AQUELLO QUE NACE DEL DOLOR - P2
Nota
Texto entre " ", pensamientos de los personajes.
Texto entre «», consciencia o voces de personajes terciarios.
PVO POPP
Las manos de Koré brillaron y apareció un espejo de agua.
En él pude observar a Skadi en su forma humana. Se encontraba de pie en un risco, con sus brazos extendidos y de su cuerpo emanaba su aura, pero al fijarme bien, me di cuenta de que los brazaletes también brillaban y su resplandor es mayor que el de ella.
–Está llegando al límite de su fuerza humana –Koré dijo seriamente –debe apreciarte mucho como para aceptar ser castigada por ti.
–¿Por qué los dioses la castigan si esta batalla es para liberar al humano elegido? –necesitó comprenderlos, por eso le pregunté.
–Ellos lo saben, hechicero, sin embargo, en los corazones de las diosas, es más fuerte el deseo de ayudarte a salvar a tu amigo y las castigan por no hacerlo por deber, sino por amistad... una emoción humana que se les prohibió sentir.
–Ellas no son capaces de sentir emociones humanas. Si me ayudan es por su esencia de diosas.
–¿Eso te han dicho? –su risa era fingida –nosotras nunca perdimos nuestros sentimientos humanos y si ellas te dijeron lo contrario, es para que no las compadezcas... ¡dime! ¿cómo se permite una diosa tener odio en su corazón, si ya no es esa humana a la que los machos de su raza le arrebataron la inocencia para después divertirse viéndola ser mutilada por los monstruos?
–¿Hablas de Skadi? –cuando afirmó mi pregunta, sentí que no podía respirar.
–La ventaja de ser convertida en diosa, fue que recuperó partes de su cuerpo que ya no tenía cuando el dios de los humanos se la llevó.
–Entonces, su corazón puro se contaminó en su último aliento como humana, pero a los dioses no les importó eso... simplemente le ordenaron olvidar su odio para que cumpliera con su deber de diosa –decirlo me costó mucho trabajo.
–¡Exactamente!... ahora, Eira es muy linda, pero como sabes, los monstruos mataron a su familia en los tiempos de Hadler y a ella la dejaron desangrarse después de rasgar su cuello. Fue testigo de la aniquilación de los suyos y aun así, es la más amable de las tres porque supo perdonar... un sentimiento que tienen los humanos que entran al paraíso, no de dioses que se creen con el derecho de juzgar, simplemente porque son deidades.
"¿Y tú?, ¿qué sentimiento humano conservas, que te hizo traicionar a los dioses para mantenerlo latente en tu corazón?", se lo pregunté mentalmente y Koré frunció el ceño.
«No intentes obtener información mía... ni siquiera debías saber lo de Skadi, pero tuve que decirlo para darte tiempo de terminar con tu hechizo, así que agradéceme en lugar de cuestionarme»
–Observa el sufrimiento de Eira.
La imagen cambió y pude ver a Larhart hincado en el suelo. En sus brazos sostenía el cuerpo de Eira y lo que despertó mi odio hacia los dioses, fue el brillo en sus brazaletes, que confirma que ellos fueron los que provocaron que su cuerpo colapsara.
Los monstruos aprovecharon la situación para lanzar su ataque. Larhart se levantó con la intención de usar su cuerpo para protegerla, pero Eira lo abrazó y le traspasó una gran cantidad de su aura, que luego materializó en una barrera. Diferentes tipos de hechizos golpearon el lugar donde estaban y una vez que la cortina de humo se dispersó, vi con horror el frágil cuerpo de Eira tirado en el piso y a un desesperado Larhart llamándola mientras intentaba destruir la barrera a golpes.
–¿Por qué lo hiciste mujer? –Larhart preguntó conmocionado –yo soy quien tenía el deber de protegerte.
–Y lo hiciste –se incorporó con dificultad y le sonrió con su habitual amabilidad, a pesar de que su rostro reflejaba su dolor –ahora, tienes que irte. Cuando el hechizo se complete y el pequeño Dai sea liberado, usaré mi poder para cerrar nuevamente los portales.
