y asustando a todos los estadounidenses en el lugar, por lo que Enrique aprovecha y crea hielo en el suelo que atrapa los pies de los estadounidenses.

Rápidamente los guardias del ministro japonés tomaron sus katanas y con ellas comenzaron a matar a los soldados estadounidenses, al igual que los de Carranza quienes recibieron las armas de parte de Erza con las que comenzaron a acribillar a los estadounidenses.

Obviamente eso alerta a los soldados que estaban afuera del capitolio y quienes resguardaban en los alrededores del lugar, quienes fueron acudir al ataque.

Carranza saca una pistola Obregón y le apunta al presidente Wilson.

- Es una lástima que sean tan estúpidos – dice antes de dispararle a la cabeza al presidente Wilson matándolo.

Josef había asesinado al secretario de guerra y el único que quedaba con vida era el vicepresidente, que estaba asustado por morir.

- Usted se queda con vida para cuando tomemos la capital, usted admire la capitulación – dice Josef – Nos vemos luego, señor presidente.

La mayoría de los congresistas, fueron asesinados dejando a unos cuantos con vida. Para que después todos comenzaran a salir del lugar para regresar a territorio seguro, poniendo al presidente Carranza y al ministro en el centro del grupo.

Carranza les propuso a los japoneses acompañarlos hasta su territorio, para que estén a salvo y de allí puedan irse al territorio tomado por ellos y reanudar la guerra, lo cual el ministro japonés no se niega.

Los guardias japoneses tomaron los rifles estadounidenses y las ametralladoras de los muertos, para poder defenderse de los ataques enemigos.

Durante el escape muchos estadounidenses los interceptaban pero estos caían rápidamente, debido a la superior experiencia en combate.

Aunque Erza a pesar de aún seguir hiriendo a los enemigos, había uno que otro que si terminaba siendo asesinado por ella.

Los cañones estadounidenses antes de disparar, fueron neutralizados por Erza y su manejo de espadas, incluso algunos eran quemados vivos por Ángelo y otros congelados por Enrique, mientras que el resto disparaba.

Llegan rápidamente a los vehículos en los que llegaron, pero estos son destruidos por los cañones enemigos que no los iban a dejar irse. Pero logran neutralizar el resto de cañones que estaban en el área, para después ponerse a correr y seguir avanzando hasta llegar a las calles. Por suerte un grupo de caballería montada de los enemigos, llega para pararlos, pero no sirve de nada ya que son derribados y asesinados.

Rápidamente toman los caballos y con ellos emprenden su huida del lugar.

Sabían que el resto del ejército estadounidense ya estaría alertado de lo sucedido y estarían ahora mismo cazándolos.

Durante un largo rato habían salido de la ciudad y los caballos no pudieron dar más, por lo que tuvieron que descansar.

Durante el descanso, los japoneses con Carranza y los demás empezaron a idear un plan de ataque contra la capital.

Incluso capturar al Vicepresidente.

Aunque al inicio los japoneses dijeron que fue mala idea dejar vivo al mencionado, Erza les dijo que era buena idea, ya que el vicepresidente al estar solo con unos pocos congresistas, no sabría llevar la situación del país y mucho menos con los congresistas que quedaban.

Era cuestión de tiempo para que la población mostrara su descontento y empezaran hacer revueltas en todo lo que quedaba de su país, a tal punto de que todo se salga de control y el gobierno quede tan debilitado que todo se sumiría en la anarquía.

- "Entonces, está diciendo que en lo que regresamos a nuestras bases y después reanudamos la invasión, el ejército enemigo estará tan mal dirigido y preparado que podrían pelearse entre ellos por el mandato de gobierno, destrozando la poca estabilidad que queda en el país para... ¿llegar a la capital y hacerlos capitular?" – Pregunta sorprendido el ministro japonés.

- Así es – dice Carranza y Erza les traduce. – Este plan, nos ahorrará una gran cantidad de recursos, fondos, material y soldados. Pero me gustaría pedirle con mucha sinceridad, que por favor se aseguren de no matar a todos los enemigos. Quiero decir, que si pueden incapacitarlos lo hagan y no los maten.

- "Quiere que evitemos los crímenes de guerra y respetemos los derechos de los enemigos ¿Es eso?" – Pregunta el ministro y Carranza asiente. – "No tiene de qué preocuparse, incluso es algo que estamos haciendo desde que iniciamos los ataques. Uno de sus guardias nos pidió lo mismo hace mucho tiempo."

Carranza mira a Josef.

- ¿Tú lo sabías? -.

- ¿Cuánto tiempo piensa que llevo planeando esta invasión, Carranza? – Pregunta con diversión Josef.

- Mejor me ahorro el problema – dice Carranza.

- Sí, es lo mejor – dice entre risas.

Hablaron y rieron entre todos.

Erza hablaba con los japoneses y en parte era sobre las espadas, al igual que las batallas y eso llamó la atención de Erza.

Ella no había visitado nunca Japón, ya que no veía necesario salir de México y visitar otros lugares. Ella se sentía muy satisfecha en Puebla, donde nacieron sus hijos y crecieron bajo su educación y la de su esposo, el cual era un hombre amoroso y dedicado a su familia.

Pero que igual, tiene sus grandes momentos de estupidez y no le queda de otra que hacerlo dormir en el sofá o golpearlo con la sartén.

Una hora después de descansar, reanudan su camino hasta que después de un largo pero largo trayecto de un día y medio, casi dos días, ya estaban a mitad de camino para llegar a territorio ocupado.

