Capítulo 5: "Un camino sin ti"
Una entristecida castaña se encontraba en su habitación, acostada sobre su cama, mirando un álbum de fotos, en donde aparecían un par de niños muy sonrientes dentro de un aula, mientras pensaba: Tantos momentos juntos, tantos momentos que no volverán más, ya han pasado 6 años desde tu partida, 6 años desde los cuales nunca supe más de ti. Lo último que pude saber de ti fue por madre, antes de que se cambiaran de ciudad.
-.Recuerdo.-
Un par de niñas que llevaban puesto un uniforme escolar, caminaban por una acera, sujetando sus respectivos maletines, mientras platicaban.
¿Ir a la casa de sus padres?, decía nerviosa una linda castaña.
Si Sanae, a ti más que a nadie le afecto la partida de Tsubasa, y no me lo niegues; él era alguien muy especial para ti, por ello desde que él partió andas decaída: Ya no sonríes como antes, ni siquiera regañas a los chicos para que se esfuercen por jugar como lo hacías antes, la verdad ello me tiene preocupada, respondía una niña de coletas.
No había notado que no los regañaba, dijo la castaña con calma.
No, no los regañas, y ello si es extraño, pues tú siempre te has encargado de llamarles la atención a los chicos del equipo de fútbol cada vez que vez que ellos parecen perder las ganas de jugar, respondió Yukari.
Si, tal vez tengas razón, pero ¿qué le diré a los señores Ozora?, decía la castaña.
Pues que pasábamos por aquí y pues querías saber cómo está Tsubasa, respondió Yukari.
Sí, tienes razón, dijo la castaña.
¿Entonces vamos?, respondió la niña de coletas.
¡Vamos¡ acotó Sanae.
El par de niñas caminaron por algunos minutos, hasta llegar a la casa que buscaban, tras tocar la puerta de la misma, una mujer de cabello corto, que llevaba puesto un delantal salió.
¡Buenas tardes señora Ozora¡ ¿nos recuerda?, dijo la niña de coletas, posando su mirada en la mujer.
Por supuesto, fueron compañeras de mi Tsubasa en el Nankatsu, respondió la mujer, mientras le regalaba una cálida sonrisa al par de niñas.
Así es señora, acoto Yukari.
Disculpe que nos las haga entrar hijas, pero todo está un desastre dentro, no hay ni donde tomen asiento, pues todo está siendo empacado, decía Natsuko.
¿Empacado?, respondió sorprendida la castaña.
Si nos mudaremos a Tokio el fin de semana, por ello mi esposo estamos empacando, dijo la mujer, haciendo una pausa para acotar: pero díganme, ¿qué las trae por aquí?
Queríamos saber de Tsubasa, es que ya han pasado 3 meses y no sabemos nada de él, decía con nostalgia la castaña.
Mi hijo está muy contento, dice que no solo está aprendiendo más del fútbol, sino también está aprendiendo portugués para que pueda comunicarse con sus compañeros, él ha hecho muchos amigos en Sao Paulo, se le nota muy feliz..., respondía Natsuko.
-.Fin de recuerdo: Tiempo actual.-
Tú mamá, nunca menciono que extrañabas al equipo, tal con tus nuevos amigos se te olvido los que dejaste aquí, aunque yo a pesar de todos estos años no he podido olvidarte, eso sí, hice nuevos amigos, uno de ellos es Taro Misaki, él llego de intercambio a los 6 meses que te fuiste, y fue como un regalo para el equipo que estaba sin una brújula que los guíe. Gracias a él el equipo gano muchos campeonatos locales y siempre fue uno de los primeros en los nacionales. Él y yo nos volvimos muy amigos, pues compartíamos muchos equipos de trabajo juntos, aunque luego de tu partida no volví a asistir a ningún estadio de fútbol, ni a ver partidos por televisión, siempre trataba de animar a los chicos en los entrenamientos. Pero, en unos días volveré a perder a otro amigo, Taro se va con su padre a Francia, su padre es pintor y pues va a ese país en busca de nuevos paisajes que lo inspiren a seguir pintando. Taro me dijo que él aprovechara su estadía en Francia para aprender del fútbol francés, y perfeccionar sus técnicas. Yo lo voy a extrañar mucho, después de ti, es mi segundo gran amigo varón, aún recuerdo la plática que tuvimos el día que me dijo que no continuaría en la ciudad, me pensaba la nostálgica castaña.
-.Recuerdo.-
Un joven de rostro tierno, se encontraba dándole de golpecitos a un balón, mientras una pensativa castaña lo miraba desde el borde del campo de juego.
En un determinado momento el apuesto joven detuvo los golpecitos al balón y camino hacia la castaña.
¿Sucede algo Sanae?, escucho la castaña.
¡Taro¡ dijo la joven.
Sí, soy yo, ¿o es que me confundiste con Ryo?, respondió sonriendo el apuesto jovencito de rostro tierno.
¡Eh¡ disculpa, estaba distraída, dijo la castaña.
Si lo note, pero dime, ¿qué sucede?, respondió el joven de rostro tierno.
¿Es cierto lo que se rumorea entre los chicos del equipo?, dijo la castaña con voz entrecortada.
Ya te enteraste, respondió el joven con calma.
Entonces, si es verdad, dijo Sanae.
Si, si lo es, pensaba decírtelo hoy, al acabar con el entrenamiento del día, respondió Taro.
Otro amigo que se me va, dijo la castaña.
Sany, él hecho de que me vaya no significa que nuestra amistad termine, yo tengo tú número de celular, tú tienes el mío, tenemos nuestros correos, respondía Taro.
Cierto soy una tonta, dijo Sanae.
No eres tonta, eres una chica maravillosa. Sabes Sanae, papá irá a Francia buscando nuevos paisajes que le sirvan de inspiración para sus pinturas, y yo pienso aprovechar mi estadía en Francia para aprender de su grandiosa manera de jugar al fútbol, respondió Taro.
Claro, dijo la castaña.
Siempre hay que encontrarle lo positivo a las cosas Sany, si bien me alejare de mi país y de mis amigos físicamente, sé que en Francia podré desarrollar más mi talento para el futbol, y porque no, jugar en algún equipo de la liga de ese país y luego por nuestra selección, eso sí, el día que vista la camiseta de la selección, si irás a verme al estadio, respondía sonriendo Taro.
Claro, dijo la castaña.
Estaremos contactados Sany, no te pongas triste, respondió el joven, mientras se acercaba a abrazar a la castaña.
-.Fin de recuerdo: Tiempo actual.-
Taro me harás mucha falta cuando no estés, tú y Yukari son mis mejores amigos, mis confidentes, los dos son los únicos que saben de cómo sufrí tras la partida de Tsubasa, pensaba la castaña.
Brasil:
Tras un potente disparo en el arco del equipo rival, un apuesto joven de cabello desordenado era abrazado por sus compañeros, mientras dos hombres lo miraban desde una banca.
¿Qué te parece?, sin duda extraordinario, ¿no lo crees?, ese tiro es digno de un profesional de las grandes ligas, creo que es el momento de que sea promovido al equipo de adultos, decía uno de los hombres.
Yo también pienso ello, respondió el otro.
Entonces hablemos con el presidente del club, dijo el primer hombre.
Por supuesto, acoto el otro.
Mientras en el terreno de juego:
Tsubasa es que no te cansas de anotar, ni siquiera te condueles del pobre de Jairo, decía sonriendo un joven de cabello marrón.
¿Qué?, respondía sonriendo el mencionado.
Tsubasa está que se luce porque sabe que el entrenador del equipo de mayores está aquí, decía sonriendo un moreno.
¿El entrenador de mayores está aquí?, respondió sonriendo Tsubasa.
¿Qué no lo sabias?, dijo el moreno.
No Pepe, claro que no, yo solo disfrutaba del fútbol con mi amigo, acoto el joven de cabello desordenado.
Con tus amigos, dirás, dijo el joven de cabello marrón.
Tsubasa se refiere al balón, su mejor amigo, acoto Pepe.
Así es me refería a él, agrego Tsubasa, al tiempo que su entrenador les decía: Descanso chicos.
Bien, dijeron los jóvenes.
Tsubasa junto a sus compañeros caminaron al ras del campo, donde había unas botellas de agua y toallas para que se sequen el sudor.
Pepe, ¿en verdad el entrenador de mayores estuvo aquí?, decía con ilusión Tsubasa.
Si amigo, estuvieron mirando nuestra práctica, creo que han venido a ver si eligen a alguien para promoverlo, respondió Pepe con calma.
Entonces todo el camino que hemos recorrido desde que llegamos aquí, hoy podría dar verdadero fruto, pues podríamos ascender al equipo de mayores, decía Tsubasa feliz.
Si amigo si, respondió el moreno.
Tiempo después: "Oficina"
Pues por mí no hay problema, también había notado de su talento indiscutible para el fútbol, sin duda si llegamos a venderlo, nos dejara muy buenas ganancias, decía el presidente del club.
Sí, es cierto, respondieron los otros dos hombres.
Pero primero lo primero que contribuya con el equipo de mayores en el torneo local, este campeonato tiene que ser nuestro, decía el presidente del club.
Japón:
Una castaña con voz adormilada platicaba con su amiga de coletas, por celular.
Bien Yukari, por supuesto que voy, Taro es un gran amigo, decía la castaña.
Entonces te esperamos mañana en el Parque Nicarioka, escucho la castaña.
Sí, claro, dijo la castaña, mientras pensaba: "El Parque Nicarioka", hace mucho que no voy por allá, es más desde que Tsubasa partió no volví a pasar por ese parque.
Brasil:
Esto hay que festejarlo Tsubasa, decía Jairo.
¿Festejarlo?, respondió Tsubasa sonriendo.
Si amigo, eres el primero del grupo que es promovido al equipo adulto, decía Pepe sonriendo.
Pero tenemos prohibido salir en días de entrenamiento, respondió Tsubasa.
Y beber productos que contengan alcohol, ya lo sé, pero no me refiero a que salgamos amigo, aquí podemos festejarlo con....., decía Jairo, siendo interrumpido por un hombre de lentes.
Con agua y viendo una buena película, respondía el hombre.
¡Roberto¡ dijo Tsubasa.
Sabía que lo lograrías, respondió con una amplia sonrisa el hombre de lentes oscuros.
Al día siguiente: "Japón"
Un grupo de jóvenes se encontraban reunidos en un parque.
Iremos por unos buenos refrescos y empadenados, decía Ryo.
¡Gracias chicos¡ no imagine que me organizarían una despedida, respondió el joven de sonrisa tierna.
Como no, eres un gran amigo Taro, decía una castaña.
Además, fuiste el salvador del equipo, acotaba Manabu.
Tampoco lo digas así, lo haces sonar como si hubiéremos sido todo un desastre desde la partida de Tsubasa, decía Ryo, haciendo que la castaña baje la mirada, acción que no pasó desapercibida por dos jóvenes del grupo.
Como siempre tan torpe, dijo Yukari.
¿Y ahora que hice?, respondió a la defensiva Ryo.
Chicos, chicos, por favor no discutan, decía Taro.
Es que este, es un imprudente, acotaba en voz baja la joven de coletas.
Mejor vamos por los refrescos y empadenados, ¿no lo crees Sanae?, decía Taro.
Si, vamos por ellos, respondió la castaña.
1 hora después:
Un grupo de jóvenes platicaban dentro de un pequeño local, mientras bebían unos refrescos.
Claro que seguiremos en contacto amigos, es cierto que continuare mi camino hacia mis sueños en otro país, pero ello no significa que dejaremos de estar en contacto, decía Taro.
Si es cierto, al menos de ti si tenemos tu número de celular y de tus redes sociales, respondía Ryo.
De nuevo, decía Yukari, llevando una mano a su rostro.
¿Y ahora que hice?, respondía Ryo.
Nada, nada Ryo, no hiciste nada malo, dijo Sanae posando su mirada en el joven cara de mono, para luego desviar su mirada hacia su amiga y decir: Yuka, no regañes al pobre de Ryo, él solo expresa su sentir.
Cierto, dijo Taro, acotando: La vida sigue. Así como hoy yo sigo un camino distinto al de ustedes, pero siempre tras mi más grande sueño, ustedes en algún momento tomaran su propio camino, así es la vida amigos, nada está escrito en ella, yo pensé que seguiría en la preparatoria con ustedes y no será así.
Si tienes razón, nada está escrito en la vida, acoto la castaña, con cierta nostalgia en su voz.
Brasil:
Un jovencito de cabello desordenado estaba en una habitación con las luces encendidas, mirando todos los trofeos y medallas que había conseguido desde su llegada a Sao Paulo.
Cada una de ustedes representa el camino que he recorrido hasta llegar a alcanzar el equipo adulto, pensaba Tsubasa, mientras miraba cada una de sus medallas.
Nota:
Aquí les dejo un capítulo más de "El Viaje que lo cambio todo", espero y el mismo sea de su agrado.
¡Gracias de antemano a cada persona que leen esta historia y todas mis demás historias en proceso y las concluidas¡¡gracias por sus vistos, votos y comentarios¡
Cuídense mucho y cuidemos a los nuestros, solo así contribuiremos a detener el avance de esta pandemia que estamos viviendo en nuestros respectivos países.
Ahora si me despido de ustedes, y con esta historia Dios mediante será, hasta el próximo martes.
Con mucho cariño.
PrincesaLirio.
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