LAS DIOSAS HUMANAS P1
ESTOS CAPÍTULOS RECIENTEMENTE LOS ESTOY SUBIENDO AQUÍ. ERAN LOS QUE DEJÉ DE PUBLICAR Y QUE COMPLETAN LA HISTORIA.
Nota
Texto entre " ", pensamientos de los personajes.
Texto entre «», consciencia o voces de personajes terciarios.
PVO POPP
"Cuenta una leyenda, que el Dios de los humanos buscó por el mundo tres seres de corazón puro para otorgarles la inmortalidad, y dones con los que pudieran ayudar a otros humanos de igual pureza en su alma. Desafortunadamente esa tarea le llevó más tiempo del pensado, porque ningún ser contaba con la suficiente bondad como para recibir ese enorme privilegio.
Se cree que durante un ataque de los monstruos, el Dios percibió tres débiles brillos de pureza en almas a punto de morir. Su oportuna aparición, permitió que en vez de que su esencia se evaporara para entrar al reino de los muertos, recibieran en su lugar la vida eterna y distintos dones que los convirtieron en seres capaces de rivalizar con los poderes de los pequeños dioses de Celestia y del Inframundo. Sin embargo, el Dios humano recordó que no había muchas personas de buen corazón que merecieran la ayuda de sus nuevas creaciones. Además, dos de las almas eran demasiado jóvenes para poder controlar tanto poder, por eso decidió enviarlas milenios atrás para que aprendieran a usar el don que se les asignó y cuando lograran hacerlo, volverían al mismo tiempo del que partieron.
Después de su duro entrenamiento, fueron enviados de regreso con sus formas humanas reales, sin embargo, algunos demonios del infierno se dieron cuenta de su presencia y los interceptaron antes de que recuperaran sus poderes. Se cree que los separaron para llevarlos a distintos puntos de este mundo; un lejano desierto en donde habita un monstruo de arena, una montaña cubierta por fuertes ventiscas causadas por el demonio del invierno y del último se desconoce su paradero.
Nadie ha intentado comprobar que la leyenda sea cierta. Tampoco ningún humano se arriesgaría a buscarlos, pues de ser verdad lo que se cuenta, se encontrarían con esos seres malignos que son increíblemente fuertes."
Mi mentor Matriv, termina su relato con una seriedad que debería hacerme admirarlo, pero con semejante historia, lo único que quiero es reír.
–¿Por qué me miras con incredulidad? –pregunta luego de unos minutos de silencio –¿acaso no crees que esa leyenda sea ser cierta?
–Perdón mentor, pero no puedo creerla porque si hubiera tenido un mínimo de verdad, el maestro Aván habría buscado a esos dioses humanos después de vencer a Hadler. Con ellos aquí, Vearn no hubiera significado ningún problema y Dai no habría desaparecido en esa maldita batalla.
–Aván es más metódico y prefirió no prestarles atención a rumores, por eso mejor buscó discípulos que pudieran relevarlo en caso de que algo le pasara.
–¡Lo ve!, si el maestro no creyó en esa leyenda, entonces no veo el motivo de que me pida buscar dioses inexistentes que aunque fueran reales, no me van a ayudar.
–Llevas muchas semanas buscando a Dai y no has encontrado ni una pista. En tu desesperación viniste a mí buscando consejo. Ya te di uno, y ahora dices que no te sirve, pero lo que no entiendo es por qué piensas que si esos dioses existen, no querrán ayudarte.
–Es fácil suponerlo... Usted dijo que fueron creados para ayudar a humanos de corazón puro, ¿no? –el movió la cabeza afirmativamente –bueno, lastimosamente soy considerado un pervertido por mi excesivo interés en mujeres hermosas y es obvio que eso me descarta por completo.
Mi mentor se quedó sin palabras al ver que tengo razón.
–Pero llevas a Maam contigo –de pronto saltó de la silla en la que estaba sentado y me sujetó de los hombros –ella es una discípula del amor. Si se le asignó un alma con esa característica, significa que es de corazón puro.
Esa era una excelente teoría y por fin pude sonreír ante esta nueva esperanza.
Sé que es una leyenda, pero no perdía nada en buscar a esos dioses, (no iba a desviarme demasiado y además iría a lugares en lo que Dai puede estar).
