CREANDO LAZOS DE AMOR P3
ESTOS CAPÍTULOS RECIENTEMENTE LOS ESTOY SUBIENDO AQUÍ. ERAN LOS QUE DEJÉ DE PUBLICAR Y QUE COMPLETAN LA HISTORIA.
Nota
Texto entre " ", pensamientos de los personajes.
Texto entre «», consciencia o voces de personajes terciarios.
PVO MAAM
Esa noche Popp no regresó con nosotras.
La preocupación de su ausencia no me dejó pegar el ojo.
El miedo a que algo le hubiera sucedido fue demasiado insoportable y con los primeros rayos del sol, me decidí a ir a buscarlo, pero cuando estaba preparándome para eso, lo vi aparecer como sin nada y lo que me enfureció fue la sonrisa que tenía.
–¿En dónde estuviste toda la noche? –grité al no controlar mis nervios –¿sabes lo mucho que me preocupé al no verte llegar?
–¡Lo siento, Maam! –puso sus manos en mis hombros y se agachó para juntar su frente con la mía –anoche por fin percibí un aura de gran poder y al seguir su esencia, hallé un camino hacia el volcán... El problema es que la entrada solamente se ve de noche. Cuando intenté meterme, el hueco desapareció por los rayos del sol.
–Entonces debemos alistar todo para ir en la noche –tenía la intención de preparar lo que necesitaríamos, pero él tomó mi brazo –¿qué pasa?
–Esa entrada es del portal de una parte del Inframundo. No hay monstruos o demonios custodiándola, pero pude sentir un aura maligna demasiado poderosa de un ser desconocido que tiene la habilidad de percibir el olor de los humanos.
–¿Cómo sabes eso si acabas de decir que no conoces al ser que tiene ese poder?
–Alguien me lo dijo –respondió nervioso –¡olvida eso!, lo importante es que tengo un aditamento que evitará que mi olor le llegue, y como es para una persona, ustedes no van a poder acompañarme.
–¿Quién te dio ese aditamento?
–Bueno... no es que me lo dieran de ahora. Lo cierto es que ya lo tenía –se frotó la nariz –es la pulsera que encontré en el otro volcán.
Era extraño lo que me estaba contando.
Llevamos meses vagando por este lugar y nunca encontramos ni siquiera a otros viajeros, pero resulta que anoche alguien le contó acerca de ese ser que percibe el olor de los humanos y la forma de evitar que lo descubra.
Popp se alejó para buscar algo en su bolsa de viaje.
El chico al que sólo le importa encontrar a Dai, había regresado y de nuevo yo era una persona sin importancia en su vida.
Con todo y mi decepción, me le acerqué con una idea fantástica.
–Si me llevas abrazada, el poder de esa pulsera tal vez me cubrirá también.
–Ahí hay una guerra entre dos seres que nos sobrepasan en poder y habilidades –habló con demasiada seriedad –tienen años combatiendo y a pesar de que ella está malherida, está arriesgando su vida para mantener a salvo a mi amigo... Si no la saco pronto de ese infierno, ninguno va a sobrevivir.
–¿De quién rayos estás hablando? –la mención de una mujer desató mi molestia.
–Si te llevo conmigo, tengo miedo de perderte si cometo un error.
Se me acercó y me abrazó con todas sus fuerzas, (que increíblemente eran muchas a pesar de que no se ve a simple vista que tenga un cuerpo poderoso).
Su aroma es exquisito y aspiré con deleite todo lo que pude. El calor que emana de su cuerpo me tranquiliza, pero lo que más aprecié en ese momento, es la ternura con la que pasó su mejilla por mi cabeza.
–Pase lo que pase, quiero que sepas que eres muy importante para mí... No sé si podré regresar, pero si no, por favor, no sufras... Tienes contigo a la persona que más adoras y por él debes ser valiente... ¿me prometes que serás muy feliz?
–Si no vuelves, nunca podré ser feliz –mis lágrimas salieron al imaginarme un mundo sin él.
–No digas eso –besó mi frente –puedes llorar unos días, pero tienes qué sobreponerte y luchar por Hyunckel... Me cae muy mal, sin embargo, reconozco que te ama y que hacen muy bonita pareja.
Su risa siempre tiene el poder de hacerme sonreír, pero esta vez no fue así y lloré más fuerte.
–¡No llores, por favor! –limpió mis lágrimas con su dedo –mejor ayúdame a cocinar un delicioso platillo que estuve ideando desde hace varios días.
No quería que me soltara, pero lo hizo y luego tomó mi mano para llevarme hacia la laguna en donde obtenemos peces, (con un sabor nada bueno), y pescó seis.
Después me hizo acompañarlo a buscar con qué prepararlos, pero como el volcán está cerca, escasean los frutos y las hierbas. Aun así, conseguimos varias diferentes y regresamos para cocinarlo.
Su esfuerzo logró hacerme olvidar por un momento la preocupación por lo que pasaría cuando nos dejara para entrar a ese volcán.
En el campamento, ambos escogimos nuestra tarea en la elaboración de la comida, (Popp colocaba las hierbas en la olla, mientras yo hacía unos cortes al pescado y lo limpiaba).
–¡Deja de ponerle tantas hierbas! –le dije sonriente al verlo jugar con los ingredientes.
–Es que no sé qué diablos son estas cosas, pero como huelen muy bien, supongo que mejoraran el sabor al pescado –le quité el cuenco donde las tenía antes de que arrojara otra hierba en la olla –¡oye!, no arruines mi platillo –contestó igual de divertido y se estiró para recuperar el cuenco.
–¡Lo hago por el bien de mi estómago!
Como pude sujeté el cuenco, pero mi error fue creer que tengo más fuerza y cuando lo jaló para evitar que se lo que quitara, perdí el equilibrio y caí sobre él en el suelo.
Nuestras miradas se conectaron y de inmediato mis ojos se dirigieron a sus labios.
Las imágenes de todos los besos que hemos compartido en mis sueños se arremolinaron en mi mente, junto con el recuerdo del que pudo ser nuestro verdadero beso en el palacio de Vearn, (y que el tonto arruinó al picar mi nariz), también recordé el que nos hubiéramos dado en la villa de Nayle y todo eso me llevó a desear conocer lo que es ser besada por él.
Lentamente acerqué mi rostro al suyo.
Las mejillas de Popp se colorearon y pude sentir su cuerpo temblando conforme desaparecía la distancia entre nuestros labios.
Su aliento golpeó mi boca y también mi cuerpo tembló, pero no me detuve.
A casi nada de que nuestros labios se unieran, cerré los ojos por instinto, sin embargo, en un rápido movimiento de su parte, me alejó y de nuevo quedamos sentados.
Esto era otro rechazo por donde lo vea, e iba a llorar de frustración, pero su toque en mi cara me hizo mirarlo.
–Un primer beso sólo debe ser dado a la persona que amas –sonrió amablemente –yo no soy esa persona para ti.
¿Qué podía responder ante su afirmación?
Obviamente no podía decir nada que contradijera sus palabras, porque la verdad es que aunque me gusta, me falta saber si con Hyunckel siento las mismas cosas, (tal vez incluso sean más intensas).
–Creo que nuestro pescado se cocinó muy rápido –su voz fue risueña y lo admiré más que nunca, por su manera de hacer hasta lo imposible para no permitir que me sienta mal –¡voy a despertar a Merle!
Su nobleza se reafirmó con cada plática que hizo para que todo quedara completamente olvidado y estuvimos horas conversando de trivialidades y riéndonos con cada ocurrencia que decía para alterar alguna situación bochornosa que nos pasó antes de conocernos.
En la tarde finalmente le contó a Merle su plan, y a diferencia mía, ella lo alentó a llevarlo a cabo sin importar que su vida esté en riesgo.
Yo rogaba para que la noche no llegara, pero el resto del día pasó demasiado aprisa y cuando la oscuridad de la noche se presentó, mis nervios volvieron a azotarme.
–¡Es hora! –Popp habló con determinación y se acomodó su capa con fuerza –antes no quise mencionarlo para que no trataran de detenerme, pero también tengo planeado llevarlas a donde quieran ir... el lugar a donde voy tiene la desventaja de que el tiempo avanza lento, pero en este mundo va más rápido, eso significa que ustedes podrían pasar días esperándome y lo que menos quiero es exponerlas a un ataque de enemigos que ronden por este sitio.
–¡Yo no voy a ningún lado! –contesté segura –al menos aquí puedo percibirte con más facilidad y...
–Mi decisión no está a discusión, Maam –caminó hacia mí con la mirada seria –¿dónde quieres que te lleve?
–¡No me moveré! –me crucé de brazos y lo miré desafiante.
–¡Maldita sea! –exclamó realmente molesto –¡está bien!... entonces yo elijo.
Me tomó del brazo e invocó su hechizo de tele transportación y aparecí en el castillo de Papunika completamente sola.
–¿Maam? –Leona estaba frente a mí en lo que me pareció es el salón de reunión –¿qué haces aquí tan pronto?... ¡ahhhh!, vienes porque Hyunckel solicitó que nos reuniéramos para hablar sobre su avance en la búsqueda de Dai y estabas ansiosa ¿verdad?
–¿De qué reunión hablas?... no estaba enterada de que teníamos que venir.
–Popp viene de vez en cuando a contarme cómo van ustedes y hace cuatro días le comenté lo que ya te dije.
–Así que por eso me trajo precisamente a este sitio –dije en voz baja –¿dónde está Merle?
–No lo sé... aquí solamente estamos nosotras.
–No te hayas atrevido a deshacerte únicamente de mí –hablaba conmigo misma.
–¿Por qué estás tan enojada? –tocó mi frente y aunque fue un roce, quitó su mano como si le hubiera pasado algo –¡Dios, Maam!, estás hirviendo –sostuvo mi brazo para que caminara con ella, pero mantuve mis pies firmes en el piso –necesitas que te revisen. Esa fiebre no es un buen presagio.
–Después –me solté bruscamente y corrí hacia la salida –debo buscar a ese tonto desconsiderado.
Leona gritó mi nombre muchas veces, pero no me detuve y corrí con todas mis fuerzas.
Mi preocupación no me permitió entender que lo que intentaba era una tontería.
Popp es quien nos ha estado llevando a todos los lugares que hemos visitado y sólo él podría ubicar con precisión el punto exacto de ese volcán misterioso en el que ya debe encontrarse.
Detenerme habría sido lo más sensato, pero no lo hice y me pasé quince días corriendo hacia un lugar del que no tenía idea de donde estaba.
Al estar sola me di cuenta de que a pesar de que tengo muchos amigos, extraño mucho más la presencia de Popp.
Añoro escuchar su voz, oírlo reír, percibir su calor, deleitarme con su aroma, y sobre todo, extraño la ternura con la que me toca.
Necesitaba encontrarlo... en mi desesperación apenas y comía y mucho menos descansé.
Mi cuerpo me pedía que le permitiera recuperar fuerzas, pero un minuto podría significar la diferencia entre la vida y la muerte para Popp e ignoré los calambres en mis piernas y brazos.
Para el veinteavo día, ya no pude más y me desmayé.
«¡Tonta!», la demonio volvió a hablarme, «estás exponiendo tu vida, por un hombre que nunca te ha querido»
"Popp me quiere", dije con seguridad en ese limbo oscuro en el que aparecí, "yo también lo quiero y no permitiré que nada malo le pase".
«¡Ingenua!... ese jovencito no te tiene ni un poco de esa emoción humana llamada confianza, y lo que lo demuestra, es el hecho de que esa adivina sólo tuvo que pedirle que la dejara esperarlo frente a la entrada del volcán, para que él cumpliera su capricho»
"¿Merle está con él?", mi voz tembló por la decepción.
«Sí... está siendo protegida por seres que poco a poco se ha ido ganando la confianza del hechicero... son muchas personas las que tienen el privilegio de poseer ese sentimiento de parte de él, pero tú no te encuentras entre ellos»
"¡Estás mintiendo!", puse mis manos en mi cabeza por un dolor que ya se está haciendo costumbre, "Popp y yo somos muy buenos amigos y nos tenemos confianza".
«Por eso te llamo ingenua... ¡él no es quien piensas!»
La oscuridad desapareció y me vi en mi casa de la villa de Nayle.
La Maam de mis sueños estaba sentada en la que era mi cama, mirando y acariciando su vientre con amor.
–Popp estará feliz cuando sepa que vienes en camino –habló con mucha dulzura –sabes pequeño, tu papá es mi mundo entero.
La puerta del cuarto se abrió y entró mi madre.
–Vi a Popp dirigirse a su casa en compañía del maestro Aván.
–¿En serio? –se levantó animada –entonces iré a darle la noticia del nuevo integrante y de paso aprovecho para nombrar al maestro como su futuro padrino.
–¿Otra vez? –mi madre dijo entre risas –con Matriv y con el maestro Aván como únicos padrinos, la casa se seguirá llenando de juguetes místicos.
–Es cierto –puso una mano en su mentón –siendo así, creo que mejor elijo a otro... ya no quiero que la magia o cualquier arte de pelea, esté al alcance de mi familia... no volveré a permitir que Popp arriesgue su vida por la paz de este mundo.
–Es el único líder que quedó de esa horrible guerra de hace ocho años... sin él, Him, Chiu y sus guerreros, perderán a su mejor estratega de combate.
–Lo siento mamá, pero si continúa interviniendo en el conflicto entre los demonios y los humanos, lo puedo perder como casi sucedió en el pasado y sabes bien lo que pasaría conmigo si eso sucede.
–Es cierto... entonces tienes mi apoyo para que juntas evitemos que regrese a su profesión de hechicero.
–¡Gracias, mamá! –la abrazó y con una última sonrisa, se dirigió a la casa que comparte con Popp.
La felicidad que irradiaba era increíblemente grande y también sonreí por la hermosa vida que ha creado con la persona que ama.
Al llegar a la entrada de la casa, se detuvo para escuchar si era prudente entrar, pero su rostro se descompuso con lo que empezamos a oír.
–Nunca he estado enamorado de Maam –fueron las crueles palabras de Popp.
Al asomarme por la ventana, vi que estaba mirando la pintura de una sonriente Maam. Mi maestro Aván se encontraba sentado en la pequeña mesa de madera, con la cabeza agachada y sus manos unidas, (no ha cambiado mucho, se nota un poco más grande y su atuendo elegante me indica que ha tomado en serio su título de Rey de Karl).
–Si nunca la has amado, entonces ¿por qué te casaste con ella? –mi maestro alzó la cara y tanto su mirada, como su voz, demuestran que está molesto.
–Porque es un trofeo que siempre quise ganarle a Hyunckel –giró hacia el maestro y por su expresión desafiante, presiento que no miente –nunca me gustó la actitud soberbia de ese tonto y aunque no niego que Maam me llamó la atención desde que la vi, me obsesioné más, debido a que él estaba enamorado ella... ganársela sería un fuerte golpe a su ego.
–Hyunckel murió un año antes de que te casaras con Maam. Si tu objetivo era ganarle su amor, no entiendo de qué te sirvió conseguirla si él ya no estaba vivo.
En cuanto escuché que Hyunckel murió, cubrí mi boca porque entendí que este sueño es parte de la pesadilla que me atormentó varias veces.
–Me casé con ella porque es una guerrera muy completa... siendo hija de una sacerdotisa y un guerrero, nuestros descendientes tendrán esas grandiosas cualidades junto con mi poder mágico.
–Entonces todo el teatro de amor que le juras cada día, ¿es sólo para obtener descendientes poderosos? –se levantó bruscamente y la silla cayó al piso –¡responde! –se le acercó para sujetarlo del chaleco, pero Popp tenía una expresión indiferente que empezó a hacer surgir mi ira.
–Es tan ingenua que cae fácilmente con unas cuantas palabras de amor... su entrega y obediencia ya me son insoportables, pero quiero más poder, y con su ayuda pronto seré considerado el hechicero más grandioso del mundo humano si consigo ejecutar el hechizo del tiempo.
"¿Cómo puede decirlo de esa forma tan fría?, ¿es que ni siquiera me tiene aprecio?"
Estaba furiosa y quería castigarlo, pero me quedé estática al observar a la Maam de mi sueño, pues en lugar de ir a golpearlo, entró llorando y no le importó que la vieran destruida.
–¿Por qué, mi amor? –preguntó al tiempo en que cayó al suelo de rodillas –sé que todo lo que has dicho es mentira, pero me dolió escucharte y necesito que me confirmes que nada es verdad para que mi corazón no se quiebre por completo.
–No quiero seguir mintiendo –la mirada de Popp era dura y su voz carente de emociones –por el recuerdo de nuestra antigua amistad, es mejor que aceptes que no te amo, ni te amé nunca.
«¿Quieres destrozarlo?», la demonio reía con la escena, pero lo increíble es que la Maam de mi sueño fue la que respondió
–Sabes que puedo destruir a cualquiera, pero a Popp jamás le haría daño.
«Él no es tan considerado como tú... le importa muy poco lo que sientes y no merece ni una sola de tus lágrimas»
–¡Pídeme que destruya al mundo humano y lo haré! –eso se lo dijo a Popp –si tanto deseas el poder, te entrego todo el que tengo, pero por favor... ¡no me dejes! –estiró su mano hacia él.
«¿Te estás humillando?... por eso no te ama... le interesabas más cuando negabas amarlo»
–No hay nada que puedas darme para que me quede contigo –no sujetó su mano y en su lugar le dio la espalda –por tu culpa perdí a Dai y eso jamás te lo voy a perdonar.
«Otra vez anteponiendo a su querido amigo... preciosa mía, si estando vivo jamás conseguiste su corazón, muerto será tuyo para siempre»
–Lo quiero vivo, aunque no me ame –contestó esa Maam con firmeza –además, Popp no está siendo sincero... lo conozco y confió en él.
«Y tú, ¿también confías en él?», susurró en mi oído.
Verme humillada fue un duro golpe a mi orgullo.
Siempre he sido una mujer fuerte e independiente. Rogarle a un hombre es lo último en lo que pensaría y menos cuando está viendo el dolor que sus palabras están ocasionando y ni siquiera tiene la delicadeza de ofrecer disculpas por ser tan insensible.
"No", pronuncié en voz alta, "si continuara confiando en alguien que me está hiriendo de esa manera, sería la mujer más estúpida del mundo".
«¡Es el hombre que amas!... confiar en él sería la prueba de que tu amor es grande»
"¡Nunca podría amar a una persona tan insensible y cruel!", a pesar de que casi se me traba la lengua, pude responderle, "es un amigo y nada más".
«¡Así se habla, pequeña niña!»
«La confianza no está condicionada a lo que tus ojos ven o lo que escuchan tus oídos, si no a lo que sientes en tu corazón», la voz de la otra mujer por fin apareció, «es una lástima que no hayas comprendido a tu otro yo... esta vez me demostraste que no lo mereces y por su bien, destruiré su unión para siempre»
"¿Qué quieres decir con eso?", sus palabras me produjeron temor.
«La tercera prueba es la que determinará si se separan o no», la demonio debatió, pero la otra voz no le respondió, «te ganaste la antipatía de esa mujer para toda la eternidad y eso no es nada bueno»
–Popp –mi otra yo seguía suplicando y gateó hacia él para abrazarse de sus piernas –te lo ruego, termina con esto, o nos vas a condenar a sufrir para siempre.
–¡Pequeña, Maam! –mi maestro se agachó para abrazarla e intentó levantarla del suelo –dale tiempo a este tonto para que se dé cuenta de que lo que está haciendo está mal.
"Incluso no le importa humillarme frente a nuestro maestro", sentía que quería odiarlo, pero las lágrimas que caían de mis ojos parecían contradecir mis intenciones.
Todo comenzó a desvanecerse; un indicio de que estaba regresando de este sueño que se convirtió en pesadilla.
Antes de que despertara, alcancé a ver que mi maestro consiguió sacarla de la casa y en cuanto Popp se quedó solo, apretó sus puños y una lágrima bajó por su mejilla.
Lo primero que sentí fue algo frío en mi frente y al abrir los ojos, encontré a Popp acomodándome un paño húmedo.
–¡Has despertado! –me sonrió con calidez... una calidez que siempre vi en aquél Popp que se burló de mis sentimientos en ese sueño que creí que sería un hermoso futuro para los dos.
–¿En dónde estoy? –no pude evitar preguntarle con brusquedad.
–En una posada del reino de Bengana.
El recuerdo de lo que vi no me dejó responder. Temía que si hablaba, le reclamaría por la decepción que había dejado en mi corazón, por eso giré el rostro para no verlo.
–¿Te sientes bien, Maam? –lo sentí acercarse y al voltear, mi nariz chocó con la suya.
Él se rio por nuestra torpeza, pero yo no pude reírme porque me dediqué a observar con detenimiento cada rasgo de su rostro y me resultó extraño descubrir facciones maduras que lo hacían verse más guapo que antes, incluso su complexión y altura eran distintas.
"Este Popp se asemeja más al de mi sueño... pero sé que mi querido amigo jamás me lastimaría de esa forma, porque no es el mismo".
«Es el mismo insensible que el otro, niña... no te engañes», la demonio seguía atormentándome incluso despierta.
"Si eso es verdad, en... entonces protegeré nuestra amistad"
«¿De qué hablas?»
"Lo quiero conmigo para siempre y si para eso debo dejar de intentar descubrir si lo amo, lo haré si podemos estar juntos... aunque sea como amigos".
«Quiero ver cuánto tiempo vas a mantener tu promesa... mientras más te fuerces en negar lo que sientes, más rápido perderás todo, y cuando eso pase, yo habré ganado»
Popp limpió de mi rostro varias lágrimas que ni siquiera sentí que tenía.
Él intentó muchas veces que le contara lo que me pasaba, pero su exceso de amabilidad me dolía al sentir que era falsa y me negué a mencionar absolutamente nada.
El tiempo que tardé en recuperarme, le pedí que dejara de visitarme y que sólo Merle me cuidara. Lo triste fue ver que no le importó mi rechazo a su presencia y desapareció por tres semanas.
Para cuando volvió, su comportamiento seguía siendo el mismo risueño y alentador de siempre.
Como físicamente me encontraba en excelentes condiciones, retomamos el viaje con un nuevo objetivo, (encontrar portales abiertos, o no, del Inframundo).
Durante un mes mantuve mi estado depresivo y gruñón. Casi no hablaba con mis compañeros de viaje, en parte por culpa de lo que vi en ese sueño y también por la decepción de saber que fue cierto que Merle lo esperó veinte días afuera de la entrada del volcán y cuando Popp regresó a salvo, (sin haber traído a Dai con él), me buscaron al enterarse de que estaba perdida, (información que les dio Leona en la junta que reprogramaron precisamente para darle tiempo de estar presente).
Mis eternas dudas respecto a mis sentimientos se reactivaron al saber que Hyunckel se preocupó mucho por mi desaparición y fue el primero en partir de Papunika para ir a buscarme.
El poco interés de Popp respecto a ese tema, influyó en mi decisión de no volver a mencionar la estupidez de haber ido a buscar a una persona que no merece ni una pizca de mi preocupación.
Demasiadas decepciones me hicieron pensar en abandonar a mi grupo para irme con Hyunckel, sin embargo, después de casi seis meses de empezar nuestra aventura, a los monstruos y demonios del Inframundo les nació el deseo de aniquilarnos.
Nueve días seguidos protagonizamos cuatro batallas demasiado desgastantes, por la ventaja que tienen los monstruos de mantener sus energías más tiempo del que los humanos podemos aguantar.
Tendría que estar orgullosa porque mi fuerza física debería bastar para proteger a mis dos compañeros, pero algo tienen esos malditos, que mis poderes no logran destruirlos a menos de que los ataque juntamente con Popp.
Mi orgullo no me permite festejar una victoria porque no es sólo mí esfuerzo... también es el de él.
Entre más combatimos, más descubro que el poder mágico de mi amigo se ha hecho demasiado grande.
Por sí mismo puede derrotar la mitad de un ejército, mientras que yo necesito que me ayude con la otra mitad.
Merle usa su poder para prevenirlo de los ataques ocultos, aunque varias veces la noto desconcertada, (como si no lograra percibirlos a todos), y en esas ocasiones, milagrosamente Popp los evade como si él también pudiera adivinar de donde provienen.
Lo más increíble es que ahora sus ataques de hielo son igual de efectivos que los de fuego y gracias a eso, él congela gran parte de los monstruos y yo los remato con mis golpes.
Todo habría marchado de una manera casi normal, de no ser porque al quinto ataque, nuestros enemigos fueron un monstruo dragón, acompañado de cinco más, pero lo peor fue que apareció un ser demoniaco que pensé que jamás volveríamos a ver; KillVearn.
Con su presencia, se inició la que temo, sea la batalla más difícil para los humanos.
Es una guerra en la que las voces me han advertido, perderé lo que más quiero en este mundo y eso desatará un sinfín de desgracias si no logro pasar la tercera prueba.
«¡Dime a quién amas!», escuché esa pregunta en mi mente, el día previo al ataque de KillVearn.
Yo apretaba mis puños porque no quería confesar el nombre de la persona que se ha ido ganando mi corazón, y es que si lo decía en voz alta, corría el riesgo de convertirme en una mujer débil, que viviría para un hombre que me haría sufrir.
«¡Sólo pronuncia su nombre y el mejor futuro empezará a construirse!»
"¡No!", le respondí sin mirarla, "Con él nunca tendré paz. Quiero la tranquilidad que Hyunckel me ofrece. Es... es lo mejor para mi futuro", al fin alcé la vista, pero lo único que encontré, fueron unos ojos azules que me miraron con tristeza.
Retractarme de mis palabras quizás habría sido lo mejor, pero mis dudas siempre volvían con más fuerza para desestabilizarme emocionalmente, y de no ser por las palabras llenas de sabiduría de mi maestro y lo que reveló "el cristal del corazón del alma", seguiría negando lo que siento, sin embargo, mi amado Popp no me dio tiempo de confesarle mis sentimientos y mientras me encontraba en el plano astral, escapando de sus ataques, la mujer amable se apareció para sentenciarme por mis errores.
«¡Tú lo quisiste así!», poco a poco se empezó a formar una figura envuelta en una luz dorada, pero era tan brillante, que solamente pude detallar su larga cabellera negra, «Lo único que te pedí es que fueras sincera para que obtuvieras el poder que tu mundo necesita... si niegas a tu propio amor, ¿cómo esperas proteger a los demás?»
–¡Ya acepté que lo amo! –grité con el riesgo de que Popp me escuchara y viniera a atacarme –antes de que usara su hechizo para encerrar mi cuerpo y mente en este lugar, descubrí que él siempre ha sido el dueño de mi corazón.
«Es muy tarde para ustedes... a él no te lo devolveré nunca, pero aún puedes luchar por salvar a tu gente... te ayudaré a pasar la tercera prueba y después de eso, no me pidas nada más»
La silueta volvió a desvanecerse y corrí para alcanzarla, pero sólo quedó en mi mano un pequeño resplandor dorado, (idéntico al que Gome dejó cuando desapareció).
–¿A qué te refieres con eso de que es tarde para nosotros? –mi llanto me nublaba la vista y mis cuerdas vocales estaban tan lastimadas, que casi no podía hablar.
Unos rayos color esmeralda destruyeron la roca que me mantuvo a resguardo en la oscuridad.
Popp caminaba sin ninguna expresión en su rostro y de su mano emanaba la energía esmeralda con la que pensaba atacarme.
Cuando juntó sus manos para formar un triángulo, supe que tenía que huir si quería evitar que el impacto de su ataque me diera en la cabeza.
Con el primer ataque que recibí, me di cuenta de que ese rayo destruye recuerdos y los que Popp quiere eliminar, son precisamente los que hemos compartido.
–¡Por favor!, no sigas destruyendo los únicos recuerdos hermosos que he tenido en mi vida –le supliqué como pude por culpa de la escasa voz que me quedaba.
–Estoy cuidando de no tocar ninguno importante –invocó unas cuerdas para inmovilizarme de las manos y piernas –si dejaras de resistirte, te lastimaría menos.
«¡Déjala ya, Popp!», por primera vez en lo que llevo escuchando voces, esa que resonó en ese lugar, no estaba dirigida a mí, sino a él, «no te enseñé magia astral para satisfacer tus necesidades personales»
–No lo hago por mí, sino por Dai.
"Dai... siempre es por Dai", cerré los ojos ante el dolor de cabeza y la debilidad de mi cuerpo.
–¿Por qué? –de nuevo abrí los ojos y por un instante lo vi arrepentido, (seguramente al darse cuenta de lo mal que me encuentro).
–Es que es la única manera de que te sea más fácil cumplir con tu destino –pronunció con melancolía y sus ojos llorosos me demostraron que le estaba doliendo mucho hacerme esto.
–Tú eres mi... –estiré mi mano con el deseo ingenuo de alcanzarlo, pero por la distancia era lógico que no lo lograría.
Los rayos esmeraldas me callaron al impactar uno tras otro en mi frente.
Todos los recuerdos que atesoraba desaparecieron, pero el último fue el que presencié en mi sueño, en el que mi otro yo estaba arrodillada, suplicándole que no la dejara y en este momento al fin comprendí que esa Maam no se estaba humillando. Ella lo conocía tan bien, que sabía que Popp siempre piensa en los demás, antes que en él.
Salvar a Dai, proteger al mundo humano, abogar por Hyunckel para que acepte que lo amo, son cosas que hace para que seamos felices a costa de su propia felicidad.
"Le rogabas porque sabías que el que se estaba lastimando era él y lo que menos querías era verlo destrozado", sé que la yo de mi sueño no me escucha, pero lo dije más para mí misma.
–¡Se muy feliz, Maam! –el rostro de Popp estaba bañado en sus lágrimas, pero su preciosa sonrisa fue la prueba de que en verdad deseaba mi felicidad.
"Mi amor por ti es enorme, así que no pienses que me voy a rendir... te juro que volveré a tu lado y lucharé por ti hasta la muerte", esas fueron mis palabras hacia él, pero desafortunadamente, sólo pude pronunciarlas en mi mente.
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