EL INICIO DE LA AVENTURA
PVO POPP
«¡Lo siento, Popp!, es lo último que escucho de Dai antes de que desaparezca para siempre.»
Despierto sobresaltado con varias capas de sudor cubriendo mi frente.
Hace días que sufro reviviendo el terrible momento en que perdí a Dai, y dolor se ha intensificado desde que nos reunimos en Papunika para ver el lugar en dónde la princesa Leona decidió colocar su espada.
Aquella vez todos le dedicaron palabras que demostraban su deseo de verlo de nuevo, pero yo no pude expresarme amablemente, (al menos no al principio), y esto se debe a la furia que siento por no haber sido capaz de irme con él para morir juntos.
Sé que mi poder mágico se había consumido en la batalla contra Vearn, sin embargo debí obligarme a reponerme, pero no lo hice y ahora vivo atormentado por la culpa y el dolor de haber perdido a la única persona a la que realmente le importaba.
Un rechinido proveniente de la puerta interrumpe mis pensamientos y al voltear para reclamarle a la persona que se atrevió a molestarme, me encuentro con Maam que me dedica una mirada que me demuestra la enorme lástima que siente por mí.
-¡Hola, Popp! -trata de sonreír, pero noto que le cuesta trabajo -te traje un rico pan con dulce de leche que mi madre me enseñó a preparar cuando era niña.
Observo por unos segundos el plato con el dulce que trae en las manos, pero mi ánimo depresivo no ayuda y giro mi rostro para que no vea el gesto de fastidio que hago y es que si yo supiera que su preocupación es debido a que me quiere, se lo agradecería, sin embargo sé muy bien que es su alma caritativa la que hace que sienta que es su deber animarme.
-Quiero informarte que serás el primero en probar este platillo preparado por mí -el tono de su voz cambió a uno más alegre -en la villa de Nayle únicamente cocinaba comidas con verduras o carne. Los postres difícilmente los preparo, pero hoy tuve muchas ganas de prepararte uno porque quiero verte sonreír.
«¿Verme sonreír?... ¡sí claro!... como si pudiera sonreír después de perder a mi mejor amigo y lo peor es que el único sentimiento que he logrado despertar en los demás es lástima... De cualquiera lo aceptaría, pero viniendo de ella me hiere porque me demuestra lo patético que soy ante sus ojos»
Ajena a mis pensamientos, parte un trozo bastante grande para ofrecérmelo.
Su sonrisa y el brillo que emana de sus ojos me hipnotiza porque se ve realmente hermosa.
Por un momento siento latir mi corazón con alegría por su gesto cariñoso, pero la imagen de ella sosteniendo a Hyunckel con amor durante la batalla contra Vearn aparece en mi mente y me regresa a la realidad.
Maam espera a que abra la boca, pero afortunadamente recuerdo que dijo que era la primera vez que alguien va a probar ese postre especial y no puedo permitir que lo desperdicie en mí, por eso me levanto con rapidez y camino hacia la puerta.
-¡Gracias, Maam!, pero no tengo hambre.
Sin esperar a que responda, salgo lo más rápido que me permite la debilidad de mi cuerpo por la falta de alimento.
Por suerte duermo con la ropa del diario y no con pijama, así que no pasaré por una incómoda escena en la que alguien me vea desarreglado, (sobre todo Leona, que los primeros días se la pasaba reclamándome la manera tan desastrosa con la que me aparecía en el palacio).
A los lejos percibo el olor de la comida.
Por la posición del sol sé que es medio día y eso significa que es hora del almuerzo.
A Leona le encanta llamarnos para acompañarla mientras toma un descanso y por el sonido de varias voces reunidas en el comedor, me doy cuenta de que sigue manteniendo esa rutina.
Mi estómago ruge en clara protesta por haberlo dejado sin comer varios días y por un instante me regaño por despreciar el postre de Maam, pero al entrar y ver a Hyunckel, (quién casi nunca convive con nadie y no se aparece en los almuerzos de la princesa), me digo que es una excelente oportunidad de ayudar a mi amiga a acercarse a su persona especial y con un magnífico plan en mente, me siento junto a él y me aseguro de que nadie tome la silla que está en su otro costado.
-¡Buen día, Hyunckel! -lo saludo con una exagerada efusividad que lo hace entrecerrar los ojos con desconfianza -¿por qué pones esa cara si nada más te saludé?
-Tenemos días preocupados porque no sales de tu cuarto ni para tomar agua y hoy te apareces con esa cara de felicidad que a leguas se ve que es fingida.
-¡Oye, claro que no es fingida! -me quejo sin dejar de sonreír -hoy me siento mejor y con un hambre feroz que hará que te deje sin nada qué comer si no te apuras a servirte.
Un silencio extraño me hace observar a mi alrededor y me doy cuenta de que todos están mirándome con una cara sorprendida.
-¿Pasa algo? -pregunto incómodo por tanta atención -.
-Pasa que tenemos días preocupados por ti, mago tonto -responde Chiu con cara seria y los brazos cruzados -.
-¡Es cierto! -Leona salta de su asiento y golpea la mesa -sé que lo de Dai nos tiene muy tristes, pero Lon ya nos dijo que está vivo, por eso no entiendo la razón por la que te encerraste en tu cuarto. De no ser porque Maam es muy obstinada y rompe la cerradura para entrar a verte, daríamos por hecho que el que ya no existe en este mundo eres tú.
Los demás la apoyan asintiendo con la cabeza y me pregunto si es verdad que me he estado comportando más tonto que de costumbre.
-Has tenido a la pobre de Maam al borde la angustia -continúa diciendo Leona -.
-Merle también ha estado muy preocupada -Crocodine habla y volteo a mirar a la aludida -.
El rostro de Merle está enrojecido y me doy cuenta de que a diferencia de la mirada de Maam, en la de ella no hay una gota de lástima y le sonrió en agradecimiento porque, a pesar de ser un idiota al no poder corresponder a sus sentimientos, Merle al igual que Dai, son las únicas personas en este mundo que no me ven como un inútil al que todos deben compadecer.
-¡Perdóname por preocuparte, Merle! -extiendo mi mano y ella la toma con nerviosismo - eres muy especial para mí, por eso te prometo que jamás volveré a causarte dolor.
Ambos nos sonreímos y siento la necesidad de decirle lo mucho que aprecio su apoyo.
-¡Maam! -la voz de mi maestro llamando a mi compañera de batallas interrumpe lo siguiente que le diría a Merle -.
Al mirar en dirección de mi amiga, la encuentro con el ceño fruncido y presiento que la pasaré muy mal porque camina rápidamente hacia mí sin dejar de dedicarme una mirada cargada de enojo.
El golpe de su puño en mi cabeza es duro y por mi debilidad no consigo sujetarme de la mesa y caigo al suelo.
-¿Ahora qué rayos hice? -le grito exaltado mientras sobo mi cabeza -.
-¡Eres un idiota! -su grito supera al mío y tiemblo ante la pose de combate que adquiere -.
Mi maestro Aván se apresura a sujetarla antes de que vuelva a golpearme, pero Maam le da un codazo que lo hace retorcerse de dolor, sin embargo eso no la detiene y con sus puños aprisiona mi camisa para jalarme hasta que nuestros rostros están casi pegados.
-Tengo días suplicándote que vuelvas a ser el Popp de siempre, pero a ti te importa muy poco lo que yo sienta, ¿verdad?... ni siquiera eres capaz de disculparte conmigo.
«¿Disculparme?... ¿de qué debería discúlpame?... extraño a mi amigo y me siento mal por no haber podido ayudarlo, es lógico que me haya comportado así»
-¿No dirás nada? -Maam ejerce más presión y siento que me corta el aire -.
-No... no sé qué quieres que diga... -apenas puedo pronunciar las palabras por su agarre -.
De pronto me quedó petrificado al ver que del hermoso rostro de Maam resbalan lágrimas y me doy cuenta de que tener un alma caritativa la hacen padecer el sufrimiento de todos a los que conoce y seguramente mi comportamiento fue desesperante para ella.
-¡Lo siento, Maam! -ella me mira con sorpresa y para mi alivio las lágrimas empiezan a desaparecer conforme una tímida sonrisa sustituye su tristeza -gracias por ser una buena amiga.
El aire comienza a entrar de nuevo a mis pulmones al ser liberado por Maam y estoy a punto de felicitarme por haber dicho las palabras correctas cuando la culpa vuelve a surgir al ver que ya no está sonriendo, sino llorando otra vez.
Me siento un miserable porque últimamente sólo le causo pesar, pero recuerdo mi grandioso plan y sujeto su mano para llevarla a sentarse junto a Hyunckel, (el cual queda en medio de los dos).
-¿Dónde está el rico postre que preparaste?, quisiera probarlo -le digo mientras hago una cara que demuestra que tengo hambre -.
-¿De veras quieres probarlo? -de nuevo un brillo encantador aparece en sus ojos y yo quedo mudo ante su sonrisa resplandeciente -por la cara de bobo que acabas de poner me doy cuenta de que sí quieres comerlo... ¡Espérame!, ahora mismo lo traigo.
Maam sale apresurada del comedor y regresa en menos de un minuto con el postre.
En su rostro se aprecia un ligero rubor que supongo es por la carrera. Su mirada no se aparta de la mía y es gracias a eso que logro dirigirla hacia su asiento junto a Hyunckel, (es que vi que iba a colocarse a mi lado, pero eso arruinaría el plan).
Aún con la evidente treta de juntarla con su amado, Maam la ignora y toma el trozo de hace rato para luego ofrecérmelo.
-¡Ojalá te guste! -dice y el rubor de sus mejillas crece -.
El aroma del postre me hace salivar porque huele realmente delicioso y casi olvido lo que sigue de mi plan, pero el carraspeo incómodo de Hyunckel me despierta del hechizo que me estaba envolviendo.
-No creo que este postre sea sólo para mí, ¿no es cierto, Maam? -doy el segundo paso del plan -por qué no comienzas a servirle a los demás -la insto a hacerlo, pero ella no se mueve -al menos dale un trozo a Hyunckel... al pobre se le nota el hambre que tiene y como la princesa nos raciona la comida, necesita un rico postre para sentirse satisfecho.
-¡Oye!, siempre mando servir kilos de comida para cada uno de mis invitados -reclama la princesa -.
Maam observa a Hyunckel como buscando una confirmación a mis palabras y los veo compartir esas miradas cómplices que siempre se dedican y que nos demuestran a todos lo mucho que se aman y lo obstinados que son al no aceptarlo.
Después de un momento muy incómodo para mí, al fin Maam parte un trozo de postre y se lo ofrece a Hyunckel, pero nuevamente dirige sus ojos hacia donde estoy.
-¡Puedes probarlo ya, por favor! -el tono de su voz es nervioso y aunque me mira a mí, sé que a quien le dirige esas palabras es a nuestro compañero guerrero -.
Varias miradas se posan nuevamente en mí, (incluida la de Hyunckel), y honestamente no sé qué rayos los hace centrarse tanto en mi persona, pero ni su escrutinio conseguirá que dé un paso atrás en mi meta de ayudar a la mujer que amo a que tenga una oportunidad de obtener el corazón del hombre que adora.
-Bueno Hyunckel, vamos a darle una mordida a la cuenta de tres... 1, 2... -Hyunckel se apresura a partir un pedazo de postre y acerca la cuchara a su boca -... 3.
Al escuchar el tres, Hyunckel muerde el postre y lo saborea. Yo me felicito porque con esto podrá presumir de ser el primero en probar un postre que Maam nunca había hecho para nadie en el pasado.
Una exclamación generalizada se extiende por el comedor y al mirar, veo que todos me observan con reproche, pero al dirigir mi vista a Maam, me asusto por el aura de furia que emana de su ser.
-¡Eres un reverendo idiota! -Maam grita a todo pulmón y se me acerca con los puños cerrados-.
Yo me cubro la cabeza con las manos y espero sentir el dolor más terrible de mi corta vida, pero el golpe nunca llega y al abrir los ojos descubro que Maam está llorando.
La atmosfera se vuelve fría y el dolor que reflejan los ojos de Maam me entristece.
Angustiado por su reacción me levanto para ir a su lado, pero ella es más rápida y sale del comedor a toda velocidad.
-¡Maldito tonto! -Chiu me da un coscorrón -¿acaso te gusta hacer sufrir a la señorita Maam?
-¿Y según tú por qué la hice sufrir? -su acusación me enoja porque todo lo que hago, lo hago para que ella sea feliz -.
-¡Eres un egoísta! -Leona jala mi oreja con una fuerza que me sorprende porque es bastante frágil -no te conformaste con tener a Maam preocupada por ti todos estos días, ahora también destruyes sus ilusiones.
«¿Destruir sus ilusiones?... ¿de qué está hablando?»
Los demás no dicen nada y se levantan para salir del comedor no sin antes dirigirme nuevamente una mirada de reproche, (incluso Merle me mira así).
-¡Espero por tu bien que arregles esto o si no te las verás conmigo! -me amenaza Leona y luego se va dejándome sólo... o eso creía -.
-En cuanto amaneció, Maam se levantó a buscar los ingredientes que necesitaría para preparar ese postre -dice mi maestro Aván desde su asiento -hace unos días, Leyla vino a verla y me contó que Maam evitaba hacer postres porque cuando ella le enseñó, le dijo que si en su corazón no existía el anhelo de hacer feliz a alguien, el sabor podría ser amargo, así que decidió que jamás lo intentaría... Esta era la primera vez que Maam tenía el deseo de elaborar un postre y fue únicamente para hacerte feliz a ti... Todos intentamos ayudarla porque se nota que se le dificulta un poco seguir una receta, sin embargo se negó a que tocáramos siquiera un ingrediente... Mientras trabajaba decía que no permitiría que su querido Popp perdiera su sonrisa y cuando por fin logró terminarlo, expresó su deseo de que fueras tú el primero en probarlo... Maam quería que solamente tú lo comieras... no Hyunckel... ni siquiera Leyla o yo... sólo tú.
Mientras mi maestro hablaba, pude imaginarme a Maam preparando el postre.
Si jamás quiso hacer uno y hoy se esforzó únicamente para sacarme de mi depresión, significa que su cariño fraternal es genuino.
Tal vez soy el hermano que siempre deseó y nunca pudo tener a causa de la muerte prematura de su padre.
-¡Lo siento, maestro! -dije con vergüenza -.
-No es conmigo con quien debes disculparte... ¿Te imaginas lo doloroso que fue para ella ver que otra persona probó el postre que hizo especialmente para ti?
-Sí, lo sé... aunque no fue tan malo... quizás no lo probó su querido hermanito, pero sí lo hizo su gran amor... Creo que le daré algo de tiempo a que lo asimile y cuando se dé cuenta de que nada se echó a perder, me perdonará y todo volverá a la normalidad.
Dije riéndome para evitar que mi corazón se rompa ante la mención de "su gran amor" y con una pose exagerada de triunfador, (aunque en realidad me sentía el perdedor más grande del mundo).
-¡Eres muy ingenuo, querido Popp!... en Maam se entiende porque siendo caritativa con todos, confunde el cariño con el amor, pero para cualquiera que sepa observar, se da cuenta de que su gran amor no fue el que probó ese postre y muy en su interior ella lo sabe, por eso sus lágrimas... tú eres el que no tiene disculpa... Conoces a la perfección cómo se siente el amor y aun así no la comprendes.
-La comprendo maestro y le prometo que haré que descubra y acepte el amor que habita en su corazón -puse mi puño cerrado sobre mi pecho para reafirmar mi promesa -.
-¿Y cómo lo harás si desconoces el nombre de la persona de la que está enamorada?
-No lo desconozco... si usted dice que es muy observador ya sabrá quién es el amado de su discípula.
-Sí lo sé... es un tonto despistado que se cree un genio, pero que termina destruyendo las oportunidades que los haría felices a los dos.
-Le faltó decir que el tipo es muy arrogante y la culpa que siente por su pasado es la verdadera causante de sus tonterías.
-La culpa de haber perdido a Dai es grande, pero Popp, debes superar lo sucedido o seguirás atrapado en la oscuridad y así menos verás que tienes a una mujer maravillosa a tu lado que sólo espera a que te decidas a luchar por ese amor que podría ser la verdadera salvación de Dai y del mundo.
-Creo que nos desviamos del tema, maestro... La culpa que siento por permitir que mi mejor amigo desapareciera, terminará cuando encuentre la manera de traerlo de vuelta... Aún no puedo detenerme a pensar en mis sentimientos por Merle, pero teniendo a Dai conmigo, podré enfocarme en mi futuro con ella, ya sea como una pareja o como amigos.
-¡Ay, Popp! -dejó escapar un sonoro suspiro -realmente consigues sacarme de quicio.
-Pero así me quiere, maestro -dije burlón y por increíble que parezca, él sonrió amablemente -.
-Bien... te recomiendo que antes de pensar en un plan para traer a Dai, primero vayas y contentes a una poderosa guerrera que no dejará de romper rocas hasta que su adorado Popp le regrese la sonrisa.
-No se preocupe, maestro. El mejor hermano menor del mundo consolará a su linda hermanita y la hará sonreír como siempre.
-¿Hermano menor? -yo asentí para confirmarlo -dudo que Maam te quiera como a un hermano.
-Ella misma lo dijo... para Maam soy su querido hermano -no pude evitar decirlo con dolor -solamente me quiere de esa forma y eso nunca cambiará.
-Popp... -mi maestro iba a consolarme, pero fui más rápido y corrí hacia la salida del comedor -.
-¡Luego hablamos, maestro!... ahora debo ir a arreglar mis tonterías.
Sin detenerme a escucharlo, corrí con todas mis fuerzas.
Repetirme mil veces que soy el hermano menor de Maam, no ha servido para que desaparezca el dolor de saber que jamás podré tenerla en mis brazos.
Mi corazón está completamente partido a la mitad.
Primero Maam me otorga el hermoso lugar de hermano y remata mis esperanzas con su absurda petición de que la espere a que descubra si puede verme de otra manera cuando ambos sabemos que su corazón ya decidió quererme como un simple hermanito, pero lo que terminó por destruirme fue haber perdido a mi mejor amigo.
Dai es más que un amigo, él es mi verdadero hermano y sé que junto con Merle son las únicas personas que me quieren como soy.
«¡Popp!, la voz de Dai se deja escuchar junto el sonido del viento»
-¿Dai?... ¿en verdad eres tú? -le grito a la nada con desesperación -.
«¡Ayúdame, Popp!, su petición es lastimera y me imagino que es porque está herido»
-¡Daiiiiiii! -grito con más desesperación y caigo al suelo al tiempo en que golpeo con mis puños la dura superficie -¡voy a traerte de vuelta, te lo juro!
Ese instante trajo de nueva cuenta una semana entera de intensa depresión.
Ni siquiera cumplí con la promesa de arreglar las cosas con Maam y es que no tenía ánimo de nada.
A pesar de eso, mi querida amiga venía varias veces al día a visitarme. Su amorosa compasión es tan grande que muchas noches se acostaba a mi lado y me abrazaba.
El calor que emana de su cuerpo me tranquiliza y por fortuna mi corazón no ha malinterpretado sus acciones con absurdas muestras amorosas.
Mi mente y alma por fin han logrado aceptar el lugar que siempre tendré en el corazón puro de Maam y también he sido capaz de recibir sus atenciones sin que mi lado pervertido salga a luz, aun siendo muy consciente de sus generosos pechos detrás de mi espalda, y es que Maam tiene la costumbre de abrazarme con demasiada fuerza y ni dormida la disminuye.
Su sueño se interrumpe si es que me alejo de ella para ir al baño o a tomar agua y aunque trato de aprovechar esas ocasiones para mantener la distancia, (sobre todo por la manera demasiado íntima con la que solemos dormir), es Maam quien busca unirnos y casi siempre despertamos abrazados, pero esto termina un día en el que salí a despejarme y me encontré a Hyunckel mirando con tristeza la ventana de mi recámara.
-No ha pasado nada entre nosotros, no te angusties -le digo seriamente a un sorprendido Hyunckel que ahora me mira con desconcierto -Maam no me ama... Ella me ve como un hermano y por eso ha estado conmigo todo este tiempo.
-¿Acaso no te das cuenta de que no te mira como a un hermano? -me dice con un tono de dolor que comprendo a la perfección -yo puedo estar a su lado y ni siquiera me nota porque en su mente sólo estás tú.
-Eso pasa porque su alma es caritativa y mientras me vea triste, estará conmigo.
De pronto una revelación se hace presente en mi mente.
«¡Es cierto!... mientras siga permitiendo que ella me vea así, nunca me abandonará y perderá la oportunidad de ser feliz junto a Hyunckel»
-Yo... -digo con voz temblorosa por los reproches que me hace mi mente -yo voy a arreglar esto, Hyunckel.
Decidido camino de regreso a mi habitación y encuentro a Maam acomodando su ropa de dormir junto a la mía.
Cuando se da cuenta de mi presencia me sonríe y se apresura a llegar a mi lado.
-Vi que saliste y me alegra... ¿te parece si vamos juntos al lago que está detrás del bosque del castillo?
Yo sólo asiento con la cabeza y de inmediato une fuertemente su mano con la mía para luego dirigirnos al lago.
Por un momento pensé en usar Ruura para evitar que nos sujetáramos de esa manera, (más por Hyunckel que por mí), pero siendo ésta la última vez que estaríamos juntos, opté por disfrutar de su calidez.
El lago es amplio y lleno de luz gracias a la gran cantidad de rayos del sol que lo cubren.
-Esa luz me recuerda al hermoso brillo verde que desprende tu alma valerosa -dice Maam mientras me jala hacia abajo para que nos sentemos en la orilla del lago -pero ¿sabes qué es lo que me gusta más? -niego con la cabeza -me gusta mucho tu sonrisa... Cuando nos conocimos nos peleamos y pensé que eras un ogro, sin embargo cambié de opinión una vez que empecé a tratarte y fue así que descubrí que tienes la capacidad de alegrar a cualquiera que esté triste porque eres divertido, cariñoso y muy noble... Eres capaz de olvidarte de tu dolor para levantarle el ánimo a cualquiera que lo necesite... Ni siquiera yo puedo hacer eso... Siendo una discípula del amor no he conseguido hacerte sonreír y menos cuando te demuestro que me duele verte triste, pero a pesar de que estás sufriendo, tú siempre me consuelas y me devuelves la alegría y es por eso que siento que yo te...
-Escucha, Maam, en este momento solo puedo pensar en cómo encontrar a Dai -la interrumpo antes de que diga que me quiere como un hermano-.
-Yo... -quiso hablar de nuevo, pero levanté mi mano para pedirle que me dejara continuar -.
-Maam, ya no te preocupes. Aquel día en que me pediste una oportunidad para descubrir tus sentimientos, en realidad ya me habías respondido... No hay manera de que te enamores de la persona a quien consideras un hermano -le digo con una mirada tierna y comprensiva -En ese entonces estábamos arriesgando nuestras vidas luchando contra el Rey Demonio Vearn y por eso no quise darte más problemas diciéndote esto, sin embargo mi mente y corazón aceptaron que nosotros jamás seremos una pareja de enamorados -la sonrisa que muestro en mi rostro fue muy difícil de hacer porque estaba diciendo la mentira más grande de mi vida -.
-¿Eso significa que ahora me ves solamente como a una hermana?
-No es fácil cambiar los sentimientos de un día para otro, pero puedo asegurarte que hoy te veo como una gran amiga -finalizo sonriéndole más y con una suave caricia en su cabeza me despidió diciéndole que iría a una junta con la princesa Leona -.
«Aquella vez fue la última en la que hablé de mis sentimientos»
La excusa de ir a ver a la princesa Leona no era mentira.
Estaba decidido a dejar de auto compadecerme para dar paso a la búsqueda de mi mejor amigo, así que le pedí a la princesa que me apoyara informando a los demás reinos que estaría investigando los lugares que tengan en su poder libros antiguos que hablen del inframundo.
Tenía el mal presentimiento de que ese maldito cíclope no había muerto porque de acuerdo con lo que nos contaran Maam y mi maestro, no se desintegró cuando lo atacaron, sino más bien, pareció que usó Ruura y si fueran ciertas sus sospechas, eso significa que escapó al inframundo para avisarle a Velzar del resultado de la batalla de Dai contra Vearn. Después de todo, ese dragón maligno estaba esperando que Vearn perdiera para tener el camino libre para destruir el mundo humano y de esa manera proclamarse el ganador de la apuesta que ambos hicieron.
Hyunckel se unió a la pequeña junta y poco después lo hicieron Maam, Merle y Larhart.
Junto al guerrero inmortal decidimos dividirnos en dos equipos.
-¿Quieres acompañarme, Merle? -le pedí a la adivina y usé el tono de voz más encantador que conozco para convencerla -prometo que te protegeré de todo mal -le dediqué una sonrisa tranquilizadora y ella correspondió a mi gesto con otra sonrisa -.
-Entonces yo te protegeré a ti -escuche a Maam hablar con firmeza -.
Por un momento creí que se lo estaba diciendo a Hyunckel, sin embargo al mirarla me di cuenta de que sus ojos se mantenían fijos en mí y por la seriedad de su rostro descubrí su enorme determinación, pero aún con todo eso, el sentimiento de frustración me invadió y es que es obvio que piensa que soy un inútil que necesita que lo protejan.
-Soy perfectamente capaz de cuidarme a mí mismo -no pude evitar usar un tono frío a causa de la decepción -.
-Conozco perfectamente tu fuerza y es por eso que quiero ir contigo -contestó Maam con la misma frialdad -no estuve presente en la batalla contra Baran, pero si arriesgaste la vida de la misma manera en que lo hiciste en la batalla contra Vearn, no estaré tranquila... Popp, sólo quiero que estés bien, no podría soportar que te lastimaran o... que murieras -su mirada se cristalizó y lo último lo dijo con un tono más suave -.
-Únicamente voy a buscar a Dai, ¿qué peligro puede haber en eso? -mi molestia no disminuyó ni un poco a pesar de notar que se puso triste y es porque entre más se preocupa por mí, más me doy cuenta de que no confía para nada en mis habilidades -.
-Si ese dragón maligno es el culpable de la desaparición de Dai y se da cuenta de que quieres encontrar la entrada al inframundo, seguramente querrá destruirte -su desesperación casi me hace reconsiderar, pero mi orgullo no me permite comprenderla -.
-Si eso pasa me será más sencillo encontrar a Dai, así que ojalá se dé cuenta ese maldito dragón... Por Dai soy capaz de hacer cualquier cosa y si para que mi amigo regrese al mundo que tanto ama necesito dar mi vida, lo haré con mucho gusto.
Maam se queda en silencio después de escuchar mi propia determinación.
Me siento victorioso porque, aunque soy físicamente más débil que ella o que Hyunckel, mi inteligencia me ayuda a ganar la batalla de voluntades.
Estoy a punto de dar la vuelta para salir del cuarto de reuniones del palacio, cuando Hyunckel detiene mi partida con su intromisión.
-Si quieres tener ventaja sobre Velzar, debes llevar a Maam contigo. La fuerza de ella, sumada a tu inteligencia, los ayudará a mantenerse con vida y el lazo que los une les dará la fortaleza que necesitan para derrotar a cualquier enemigo.
En eso debo darle un punto. Maam es demasiado poderosa y sus habilidades combativas cuerpo a cuerpo me serían de gran ayuda, pero también me pongo a pensar que no podré concentrarme al cien por ciento porque todo el tiempo estaré preocupado de que algo malo le pase y con mis pocas fuerzas físicas no seré capaz de salvarla, mientras que Hyunckel, aún con sus lesiones, es mil veces más poderoso que yo y con un simple movimiento de su espada, (recién hecha por Nova con las instrucciones de Lon Berk), es capaz de destruir a cualquier enemigo.
-Tal vez tengas razón, pero en tu grupo no hay un sanador y lo quieras o no, vas a necesitar que alguien atienda tus heridas y quien mejor que Maam para apoyarte en eso... Recuerda que casi no puedes pelear porque tienes rotos los huesos de todo tu cuerpo y requieres hechizos curativos constantemente.
-Con Larhart ayudándome, dudo que necesite combatir. Ambos somos guerreros y aunque no usamos hechizos, la fuerza de Larhart es superior a la de cualquiera de nosotros y podrá protegerme.
Eso no puedo debatirlo. Intentarlo nos enfrascaría en una larga confrontación verbal en la que al final terminaría ganado Hyunckel porque es verdad que no hay nadie en nuestro grupo que pueda superar a Larhart, así que con un suspiro de resignación acepto que perdí, (aunque fue más por la mirada asesina que me está dirigiendo el líder de los guerreros dragontinos).
Maam sonríe ante mi fracaso y por mi orgullo herido opto por salir de la habitación sin decir una sola palabra.
A unos cuantos pasos escucho que la princesa Leona me llama y me jala del brazo para luego llevarme corriendo hasta una sala en la que hay un enorme baúl el cual contiene un atuendo similar al que usaba antes, (con la diferencia de que este tiene el pantalón blanco y las mangas de la camisa son cortas).
Sin darme nada de privacidad para cambiarme, me exige que me vista de inmediato, (me dio la espalda, pero aun así fue incómodo).
Ataviado con mi nueva ropa le indico que puede voltear y sonríe al verme.
-¡Te ves muy bien! -se pone a rodearme mientras evalúa mi vestuario -sólo te falta que te pongas la capa.
La princesa toma una capa blanca que no había notado y me cubre con ella. Los colores que escogió para la ropa me hacen ver más elegante que antes y con un porte de hechicero que va acorde con el título que elegí durante mi enfrentamiento contra Sigma.
-Te... te ves muy guapo -Merle dice con su acostumbrada timidez mientras entra a la sala junto con Maam y yo agradezco sus palabras con una sonrisa -.
-¿Y tú Maam? -pregunta la princesa -¿no dirás nada?
La miro y la encuentro algo perdida en sus pensamientos, (seguramente ya se dio cuenta de que en realidad deseaba irse con Hyunckel).
-¡Mmmm! -suspiro y me rasco la cabeza -si nos apresuramos quizás logres alcanzarlo.
-¿Qué? -su expresión es de sorpresa y me causa gracia el rubor que empieza a surgir de sus mejillas -.
-¡Vamos! -sin esperar a su respuesta, sujeto su cintura y nos teletransporto a la entrada del castillo -.
Afuera no hay nadie y me regaño mentalmente por no ser capaz de sentir la presencia de los seres a mi alrededor, (siento algunas fuerzas malignas, pero no tengo la habilidad de Dai o de Hyunckel de percibir a cualquier ser vivo).
-¡Maldición! -exclamo furioso por mi error -¡lo lamento, Maam!
-¿Qué lamentas? -sus brazos rodean mi cintura y paso saliva por el cálido toque que despierta en mi alma el anhelo que tanto deseo sepultar -.
-¡Nada en especial! -de inmediato suelto su cintura y me alejo rápidamente -¡voy con mi mentor para avisarle de nuestro viaje!... dile a Merle que por favor prepare sus cosas. Cuando regrese nos iremos hacia Ringaia.
Sin atreverme a mirarla conjuro Ruura y en segundos ya estoy de pie junto a la cama de mi mentor.
-Presentí que vendrías a verme -dice sin abrir los ojos, pero con una sonrisa que me tranquiliza porque demuestra que su salud está estable -Aván vino a contarme que está preocupado por tu relación amorosa.
-No hay una relación amorosa, mentor -respondo con total tranquilidad -.
-Negar tu enamoramiento, no cambiará el hecho de que tu corazón está sufriendo.
-Mi corazón ya está destruido en su totalidad y en parte es por la pérdida de mi mejor amigo... Como el inútil que permitió que diera su vida por nosotros, es mi deber buscarlo incluso en el infierno para traerlo de vuelta.
-Es lo que le dije a Aván -me sorprendo por sus palabras -somos hechiceros y hasta la fecha no conozco a un hechicero poderoso que tenga familia y tú en este momento me has superado, eso significa que tu destino podría ser igual de solitario que el mío.
-Supongo que la soledad es necesaria si queremos proteger a todos nuestros amigos... Como hechiceros somos los más débiles físicamente y nuestra ayuda se basa en la inteligencia que usamos en combate, pero al final del día, no somos indispensables y nuestra muerte da una oportunidad de vida para las personas que amamos -finalizo mi análisis con una seriedad que no tenía -.
-Lo has descrito muy bien... Antes desconocía que después de las batallas, el hechicero es el menos importante para los demás... Somos fácilmente olvidables porque es el héroe al que todos recuerdan y es lógico. El héroe es el que más sufre durante las batallas, así que soy feliz únicamente sabiendo que pude ayudarlo a sobrellevar su pesada carga.
-Algo que no fui capaz de hacer por Dai -aprieto mis puños por el coraje que siento por mi debilidad -pero me he jurado que lo buscaré y haré que tenga la vida pacífica que tanto se merece.
-Tú también te mereces esa vida pacífica y también mereces ser amado... Mi deseo es que rompas con la maldición de los hechiceros y que formes la familia que una vez yo desee para mí.
-No seré yo quien rompa esa maldición. A pesar de que soy más joven que la mujer que amo, tengo muy bien definidos mis sentimientos y sé que aunque llegara a querer a Merle, jamás se comparará ese amor con el que siento por Maam.
-Y como no quieres amargarle la vida con la culpa de no poder corresponderte, has decidido desaparecer, ya sea muriendo por el bien de Dai, o alejarte una vez que consigas traerlo de vuelta, ¿no es así?
-Sí, así es... En este momento mi único deseo es encontrar la manera de traer a Dai de vuelta al lado de la mujer que lo ama y a quien él ama también... Verlo feliz compensará mi sufrimiento y si para eso tengo que destruirme, lo haré sin dudarlo.
-Mi corazón me pide que te detenga... Eres como mi hijo y no quiero verte sufrir, sin embargo soy consciente de que no existe la felicidad absoluta para nosotros los hechiceros y menos cuando obtenemos más poder del que nuestro cuerpo puede soportar y si no me equivoco, iniciarás este viaje buscando primero aumentar tu poder mágico porque de esa manera te será más fácil enfrentarte a cualquier enemigo que se haya llevado a Dai.
-No puedo ganarle a su inteligencia, mentor -le digo giñando mi ojo -.
-Aumentar tu poder mágico, reducirá tu vida humana.
-Y mi propósito es aumentarlo más allá de la mitad de mi vida.
-Si lo consigues puede que no vivas más de lo que a mí me resta de vida.
-Morir antes que usted no es tan malo... No podría soportar verlo morir, mentor.
-¿Y crees que yo seré feliz si mueres primero?
-Prometo esperarlo en el más allá... En ese lugar nos haremos compañía y cuidaremos de los descendientes de las personas que amamos.
-Asegúrate de cumplir esa promesa en el cielo... Si tu alma se va al infierno, no te seguiré.
-Todo depende del lugar en el que tengan a Dai.
Mi mentor me dedica una triste mirada. En sus ojos se puede notar el rastro de lágrimas que intenta ocultar.
-No saque conclusiones anticipadas, mentor -le digo conciliadoramente -quizás no me pase nada y logre traer a Dai sin ningún rasguño.
-¡Mas te vale que tengas razón!... tienes que estar conmigo en mis últimos momentos.
-Siempre estaré con usted.
Me hinco a su lado y tomo su mano entre las mías.
Ninguno dice nada después de esa plática deprimente.
La paz que refleja su rostro me anima a querer cumplir mi promesa y es que mi mentor Matriv es muy importante para mí.
Mi maestro Aván siempre tendrá un lugar especial en mi corazón al igual que mi padre a quien amo mucho, pero mi mentor es el guía de mi alma y es quien me liberó de convertirme en un patético mago sin valor y utilidad.
-Tal vez no esté junto a usted cuando abandone este mundo -le digo al notar que se ha quedado dormido -pero reafirmo mi promesa de no dejarlo solo en el más allá.
Con esa última promesa me levanto a arroparlo y luego utilizo Ruura para recoger a mis compañeras y así iniciar con nuestra búsqueda de mi amigo.
«Dai, no te preocupes... muy pronto te traeré de vuelta al mundo que tanto amas»
Continuará...
Hola!!
Estefanía, espero te esté gustando la historia. Voy algo lenta porque aparte de que estoy viendo poco a poco los capítulos del anime para entrar en contexto y no poner cosas que no sucedieron, también me han surgido algunos asuntos que me tienen todo el día fuera de casa y así es difícil sentarme a escribir. De todas maneras, la continúo en mis ratos libres porque me ayuda a desbloquear mi mente.
Para quienes la lleguen a leer y sean fan de Dragon Quest, las aventuras de Dai, ojalá le sea de su agrado y si no es mucho pedir, dejen algún comentario que me ayude a saber si me equivoco en algunas cosas o hay errores que necesitan ser corregidos.
Gracias y feliz lectura!!
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