El problema era que no conocía ningún sitio en los que se supone se encuentran esos dioses, pero después de analizarlo, descubrí que aún sin haberlos visitado personalmente, bastaba que recreara en mi mente la imagen casi exacta de ellos, para que Ruura me llevara, y fue así como terminé en el desierto junto a mis dos compañeras.
Cuando salvé a esa niña del remolino, jamás me imaginé que uno de los dioses humanos fuera mujer y menos tan pequeña.
En mi casa apenas y pudimos hablar. En algunas ocasiones estuvo a punto de revelar quien era, pero si Maam lo descubre, querrá detener mis planes. En el desierto me demostró que no confía en mí, porque para ella siempre he sido un tonto y dirá que arruinaré la búsqueda con creencias absurdas. Por eso le supliqué a Eira que no mencionara nada frente a mis compañeras.
En la villa de Maam, la pequeña me contó parte de su historia cuando dejamos a Merle en la casa de la madre de Nina.
–No soy una niña –contestó fastidiada luego de caminar unos metros lejos de la casa.
–Pues tienes la figura de una niña de cinco años –le respondí risueño y me miró extraño –¡perdón!, no quise ofenderte.
–No me ofendí. Solamente me sorprendió el brillo de tu alma –ahora, yo la miré extraño –no pongas esa cara. No sé cómo explicarme, llevo muchos siglos sin hablar con los humanos –miró al frente y pude ver que sus facciones se volvieron serias –con mis hermanas casi no podía platicar porque todo el tiempo nos hacían entrenar. En ocasiones nos dejaban descansar un día de tiempo humano y eso en algunos mundos, significa diez segundos.
–De acuerdo con la leyenda que me contó mi mentor, los dioses humanos regresaron al mismo tiempo del que partieron y con sus formas reales antes de dejar este mundo, eso quiere decir que esta es la edad que tenías cuando fuiste convertida en diosa, ¿verdad?
–Sí... Mi familia murió durante un ataque de los monstruos de Hadler. Yo tenía una herida muy profunda en la garganta y me estaba desangrando. Una luz me cubrió y pude ver un hermoso lugar más allá de las nubes. Mi familia me esperaba ahí, pero cuando iba a tomar la mano de mi madre, el Dios de los humanos me llamó y la luz desapareció.
Los ojos de la pequeña mostraron el dolor de ese recuerdo y me detuve para poder acariciar su cabeza.
–Sé que hubieras preferido morir con ellos. Ni todo el poder existente en los diferentes reinos mágicos, será más valioso que la compañía de los que amas.
–¿Tienes el don de leer la mente? –sus ojos se abrieron sorprendidos.
–No, pero conozco muy bien el sentimiento de soledad que deja la partida de un ser querido.
El recuerdo del día en que perdí a mi amigo amenazó con deprimirme, pero la ternura que sentí en la pequeña cuando sujetó mi mano y me sonrió, evito que eso pasara.
–Tienes un alma muy peculiar. El Dios nos dijo que no existen seres puros de corazón, pero el tuyo brilla como lo hacen las almas bondadosas.
–Pero no soy el humano que el Dios busca –afirmé y ella volvió a mirarme con seriedad.
–No lo sé –retomamos la caminata con nuestras manos entrelazadas –lo poco que se me informó antes de enviarme de nuevo a este mundo, fue que había un alma pura que necesitaba nuestra ayuda. Al parecer tenía la protección de la lágrima de los dioses, pero un poder maligno la hizo desaparecer.
–¿Lágrima de los dioses? –me detuve abruptamente –entonces los enviaron para proteger a Dai.
–¿Dai? –asentí enérgicamente –no dijeron el nombre del humano, pero mencionaron que era un ser muy especial y único. Se supone que sentiríamos su presencia en cuanto estuviéramos en este mundo, pero desde que llegué no puedo percibir ningún aura cien por ciento pura.
Iba a continuar con la plática, pero de reojo vi que Maam se nos acercaba.
–Será mejor que esta conversación la dejemos para otro momento –le dije en voz baja.
