Nueva vida
Con Mystoria.
Curioso veía como todos hablaban de una forma bastante amena, como si todos fueran amigos íntimos cosa que lo sorprendió bastante.
Écarlate: ¡Jajaja! Perdón por eso pero estaba aburrido - se disculpó con Shijima.
Shijima: ni con todas tus disculpas me harás perdonarte Écarlate, me dejaste en grandes problemas con mi gente gracias a tus chistecitos - le dijo molestó mientras el pelirrojo únicamente reía.
Cardinale: es bastante alegre verte sonriendo de esa forma ¿sabes? - preguntó mientras Mystoria sonriendo agradeció.
Mystoria: Si, gracias Cardinale - le dijo.
Cardinale: ¿estas triste? - preguntó.
Mystoria: sabes que me hubiera encantado que mi maestro estuviera acompañándome ¿sabes? - preguntó.
Cardinale: lo se, pero Krest ya no puede involucrarse más contigo Mystoria... tú batalla apenas y está iniciando y no puedes arriesgarte a dar puntos débiles - le dijo mientras Mystoria suspiró.
Mystoria: Si lo se - respondió.
Cardinale: Oye... ¿Quieres consejos para lo de hoy en la noche? - preguntó mientras Mystoria se sonrojo.
Mystoria: cállate - le pidió mientras se iba a otro lado, mientras Cardinale únicamente se reía de esa reacción.
Mientras tanto.
Con Krest y Zaphiri.
El castaño cansado se dejó caer sobre el sofá, mientras veía como su esposo llevaba varias palos a los cuales le había hecho punta.
Krest: sabes que es lo mejor para él Zaphiri, aunque ahora no lo quieras aceptar, veras que cuando te enteres que esta bien y ya tiene una hermosa familia te animaras - aseguró.
Zaphiri: yo no quiero nada que me vuelva a unir a ese tipo Krest, volveré a aceptar a Mystoria únicamente solo, no con las crías que vaya a darle a ese demonio - aseguró mientras el pequeño hombre únicamente negó.
Krest: enserió que aguafiestas eres, ahora entiendo si no nos invitan a la boda después - dijo mientras vio a su esposo ponerse de pie y molestó dejar la casa, por lo cual suspiró - gracias a Dios Dégel no heredo esas mañas - susurró mientras negaba.
Por otro lado.
Con Kardia y Dégel.
El peliazul se encontraba terminando de prepararle una bonita cena a su esposo, le había logrado hacer una carita feliz para alegrarlo un poco y como lo había prometido, haría exactamente lo que el quisiera.
Kardia: bien, esto ya está - aseguró mientras terminaba de arreglar la boca de su carita feliz.
Dégel: ¿Que es lo que estás haciendo ahora Kardia? - preguntó mientras el peliazul lo vio.
Kardia: Deggie, ¿que haces de pie? Te dije que tenias que estar acostado en la cama - dijo preocupado mientras se acercó corriendo a su esposo al cual cargo al estilo princesa y volvió a llevarlo a su habitación, donde lo recostó suavemente sobre la cama - quédate aquí ¿si? Iré por tu sorpresa - le pidió mientras le daba un beso sobre la frente y salía corriendo de ahí.
Dégel curioso vio que tenía el cabello recogido por un trapo que lo hacía ver un poco gracioso y adorable debía admitirlo, dejo de pensar en eso cuando vio como el regreso con una bandeja en las manos llena de comida.
Dégel: Kardia ¿que significa esto? - preguntó mientras veía como la colocaba suavemente sobre sus piernas.
Kardia: tranquilo me esmere mucho para que saliera bien, sin mucha sal y o con poca - aseguró sonriendo.
Dégel: oh Kardia... no debiste - le dijo, pero en su cabeza sonó un - ¿como es posible que no hayas quemado la cocina? - fue lo que pensó - Kardia ¿estas bien? - preguntó.
Kardia: estoy preocupado por ti y nuestros hijo es seguro, no se que haría si por mis descuidos pueda perderlos - dijo mientras bajaba la cabeza.
Dégel: Kardia eso no va a pasar, somos fuertes, pero no es solo por eso que lo digo, lo digo por Mystoria ¿aún te preocupa que pueda hacerle daño? - preguntó.
Kardia: claro que si, pero veo que tú y tú mamá confía en que estará bien y están calmados, además... que si el no se hubiera querido ir con el, el mismo se hubiera soltado de su agarre pero eso no paso, así que e decidió confiar en ustedes - le dijo mientras Dégel sonrió, para después sentarse sobre la cama y tomar la mano de su pareja.
Dégel: así es, Mystoria sabe que estará seguro a su lado... lamentablemente nosotros ya no podemos protegerlo más Kardia, es tiempo de que el siga su propio camino ¿estas de acuerdo conmigo? - preguntó mientras el peliazul asintió.
Kardia: si, confío en ti mi bello cubito de hielo - le dijo mientras el peli verde sonriendo asintió, para después comenzar a comer lo que Kardia había preparado, esperando de que no estuviera salado.
Aunque para su sorpresa, no, no lo estaba, le había salido bien ¿acaso se había tomado el tiempo de verlo cocinar para aprender a hacerlo también? No supo porque pero no pudo contener sus lágrimas al pensar en aquella posibilidad.
Kardia: oh no, amor... amor... por favor no llores, me esforzaré para que me salga mejor la próxima vez pero ya no llores - pidió preocupado mientras lo veía.
Continuará...
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