LA RAZÓN DE MI DECISIÓN
PVO MAAM
Estoy sentada en unos de los escalones de mi casa en la villa de Nayle, observando a Nina y los demás pequeños, mientras intentan en vano hacer que Hyunckel les permita usar su nueva espada.
Larhart tiene cara de pocos amigos y parece que le molesta que los niños no los dejen continuar con su entrenamiento, aunque pienso que en el fondo siente curiosidad por la animosidad que demuestran las crías de los humanos, (un término que les dio cuando llegamos), porque no quiere demostrar debilidad ante los que aún considera seres malignos que no merecen el sacrificio que nuestro querido Dai, hizo por nuestra raza.
Pensar en mi amigo, provoca que venga a mi mente la imagen de otra persona a la que en este momento quiero golpear por haberse atrevido a abandonarme.
Sin poder evitarlo, comienzo a recordar todos los malos momentos que pasé por su culpa.
Hace una semana habíamos formado dos grupos para la búsqueda de Dai.
Popp, Merle y yo, éramos uno de ellos, pero después de que mi supuesto mejor amigo regresó de ver al tío Matriv, nos teletransportó al reino de Ringaia y ahí solicitó una audiencia con el rey, pero ni Merle ni yo, pudimos entrar.
Nunca supe el motivo por el que decidió visitar primero ese lugar y tampoco entendí la razón de habernos dejado a cargo del rey para que llamara al mago Foster y posteriormente éste llevara a Merle con su abuela en Terán y a mí me trajera a la aldea de Nayle, usando un hechizo que él domina a la perfección y bien pudo llevarnos por sí mismo.
«No me encuentro en las mejores condiciones para volver a utilizar Ruura y no quisiera que acabáramos en un sitio desconocido a tan altas horas de la noche... Lamento el inconveniente, pero pensé en que lo mejor es iniciar el viaje cuando me recupere, y para no desaprovechar el tiempo, ustedes pueden ir a visitar a sus familias»
Aquello fue todo lo que dijo antes de desaparecer utilizando el hechizo que supuestamente no podía usar por falta de energía.
Lo raro del asunto fue que Hyunckel y Larhart aparecieron en el castillo durante la cena y fue sospechoso porque ellos habían iniciado la búsqueda de Dai, algunas horas antes de que Popp regresara por nosotras a Papunika y además tomaron otro camino.
Recuerdo que salí del comedor con el cuerpo rígido y con una sensación de decepción al entender que mi amigo hizo una jugada bastante traicionera.
Antes de iniciar el viaje, Popp no quería que viniera con él y con Merle, e insistió hasta el cansancio en que sería mejor que acompañara a Hyunckel y de no ser porque Larhart se le impuso, hubiera ganado.
«¿Tanto desea viajar a solas con ella?... ¿Acaso, le gusta?»
Una rara punzada en mi corazón me obligó a detenerme.
Sé que no debería enojarme si a él le gusta Merle. En realidad, no tengo derecho a reprocharle su actitud porque fui la primera en pedir tiempo para descubrir si podía llegar a amarlo como hombre, pero eso no significa que acepte que corra a los brazos de cualquier mujer.
De pronto me di cuenta de que ese pensamiento fue muy egoísta.
No le correspondo como quiere, pero me molesto si fija su atención en otras mujeres.
-Quizás... -empecé a decir en voz alta -lo mejor es que me vaya con Hyunckel.
Al levantar la vista me encontré justamente con mi compañero guerrero.
Hyunckel me miró con melancolía y su dolor me hizo querer desaparecer ese horrible sentimiento de su alma atormentada, por eso me le acerqué y lo abracé efusivamente.
-¿Cómo estás, Hyunckel? -le pregunté sin alejarme de sus brazos que me sostenían con fuerza -.
-Ahora soy más lento al caminar, pero soporto bien el dolor de mi cuerpo, así que no puedo quejarme.
-¡Qué bueno! -finalmente me separé de él y le dediqué una mirada amable para hacerlo sentir mejor -el esfuerzo debió ser mucho, así que te dejo para que comas algo y luego te vayas a descansar.
De nuevo lo abracé antes de retomar mi camino.
Al llegar a la habitación que me asignaron, me acosté para tratar de dormir, pero el sentimiento de abandono regresó al recordar que Popp busca deshacerse de mí y si eso es lo que desea, quizás termine por darle gusto.
-Si tan poco te importo, entonces no tiene caso que insista en seguirte.
Cerré mis ojos para evitar llorar. Si permito que gane la tristeza, me convertiré en una mujer común como cualquier otra y yo soy una guerrera, no una frágil doncella que se acobarda ante un hombre.
A duras penas logré dormir unas horas y a la mañana siguiente, Merle me buscó muy temprano para avisarme que el rey pudo conseguir que el mago Foster viniera por nosotras para llevarnos a nuestras aldeas.