–Ahora que escapé del desierto, sólo cuento con pocas horas humanas para recuperar mi forma real, así que tendré que pedirte que me lleves a la montaña donde se encuentra el sello de mi poder. Lamento arruinar tus planes de celebrar el cumpleaños de esa chica, pero aunque no te conozco, siento que puedo confiar en ti y parece que tú sabes quién es el dueño del alma que debo proteger.
Como Maam ya estaba cerca, sólo pude aceptar con un movimiento de cabeza.
Eira casi mete la pata con ella, pero le recordé que no es buena idea involucrarla en este asunto y por fortuna pudimos sortear este tropiezo. Nina apareció y Eira quiso irse con su nueva amiga.
Maam empezó a hacer muchas preguntas y para evadirlas la invité a jugar con los pequeños que llegaron después.
De niño no tuve amigos. Mi carácter miedoso daba pie a muchas burlas, por eso aproveché esta reunión infantil, para divertirme como nunca pude hacerlo. Maam estaba algo gruñona al principio, pero poco a poco se fue soltando y terminó igual de divertida que los demás.
Eira rio en mis brazos cuando bailamos en el aire y me dio gusto ver que ya no tenía esa expresión de dolor en su rostro.
Las mamás de los niños vinieron a recogerlos en la tarde para que comieran, y como nadie quería dejar de jugar, tuve que prometerles que por la noche serían testigos de algo interesante y sólo así aceptaron irse.
Eira quiso comer con Nina y sugirió que yo acompañara a Maam y acepté porque no podría estar con ella el día de su cumpleaños.
Su madre no tenía comida, pero yo era bueno en la cocina y también deseaba hacerle un regalo a Maam. El problema es que faltaban los ingredientes del postre y tuve que salir por ellos.
En el camino se me apareció Eira.
–Tu corazón está emocionado –caminó junto a mí y me detuve al escucharla.
–¿Qué dices?, yo... yo no estoy... –buen momento para ponerme nervioso.
–Era muy pequeña cuando me llevaron, pero uno de los dones que me otorgaron, es el de poder percibir emociones ocultas. La tuya no es un secreto porque no la estás conteniendo, por eso la siento perfectamente. Tu amiga por el contrario está conteniendo una emoción muy dentro de su corazón.
–¿Te refieres a Merle o a Maam?
–Hablo de la celosa que odia que te toquen.
–¿Celosa? –me reí con fuerza –seguramente lo dices por la desconfianza que te ha demostrado.
–No es desconfianza –de nuevo me hablaba y me miraba con la seriedad de una mujer adulta –está realmente celosa de la cercanía que ha visto entre nosotros. Sus celos no la dejan descubrir lo que su mente sospecha acerca de mi origen. Si estuviera concentrada, tus mentiras habrían caído ante la verdad. Tu otra amiga no dice nada, pero está muy atenta a mí, por eso estoy tratando de alejarme de ella.
–¡Mmm!, y ¿por qué dices que está ocultando una emoción?
–Eso es lo que quiero averiguar –sonrió de manera maquiavélica –otro de mis dones, es el poder liberar por unas horas esas emociones. Un movimiento de mi mano y esa niña dejará al descubierto lo que su corazón anhela.
–¿Y eso no es doloroso? –pregunté preocupado.
–No te angusties. Tu amada no sentirá ningún tipo de dolor. Únicamente le quitaré a su corazón y alma, las cadenas que encierran sus verdaderos sentimientos.
–¡Oye!, Maam no es mi amada –obvié por completo lo de las cadenas porque quise dejar en claro que está equivocada conmigo.
–Si no lo es ¿por qué te alteraste? –me quedé sin palabras –en serio eres muy extraño. Tu alma brilla de distintas maneras con cada cambio de emoción, aunque la de tu amor por esa niña no lo hace, así que no intentes negarlo. En ese aspecto eres demasiado transparente, y el que mientas, no va a desaparecer el hecho de que la quieres más que a ti mismo.
Después de ese golpe a mi orgullo, no pude decir nada más. Eira me acompañó a comprar los ingredientes y sugirió que el decorado del pastel fuera de corazón. No iba a hacerle caso, pero me retó a probarle que no estaba enamorado de Maam, poniendo esa cursilería y como me prometí no pensar en cosas que me distraen de mi misión de encontrar a Dai, acepté.