–¡No me voy a ir, Eira! –clavó su lanza en la barrera y le hizo una grieta –el plan no era cerrarlos, sólo debías abrir el que está cerca del señorito Dai.
–¿En serio? –amplio su sonrisa –creo que entendí mal el plan –gateó hacia la barrera y Larhart se hincó frente a ella –¡te agradezco que me hayas ayudado!, sin ti no hubiera podido cumplir con mi deber.
–¡Espera!, ¿qué haces? –Larhart gritó desesperado antes de desaparecer por el hechizo de Eira.
–Popp... –pronunció mi nombre débilmente –todo está listo.
La poca aura divina que le quedaba, la expulso para dirigirla hacia el punto que le indiqué.
–No lo entendió mal, ¿no es así, hechicero? –Koré me dirigió una mirada de reproche al ver lo que sucedió.
«No confías en mí, por eso decidiste abrir los cinco portales para sellarlos con magia celestial y de ese modo mantenerme alejada del Inframundo... con este portal era suficiente si querías simplemente rescatar al pequeño héroe», me reclamó mentalmente.
–Regresemos con Skadi para que veas lo que ocasionó tu estupidez –tronó sus dedos y la imagen del espejo cambió otra vez.
Crocodine está luchando contra la horda de monstruos que intentan acercarse a Skadi. Ella está arrodillada. Su cuerpo sigue emitiendo su aura mágica, (seguramente para mantener la magia astral sobre mis amigos).
–¡Señorita! –Crocodine le gritó sin dejar de enfrentarse a los enemigos –¡tiene que marcharse!, vienen más de estos malditos monstruos y aunque puedo eliminarnos, la dejaré expuesta unos minutos.
–El que... el que debe irse eres tú, monstruo –se puso de pie lentamente –es demasiada la fuerza que les dio la traidora y aunque eres muy resistente, las heridas que tienes te causarán la muerte cuando la siguiente horda te ataque.
–Sí, pero, usted estará a salvo, y es lo único que quiero –un hilo de sangre resbaló de su hocico, pero Crocodine no se detuvo y continuó luchando.
–¿Por qué me proteges, monstruo? –lo miraba con insistencia –te ofendo con mis palabras y a pesar de eso, no dejas de exponer tu cuerpo para evitar que los ataques me alcancen.
–No soy alguien bueno, señorita –destrozó a un monstruo con su hacha –también lastimé a muchos humanos en el pasado, pero desde que conocí a Dai y a Popp, empecé a comprender a su raza... Nunca borraré lo que hice, pero al menos tengo la oportunidad de entregar mi vida por una mujer humana, que está luchando con todas sus fuerzas para ayudar a sus seres queridos.
–No tengo sentimientos humanos, ¿no te ha quedado claro?
–Sí los tiene –esquivó a duras penas un zarpazo de un lagarto gigante –esos brazaletes redujeron sus fuerzas, pero continúa liberando aura mágica para que los demás puedan resistir este combate... Los dioses la quieren obligar a abandonarnos, y usted los ha desobedecido... Yo a eso le llamo compasión, y es una emoción que sólo conocen aquellos que entienden el dolor de los demás.
Skadi se quedó sin argumentos por primera vez y en sus ojos aprecié el reflejo del agradecimiento.
Crocodine se perdió en la hermosa sonrisa que adornó el rosto de la diosa, pero ese descuido le costó una terrible herida en su pecho.
Skadi gritó su nombre al ver que lo atravesó la cola de un escorpión gigante. El veneno únicamente puede curarse con magia, pero ella no es sanadora y ninguno de mis amigos está cerca.
–¡Te llevaré con alguien que te pueda ayudar! –su altura y fuerza le permitió sostenerlo para que no cayera al piso.
–¡No! –alzó la voz –¡lo lamento!, no quería sonar brusco, pero si usa más magia, su condición empeorará.
–Ya no te preocupes por mí... El tiempo del verdadero combate ha llegado.
–¿De qué habla, señorita?
–Deja de decirme señorita... Tal vez soy más vieja que tú –le dedicó una mueca de sonrisa –debo aceptar que no todos los monstruos son malos. Tú eres la excepción, Crocodine.
–Al menos voy a morir con el regalo de haberte escuchado decir mi nombre.
–No es tu tiempo de morir –tocó su pecho y el cuerpo del grandulón se hizo incorpóreo –esto evitará que la herida continué sangrando... Debí protegerte antes, pero mi necedad es la culpable de que te encuentres en esta situación –su mirada se hizo melancólica –lo lamento. Popp no me perdonará el haberte ignorado y honestamente, yo tampoco lo haré si mueres.
Ambos estaban incorpóreos, por eso ninguno de los ataques de los monstruos los estaban afectando, pero la energía de Skadi era cada vez menor.
–Espero que Popp esté listo.
–¿Estar listo? –preguntó Crocodine –ahora que lo menciona, desde hace mucho que la magia celestial de la diosa de la sanación cubrió la superficie, pero no he visto nada que indique que los portales se han abierto.
–Es que falta un último movimiento.
Skadi se alejó de Crocodine, (que no cayó al piso debido al poder de la diosa).
–¡Gracias por todo, Crocodine! –le hizo una reverencia –jamás olvidaré tu noble gesto y cuando los dioses me liberen, te compensaré a través de tus descendientes.
–¡Espera, Skadi! –por fin el grandulón le habló de tú –¿qué vas a hacer?
El cuerpo de Crocodine desapareció y Skadi se elevó sobre la roca.
–¡Aprovecha bien nuestro poder, Popp! –dijo mientras liberó toda su aura.
–¿De qué demonios habla, hechicero? –Koré se veía muy enojada.
–¡Ya lo verás! –con la vara arrojé un Merazoma hacia la cúpula que tiene encerrada a Astrid.
–¡Gracias, cariño! –voló lejos de Koré y al estar a una distancia prudente, le lanzó su hechizo de tiempo.
–¡Eres un maldito embustero! –fue todo lo que alcanzó a decir porque fue encerrada en una cúpula.
–¡No vas a ganar, maldito hechicero! –KillVearn quiso atacarme con un cuchillo que invocó, sin embargo, su cuerpo ya no se movía por el poder de Astrid –¿por qué no puedo moverme?
–El plan era muy sencillo, estúpido –Astrid se le acercó –Koré es demasiado poderosa y es imposible atacarla desde lejos. Su ego es gigantesco y Popp sabía que no dejaría pasar la oportunidad de burlarse un rato de nuestros vanos intentos de abrir los portales, además, tú también eres un narcisista que pensó que había ganado solamente porque vio a las diosas debilitadas, pero también esto es parte del plan.
Astrid voló más allá de las nubes y recitó su hechizo para detener el tiempo de todos los monstruos que se encuentran sobre la superficie.
–Voy por tus amigos –Astrid me habló desde arriba –no tardaré demasiado en ponerlos a salvo, así que puedes entrar por Dai y sellar los portales sin necesidad de perder tiempo en esperar a que te avise nada.
–¡Bien!, ¡ten cuidado Astrid!, cuando se activen los cetros, perderás momentáneamente el poder de detener el tiempo y si no sales pronto de la zona donde se encuentran, serás sellada junto con los portales.
–No te preocupes, soy muy rápida –me dio la espalda, aunque no se movió –Popp... ¡cuídate mucho y regresa con bien!
Quería decirle que lo haría, pero no estoy seguro de que mi plan funcione y no puedo hacer promesas falsas.
Astrid desapareció para ir por mis amigos y en cuanto sentí que iban alejándose de los cetros, recité la segunda parte del hechizo celestial.
Los poderes de Eira y Skadi se introdujeron en mi cuerpo y las luces de los cetros se dirigieron al cielo para formar una estrella de cinco picos, (que resplandeció como el arcoíris).
La tierra debajo de nosotros empezó a abrirse y unas puertas gigantes salieron de las profundidades del abismo. Los símbolos en lengua maligna brillaron conforme seguía recitando las palabras del hechizo y finalmente la puerta del punto central se abrió de par en par.
KillVearn gritó maldiciones, pero obviamente lo ignoré y me introduje a toda velocidad al Inframundo. Las veces anteriores en las que estuve aquí, el calor de las llamas no me afectó porque usé mi cuerpo astral, sin embargo, mi cuerpo humano las reciente, sobre todo porque no estoy usando la protección de ninguna de las dos magias que me enseñaron, (y guardar el resto de mi poder mágico es necesario para sellar los portales).
El ardor en mi piel me advirtió que si no me apuro, no seré capaz ni de sacar a Dai porque terminaré chamuscado por las llamas, y menos lo haré, pues la horda que custodia la cúpula, es el último obstáculo que tengo que enfrentar y lo peor es que al observar a mi amigo, descubrí que sigue inconsciente, (creo que es porque la herida en su pecho alcanzó su corazón).
Usar hechizos comunes fue mi elección. No son muy efectivos contra estos malditos, pero gracias a mi vara, conseguí aniquilar algunos para abrirme paso hacia la cúpula, (la cual destruí usando Merazoma).
El pequeño cuerpo de Dai cayó y me apresuré a sujetarlo.
–¡Dai! –lo llamé con desesperación.
–¡Popp! –abrió los ojos y me sonrío débilmente –¡sabía... sabía que pronto vendrías! –hizo una mueca que reflejó su dolor –yo... yo te lo agradezco, pero... no creo aguantar más.
Dai tocó su pecho y vi cómo salía la sangre a borbotones.
Coloqué mi mano en su herida e invoqué un hechizo curativo de magia celestial.
Los monstruos se reagruparon y supe que no nos permitirían escapar, pero nada me detendrá esta vez. Dai ya ha sufrido demasiado desde la batalla contra Vearn y merece tener paz después de tantos combates, por eso concentré una gran parte de mi poder para teletransportarnos afuera.
Devuelta en la superficie, aspiré el aire puro y estúpidamente bajé la guardia al creer que no nos seguirían, sin embargo, no me di cuenta de que KillVearn se había liberado con ayuda de Koré e incrustó su cuchillo en mi espalda.
–¡Estás bien, Popp! –Dai gritó al darse cuenta de lo que pasó.
No pude responderle porque preferí utilizar mis escasa fuerzas físicas, en teletransportarnos hacia el cetro que aun mantenía su luz unida a los demás y ahí coloqué una barrera protectora para seguir curando su herida.
–¡Ya estoy mejor, así que cúrate! –me gritó desesperado.
–¡No! –también le grité –primero te curaré por completo y luego quiero que te vayas.
–¡No me iré! –intentó levantarse, pero lo obligué a quedarse sentado –¡escucha Popp!, con mi herida curada, soy capaz de enfrentarme a KillVearn y a la horda de monstruos que está saliendo del portal del Inframundo.
–¡Sé que puedes!, pero si hay una batalla y los portales no se cierran, el sello que Eira colocó en el volcán donde se encuentra el dios demonio perderá fuerza y ese maldito absorberá las auras malignas de todos los monstruos que estén en la superficie.
–Los eliminaré rápido, ¡te lo prometo!
–No creo que puedas cumplir esa promesa, pequeño héroe –KillVearn se burló y con su guadaña restaurada por Koré, perforó una parte de la barrera –tienes poca energía mágica, hechicero, pero me pregunto, ¿cómo es que un Archimago tan poderoso, está conteniéndose de eliminar un número menor de monstruos?... sé que tienes el poder suficiente para aniquilarlos a todos usando tu magia astral o celestial, entonces ¿por qué no lo has hecho?
–¡Deja de preguntar estupideces y mátalos! –Koré se notaba nerviosa y se colocó al lado de KillVearn –no quería llegar a esto, hechicero... Ambos son necesarios para mí, pero tengo el presentimiento de que planeas algo y es mejor deshacerme de ustedes cuanto antes –su aura maligna creció y pude sentir que traspasó una gran cantidad a KillVearn –¡destrózalos de una buena vez!
Antes de que la guadaña destruyera la barrera, teletransporté a Dai al lugar donde se encuentran mis amigos.
El arma se incrustó en mi hombro y el intenso dolor me confirmó que alcanzó el hueso.
–¡Eso fue muy fácil! –el miserable jaló la guadaña, sin embargo, la sostuve con mi mano –¿qué haces ahora, maldito?
Hablar también consume energía, por eso guardé silencio y me concentré en liberar el aura mágica que me cedieron Eira y Skadi.
Los monstruos que habían logrado salir del Inframundo, se desintegraron al hacer contacto con el aura.
–¡Huye pronto, KillVearn! –le advirtió Koré y desapareció.
–¡Espere mi señora! –el infeliz quiso seguirla, pero como el aura estaba a su alrededor, (sin tocarlo), no pudo dar un paso más –¡deja que me marche!, si me quedo, voy a matarte.
–Inténtalo y el aura que tengo en mi cuerpo será expulsada y te desintegrará igual que a tu ejército.
–¿Acaso quieres torturarme?, ¿por eso no me has aniquilado?
–En parte... en realidad te uso para mantener a los monstruos ajenos al aura celestial que va hacia ellos... no voy a permitir que escapen.
–¿De qué te servirá matar a los que están en la superficie?, el resto todavía está en el Inframundo.
–Y se quedarán ahí por mucho tiempo cuando selle los portales.
–Mi señora los volverá a abrir. El verdugo que espera tiene un aura igual de enorme que la diosa celestial que te está ayudando.
–No habrá verdugo. De eso me encargaré yo mismo.
El aura hizo brillar la joya del cetro y éste envió a los demás el resto de la energía.
La estrella cambió de color a un azul hermoso, (como el del aura de Eira), y cuando empezó a descender, las gigantescas puertas se fueron cerrando.
–Acepto que ganaste, pero sí de todas maneras voy a morir cuando deje de serte útil, al menos me voy a asegurar de llevarte conmigo –su furia era enorme y es lo que lo hizo obtener fuerza.
Jaló tan rápido la guadaña, que mi hombro expulsó rápidamente toda la sangre.
El dolor era insoportable, pero no podía curarme. Toda mi energía está siendo utilizada en sellar los portales con ayuda de la magia celestial de Eira.
Lastimosamente, el perder mucha sangre en pocos segundos y sin protección divina que le dé fuerza a mi alma para soportar, amenazaba con dejarme inconsciente, y si eso pasa, el hechizo se desvanecerá.
–Es un consuelo ver cómo mueres, maldito hechicero –KillVearn me mostró nuevamente el núcleo negro –al final de cuentas, todo tu esfuerzo y el de las diosas, no sirvió de nada.
Con su guadaña atravesó la piel de mi cuello y en el momento en que KillVearn activó el núcleo, supe que mi vida había terminado.
"¡Lo siento mucho, Eira, Skadi!, las condené a un cruel castigo y como siempre eché todo a perder".
Cerré los ojos y esperé mi muerte.
–¡Popp! –Maam gritó mi nombre y sonreí porque incluso a punto de morir, sólo pienso en ella –¡aléjate de él, maldita marioneta!
Esas palabras me hicieron abrir los ojos y vi a KillVearn ser lanzado por los aires con una patada de Maam. Eso provocó que soltara el núcleo, (que milagrosamente se desintegró gracias al aura divina).
–¡Por favor, mi amor, resiste! –se agachó y usó su magia curativa en mí –¿por qué siempre tienes que hacer lo que quieres sin consultarle a nadie? –sus ojos se llenaron de lágrimas –¿es que no entiendes que me torturas cada que descubro que expones tu vida?
Quería decirle que me perdonara, pero ni siquiera puedo hablar porque es gastar energía, aunque lo más triste es verla esforzarse en curar mis heridas. Ella todavía no tiene control sobre su magia y sin un poder celestial, el aura oscura con la que me las hicieron impedirá que consiga su objetivo.
–Casi me desintegro con esa aura celestial –KillVearn había usado su guadaña para mantenerse elevado en un lugar cerca de nosotros, (de esa forma no cayó donde hay corrientes de aura) –las puertas del Inframundo no tardan en cerrarse y sé que cuando lo hagan, no habrá sitio al que pueda escapar y moriré, sin embargo, señorita, lamento decirle que está usando magia inservible que no salvará al hechicero de compartir el mismo destino que yo.
–¿Qué? –Maam lo miró un segundo y después regresó a mirarme –es aura oscura, ¿no es así?
–¡No... no te preocupes por mí!, en cuanto se sellen los portales, me curaré y todo estará bien.
–Si todavía continúas despierto a pesar de que te estás quedando sin sangre, es gracias al poder que te cedieron las diosas humanas, pero mínimo te desmayarás en el instante en que los dioses les den su merecido castigo, y sin nadie que utilice magia celestial, tu destino será morir –KillVearn se empezó a reír como loco.
–¿Por qué te burlas? –Maam me soltó y caminó hacia él –siempre he tratado a mis enemigos con respeto, e intento no odiarlos a pesar de todo lo malo que hacen, pero tú, maldito miserable, estás despertando un odio enorme en mi corazón.
La tranquilidad con la que pronunció esas palabras me hizo pensar que las dijo únicamente para intimidar a KillVearn, sin embargo, el aura oscura la rodeo al instante y temí lo peor.
–Hay muchas cosas que puedo perdonar... excepto, las que lastiman a lo que más amo en el mundo –no veía su rosto porque me daba la espalda, pero si la armadura que le dio Lon Beruk se puso negra, me imagino que su dulce mirada también había cambiado.
Mi temor más grande es que esa aura maligna la domine y pierda la pureza de su corazón, por eso me arrastré como pude al ver que sujetó a KillVearn del cuello.
–Una escoria como tú, no merece seguir existiendo –cerró más su mano y él se quejó de dolor.
–¡No... no me mates! –suplicó con desesperación –yo... yo sólo seguía órdenes.
–Has herido a mucha gente... Tus ruegos ya no importan, además, tienes que pagar por lo que le hiciste a Popp.
El aura oscura aumentó su tamaño y observé cómo sus dedos se hundían más en el cuello de KillVearn.
Le herida en mi hombro en serio dolía y para este punto ya casi no veía bien por la pérdida de sangre, sin embargo, seguí arrastrándome en el suelo hasta que llegué a Maam y sujeté la parte baja de la bota de su armadura.
–Maam, ¡detente! –mi voz salió como un susurro.
–Este maldito tiene que morir... si continúa vivo, te lastimará otra vez.
–Estoy de acuerdo que debe morir, pero no tiene que ser por tu mano.
–Su maldad es tan grande, que Eira y la diosa Skadi ya no están en este mundo por culpa suya –su voz y cuerpo temblaron.
–¿Qué dijiste? –ella no me respondió y mejor usó la otra mano para asfixiar a KillVearn –¡Maam!, ¡suéltalo ya!
Tenía la esperanza de que me hiciera caso, sin embargo, el mundo pareció aplastarme al ver cómo le quitó la vida a KillVearn, y lo peor fue verla girar para mostrarme el cuerpo inerte de mi más grande enemigo.
–No me mires así –sus ojos marrones ahora tenían un color rojo intenso –es lo que obtuvo por atreverse a lastimarte, y le pasará lo mismo a cualquiera que lo vuelva a intentar, incluso si soy yo.
Dejó caer el cuerpo de KillVearn frente a mí.
Enseguida coloqué mi mano en su pecho para tratar de salvarlo, (no por él, pues al final de cuentas, moriría a causa del aura celestial que está cubriendo la superficie), lo estaba haciendo por Maam.
En este momento no se da cuenta de lo que acaba de hacer, pero una vez que recupere la cordura, sé que se sentirá mal por haber quitado una vida a sangre fría, (aunque esa vida le haya pertenecido a un ser despreciable como KillVearn).
Suspiré de alivio al sentir que el corazón del maldito latía de nuevo, pero esto duró poco.
Maam le lanzó un golpe de aura oscura que incendió su cuerpo en segundos.
Yo miré con incredulidad cómo se quemó hasta convertirse en cenizas.
Aun no me recuperaba de la impresión, cuando Maam siguió liberando aura oscura que ahora era una especie de remolinos que entraron en una lucha de poder contra el aura celestial, y para mi mala suerte, la primera ganó terreno y gran parte de la esencia de Eira se estaba disipando.
–¿Qué estás haciendo? –me paré con mucho trabajo –a Eira le costó su libertad entregarme su aura celestial para sellar los portales del Inframundo. Si continúas, le darás ventaja a nuestros enemigos y el sacrificio de mis amigas habrá sido en vano.
–Esto lo hago por ti –fruncí el ceño –si este mundo desaparece, ya no volverás a exponer tu vida... ahora que tengo este poder, te llevaré a un lugar en dónde estemos únicamente nosotros, para que juntos disfrutemos de la paz que tanto deseas.
–¿Y qué pasará con nuestros amigos, con Dai y con Hyunckel?
–¿Te preocupan Dai y Hyunckel porque son tus amigos, o porque uno fue mi gran amigo y el otro, el hombre que sigues pensando que amo? –la furia con la que lo dijo me intimidó y no pude evitar adoptar una posición defensiva –no tienes por qué defenderte de mí... tienes una ventaja que nadie más tendrá, y es la de ser el dueño de mi corazón.
Si me lo hubiera dicho más dulce y sin esa mirada llena de odio, le habría creído, pero Maam está empezando a parecerse a Koré.
–Eres todo para mí –cerró los ojos y su cuerpo se elevó sobre el suelo –y por este amor que te tengo, voy a liberarte de la carga de ser uno de los protectores del mundo humano.
–¿Cómo vas a liberarme?
–Destruyendo el objeto de tu obsesión –abrió los brazos y una gran cantidad de aura oscura salió de su pecho –sin el mundo humano, tu deber dejará de existir, y nunca más volverás a arriesgar tu vida.
El cielo se oscureció y cubrió la estrella de cinco picos que fue creada gracias al esfuerzo de todos y que tuvo como pago, el castigo de mis queridas amigas.
–Pierde cuidado –Maam me miró seriamente –no tengo la intención de permitirle a los monstruos salir del Inframundo.
Para mi sorpresa, la puerta gigante empezó a cerrarse y a lo lejos alcancé a escuchar un sonido igual, (el de las demás puertas), sin embargo, la tierra tembló y el suelo se agrietó hasta que se fue partiendo.
No cuento con un espejo mágico, o visiones como las de Merle o Astrid, pero estoy casi seguro de que esto está pasando en toda la superficie, y de ser cierto, los habitantes de nuestro mundo morirán aplastados.
–¡Maam, te lo ruego, debes detenerte!, las personas no tienen la culpa de nada. Ellos son inocentes en cada una de nuestras batallas y no merecen morir de esta forma.
–Ya no puedo sentir compasión por nadie... sólo sé que si este mundo deja de existir, no habrá necesidad de que continúes luchando junto a Dai para proteger a los humanos.
–¡Tú también has luchado por este mundo para proteger a las personas que lo habitan!... es esa aura maligna la que quiere cambiar tus verdaderos sentimientos, así que por favor, no se lo permitas.
–¿Acaso no puedes ver mis verdaderos sentimientos? –por unos segundos su voz volvió a ser amable y sus ojos recuperaron su color real –¡entiéndeme, mi amor, por favor!
–Tú amas la paz y darías la vida por las personas que quieres... piensa en nuestros amigos, en la princesa Leona, en Dai y en Hyunckel.
–Sigues sin entender –su mirada maligna regresó y sus ojos volvieron a ser rojos –tal vez cuando todos desaparezcan, logre conseguir, aunque sea un poco de tu comprensión.
Varios sonidos de explosiones se dejaron escuchar, y el rojo de las llamas disipó momentáneamente la oscuridad en la que estamos sumergidos.
Mi visión se hacía cada vez más borrosa. Mi herida seguía sangrando, pero no quise curarla porque aún tengo la esperanza de que Maam recapacite y vuelva a ser la misma. Una vez que la libere de la influencia maligna, necesitaré el poder celestial que tengo reservado para devolver todo a la normalidad.
«Popp», esa era la voz de Eira, «necesito que por una última vez, me escuches y hagas lo que te voy a pedir sin poner objeciones»
"¿Estás bien tú y Skadi?", necesito saberlo o no estaré tranquilo.
«No tengo mucho tiempo. Los dioses nos sumirán en un sueño muy largo y no volveremos a comunicarnos contigo, pero para tu tranquilidad, estamos bien», sentí un gran alivio al saber que al menos no van a destruirlas, «Escucha, Popp, deja de intentar convencer a Maam usando el cariño que siente por tus amigos. Acércate a ella y simplemente demuéstrale que la amas, ya sea con un abrazo, un beso, o ambas cosas... si lo haces, estoy segura de que todo estará bien, e incluso puedo apostar, que será la misma Maam la que arregle lo que hizo»
"Si intento caminar, me desangraré más rápido".
«Ya no necesitas reservar magia celestial... te repito, en cuanto recuperes la bondad de Maam, será ella la que selle los portales y restablezca la superficie»
"Eira, yo...".
«Yo también te aprecio mucho», sonreí porque sigue leyendo mi mente y se adelanta a mis palabras, «Skadi igual te quiere, aunque no se anime a aceptarlo», el sonido de su voz siempre es tierno a pesar de la situación, «¡Adiós, mi muy querido Popp!»
Quería llorar por la pena de saber que ellas dos ya no estarán a mi lado, pero tengo un deber importante que cumplir, así que usé mi magia curativa para detener el sangrado de mi herida y caminé hacia Maam a paso lento, (por culpa de mi falta de fuerzas).
Pensé que me atacaría al ver lo que intento hacer, pero se quedó quieta, mirándome con atención, casi como si me estuviera dando permiso de cumplir con mi objetivo.
Al estar frente a ella, la miré con todo el amor que le tengo y me arriesgué a envolverla en mis brazos.
Sorprendentemente Maam me correspondió de inmediato y se puso de puntitas para susurrar en mi oído.
–¿Qué es lo que quieres? –preguntó con voz temblorosa.
–Te quiero a ti, pero más que nada, quiero a la Maam amorosa y tierna de la que estoy enamorado –también susurré en su oído y sentí que su cuerpo se estremeció, pero no me soltó, al contrario, me abrazó más fuerte.
–¿En serio me amas? –respondí que sí –¿me amas más que a este mundo?
–Si, pero no quiero que este mundo desaparezca. Aquí nos conocimos, por eso quiero protegerlo –me separé un poco para mirarnos a los ojos –sería maravilloso vivir junto a ti en una casa pequeña en la aldea Nayle, la cual construiré con mi talento de hechicero –sonreí y Maam también lo hizo –si tenemos hijos... –carraspee por la vergüenza –...me gustaría llevarlos a recorrer todos los sitios que hemos visitado en nuestras aventuras. También quiero contarles cómo es que te convertiste en la poderosa guerrera que eres, y de paso, presumirles que soy una de las pocas personas que ha tenido el privilegio de ser cargado en hombros por ti –me callé un momento para acariciar su mejilla –pero lo que más deseo, es caminar de tu mano por el bosque oscuro cada día de nuestras vidas.
–¡Popp! –sus ojos regresaron a la normalidad a la vez que se llenaron de lágrimas –¿me prometes que tendremos esa vida juntos?
–Tendrás una vida maravillosa en este mundo, ¡te lo prometo!
Su aura bondadosa regresó con más fuerza y liberó al mundo de una gran cantidad de monstruos.
La sonrisa resplandeciente que me dedicó antes de besarme es el recuerdo más maravilloso que tendré cuando exhale mi último aliento.
Luego de unos minutos amando su boca, mi cuerpo perdió su fuerza y caí pesadamente sobre ella.
"Por favor, Maam, salva a nuestro mundo", es la súplica que intenté decir mientras la seguía escuchando llamarme entre la bruma de la inconsciencia.
*****
Ya nos estamos acercando al final de la historia, aunque saben que soy algo lenta para escribir, por lo que no puedo dar fechas o el número de capítulos que faltan para cerrar "El viaje en busca del Héroe". Claro que hice un propósito y desde hoy empezaré a escribir el siguiente.
BetheDiaz, gracias por continuar leyendo a pesar de mis retrasos.
El esfuerzo bien vale la pena, al saber que les gusta el trabajo que hacemos. Espero que este capítulo te agrade también.
Siendo ya la recta final, no dudes en indicarme lo que sientes flojo, o que haya faltado.
Muchas gracias nuevamente y reitero mis mejores deseos en este 2024.
Hasta la próxima vez!!
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