No fue hasta que escucharon una gran estampida detrás de ellos, para que al darse la vuelta vieran a una enorme compañía de caballería siguiéndolos.

- ¡Por un demonio, lo que faltaba! – Exclama Joseph.

- ¡Hay que movernos! – Dice Josef y todos aprietan el paso.

Los disparos comenzaron a sonar y los guardias se volteaban para responder al fuego enemigo, al mismo tiempo que Enrique creaba un muro de hielo en su trayecto para detener las balas o congelaba gran parte del suelo para ralentizar a los enemigos.

Debido a que los chicos tenían más experiencia en armas que los estadounidenses, les era más fácil a ellos el acabar con los tropas enemigas.

Durante unos 10 minutos de persecución, los caballos mostraron signos de cansancio pero lo bueno para ellos era que estaban por entrar a una zona llena de árboles.

Usarían eso para tomar ventaja, ya que era por donde habían venido en auto y regresaban por el mismo lugar por donde habían venido.

Pero entonces más adelante, vieron como varios autos con soldados estadounidenses les bloqueaban el paso y estos no tardaron en dispararles al visualizarlos.

- ¡Joder! – Dante salta del caballo y se protege.

El resto hace lo mismo y bajan de los caballos mientras ponían al presidente y al ministro a salvo, aunque no querían mostrar muchos sus habilidades, no les quedaría de otra que hacerlo para salir de esa situación si se ponía peor.

Estuvieron resistiendo a los ataques desde ambos lados, donde los estadounidenses caían uno tras otro.

Justo cuando iban a usar sus habilidades, escuchan sonidos de disparos viniendo desde la parte por donde iban a escapar hasta que les cerraron el paso.

Vieron como los soldados que bloqueaban su ruta de escape empezaron a caer muertos con partes de sus cuerpos hechos pedazos y los autos más que inutilizados.

Vieron sorprendidos comohabían llegado tres camionetas Toyota Hilux, 4x4 de doble cabina de colorblanco.

(Ejemplo del vehículo para que se den una idea pero imagínenlo también con cabina doble y una MG42 montada en la parte trasera)

La idea de crear esos vehículos de la marca, era por su confiabilidad y su resistencia.

Al igual que era la mejor opción cuando se trata de terrenos difíciles como los que tiene México y toda Latinoamérica.

En la parte trasera de la cabina, en la caja grande, se encontraba montada en cada camioneta un miembro de los Asesinos de las Sombras, una ametralladora pesada calibre 50, MG42. Una versión más pesada por así decirlo de la ametralladora ligera, que disparaba munición 12,7mm.

Y era una ametralladora pesada especial, ya que tenía dos velocidades de disparo o mejor dicho, dos cadencias de disparo diferentes.

La primera era de cadencia rápida, disparo rápido o velocidad rápida/alta, que era de 1300 disparos por minuto.

En cambio la segunda era de cadencia media o velocidad media, que era de 650 disparos por minuto y con la cual estaban disparando en ese momento las ametralladoras.

Un arma revolucionaria sin duda alguna.

La camioneta que iba a la cabeza choca contra los autos enemigos quitándolos del camino, para después los tres vehículos ponerse el uno al lado del otro y detenerse para después dispararles a los estadounidenses comenzando a masacrarlos.

Después de un minuto y medio de disparos sin cesar, los operadores de las ametralladoras dejan de disparar, pero aún se mantenían alerta.

De la camioneta del medio, la puerta del copiloto se abre y de esta sale una persona que deja sorprendido a Josef y al resto.

Pero en mayor medida a Josef.

La persona que había llegadoy bajado del vehículo, era nadie más y nadie menos que Weiss, que portaba un fusil de asalto StG-44 personalizado y un traje femenino que parecia ser de un soldado del ejército rojo.

-.... ¿Qué estás haciendo aquí? – Pregunta sorprendido.

- Salvando tu trasero obviamente, querido – Responde la albina. – ¿Acaso ya lo olvidaste?, estaremos juntos en las buenas y en las malas hasta que la muerte nos separe.

- Y ojala que eso último nunca pase o al menos no tan pronto – dice Josef. – Y por cierto, que sexy te ves con ese traje.

- Gracias por el halago, eres todo un amor – Dice Weiss con ternura a su esposo.

- ¡Rápido, a los vehículos! – Dice Josef.

Todos suben a los vehículos y rápidamente se van de allí a territorio seguro, pues ahora no debían perder tiempo y lanzar rápidamente una invasión rápida pero segura hacia la capital. No hubo problemas de espacio, ya que sorprendentemente los que habían venido a su rescate, solo eran los conductores de las camionetas con los operadores de las ametralladoras y Weiss, quien los lideraba.

Les dijeron que atravesaron las líneas enemigas cuando el alto al fuego fue reanudado por los estadounidenses y entonces inmediatamente supieron que algo había ido mal, por lo que Weiss no perdió tiempo y rápidamente con los tres vehículos, operadores de las ametralladoras y conductores avanzaron hacia el territorio enemigo hasta que los encontraron en el camino.

Una vez llegado a territorio seguro, los japoneses pasaron allí la noche para después irse a su territorio mañana e informar del plan de Carranza para lanzar un ataque a la capital estadounidense rápidamente y finalizar la guerra.

Al parecer el fin del imperio estadounidense estaba por llegar a su fin.

Fin del capítulo

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