Hyunckel y Larhart también se alistaron y me sorprendió saber que ambos tenían la intención de ir conmigo a Nayle.
Antes de irse con el mago Foster, Merle me dedicó una mirada que me demostró que no estaba a gusto con ese acuerdo.
El mago regresó por nosotros luego de unos minutos y en un instante me vi frente a mi aldea.
Estaba tan emocionada de ver nuevamente el lugar donde crecí, que corrí sin esperar a nadie hasta mi casa.
Abrí la puerta con un exceso de fuerza que por poco hace que la destruya.
Mi madre se asustó por lo intempestivo de mi llegada, pero la alegría que sintió al verme me ayudó a que no me regañara y ambas nos abrazamos con efusividad.
-¡Te extrañé tanto, hija! -me dijo luego de separarnos y me condujo a la mesa para sentarnos a conversar -¿por qué no regresaste en cuanto terminó la batalla?
-Es que no podía abandonar a Popp. El pobre estuvo muy mal después de lo que sucedió con Dai y tenía miedo de que le pasara algo malo.
-Veo que ese muchacho te importa mucho más que yo -se puso a reírse y eso me incomodó -¿qué pasa?
-¡Ese tonto no me importa!... tienes que saber que el emblema que me dio el maestro Aván, me eligió como una discípula del amor y la caridad. Es por ese motivo por el que estuve ayudando a Popp -de repente no pude sostenerle la mirada y empecé a bajar el tono de mi voz -eso es lo único que me mantuvo a su lado.
Mi madre no pronunció palabra en unos largos y desesperantes minutos. La intriga me hizo mirarla otra vez y la encontré evaluándome a detalle.
-¿Sucede algo? -no quería preguntar, pero era incómoda la manera en que me veía -.
-Nada en especial, hija -se puso de pie para luego dirigirse a la cocina -voy a preparar la comida, pero me faltan algunas plantas, así que tendré que ir por ellas con la hierbera de la aldea.
-¡Yo voy! -me apresuré a correr a la puerta -.
Salí de mi casa a paso veloz. Era la primera vez que sentía que tenía que escapar de mi madre y fue por su reacción cuando le conté el motivo por el que no había regresado a la aldea.
En el camino hacia la casa de la hierbera, me encontré a Hyunckel y Larhart. La vergüenza me embargo al notar que los había olvidado por completo y como disculpa me ofrecí a buscarles un lugar dónde quedarse. Por fortuna no tuve que buscar demasiado, ya que la pequeña Nina aceptó que se quedaran en su casa, (no es tan grande como la mía, pero como únicamente vive con su madre, hay dos cuartos disponibles que servirán para que estén cómodos durante los días que vayan a quedarse).
Una vez instalados los invité a comer en mi casa, pero solamente Hyunckel aceptó, (creo que no le agrado mucho a Larhart, o quizás su naturaleza de oscuro hace que no le guste la comida humana).
En lo que llegaba la hora de la comida, regresé con mi madre para ayudarla con todo lo que hiciera falta. Mientras cocinábamos le conté sobre el incidente del postre que por primera vez me había animado a preparar y que el tonto mago rechazó.
-¡Es un insensible que no merecía que me esforzara tanto! -expresé mi frustración en voz alta y rompí el cuchillo con el que estaba partiendo unas papas -.
-Veo que te dolió que no fuera el primero en probar tu postre.
-¡No me dolió!, ¡es más!, me alegro de que no lo probara. Si lo hubiera hecho, estoy segura de que lo habría criticado... Ese tonto no es para nada amable. Siempre me hace enojar con sus burlas y más me enfurece cuando está de pervertido mirando a cuanta mujer con poca ropa se le pone enfrente.
-Bueno, Popp es un adolescente de quince años. A esa edad todos los chicos son curiosos y un poco libidinosos -se rio como si eso fuera un chiste y sinceramente yo no le encuentro lo gracioso -¡hija!, ¿por qué estás apuñalando las papas?, a este paso van a ser puré y no me van a servir para el caldo que tenía previsto -miré las papas y las encontré completamente desechas -.
-¡Perdón, mamá!, voy por otras con la vecina -nuevamente salí corriendo de mi casa -.
«¡Dios de los humanos!, ¿por qué últimamente me pongo de malas cuando hablo de Popp?
Seguramente es porque así son los hermanos y como a él lo quiero como al pequeño hermano que nunca tuve, me molestan sus tonterías... ¡sí!, eso es lo que me pasa»
Me tranquilicé al descubrir que todos mis malos momentos se deben a que estoy reafirmando mi hermandad con Popp. A este paso podré aclarar mis sentimientos más rápido de lo que pensé y dejaré de sentir ganas de matarlo cada vez que lo veo mirando a otras mujeres, (es que no está bien tener celos de hermana porque algún día tendrá una novia y no quiero sentirme miserable).
De nueva cuenta me dio una fuerte punzada en el pecho que me impidió seguir caminando.
«En serio empiezo a odiarme por tener este tipo de reacciones cuando se trata de ese pervertido»
-Quizás deba ir con un sanador. No creo que esto sea por él. Lo más probable es que quedé afectada del corazón después de haber peleado contra Vearn.
Con esa firme idea en mente, traté de olvidarme de mi amigo para centrarme en disfrutar de mi tiempo en casa e increíblemente pude ayudar a mi madre a terminar la comida antes de que llegara nuestro invitado.
Hyunckel se presentó con mucha cortesía y mi madre lo saludó con la misma amabilidad con la que una vez recibió a Dai y a Popp.
La comida se dio sin contratiempos, aunque la manera tan formal de Hyunckel, hizo que mi madre no pudiera tutearlo o tocar temas personales, y si lo hacía, él apenas y daba una brevísima explicación que en realidad no aclaraba absolutamente nada.
Al ver la interacción entre los dos, no pude evitar comparar la que Popp suele tener con cualquier persona. Cuando él y Dai estuvieron aquí, jamás hubo silencios largos o temas intocables porque a los dos les gusta conversar, sobre todo a Popp. Es tan parlanchín que consigue que las horas no se sientan y las comidas pasaban muy aprisa. Además, se la vivía sonriendo en todo momento y nos contagiaba su alegría.
-¿Qué opinas, Maam? -mi madre interrumpió mis pensamientos y me quedé muda al no saber lo que está preguntando -veo que no has puesto nada de atención a nuestra plática -sonrió tiernamente para relajarme -estábamos hablando de que les conseguiste albergue en la casa de Nina y aunque sé que su madre tiene cuartos confortables, me sorprendió que no les ofrecieras venir con nosotras... Sabes bien que tenemos un cuarto para dos personas y como el joven Hyunckel es otro discípulo de Aván y lo aprecias mucho, considero que es mejor que se quede aquí.
-Pero si Popp llega a venir a buscarme y decide pasar tiempo en la aldea no tendrá dónde quedarse.
-Si eso sucede puede quedarse en casa de Nina.
-Lo sé, pero ya se quedó aquí y no me gustaría enviarlo a otro lugar.
De nuevo mi madre me miró atentamente hasta el punto de hacerme ruborizar por su escrutinio.
Estaba por retractarme y pedirle a mi invitado que se quede con nosotras, cuando mi madre sonrió y retomó su plática con Hyunckel, (lo que pudo platicar, porque él nunca pronunció más de cinco oraciones).
La comida por fin terminó y mi compañero regresó a casa de Nina.
Yo me puse en la tarea de lavar los trastes, pero con eso de que ahora tengo demasiada fuerza, rompí dos vasos y un plato.
-¡Tienes la misma fuerza de tu padre! -mi madre me miró asombrada y con unas ligeras lágrimas asomándose en sus ojos -conforme pasa el tiempo te le pareces más y más. Sólo hay una cosa en la que no me gustaría que te parecieras a él.
-¿En que no te gustaría?
-Eres poderosa y tienes una gran valentía para enfrentarte a cualquier enemigo. Tu padre también era así, pero a pesar de su fuerza, le faltaba el valor de su alma.
-Mamá, es imposible que digas eso cuando mi padre era el guerrero más valiente y fuerte del grupo del maestro Aván.
-El valor no se refleja únicamente en el poder físico. También debemos tener valor en nuestras almas y aunque no lo creas, hubo un instante en el que tu padre no fue valiente.
-¿Cuál fue ese momento?
-Antes contéstame, ¿existe en tu corazón alguna duda que no te permite ser feliz?
«¡Claro que tengo miles de dudas!, pero no puedo decírselas porque conociéndola terminará por confundirme. Ella aprecia mucho a Popp y ya tengo demasiados problemas tratando de descubrir lo que siento por él, como para que mi madre me diga que es amor de pareja y no de hermanos lo que existe en mi corazón»
-Maam, ese postre que preparaste tiene un significado importante. Una vez te dije que si no lo hacías con el deseo de hacer feliz a alguien, este tendría un sabor amargo... La primera vez que preparé uno fue para tu padre. Él siempre fue el primero en todo en mi vida. Mi primer amor, mi primer beso, mi primer deseo y mi primera vez... Ahora que sabes eso hazte esta pregunta, ¿por qué te dolió tanto que Popp no fuera el primero en probar ese postre?... Cuando encuentres la respuesta, entenderás lo valioso que es dar la primera vez de todo tu ser a la persona correcta, porque no con cualquiera puedes vivir esas experiencias tan maravillosas... Quizás ames a muchas personas, pero sólo con una querrás compartir esos momentos.
Mi madre se fue inmediatamente después de decir eso, dejándome aún más confundida que antes.
Al quedarme sola, sus palabras retumbaron en mi cabeza y recordé el instante en que Popp hizo que Hyunckel fuera el primero en probar el postre y me di cuenta de que en verdad me había dolido que le regalara todo mi esfuerzo a otra persona que no fuera él.
A partir de ese día mi corazón no ha hecho otra cosa más que acumular grietas porque el hombre que se supone que me ama, me está dejando de lado y ya no le importa luchar por mí.
Durante la batalla contra Vearn, se comportó coqueto y me ayudó a no caer en el estrés gracias a sus comentarios respecto a nuestra futura relación de novios, y es que parecía que los decía convencido de que terminaríamos juntos e incluso yo llegué a pensar en que sería de esa manera. Mi corazón latía con más fuerza que nunca cada que lo escuchaba, pero ahora me duele por la actitud indiferente que está tomando.
Para Popp no existe nadie más importante que Dai y al perderlo su alegría se esfumó y aunque trata de sonreír, todos nos hemos dado cuenta de que jamás volverá ese chico gracioso que nos daba esperanza y que tuvo el valor de confesarme que me ama.
Un toque en la puerta me obliga a dejar mis pensamientos y al abrir me encuentro con el otro hombre que me tiene confundida.
Hyunckel me sonríe amablemente y correspondo su gesto con una sonrisa similar.
-¡Pasa, por favor! -me hago a un lado y él entra sin apartar su mirada de mí -¿olvidaste algo o te quedaste con hambre?
-Se podría decir que es un poco de lo segundo... Siendo honesto, creí que podría volver a probar un postre hecho por ti.
«¡Ay, Hyunckel!, tenías que hacerme recordar uno de los momentos más incómodos de mi vida»
-¿Dije algo malo?
-¿A qué te refieres? -lo mejor era fingir para no dar explicaciones -.
-De repente tus ojos dejaron de brillar y me pareció ver un halo de tristeza en tu rostro.
-Estoy bien. No te preocupes -le di la espalda y me encaminé a la cocina -veré si tengo ingredientes para hacer el postre.
No sé si tener todo lo necesario se podía considerar como buena suerte, pero logré preparar cinco mantecadas.
Al ofrecerle una, vinieron a mi mente las imágenes de lo sucedido con Popp y me reprendí por no ser capaz de olvidar su descortesía.
-¿Qué tal está? -me atreví al preguntar porque vi que hizo una mueca de desagrado -.
-¡Bien! -lo dijo no muy convencido -.
-¿De verdad?
Como no le creí partí un trozo y casi lo escupo por lo amargoso que estaba.
-¡Lo siento!, no tengo experiencia en preparar postres o panes y seguramente me pasé de levadura. Si este quedó así de amargo, ahora entiendo la razón de que Popp no quisiera comerse el postre que le hice aquella vez.
-Ese postre estaba realmente delicioso -su mirada era muy dulce y quedé deslumbrada por el brillo que irradiaba -jamás en mi vida había probado algo tan rico como ese pan de dulce.
Mi corazón latió ante sus tiernas palabras, también mis mejillas se colorearon y sentí la necesidad de acercarme más a él.
Estas reacciones de mi parte son el motivo por el que no pude corresponder a los sentimientos de Popp. Siempre he querido alegrar a Hyunckel porque su pasado es muy triste y debido a sus pecados siente que no merece ser feliz, pero eso es porque no entiende que lo manipularon para que aceptara la oscuridad y que fue gracias a la fortaleza de su alma, que pudo corregir sus errores.
Instintivamente llevo mis manos a su pecho y alzo mi cara para conectar nuestras miradas. A través de mis palmas siento los latidos inconstantes de su corazón y eso me pone nerviosa, pero continuó acercándome más a él.
Estoy a escasos centímetros de su boca cuando las palabras de mi madre me detienen.
«Quizás ames a muchas personas, pero sólo con una querrás compartir esos momentos»
Al ser consciente del error que estaba a punto de cometer, me levanto y le doy la espalda.
Mi corazón late es verdad, pero no con la fuerza suficiente como para pensar que mis sentimientos por Hyunckel son románticos y no quiero que malinterprete mi reacción porque lo conozco y es capaz de aceptarme por agradecimiento. Además, el motivo que ocasionó todo esto fue la decepción que estaba sintiendo y en un intento por olvidarla me refugié en su amabilidad.
-Estoy cansada, ¿me puedes dejar sola, por favor? -no quería escucharme grosera, pero necesitaba que se fuera -.
-¡Claro!... nos vemos mañana.
En cuanto salió pude descargar mis frustraciones golpeando la mesa, (que se destrozó ante mi fuerza).
-¿Qué siento realmente por ti, Hyunckel?... lo único que sé es que no quiero verte triste, pero ¿a eso se le puede llamar amor?, o quizás es compasión -golpeo mi pecho al no ser capaz de encontrar la respuesta -tengo qué descubrir cuanto antes con quién quiero irme o el viaje será insufrible.
Desanimada me encerré en mi cuarto y para no seguir pensando en nada, mejor me dormí, pero la tranquilidad que buscaba no llegó y empecé a soñar algo terrible.
«Me encuentro de pie sobre la punta de una roca bastante alta y delgada. A mi alrededor hay varias de ellas. La oscuridad no es completa gracias a unas grandes llamas que queman con solo aspirar el aire.
Es un mundo infernal y demasiado estremecedor por el aullido de los monstruos que se escuchan a lo lejos que parecen luchar entre sí.
Trato de gritar para preguntar dónde me encuentro, pero mi voz no sale.
Miro hacia abajo y me doy cuenta de que si salto caeré al vacío porque todas las rocas tienen una gran separación entre ellas y aunque tengo agilidad, esta no llega a niveles super humanos, así que me quedo quieta y ruego a dios que me ayude.
-¡Maam! -oigo a Popp gritando en algún lugar de este tenebroso mundo - ¡Maam, ayúdame!
-¿En dónde estás Popp? -milagrosamente recupero mi voz y grito con más desesperación que él, y es que siempre me ha preocupado que lo lastimen porque no tiene mucha fuerza física y un golpe certero podría matarlo -.
-¡Maam! -ahora es Hyunckel el que está gritando -¡te necesito, Maam! ¡Ayúdame!
De repente la oscuridad desapareció cuando un relámpago cayó cerca de la roca donde me encuentro.
Por un breve instante me quedé ciega por la intensa luz, pero al abrir los ojos logré enfocar lo que tenía frente a mí y lo que vi me robó el aliento.
En dos rocas separadas por el abismo se hallaban esposados Popp y Hyunckel.
-¡Maam, por favor, tienes que ayudarme! -dice Popp y en sus ojos puedo ver el miedo que siente al estar atrapado -.
-¡Maam, necesito que me liberes!, si lo haces, podré salvar a Popp -Hyunckel tiene un punto y es que si lo salvo a él primero, será más sencillo ayudar a Popp -.
-¿Qué harás, niña?
La voz de una mujer es la que me hace la pregunta y al observar más arriba de donde están mis amigos, puedo ver que se está materializando una figura, y cuando está completa, en efecto se trata de una mujer que tiene alas oscuras de murciélago. Su piel es de color lila. Sus ojos dorados destellan una gran maldad mientras su largo cabello negro azabache ondea aún sin haber corrientes de aire. De su ropa no puedo hablar porque prácticamente no tiene nada puesto, (la muy descarada apenas está cubriendo su desnudez con una ligera tela negra semitransparente sobre sus pechos y su intimidad).
-¿Vas a seguir mirándome a mí, o vas a decidir a quién ayudarás primero? -usa un maldito tono sensual a pesar de estar amenazándome -.
-¡Oiga, señorita! -Popp la llama y al mirarlo lo encuentro babeando como idiota a causa de que sus instintos pervertidos se activaron al ver a la mujer -yo con gusto espero mi turno si puedo seguir admirando su belleza.
-¡Qué estás diciendo, pervertido! -me enfurezco ante las tonterías que escucho -lo que ella quiere es matarte.
-Esa era mi intención, niña -la descarada se le acerca y alza su mentón para evaluar su rostro -¡oye!, a pesar de ser un niño, eres muy guapo... Al principio pensé que el guerrero Hyunckel era atractivo, pero ya está crecidito y tú en unos años estarás igual o mejor, y como a mí me encantan los jóvenes, creo que me conviene quedarme contigo.
-¡Cómo que te lo vas a quedar! -aprieto mis puños con tanta fuerza que mis palmas sangran, pero ninguno de los dos me hace caso -¡oigan!, les estoy hablando.
-¿Verdad que deseas quedarte conmigo, jovencito? -la muy coqueta se le pega tanto al cuerpo, que Popp se pone rojo -.
«¿Por qué demonios se puso así?... ¿será que?... mejor ni lo pienso, o terminaré por matarlo a él»
-Se... señorita, yo... -su voz es nerviosa y la cara de tonto que pone me enfurece aún más -es que... ¡está bien! -al final, parece que accede a la petición de la descarada -.
-¿Qué está bien? -me sigue ignorando pues su concentración esta sobre esa mujer -¡miserable pervertido!, voy a darte la paliza de tu vida si haces una tontería.
-¡Ya, niña!, no comprendo por qué te molestas -suelta a Popp y empieza a flotar hacia mí -ese niño no te interesa como hombre, ¿no es cierto?
-Yo... -¿cómo pudo callarme con una simple pregunta? -.
-Si me lo pides puedo dejártelo, pero a cambio me llevaré al guerrero... Es mayor que ustedes, pero me servirá por lo menos unos cinco años. Luego simplemente me busco otro más joven, ¿qué te parece?
-A Hyunckel ni siquiera le interesas -le respondo con burla -a diferencia de Popp, él es muy maduro.
La demonio se pone a analizar mis palabras y por un momento pensé que había logrado herir su orgullo, pero al verla sonreír temo que no fue suficiente como para hacer que se vaya.
-Entonces el hombre que amas es ese guerrero.
Voltea a verlo y por fortuna Hyunckel la mira con su acostumbrado ceño fruncido que me demuestra que es verdad que no está interesado en ella.
«No como el tonto hechicero que sigue babeando por la indecente mujer»
-Es demasiado atractivo y muy fuerte -vuelve a fijar su atención en mí -a diferencia del niño, su madurez y poder es una garantía de que puede vencer a cualquier enemigo. Todas las mujeres buscan esa clase de hombre. Te felicito por tu elección, y como soy una romántica sin remedio, puedes ir con él.
Las rocas empiezan a moverse a causa de un estremecimiento que proviene del fondo del abismo, y es porque se está elevando un puente entre la roca de Hyunckel y la mía.
-¡Ve!
Apunta un dedo hacia él y aunque tengo desconfianza, me obligo a cruzar el puente para liberarlo. A unos pasos de llegar a su lado, la curiosidad me hace voltear hacia la demonio y la encuentro nuevamente pegada a Popp y a punto de darle un beso.
No sé qué me pasó, pero la ira me invadió y a pesar de tener un abismo bajo mis pies, salté hacia ellos sin importarme que quizás no llegaría al otro lado y para mi desgracia fue exactamente lo que sucedió y caí en picada.
La muerte era inminente, pero ni el miedo logró que apartara mis ojos de la escena de esa mujer besando a Popp.
«¿Cómo puedes decir que me amas y besar a otra mujer?, ¡eres un mentiroso!», le reprocho en mi mente.
«¿Lo dejarás morir a manos de ese demonio?», oigo una dulce voz perteneciente a otra mujer que no logro ver y extrañamente mi caída se detiene, al igual que el tiempo.
«A él parece no importarle que quiera matarlo», le respondo con decepción mientras continuó atormentándome con la imagen de esos dos, «Además, ella liberó sus manos para que pudieran abrazarse y profundizar el beso»
Eso era verdad, los dos se abrazaban y parecían como si estuvieran muy enamorados.
«Ese hechicero tiene un gran poder, pero su debilidad humana lo hace propenso a la muerte... ¿acaso quieres que muera»
«Si muere es por culpa de sus tonterías», en este punto siento un picor fuerte en mis ojos y me obligo a apartar la mirada de esos malditos indecentes.
«Eres una discípula de amor y caridad. Eso quiere decir que tu deseo es ayudar a los demás sin importar si cometen errores... ¿por qué te duele verlo sucumbir a sus deseos de hombre?»
«¡No me importa que caiga bajo los encantos de las mujeres!», grito con todas mis fuerzas para que ese traidor también me oiga, «nosotros somos simplemente amigos y yo... yo sólo estoy a su lado porque es débil»
Al pronunciar esas palabras, me doy cuenta de que ese es el motivo por el que decidí irme con Popp y no con Hyunckel.
Su poder mágico será todo lo fuerte que quiera, pero es el más débil de nuestro grupo y siempre necesita que lo ayuden, (eso lo sabía desde que lo conocí). También está el hecho de que frente a mujeres hermosas pierde toda su inteligencia y cae fácilmente en sus garras.
La prueba más clara de que es verdad que sólo quiero protegerlo por su debilidad, se dio cuando me quedaba a dormir en su cuarto. Su decisión de no comer era un indicio de que intentaba dejarse morir a causa de la culpa que sentía por la desaparición de Dai. Mi preocupación fue tan grande, que usé su amor por mí para motivarlo a continuar, pero ni mis muestras de cariño lograron devolverle la alegría que tenía antes y esa derrota de mi parte me hizo temer que durante el viaje encuentre a seres poderosos que lo lastimen o lo maten.
«¿Estás segura de que eso es lo que sientes por él?», la voz de la mujer suena como si no creyera lo que dije, pero sé que es cierto... ¡debe ser cierto!
«No sé quién eres, pero necesito alejar a esa mujer de Popp, ¿me puedes ayudar con eso?»
«¿Quieres salvarlo por su debilidad, o porque te diste cuenta de que quizás su amor por ti no es tan grande frente a otras mujeres y deseas hacer que su corazón sea solamente tuyo?»
«Lógicamente porque es débil, y si le permito quedarse con ese demonio, terminará muerto», el tono de mi voz no deja lugar a dudas respecto a mis motivos de querer ayudarlo, pero esa molesta punzada en mi pecho ha vuelto aparecer y no entiendo la razón.
«¡Bien!... ya puedes despertar. Esta prueba ha terminado, y lamentablemente me has hecho perder una apuesta porque eres muy obstinada»
«¿De qué apuesta hablas?»
«Esta es la primera de tres... No pierdas las otras o te arrepentirás»
«¿Dime de qué rayos estás hablando?, ¿qué apuesta hiciste y quién eres?»
Otra luz me enceguece de nuevo y al abrir los ojos me doy cuenta de que sigo acostada en mi cama.
-Así que era sólo un sueño -me digo a la vez que limpio unas gotas de sudor de mi frente -parecía tan real.
Siento la garganta seca y bebo tres vasos de agua de una jarra que siempre tengo sobre la mesa al lado de mi cama.
Luego de saciar mi sed, vuelvo a acostarme, pero el sueño no llegó hasta dos horas más tarde.
Los siguientes días fueron tediosos y aburridos.
Mi madre tenía una rutina que instauró después de mi partida con Dai y Popp para enfrentarnos a Hadler, así que casi nunca está conmigo y al estar sola, tuve que buscar una actividad que me mantuviera ocupada para no pensar en el dilema de mis sentimientos, (plantar semillas de flores fue mi elección).
Varias veces Hyunckel vino a hacerme compañía, pero su falta de conversación provocaba que el ambiente se volviera pesado y para mi sorpresa llegué a suspirar de alivio cuando se retiraba a descansar.
Después de una semana empecé a temer que Popp no vendría por mí.
Necesitaba verlo para poder tomar una decisión. Hasta ahora estaba dividida entre irme con Hyunckel o con él y la balanza estaba inclinándose a favor de mi compañero guerrero.
Finalmente mi mente sale de mi viaje al pasado cuando Larhart grita porque los niños se le fueron encima y están haciéndole cosquillas.
Hyunckel sonríe, pero como siempre, mantiene una actitud seria a pesar de lo divertido del momento.
Bueno, no debería criticarlo. Mi animosidad tampoco es la mejor y como no tengo ganas de ayudar a Larhart, me levanto para caminar hacia el bosque oscuro.
Al llegar al lugar donde conocí a Dai y a Popp, me recargo en un árbol y miro al cielo.
-¿Cuánto tiempo más tengo que esperarte? -mi voz temblaba, al igual que mi cuerpo -.
-¿A quién esperas, Maam?
El tono cálido de la voz de Popp hizo que mi corazón latiera muy fuerte y emocionada giré para verlo.
-¡Sí viniste! -no era mi intención decir eso, pero no pude evitar que mi boca pronunciara en voz alta lo que mi mente pensaba -.
-Por supuesto que vine -sonrió amablemente y se rascó la cabeza -tardé unos días más porque mis padres insistieron en que me quedara hasta después de mi cumpleaños.
-¿Tu cumpleaños?
-Sí... oficialmente tengo tu misma edad.
-¿Cuándo cumpliste años?
-En estos días -amplió su sonrisa y me guiñó el ojo
«¿Dónde ve lo gracioso de mantener el suspenso?»
-¿No me dirás el día? -mi voz ya sonaba molesta, pero él no parecía darle importancia -.
-¿Para qué quieres saberlo?... ¿acaso vas a regalarle algo bonito a tu amoroso hermanito?
-¿Amoroso hermanito? -le he puesto muchos apodos y en algún momento llegué a decirle que lo quiero como hermano, pero dicho por él me produjo malestar -.
-¡Sí! -su alegría contrastaba con mi estado de ánimo -pareces molesta. Mejor dejemos para después lo del regalo que me debes y vamos con Hyunckel... Él y Larhart ya empacaron sus cosas y sólo esperan que les digas si deben esperarte o no.
Sin dejar de sonreír se dio la vuelta para encaminarse hacia la aldea.
-¿Por qué dices que están esperando a que les diga si me van a esperar? -tengo que correr porque la impresión de sus palabras me había dejado estática por algunos segundos -se supone que ya habíamos decidido que me iría contigo.
-¡Vamos, Maam!, si continúas preocupándote por otros, jamás vas a consolidar tu relación con Hyunckel -no hay una sola gota de dolor en lo que está diciendo, pero en mí corazón sí apareció otra grieta de decepción -.
-Si hablamos de relación, todavía tengo pendiente la nuestra -contraataqué para ver si lograba despertar al Popp que dijo que me amaba -.
-La nuestra ya está definida.
-¿En serio?, y según tú ¿qué somos?
-Hermanos.
La simpleza con la que contestó no daba lugar a una mentira. Popp en verdad estaba convencido de que eso seríamos siempre, pero para mí esa palabra ya no lo definía, (o quizás me estoy aferrando en amarlo porque quiero alejar la tristeza que lo invade por lo de Dai).
-¡Ahí está, Hyunckel! -alzó la mano para saludarlo, pero como es costumbre, ni él ni Larhart lo tomaron en serio -ese tonto es muy amargado. Espero que cuando sean novios le cambie el carácter.
Popp se adelanta y luego de intercambiar algunas palabras con Hyunckel, lo veo entrar a mi casa de la que después sale acompañado de Merle.
«Entonces ¿no fui la primera a la que vino a buscar?»
-¡Nos vemos luego! -se despide en voz alta mientras agita su brazo con fuerza -¡cuídense muchachos! Y si pueden, no me hagan tío tan rápido.
Hyunckel me miró con un ligero rubor en su cara.
En otro momento también me habría ruborizado, pero al verlo pasar su brazo por la cintura de Merle, mi cuerpo se movió con velocidad y logré sujetarlo antes de que desapareciera con su hechizo.
La rapidez con la que se viaja con Ruura nos obliga a cerrar los ojos, sin embargo esta vez el viaje duró muy poco y cuando vi el lugar donde estábamos, me di cuenta de que era el patio del castillo de Romos.
-¿Qué hiciste, Maam? -Popp me preguntó con un tono serio -.
-Ya habíamos quedado en que vendría con ustedes, ¿o es que te molesta tanto mi presencia que no quieres ni verme?
Ambos estamos en guardia y con los puños apretados. Es obvio que no vamos a atacarnos, (además, yo ganaría), pero queremos imponernos al otro y nos preparamos para una pelea de argumentos en los que no pienso dar tregua hasta que acepte que vaya con él.
-Popp -la dulce voz de Merle consigue que mi amigo enfoque su mirada en ella -la señorita Maam ya había decidido venir con nosotros. No fue amable de tu parte querer excluirla sin que demostrara que deseaba cambiar de grupo... Por favor, discúlpate con ella.
-Yo... - se nota avergonzado, ¿será posible que le vaya a hacer caso? -... lo lamento, Maam -pues sí lo hizo -.
-Está bien, sólo no vuelvas a tomar decisiones por mí.
-No lo haré, te lo prometo.
De nuevo lo veo sonreír y aunque no es la sonrisa alegre de siempre, lo admiro por el valor que demuestra al enmascarar su dolor.
Popp, saca un mapa y se pone a evaluarlo. Al principio esperé pacientemente a que ubicara el primer sitio al que iríamos, pero después de quince minutos, me desespero y le pregunto de mala gana qué a dónde vamos.
Él se ríe nervioso y escoge un camino hacia un lugar que jamás hemos visitado.
Estuvimos caminando varias horas sin descanso, pero parecía que no encontraríamos ni siquiera una pequeña aldea donde pasar la noche.
Ya molesta por el cansancio, pregunto si falta mucho y él responde que "creé que es por aquí".
Mi mal humor no es justamente porque se haya perdido, sino porque no consigo olvidar que quiso dejarme y por la facilidad con la que le hace caso a Merle.
Y es así como inicia el viaje en busca del héroe y el descubrimiento de mis verdaderos sentimientos.
CONTINUARÁ ...
*****
Hola!!
Me he tardado bastante en actualizar porque entre los pendientes que tengo, y el ver los capítulos para poder escribir, el tiempo no me alcanza.
Muchas gracias a quienes me han preguntado por la actualización, (sólo han sido dos personas, pero les agradezco en el alma el interés y por eso decidí darme un espacio para continuar).
Como recordarán, es una historia sin orden cronológico y el capítulo 2 y 3 son los que deberían haber estado primero, nada más que inicié viendo el final de la serie y eso me llevó a empezar desordenadamente. Quizás son algo lentos, pero hay detalles que servirán más adelante y a los que hay que ponerles atención.
Tengo la mala costumbre de hacer capítulos muy largos, por eso quería preguntarles si desean que los acorte para que no se aburran. Quisiera saberlo porque para el siguiente volveré con la continuación del primer capítulo y en ese tenía planeado poner la versión tanto de Popp, como la de Maam, pero si me dicen que los haga más cortitos, sólo dejo la de uno de los dos.
Así como me extiendo con los capítulos, lo hago con mis notas. Perdón.
Mil gracias de nuevo por su apoyo. Si pueden y les gusta lo que leen, ojalá me regalen un voto.
Saludos!!
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