Una vez que regresé a la casa, me puse a evaluar lo que cocinaría. No soy conocedor de muchos platillos, así que fue un milagro que haya podido preparar algo medianamente especial, e incluso su mamá me elogio.
Los postres no son mi fuerte y el pobre del maestro Aván ya padeció de mi error al equivocarme de ingredientes, pero este resultado fue bueno; Maam se comió el pastel bastante rápido y con mucho placer, (cosa que agradecí porque eso ayudó a que no se fijara en el detalle del corazón).
Mis nervios fueron evidentes al preguntarle si le gustó. Maam bromeó con que no, pero de inmediato me dijo que le había encantado y eso me hizo sonreír en el interior.
–Tu mentira no habría durado mucho –quité con mi dedo una borona que quedó cerca de sus labios.
Mi corazón se detuvo al notar que miró mi boca y casi pierdo el aliento cuando empezó a acercarse a mí.
El delicioso aroma que la caracteriza llenó mis fosas nasales. Mi corazón latía con una fuerza sobre humana, que me hizo pensar que moriría de tanta emoción debido a la calidez que irradia su cuerpo y que cubrió al mío conforme más cerca la tenía.
Mi hermosa Maam cerró sus ojos y pensé que tal vez ella deseaba lo mismo que llevo meses anhelando con todas las fuerzas de mi corazón, "mi primer beso con la mujer que amo".
Estaba a punto de sucumbir a este sueño tan maravilloso, pero a lo lejos vi a Eira observándonos con atención. Me pareció que su mano había brillado y entonces supe que el comportamiento de Maam no era real.
Sus labios casi tocaban los míos. De haber sido egoísta, habría dejado que ese beso se materializara, pero no sería justo que le arrebatara algo que seguramente quiere vivir con Hyunckel y con todo el dolor de mi alma sujeté sus brazos y la alejé.
Maam me miró dolida, (o eso me imaginé), pero los niños llegaron justo a tiempo, dándome la mejor excusa que pude idear para terminar con ese momento tan incómodo.
Corrí con los niños hasta un claro y ahí enfrenté a Eira.
–¿Por qué lo hiciste? –le reclamé enojado.
–¿De qué hablas?
–No finjas. Algo le hiciste a Maam para que se comportara de ese modo tan extraño.
–No es un comportamiento extraño. Es lo que ella más desea.
–No seas mentirosa, Maam no puede desear besarme, a menos claro, que hayas provocado que se imaginara que estaba con Hyunckel.
–¿Hyunckel? –puso sus dedos en su barbilla y se notaba pensativa –en su corazón no había nadie con ese nombre. El hechizo que usé únicamente libera los deseos que guarda en su alma... Debes saber, que no es lo mismo sentir con el corazón que con el alma. Su corazón está confundido, pero su alma deseaba besarte.
–¿En verdad eres una diosa? –fui un poco brusco, pero estaba muy enojado –se nota que no conoces el alma de Maam. Ella nunca ha mostrado el mínimo interés en mí. Caso contrario es Hyunckel. Cada que lo ve, se pone muy feliz y siempre me olvida porque para ella no hay nadie más valioso que él.
–Ya te dije que sólo liberé los deseos de su alma. Yo no la manipulé para que hiciera eso, así que no te quejes conmigo por sus acciones. Si dices que ama a ese hombre, lo lamento, pero te aseguro que en ningún momento sentí que pensara en él.
–Tal vez necesitas recuperar tu verdadera forma. El hechizo debió fallar por culpa del sello que te mantiene con tu antiguo cuerpo humano.
–Lo dudo, pero si tuvieras razón, entonces tenemos que irnos lo más pronto posible. Si no estoy a tiempo en mi montaña antes de que salga el sol, el hechizo que me ata al desierto regresará y el ciclo de mi lucha contra el demonio de arena volverá a comenzar.
–Está bien... sólo déjame darle su último regalo y nos iremos de inmediato –caminé de regreso por Maam, pero Eira me llamó.
–Creo que vas a tener que soportar su supuesto extraño comportamiento otro poco más. El hechizo dura dos horas de tiempo humano.
–¿Qué? –eso era lo peor que me puede pasar.
Soy consciente de que he dicho hasta el cansancio que sólo veo a Maam como mi hermana, pero es una gran mentira que me consume por dentro. Tenerla cerca y no poder expresarle lo que siento por ella ya es demasiado difícil como para que ahora tenga que obligar a mi mente a recordar que todo lo que diga o haga en este momento, es parte de un hechizo y no sus verdaderos deseos.
La prueba de fuego vino cuando lancé las luces que iluminaron el cielo para formar las imágenes de las personas más importantes de su vida y tomé especial cuidado con la de Hyunckel. No sé si se percató de ese detalle, y aunque me lastima pensar que lo ama, quería verla feliz, sin embargo el hechizo de Eira volvió a actuar y Maam me abrazó con fuerza después de que le dijera que mañana tendría una sorpresa mejor, (refiriéndome obviamente a la visita del hombre que la tiene enamorada y que Merle tuvo a bien informarme que vendría, antes de salir de mi aldea).
Su cálido cuerpo y el mío no tenían ni un centímetro de espacio entre los dos. El rico aroma que desprende su cabello bajó mis defensas y terminé por devolverle el abrazo.
«Tiene el hechizo de Eira, no lo olvides», mi consciencia es la que ha madurado más y no va a permitir que me ilusione con esta mentira.
Abajo todos nos miraban, pero para mí era más importante disfrutar de esta cercanía entre nosotros. No me importa que no sea real, sólo quiero tenerla en mis brazos por lo menos una vez.
Las luces empezaron a disiparse y supe que el mágico momento había terminado.
En cuanto estuvimos en el piso, la solté antes de que cometiera el error de expresarle lo feliz que me hizo su abrazo y corrí hacia los niños a entregarles los dulces que les compré. El problema fue que al dárselos, todos se retiraron demasiado aprisa dejándonos solos a ella y a mí, (espero que Eira no haya tenido nada que ver).
Era muy noche, pero no fue ese el motivo por el que quise apresurarme a llevarla a su casa, si no ese maldito hechizo que podía provocar que hiciera otra cosa que me ilusionara, al grado de mandar al demonio mi sentido común y la tome en mis brazos para besarla hasta que pierda el aliento.
En un descuido se me ocurrió sujetar su mano y como ella afianzó el agarre, mi tonto corazón se puso a saltar de gusto.
«Te conformas con tan poco. En verdad eres patético», era tonto pelearme con mi consciencia, pero es que mi corazón no se cansa de ridiculizarme.
Maam pareció molestarse cuando le informé que me iría con Eira, aunque se calmó al saber que Hyunckel vendría, (bueno, le dije que venían todos nuestros amigos, pero es lógico suponer que se alegró porque es él a quien desea ver).
Otro efecto del hechizo vino con su insistencia de saber si la acompañaría en la fiesta, a lo que le dije que sí porque quería ser uno de los primeros en darle su abrazo y contestó que entonces no abrazaría a nadie hasta que yo llegara.
«Muy bonita promesa, pero para mañana la habrá olvidado», mil gracias a mi consciencia por mantenerme informado de lo poco que le importo.
A unos pasos de su casa, solté su mano como si me quemara, al notar que ella no tenía intención de hacerlo y volví a echarme a correr para escapar de otra de sus falsas demostraciones de afecto.
De lejos le volví a decir que nos veríamos mañana y en esa parte fui sincero porque deseaba ver qué se pondría para la fiesta, pero jamás me imaginé que no llegaría a tiempo.
Encontrar la montaña fue bastante complicado. La mentira que le conté a Maam respecto al mapa fue para tener una excusa del por qué partíamos tan noche, pero cerca del amanecer, me di cuenta de que se había convertido en verdad y la desesperación nos atacó a Eira y a mí.
–Si no recupero mi forma real, tendrás que esperar un año para que pueda ayudarte a encontrar al humano que crees que debemos proteger –Eira repetía lo mismo y me recriminé por perder el tiempo en la cursilería de festejar un cumpleaños anticipado que estuvo marcado por la mentira de un hechizo.
Con el rayo del sol a punto de tocar la superficie, hice el último intento por pensar en la montaña que necesitamos y creo que el Dios de los humanos me ayudó porque Eira dijo que esa era.
Debajo de la punta se encontraba una puerta de piedra que se abrió con un conjuro que ella recitó.
Por dentro estaba completamente oscura, pero con el brillo que emanó del pequeño cuerpo de la diosa humana, todo se iluminó, mostrando una estancia llena de muebles formados de distintos tipos de piedras preciosas.
Al fondo había cinco pilares y cuando Eira se posicionó en el centro, volvió a recitar un conjuro en una lengua que jamás he escuchado.
De un orificio se filtró otra luz de mayor intensidad que la cubrió y de pronto aparecieron grandes ventiscas que también la rodearon.
El pequeño cuerpo empezó a crecer y conforme lo hacía, la ropa que llevaba se desgarró hasta dejarla completamente desnuda.
Sé que todos piensan que soy un pervertido, (y no lo niego), pero teniendo en mente que antes era una niña, traté de desviar la mirada, sin embargo, Eira me pidió que observara con atención y al hacerlo vi que en sus muñecas y tobillos aparecieron brazaletes dorados. Una hermosa túnica blanca cubrió su desnudez, (salvo el ligero escote y las aberturas al lado de las piernas), y su cabello dorado creció hasta llegarle al suelo.
La imagen que ahora se presentaba ante mí, (según mis cálculos), era la de una mujer de veinte años, de ojos azul cielo, mirada amable y sonrisa tierna. Con la túnica y los adornos, tenía más semejanza a las pinturas de dioses que vi en el libro de mi mentor, pero eso no fue lo que me demostró que estaba frente a un ser poderoso, si no el aura divina que desprendía y que hizo temblar todo mi cuerpo por lo intensa que es.
–Me presento de nuevo –su voz era acorde a su edad y bastante dulce –soy Eira, diosa de la sanación y la resurrección. En otros tiempos fui una humana como tú, pero nuestro Dios nos llevó a Celestia para solicitar que se nos permitiera aprender magia celestial, y aunque no tenemos el linaje de los dioses divinos, sí poseemos poderes comparables a los de ellos.
–¿Eso quiere decir que son igual de fuertes que los seres de Celestia?
–No conoces mucho de ese mundo, ¿verdad? –sonrió y caminó hasta mí –en realidad nosotras tampoco conocemos demasiado de los seres de Celestia, salvo nuestras entrenadoras... Como diosas de menor rango, se nos prohibió tener acceso a sus secretos.
–Entonces ¿cómo es que pudieron aprender magia celestial si no les quisieron revelar nada?
–El Dios de los humanos no es muy respetado por los seres celestiales porque dicen que en el mundo que protege, no hay nadie digno de consideración, sin embargo, hay dioses amables que aún piensan que los humanos tienen salvación y por eso nos enseñaron algunos hechizos.
–¿Por qué me cuentas todo esto?, yo no soy el humano al que deben proteger, sino Dai –necesitaba entenderla porque con lo poco que hemos hablado, no creo que pudiera conseguir su confianza tan rápido.
–Ya no comprendo tu mundo, pero como te dije, tu alma brilla como un ser de corazón puro, por eso sé que puedo confiar en ti.
"Si Maam escuchara esto se reiría y diría que un pervertido no puede tener un corazón puro", me puse a pensar y Eira tocó mi frente para que le prestara atención.
–¿Qué fue lo que pasó con el humano llamado Dai?
–¿No lo sabes? –negó con la cabeza –la pelea contra Vearn involucró todo nuestro mundo, ¿acaso no sentiste su poder maligno, o el aura de Dai?
–Recuerda que regresé el mismo día que partí, eso significa que han pasado dieciséis años desde que los seres del Inframundo me separaron de mis hermanas para evitar que recuperáramos todo nuestro poder. En ese desierto, no pude crecer y tampoco sentí ninguna energía vital, ya fuera buena o mala.
Cada palabra que decía, la analizaba a consciencia. Todo está demasiado revuelto y no estaba llegando a una conclusión que me indicara que podría ayudarme.
–Bueno, te diré lo que entiendo –alcé mi dedo indicándole que tenía una idea –tal vez el Dios de los humanos los regresó con su figura antes de llevárselos para que pudieran mezclarse con nosotros con más facilidad, sobre todo porque olvidaron las costumbres humanas, pero si tomamos en cuenta que en el mundo donde estaban, el tiempo pasa más lento, ¿no se supondría que serían más jóvenes?
–Sólo de cuerpo. Actualmente tengo veintiuno en edad humana, pero mi alma tiene casi seiscientos años de existencia.
–¿Seiscientos? –eso era demasiado.
–No estuvimos en Celestia todo el tiempo. También nos llevaron a distintas dimensiones en donde pudimos conocer otra clase de monstruos, incluyendo un Inframundo de un plano diferente al tuyo, y el reino astral. Mis hermanas y yo obtuvimos nuestra magia de esos tres mundos y la mía es la celestial.
–Ya has mencionado varias veces a tus hermanas, eso quiere decir que ¿los dioses humanos en realidad son diosas humanas?
–Así es, ¿pues qué pensabas? –se cruzó de brazos y parecía ofendida –está demostrado que las mujeres somos las que tenemos más posibilidades de tener un corazón puro.
–Pues tú dijiste que sientes que mi corazón es puro –también crucé mis brazos y me alcé orgullosamente.
–Yo dije que tu alma es pura, no tu corazón, aunque si lo vemos de manera práctica, tal vez eres un ser con poquito de pureza en tu corazón.
–Y si me has contado tu historia, es porque piensas que soy alguien digno de que me ayudes... si eso es verdad, entonces ¿podrías enseñarme magia celestial? –me le acerqué y sujeté sus brazos con delicadeza porque aun siendo mayor que yo, es más bajita y no me sentí capaz de usar mucha fuerza en su frágil cuerpo.
–No puedo hacerlo. Eres un ser humano y ni tu cuerpo, ni tu alma, serían capaces de soportar magia divina.
–Pero tú eres humana, ¿no?
–Ya no. Si aún lo fuera, mi cuerpo envejecería, sin embargo he vivido con él seiscientos años y también... –guardó silencio y aparto la mirada de mí.
–¿No quieres contarme?, habías dicho que podías confiar en mí.
–Lo sé, pero si te cuento ese secreto, tal vez te estaré entregando una información demasiado peligrosa para ese cerebro que posees.
–Me halaga que me consideres inteligente –le sonreí con un poco de galantería.
–Si esa niña viera que me estás coqueteando, te golpearía hasta cansarse.
–Maam me golpea por cualquier cosa que haga, así que no veo en qué se diferenciaría el ser amable con una mujer tan hermosa como tú –le guiñé un ojo y ella sonrió.
–Acabo de darme cuenta de que tu inteligencia no llega al entendimiento de los sentimientos femeninos.
–No trates de distraerme con Maam y mejor cuéntame lo que te callaste hace un momento.
–Está bien –suspiró derrotada –las almas de los humanos son inmortales. Sin importar que el cuerpo muera, el alma no lo hará jamás y con esa bendición, es posible reencarnar, pero mis hermanas y yo dejamos de ser humanas porque nuestros cuerpos se volvieron eternos como el de los dioses y nuestras almas perdieron su inmortalidad. Eso significa que si somos destruidas con poderes divinos o del inframundo, desapareceremos para siempre.
–¡Entonces sí es posible usar magia divina! –dije en voz baja y la solté para caminar alrededor de los pilares –el problema es mi cuerpo humano y mi alma inmortal.
–¡Espera! –Eira corrió hacia mí y me obligó a mirarla de nuevo –no pienses en tonterías, ¿entendiste?... no te imaginas lo que daría por volver a ser humana y morir cuando mi cuerpo envejezca para renacer de nuevo y rencontrarme en la siguiente vida con las personas que amo.
–Si dices eso, me imagino que es posible que un humano como yo, renuncie a lo que consideras bendición y obtenga la habilidad de usar esa clase de magia –me soltó y dio unos pasos hacia atrás –¡por favor, Eira!, ayúdame a obtener más poder mágico. Tengo que traer a Dai devuelta a este mundo con las personas que ama.
–Sólo el Dios de los humanos podría ayudarte. Nosotras no tenemos el don de crear seres con poderes divinos.
–¡Maldición! –me desesperé porque aunque había encontrado a una diosa, parecía que de nada me serviría –esto fue un completo desastre. Tú no conoces a Dai y ni siquiera puedes sentirlo como lo hago yo, a pesar de que se te ordenó protegerlo.
Mi frustración finalmente se estaba liberando y mi aura mágica cubrió mi cuerpo para luego empezar a destruir las piedras preciosas que había en el lugar.
Hace mucho que no sucumbía a mi inmadurez, pero es que tengo demasiado tiempo conteniendo mi dolor y el odio que siento hacia mí, que ya no me fue posible controlarme.
–Ustedes no son diosas –la miré molesto –siguen siendo tan humanas como yo, pero en tu mente tienes la absurda idea de que posees un gran poder.
Eira únicamente me miró sin decir nada y permitió que siguiera destruyendo todo sin hacer el intento de detenerme.
No sé cuánto duró mi rabieta, pero debió ser bastante tiempo porque me quedé sin poder mágico y mi cuerpo se debilitó al grado de que caí al piso ante la pérdida de energía.
Eira se agachó para colocar una de sus manos en mi pecho y al momento de brillar, mi cuerpo empezó a recuperar toda su fuerza, pero lo más increíble fue que mi poder mágico se restauró por completo. Después de ayudarme, se puso de pie liberando su aura divina y todo lo que había destruido volvió a la normalidad.
–No te sorprendas demasiado –me dijo al notar lo impresionado que estaba –este lugar no es muy grande y solamente destruiste piedras preciosas que son fáciles de restaurar –se sentó a mi lado y posó su mirada amable en mí –tengo el poder de reconstruir la mitad de tu mundo si fuera necesario, también puedo resucitar humanos que no hayan muerto en manos de los seres de Celestia, y como te diste cuenta, mi magia de sanación incluye la recuperación total del poder mágico, y aunque usé mucha energía, mi cuerpo no está debilitado –no había necesidad de que me lo explicara. Su aura divina es suficiente prueba de que su poder no es de este mundo –entiendo tu enojo, pero tengo una explicación respecto al hecho de no sentir a tu amigo y es que quizás se encuentra en el Inframundo.
–¿Dai está en el Inframundo? –ya lo sospechaba, pero esta confirmación no me deja más tranquilo, sino al contrario –si lo tienen ahí, entonces no podré salvarlo.
–Quizás sí –se levantó y me extendió su mano para ayudarme a ponerme de pie –ese humano Dai ¿es poderoso?
–Sí. Su padre fue Baran, el Caballero del Dragón.
–¿Qué dijiste? –era la primera vez que Eira se mostraba alterada –el Caballero del Dragón es el ser más poderoso de tu mundo y fue creado por el Dios de los dragones, el Dios de los monstruos y el Dios de los humanos... ¿por qué nos enviaron a proteger a un ser que por sí mismo es igual o más poderoso que nosotras?
–Tal vez porque Dai es el hijo de un Caballero del Dragón y de una humana.
–Entonces su parte humana es la que provocó que nos enviaran aquí –su aura volvió a liberarse y se materializó un rollo antiguo –este es un mapa que muestra los portales que te conducen al Inframundo –me lo dio y lo abrí para analizarlo –como te dije antes, somos diosas humanas, por eso estamos limitadas en algunas cosas y sin mis hermanas, no soy capaz de abrir ningún portal que nos lleve con tu amigo.
–Por consiguiente, debemos encontrar a tus hermanas, ¿no es así?
–No te detiene nada, ¿verdad?... otro humano diría que es un caso perdido y se resignaría, pero tú ya te pusiste a pensar en una solución.
–Dai es la persona más importante para mí –hablé con total franqueza –es como un hermano pequeño que nunca debió llevar sobre su espalda un peso tan grande como el de protegernos siendo tan joven –apreté mis puños al recordar la explosión que me arrebató a mi amigo –daré lo que sea para que regrese y no descansaré hasta verlo de nuevo.
–Si tu alma continúa emanando esa determinación, estoy segura de que lo traerás de vuelta –me sonrió y aunque no había ningún avance en mi deseo de ayudar a Dai, su amabilidad me hizo devolverle la sonrisa –bien, debemos ponernos de acuerdo en lo que haremos para comenzar con el plan de salvar a tu querido amigo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro