Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

TRAICIÓN - PARTE 2

PVO MAAM

Los siguientes dos días me mantuve lejos de ellos. Únicamente mi madre me acompañaba en mis paseos por el jardín del castillo y en las comidas casi no hablaba con nadie, (tampoco con mi "novio").

En ese tiempo Popp no se apareció y eso se me hizo extraño, (¿se habrá ido a continuar buscando a Dai?). Preguntar su paradero no era buena idea y tuve que quedarme con la duda.

Al tercer día mi madre se entretuvo hablando con el maestro Aván y como no quería permanecer sentada en el comedor con el ambiente tenso que yo misma ocasioné, decidí irme sola a dar la vuelta.

El jardín del castillo es bastante extenso y su bosque es lo que más me gusta visitar porque me recuerda al bosque oscuro de la villa Nayle.

Llevaba más de la mitad recorrido, cuando mi insignia empezó a brillar. Eso me sorprendió porque tenía días de no activarse. Luego de algunos intentos infructuosos para que volviera a la normalidad, decidí resignarme y continué caminando.

De pronto vi a lo lejos a Popp durmiendo bajo la sombra de un árbol.

Regresar hubiera sido lo más sensato y en serio iba a hacerlo, pero el brillo de mi insignia aumentó y su resplandor era tan fuerte que provocó que se despertara y mirara en mi dirección con algo de confusión.

–¡Maam! –en cuanto pronunció mi nombre la piedra parpadeo con más rapidez –¡vaya!, de nuevo brilla, pero si Hyunckel no anda por aquí, supongo que lo hace porque sigues preocupada por los aldeanos, ¿verdad? –sonrió con amabilidad –ya no tienes de qué angustiarte. En cuanto regresé lo primero que hice fue usar un hechizo que cura heridas causadas por magia del inframundo.

–¿Existe un hechizo capaz de hacer eso? –me acerqué hasta que estuve a escasos centímetros de él –ni siquiera las plumas plateadas del maestro Aván pudieron desaparecerlas.

–Hay muchos hechizos que aún desconocemos –extendió su mano y de inmediato la sostuve –¡ven! –me jaló suavemente para ayudarme a sentarme junto a él –es que si continuabas de pie, terminaría con un gran dolor de cuello –se rio y todo mi enojo empezó a evaporarse y por fin pude sonreír como no lo había hecho en mucho tiempo.

–¡Qué bueno que aprendiste ese hechizo!... por cierto, creí escuchar que regresaste, eso significa que no estabas aquí cuando atacaron los campos de cultivo.

–No, no estuve –contestó de lo más tranquilo y me di cuenta de que Merle había mentido, pero ¿por qué lo hizo? –¿te pasa algo?, de repente pusiste una cara muy seria.

Deseaba preguntarle a dónde se fue, sin embargo me contuve porque estaba segura de que no diría la verdad. Merle no mintió por iniciativa propia. Lo más probable es que fuera él quién le pidió inventar algo por si otros preguntábamos, aunque recordando mi pequeña pelea verbal con Leona y el rostro decepcionado de los demás, obviamente a la única que debían mentirle era a mí.

–¿No me contarás lo que te tiene angustiada? –me dio un ligero codazo en el brazo para llamar mi atención –¡anda, dime!, somos amigos y sabes que cuentas conmigo para lo que sea.

–¿En serio somos amigos? –lo miré acusadoramente –siempre creí que podía contarte lo que fuera porque tus palabras me reconfortaban, pero desde que Dai no está, cambiaste mucho y ya casi no te veo. He tenido días muy difíciles y en ninguno estuviste presente –mis ojos se llenaron de lágrimas que me forcé a contener –no te imaginas cuanto necesité que vinieras a ayudarme a entender lo que está pasando. Nadie quiere decirme por qué me atacaron y lo más triste es que a partir de ese acontecimiento, me he dedicado a huir de mi relación con Hyunckel porque todo lo que hay en mi mente parece mentira y no consigo sentirme cómoda a su lado.

Los sentimientos de frustración finalmente rebasaron el límite de mis fuerzas y comencé a llorar como una niña.

Odiaba verme débil. Nunca antes me había sentido tan vulnerable y lo más humillante es que él me estaba viendo derrumbarme, pero enseguida fui envuelta por sus brazos y mi cuerpo entero se llenó de su calidez. Sorpresivamente mi insignia expandió su brillo y nos cubrió a los dos, aunque lo más increíble fue que su piedra también empezó a brillar y se mezcló con el color rojo de la mía. Una sensación de paz se instaló en mi pecho y poco a poco la tristeza fue desapareciendo.

–¡Perdóname! –me acercó más y recargué mi cabeza en su pecho –sé que tomé una decisión egoísta que te ha ocasionado muchos problemas, sin embargo no me arrepiento. Ahora puede que no lo comprendas, pero cuando alejes de tu mente todo rastro de duda, volverá la confianza en tu relación.

–Es que no siento que haya una relación entre nosotros, ¿por qué sucede esto si se supone que lo amo?

–Maam, el amor no tiene explicación. Tu mente bloqueó algunos recuerdos, pero tu corazón no olvida lo mucho que siempre has amado a Hyunckel y por eso tu insignia brilla con esta intensidad.

–¿Y por qué brilla sin que él este presente?

–Porque lo tienes en tus pensamientos y en tu corazón. El dolor que sientes al no poder corresponderle como antes, activa el aura de la piedra para consolarte y darte el valor que necesitas.

–Entonces ¿tu piedra está brillando porque también quiere darme valor?

–Así es, recuerda que soy el discípulo del valor –dijo entre risas que me hicieron reír junto con él y coloqué mi mano sobre el lugar donde está su corazón y pude sentir que latía con la misma rapidez que el mío.

Quizás no tengo todos mis recuerdos, pero estoy segura de que esta no era la primera vez en la que nos abrazábamos con esta intimidad nada propia de unos simples amigos. Su presencia, el calor que desprende su cuerpo y su aroma natural, no me son ajenos. El latido de su corazón me reconforta y me acurruco más cerca para poder detallarlo mejor.

Ninguno dijo nada después de que dejamos de reír, pero me sentía tan a gusto que incluso el silencio me pareció agradable.

La tranquilidad y la sensación de seguridad que me brindaba su abrazo consiguió relajarme lo suficiente como para dejar que mi cuerpo descansara sobre el suyo.

No supe en qué momento me quedé dormida, pero afortunadamente ninguna pesadilla se presentó y por fin pude tener paz en mi mente.

Los malos sueños fueron sustituidos por uno hermoso en el que Popp y yo estábamos cocinando un pescado en una fogata. Ambos reíamos y jugábamos con los ingredientes, (él quería ponerle más hierbas y yo lo evitaba porque amargaría el sabor).

En un momento en el que traté de arrebatarle el cuenco, perdí el equilibrio y caí sobre él en el suelo.

Nuestras miradas se conectaron y luego mis ojos se dirigieron a sus labios.

Una voz que estaba segura era la de él, habló directamente en mi mente, «Entonces, ¿puedo tomar un adelanto?»

Enseguida apareció una imagen en la que nos vi en algún lugar del castillo de Vearn. Popp me sostenía de los brazos mientras acercaba su cara a la mía en un intento de darme lo que sería mi primer beso.

«¡Cierra los ojos!», lo oí de nuevo.

Estaba nerviosa y sólo podía mirar sus labios, pero cuando cerré los ojos en una clara aceptación a su petición, el muy tonto picó mi nariz y me enojé por el engaño.

Regresando al momento en el bosque, decidí que en esta ocasión sí tomaría lo prometido porque era algo que deseaba en verdad, pero por mala suerte el sueño terminó cuando estuve a punto de unir mi boca a la suya.

Un gran estruendo fue el culpable de mi despertar y al mirar hacia mi compañero me sorprendí al encontrarlo dormido, pero lo más increíble es que estaba emitiendo su aura mágica inconscientemente y el ceño en su frente me indicó que quizás estaba teniendo una pesadilla.

–¡Popp, despierta! –lo moví con desesperación porque ni el ruido de lo que parecía un ataque al castillo logró despertarlo y necesitábamos ir a ayudar –¡Popp, te lo suplico!, ¡abre los ojos!

Esto último lo dije en un grito y gracias al cielo conseguí sacarlo de ese mal sueño.

–¿Maam? –exclamó como si no recordara que estaba con él –¿qué pasa?

–Están atacando el castillo.

Miró hacia donde se escuchaban los estruendos y trató de ponerse de pie, pero algo sucedió y cayó de nuevo sosteniendo su costado. Al revisarlo ahogué un grito al encontrar una enorme herida en su abdomen.

–¿Cómo te hiciste eso? –intenté usar mi magia curativa, pero negó con la cabeza –necesito curarte o te vas a desangrar.

–Es una herida de aura oscura y te será imposible curarla –se levantó con dificultad y aunque él estaba sufriendo por la herida, me ayudó a ponerme de pie –puedo sentir presencias malignas en la ciudad. Todos están allá, así que me imagino que aprovecharon que no hay nadie en el castillo para atacarlo, y si lo destruyen, conseguirán colocar un portal que abrirá un paso del inframundo a este plano –colocó sus manos en mis hombros y su mirada se volvió seria –Necesito que vayas con el maestro Aván y le pidas que traiga a Nova. Mientras tanto yo me encargaré de proteger el castillo.

–¡No voy a dejarte solo estando herido! –me le impuse, pero él sonrió y me dio un coscorrón en la frente.

–¡Estoy bien!, recuerda que aprendí un hechizo que cura heridas de aura oscura.

–Lo sé, pero si vas a enfrentarte a los monstruos, ¿en qué momento vas a curarte?

–Maam, en serio debes ir con el maestro... Nova tiene unos cetros mágicos que nos servirán para levantar una barrera protectora alrededor del castillo y en la ciudad de Papunika.

–Es que yo... –me aferré a sus brazos, pero aunque no posee una gran fuerza física como la mía, sí tiene un aura mágica más poderosa y la usó para librarse de mi agarre –¡no me iré! –volví a gritarle.

–¡Hyunckel está herido! –me habló fríamente –si no lo ayudas el que va a morir será él, ¿eso es lo que quieres?

–¡Claro que no, pero tampoco quiero que te lastimen a ti! –estaba desesperada porque no quería ceder.

–No voy a seguir discutiendo –cerró los ojos y su aura mágica se incrementó –busca al maestro y no se te ocurra regresar sin Nova, ¿entendiste?

La luz que emanaba de su cuerpo me rodeo y empecé a desvanecerme, pero antes de que me diluyera por completo, hice un último intento de alcanzarlo, sin embargo una fuerza invisible me empujo con una velocidad asfixiante y la corriente de aire lastimó mis ojos y tuve que cerrarlos por el dolor. Cuando logré abrirlos de nuevo, el calor de las llamas me produjo una pequeña quemadura que me ayudó a despabilarme y corrí en busca del maestro Aván.

El caos que imperaba en la ciudad era más aterrador que el del ataque a los campos de cultivo. Al parecer los monstruos habían decidido enviar un gran ejército para destruir a Papunika completamente y por los edificios devastados, los muertos en las calles y los que escapaban con heridas de gravedad que apenas los dejaban correr, me hicieron pensar que prácticamente habían conseguido aniquilarnos.

En el camino esquivé varios ataques de fuego. No sé si a continuar ilesa se le puede llamar suerte, porque los pobladores del reino fueron los que recibieron los golpes en mi lugar y eso era lo más injusto que había experimentado hasta ahora.

Lágrimas resbalaban de mis ojos ante la impotencia de no poder ayudarlos. Detenerme no era una opción, pues si lo hacía, reducía la oportunidad de regresar al castillo para salvar a Popp.

–¡Señorita, Maam! –la voz de Chiu me llegó de algún lugar de este infierno y me detuve para ver en dónde estaba –¡aquí estoy! –gritó más fuerte y por fin lo visualice escondido debajo de una roca.

Por un instante pensé en dejarlo, (el tiempo era vital para las personas del castillo y más con Popp herido), pero noté que no era el único en ese sitio. Crocodine soportaba el peso de la loza mientras Him y Larhart cargaban a un desmayado Hyunckel y la señorita Amy se aferraba a su cuerpo malherido.

–¿Qué tiene? –me apresuré a ayudar a Crocodine con la loza.

–KillVearn lo retó a un combate –respondió Him –él aceptó porque ese maldito prometió retirarse si le ganaba, aunque todo era una trampa. Hyunckel lo golpeó con su Cruz Magna y despedazó parte del cuerpo de la marioneta y casi le asestaba un segundo ataque que destruiría el resto junto con el cíclope, pero en ese momento usó como escudo a esta chica necia y recibió el impacto de varias flechas de fuego en su espalda.

–¡Perdón! –la señorita Amy me miró con lágrimas en los ojos –sólo quería protegerlo porque vi que lo iban a atacar. Jamás pensé que les daría la ventaja de herirlo.

–¡Tranquila! –quise animarla –nada es culpa tuya. Hyunckel jamás permitiría que otros sufran por su causa. En dado caso, la culpa de sus heridas las tiene ese maldito tramposo.

Usando toda mi fuerza y la de Crocodine, pudimos sacarlos debajo de la piedra y nos fuimos a refugiar en un edificio que aún permanecía de pie.

La señorita Amy se ofreció a curar a Hyunckel y se lo permití porque tenía que encontrar al maestro Aván, pero a unos pasos del escondite, lo vi acercándose junto a una lastimada Leona.

–¡Yo la curo! –me hinqué junto a la princesa e invoqué mi magia –maestro, Popp me pidió que le dijera que tiene que traer a Nova lo más pronto posible.

–¿Popp está aquí? –asentí y de inmediato salió a observar hacia el castillo –es por eso que los monstruos dejaron de atacarnos.

–¿Ese tonto está solo? –Larhart también salió a mirar en cuanto le confirmé su pregunta –ese ventrílocuo preparó esta trampa para acabar con el hechicero y vaya que consiguió su objetivo.

–¿De qué estás hablando? –dejé de curar a Leona y corrí para ver lo que ellos miraban con tanta atención –.

Mi corazón se detuvo al observar que el castillo estaba rodeado por una enorme nube de monstruos que lanzaban ataques hacia un punto en específico.

En la ciudad ya no había ni un solo enemigo y eso significaba que su objetivo desde el inicio siempre fue ese lugar, (o de acuerdo con lo que dijo Larhart, Popp era a quien buscaban aniquilar).

–¡Voy por Nova! –mi maestro desapareció y yo quise regresar con mi amigo, pero Larhart me sostuvo del brazo.

–¡Suéltame! –forcejeé sin mucho éxito.

–¿Acaso crees que vas a poder llegar hasta dónde está el hechicero?... esos no son monstruos como los que enfrentaste en el pasado. Todos provienen del inframundo y sus ataques son totalmente con aura oscura. Una sola herida que te hagan consumirá tus energías y morirás rápidamente.

–Por eso tengo que ir con Popp. Está herido y dijo que fue con aura oscura –mi boca estaba seca y los latidos de mi corazón eran tan fuertes que sentí que me desmayaría por el miedo a perder a mi amigo.

–La adivina está con él. Ella sabrá cómo ayudarlo –Him aseguró confiado, pero ni eso me tranquilizó.

–Eso si no lo matan antes –el comentario de Chiu consiguió que mis fuerzas surgieran y sin importarme nada, golpee a Larhart en el estómago y corrí hacia el castillo al veme liberada, pero a pesar de haber llegado rápidamente, no pude ni acercarme a la entrada porque todo el lugar estaba completamente rodeado de llamas.

Mis lágrimas cubrieron mi rostro al pensar que Popp estuviera muerto y caí al suelo ante el dolor de haberlo perdido, pero casi enseguida, un rayo de esperanza abrió un camino hacia el centro del castillo.

Mi piedra brilló como nunca y gracias a que liberó toda el aura de su interior, conseguí adentrarme a ese infierno.

Popp estaba cubierto con un escudo mágico que estoy segura nunca había usado hasta este momento.

Merle y mi madre también eran protegidas por otro escudo igual y entendí que fue Popp quien lo había invocado y admiré su nobleza al preocuparse por ellas, pero me sentí morir al descubrir que su herida seguía sangrando y eso significaba que no pudo curarse antes del ataque y a pesar del dolor que siente, no dejaba de pensar en los demás.

Con el riesgo de que el aura de mi insignia no soportara las llamas, comencé a acercarme a él, sin embargo no logré avanzar más porque fui atacada por el miserable de KillVearn y la protección que tenía desapareció.

–¡Gracias jovencita! –se rio el cíclope mientras la marioneta me sujetó del cuello –me has dado la oportunidad de deshacerme del hechicero que está impidiendo que su adorado héroe muera en el inframundo.

–¿Qué dices? –tantas revelaciones iban a acabar con mi cordura y es que ¿qué más me falta descubrir acerca de mi amigo?

–Sinceramente no entiendo cómo es que ese hechicero se preocupa por una mujer que lo considera un inútil... Seguramente pensabas que andaba divirtiéndose mientras que la realidad era que estuvo fastidiándonos en el inframundo.

–¿Cómo que en el inframundo? –«¿a esto se refirió Leona aquella vez?» –si vas a matarme, al menos dime lo que pasa... ¿fuiste tú el que mandó al hechicero maligno que me borró la memoria? – «si ninguno de mis amigos me ha hablado con la verdad, quizás este maldito sí lo haga»

–¿Te borraron la memoria? –el ojo del cíclope se abrió y luego su sonrisa se hizo más grande –creo niña, que vas a tener que cuidarte de la persona a quien llamas amigo... con eso que dices empiezo a creer que no te quiere de verdad porque de sentir al menos afecto hacia ti, no buscaría destruirte para darle una hermosa vida al Caballero Dragón.

«¿Popp quiere destruirme para que Dai sea feliz?... ¡No!, él jamás haría una cosa así»

Dos futuros... ambos traerán la paz a este mundo... en uno de ellos la tristeza destruirá al protector del amor, pero si eligen el otro, el héroe cumplirá con el destino de los Caballeros del Dragón y al ser el último, la aniquilación de su linaje asegurará una era de buenaventura que durará mil años... sin embargo...

El miserable guardó un desesperante silencio. A lo lejos podía escuchar los furiosos ataques de los monstruos hacia Popp, sin embargo mi necesidad por descubrir los secretos que todos a los que llamo amigos me han ocultado era mayor y dejé de luchar.

–Sin embargo ¿qué? –pregunté cuando tardó en continuar.

En medio de ambos futuros está la oportunidad de que los dos obtengan lo que desean, pero para eso necesitan tener un gran valor.

–¿Piensas que voy a creer que nuestro destino está decidido desde antes?, además, ¿qué rayos significa eso de la oportunidad de que los dos obtengan lo que desean?

–Ni yo lo sé jovencita... lo único que me interesa es deshacerme de ese hechicero entrometido para que deje de molestarnos y así poder matar al héroe, y aunque ya no estoy seguro de que me servirás contra él porque prefiere la felicidad de Dai por sobre la tuya, tu muerte dejara un solo futuro por el que tus amigos deban preocuparse.

En la mano de la marioneta se materializó su guadaña y la alzó para darme el golpe que acabaría con mi vida.

Habría luchado una vez más, pero las palabras de ese cíclope consiguieron que no deseara enfrentarme a la realidad de ese cruel futuro que me espera y cerré los ojos resignada.

«Si es verdad lo que dijo y Popp aceptó sacrificarme en lugar de Dai, entonces le ahorraré su traición»

–¡Adiós jovencita!

El aire ocasionado por el movimiento de la guadaña me previno de que pronto se incrustaría en mi cuello, sin embargo el golpe jamás llegó, por el contrario, unos brazos me sujetaron y me acercaron a un cuerpo delgado, (pero atlético), que conocía muy bien.

–¿Estás bien, Maam? –preguntó Popp sin dejar de abrazarme.

–¿Para qué me salvaste si de todas maneras vas a destruirme? –miré su rostro y pude ver que le dolió mi acusación.

–¿De qué hablas?... yo jamás te haría daño.

–¡En serio eres un sujeto muy molesto! –KillVearn expresó con gran odio –si no consigo matarte hoy, mi señor se enojará y no deseo morir en tu lugar.

–Lamento decepcionarte, pero si hubieras aprovechado el tiempo en matarme en lugar de atormentar a Maam con mentiras, quizás habrías podido deshacerte de mí –esas burlas sólo harán enojar más a ese demonio, pero a Popp parece no preocuparle.

Al observar en dónde estábamos, me di cuenta de que sobrevolábamos las llamas que ya habían conseguido destruir el castillo desde sus cimientos.

En ese momento pensé que ya todo estaba perdido. Con el castillo convertido en escombros y la ciudad en llamas, la victoria de KillVearn era un hecho, sin embargo la sonrisa de Popp no había desaparecido.

Entre las llamas pude ver qué Nova y el maestro Aván estaban incrustando en la tierra unos cetros de un material parecido al oricalco. Cuando terminaron, hicieron una señal con sus manos y Popp se teletransportó hacia una parte del castillo que aún permanecía de pie y me dejó junto a los demás, «¿cómo llegaron hasta aquí si estaban en la ciudad?, y según recuerdo, Hyunckel tenía heridas de consideración que ahora ya no están»

Una inmensa luz esmeralda empezó a cubrir toda el área de lo que fue el castillo de Papunika y se extendió hasta más allá de la ciudad con la ayuda de las gemas en los cetros.

Popp era quien emanaba esa luz y no pude evitar sorprenderme porque sé que ningún hechicero del mundo de los humanos posee tal cantidad de energía mágica.

–Si quieren vivir malditos, les recomiendo que huyan antes de que el círculo mágico se cierre –les advirtió con ese tono serio que empieza a disgustarme porque lo hace sonar como una persona sin emociones humanas.

La amenaza surtió efecto y enseguida los monstruos empezaron a huir, pero muchos no consiguieron escapar porque alguna fuerza invisible destrozó sus cuerpos.

–¡Eres muy hábil! –KillVearn también estaba hablando con seriedad y miraba a Popp con odio –esa magia es celestial, pero sólo tu querido amigo Dai es capaz de soportarla.

–¿Tienes problema con eso infeliz? –seguía burlándose como si le divirtiera hacer enojar a ese asesino.

–El problema lo tendrás tú si continúas usándola –nuevamente apareció esa sonrisa malévola que me atemoriza –aunque me has dado una grandiosa idea para deshacerme de ti... los reinos ya no tendrán ni un solo día de paz y tampoco el Caballero Dragón, así que deberás decidir... ¿morirás por tu amigo o lo harás por los humanos?

Luego de esa amenaza desapareció, y aunque ya no había enemigos, Popp no dejó de expandir su aura.

Cuando cada rincón estuvo envuelto por su poder, gritó un hechizo en una lengua extraña y una enorme cúpula rodeo el reino de Papunika.

Los escombros del castillo empezaron a elevarse y luego se fueron uniendo hasta que la estructura recuperó su forma antes de ser destruido. Lo mismo pasó con las casas de los habitantes e incluso los cultivos que habían quedado inservibles en el primer ataque volvieron a ser fértiles.

–¡Impresionante! –por primera vez Chiu estaba maravillado por las habilidades de Popp.

–Es como si nunca nos hubieran atacado –Leona observaba su reino con una sonrisa y varias lágrimas en sus ojos.

–¡Bien hecho, Popp! –Merle también lloraba y lo miraba con amor.

–Cada día me sorprendo más de las cosas que puede hacer ese simple humano escandaloso –Larhart se cruzó de brazos y una sonrisa casi imperceptible se asomó en su rostro.

–Sabía que Popp se estaba esforzado para ayudar a los reinos que han sido atacados, pero jamás me imaginé que pudiera reconstruirlos –Crocodine estaba orgulloso y lo demostró con esas palabras llenas de admiración.

–Bueno, merece el título de gran hechicero después de todo –Him sonrió y adoptó la misma postura de Larhart.

Los únicos que no dijeron nada fueron mi maestro Aván, Hyunckel, Nova, mi madre y la señorita Amy. Incluso me pareció que no estaban felices de ver que el reino se había reconstruido gracias a su poder, pero pronto entendí el motivo de su preocupación cuando el brillo de su aura mágica desapareció y empezó a caer rápidamente hacia el suelo. Lo peor es que perdió el conocimiento y si no lográbamos atraparlo, el golpe lo mataría, así que corrí lo más aprisa que mis piernas me lo permitieron y por fortuna logré llegar a tiempo para extender mis brazos y atraparlo, pero antes de que pudiera hacerlo, una luz dorada rodeo su cuerpo y evitó que continuara cayendo.

De la luz se fue formando una figura femenina que sin dificultad lo cargó como si no pesara nada.

La mujer era una pelinegra de piel blanca, (con curvas que se podían ver porque su túnica era muy corta y demasiado transparente). Las joyas en su cuello, brazos y pies deslumbraban por su intenso brillo dorado.

–¡Qué hermosa! –Chiu tuvo la amabilidad de hacer notar lo obvio y sentí cómo mi ira empezaba a emerger.

Ya con los pies en el piso, se hincó y sin soltarlo sujetó su mentón para mirarle el rostro más de cerca.

–Eres muy necio, cariño –le dijo con un tono sensual que me pareció haberlo escuchado en algún lado –no tenías la necesidad de malgastar tus energías, mi hermana pudo reconstruir el reino sin problema.

Iba a preguntarle quién diablos era, pero perdí la voz junto con la capacidad de respirar en el momento en que la mujer unió sus labios con los de él.

Si pensé que las quemaduras de las llamas del inframundo eran lo más doloroso que había sentido, ver a esa extraña besar con pasión a mi amigo, superaba con creces cualquier otro dolor que haya experimentado y me pregunté «¿por qué esto me está destrozando el alma?»

Continuará...

*****

Hola de nuevo!

Ojalá no sientan la historia muy revuelta o incoherente, (bueno, siendo de una serie tipo aventura fantástica, no puede basarse en la realidad).

Desconozco muchos aspectos del mundo de Dragon Quest, entre ellos los tipos de hechizos o personajes que aparecen ahí, por eso mi lenguaje es limitado y quizás aún me equivoque al mencionarlos.

Ahora pasaré a los agradecimientos.

Estefanía, gracias por aportar ideas. No siempre tomo todas las que me dan, pero al menos te di el momento PopMa, (si era así la abreviación?), que me solicitaste. Recuerda que no importa en dónde me dejes tu comentario, lo valioso es que me apoyas, sea donde sea.

Elizabeth Palomi, me alegra que la historia te esté gustando. Sabiendo lo mucho que te encanta Popp, me siento nerviosa porque no quisiera escribir algo distinto a su personalidad, (si lo hago, no dudes en decirlo para corregirlo). Gracias por tus comentarios, en verdad me motivan para continuar publicando esta historia.

Por último, gracias a quienes leen en las sombras. Espero que algún día se animen a dejarme sus impresiones, (buenas o malas... si son con respeto, siempre serán bienvenidas).

Hasta la próxima!!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro