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AQUELLO QUE NACE DEL DOLOR - P1

Nota

Texto entre " ", pensamientos de los personajes.

Texto entre «», consciencia o voces de personajes terciarios.

PVO POPP

Salí del castillo y a lo lejos vi que mis amigos estaban admirando la nueva apariencia de Hyunckel; trae puesta una armadura muy similar a la que usaba en sus tiempos de comandante del ejército del mal.

Lon Beruk evaluaba el material, (probablemente era oricalco), y cuando vio las mejoras en la espada que le forjó Nova hace meses, se dirigió a Eira.

La amable diosa le sonrió y hasta se puso a hablar animadamente con él.

-¡Odio las competencias entre machos! -Skadi habló detrás de mí.

-¿Por qué lo dices?... Lon Beruk solamente está intentando saber si es oricalco o algún otro material exclusivo de los dioses.

-No hablo de ese monstruo, sino del semi humano y el guerrero inmortal... según sé por ti, ese hombre también está enamorado de tu amada, pero la intensidad con la que mira a Eira tiene dos motivos, o la respeta como una verdadera diosa, o es el típico macho que quiere que todas las hembras sean suyas, y para mala suerte, el otro también la mira igual.

Al observarlos tuve que reconocer que es la impresión que están dando.

-Hyunckel acaba de conocer a Eira apenas ayer.

-Hace dos noches. Recuerda que pasaste una inconsciente.

-Lo que sea. Es poco tiempo para que le interese una mujer. Si fuera un enamoradizo, hubiera aceptado a la señorita Amy.

-Esto es algo común en los seres celestiales -la miré interrogante -Eira es una diosa celestial. Ellos tienen el don de atraer a cualquiera debido a la esencia divina que desprenden -mi intriga creció más y Skadi suspiró frustrada -el que no te atrajera a ti de esa manera, es porque la conociste de niña y además, ya habían madurado tus sentimientos por tu amada.

-¿Y por qué no atrae a Him, o a Crocodine, o incluso a Nova?

-Quizás porque tienen otro interés amoroso... el corazón de esos dos todavía no conocía otra parte fundamental del enamoramiento -alzó la mano para que no hablara -me refiero al deseo apasionado que nace de una fuerte atracción, y no se te ocurra pedirme que te explique lo que conoces de sobra.

-Pues yo dudo que tengas razón... Hyunckel me aseguró que ama a Maam.

-Tal vez estaba confundido igual que ella... Es válido confundirse y es de seres honestos aceptar que en realidad no sabían lo que era amar de verdad, pero dejemos en paz los asuntos amorosos porque debes concentrarte en tu nuevo plan -me empujó para que caminara.

"¿Cómo quiere que me concentre con lo que acaba de decir?... si los sentimientos de Hyunckel por Maam cambian, ella sufrirá mucho".

En cuanto todos me vieron acercarme, dejaron lo que hacían para formar un círculo en donde aún estaba la imagen del mapa.

Iba a comenzar a hablar, pero Astrid apareció y a pesar de lo que hablamos, volvió a colgarse de mi brazo.

-Astrid, ¿en qué habíamos quedado? -me solté y crucé mis brazos.

-El que hayas terminado conmigo, no significa que no pueda luchar por recuperarte -alzó los hombros para mostrar más su pecho.

"En verdad estoy locamente enamorado... tengo una mujer increíblemente hermosa que no deja de luchar por mí, pero en la única en la que pienso es Maam".

-¡Ya estoy aquí, mi amor! -mi cuerpo se estremeció al oír esas palabras, sin embargo, me negué a aceptar que Maam me estaba hablando a mí y no intenté girar, pero todos me observaron atentos y lentamente di la vuelta.

Mientras lo hacía, miré a Hyunckel y él simplemente me dedico una sonrisa que aunque no era esplendorosa, parecía sincera y sin ningún tipo de dolor.

-Hace rato no terminé de decirte algo importante - Maam se puso de puntitas y pasó sus manos detrás de mi cabeza -¡te amo, Popp!

Su declaración me dejó tan impresionado, que mi cerebro se puso en blanco.

Maam me acercó a ella y perdí toda la capacidad de pensamiento en el instante en que juntó nuestras bocas.

Nada me importaba más que la suavidad de sus labios y su dulce sabor.

Me olvidé de todos nuestros amigos, de lo que pudieran sentir Hyunckel y Astrid, e incluso olvidé mi propio nombre.

Si me había quedado alguna duda de que Maam es la dueña de mi alma, mi devoción al besarla y atraerla más a mi cuerpo, eran la prueba de que con, o sin una unión de por medio, siempre sucumbiré a lo que ella desee obtener de mí.

-¿Qué haces, Maam? -pregunté en un susurro cuando nos permitimos tomar aire.

-Reclamo de ti lo que en verdad importa -acarició mis labios con la yema de su dedo -y le demuestro al mundo, quién es el dueño de mi corazón.

-Pero se supone que sigues siendo novia de Hyunckel -intenté mirarlo, pero me mantuvo bien sujeto para que no dejara de verla a ella.

-Ni tú, ni yo, tenemos una relación con otras personas, así que puedo besar a mi verdadero novio todo lo que quiera.

Cerró los ojos y enseguida supe lo que tenía que hacer.

Capturé su boca con más pasión que antes y sentí una gran felicidad al descubrir que Maam se entregó por completo a mi beso.

A diferencia de Astrid, (que me besaba para demostrarse a sí misma que era mi dueña), Maam no intenta someterme a través de este gesto. Es dulce y tierna. Con sus brazos detrás de mi espalda me mantuvo bien sujeto, pero no necesitó ejercer más fuerza de la necesaria, porque soy su prisionero por voluntad propia. Ninguno de los dos intentó doblegar al otro. Simplemente nos dejamos llevar y movimos nuestros labios en sincronía.

Es tan hermoso lo que me trasmite, que podría besarla hasta el fin de los tiempos, pero un jalón en mi cabello me hizo caer al suelo.

-¡En verdad eres un pervertido! -como siempre Chiu me empezó a golpear en la cabeza -¡cómo te atreves a aprovecharte de la señorita Maam!... ahora mismo haré que...

Yo tenía los ojos cerrados mientras la rata me golpeaba y esperaba más de sus puñetazos, pero repentinamente dejé de sentirlos y al mirar lo que sucedía, me sorprendí de ver a Maam elevándolo de su cola.

-Popp no se estaba aprovechando, Chiu -le dijo en tono serio -¿qué no escuchaste que es mi novio?

-¿Cómo puedes decir que es tu novio, si se supone que eras novia del otro?

-Hyunckel y yo nunca tuvimos ese tipo de relación y además, ya aclaramos las cosas y quedamos como los grandes amigos que siempre hemos sido -miró al aludido y él asintió -no vuelvas a golpearlo, ¿entendido? -lo soltó y aunque el golpe no fue duro, sí me sorprendió que no tuviera la delicadeza de ponerlo en el piso -¿estás bien? -se agachó frente a mí y pasó su mano por mi cabeza.

El brillo que emanó de ella me transmitió paz y alivio, pero no solamente se curaron los chichones que me hizo Chiu, también todas mis fuerzas habían regresado y cuando me levanté, me sentí mucho más fuerte que nunca.

-¿Qué fue lo que hiciste, Maam? -mi maestro también estaba asombrado -no es un hechizo curativo conocido, pero por lo intenso que fue, sentí que hasta a mí me disté energía.

-No fue el único que sintió eso -Him expresó y Larhart también asintió a lo que decía -creo que todos recibimos ese hechizo o lo que sea que usó.

-Yo... -Maam miraba sus manos con incredulidad -... yo no sé lo que hice. Lo único que quería era aliviar a Popp.

-Es tu poder escondido -tomé sus manos entre las mías porque seguía afectada -tu magia curativa es capaz de igualarse a la magia curativa celestial.

-¡Es imposible que tenga ese poder!... ¡soy una humana!

-El que poseas esa cualidad, nada tiene qué ver con tu esencia humana -Eira fue la que le respondió.

-Eira es la persona que puede ayudarte a comprender lo que pasa -miré a la diosa y ella asintió amablemente.

-¡Ven, pequeña! -Eira extendió su mano para que se la tomara y Maam me miró como si buscara mi permiso, así que le sonreí.

-El plan sigue siendo casi el mismo. Los únicos a los que se le asignarán cosas nuevas es a Astrid, Larhart y Crocodine, por eso es mejor que vayas con Eira para que te explique cómo invocar tu poder a voluntad.

-¡Está bien!, aunque espero que no se te ocurra hacer nada en solitario -me lo dijo gruñona, pero inmediatamente cambió esa voz a una dulce -Popp, te lo ruego, permítenos ayudarte. No quiero que vuelvas a arriesgar tu vida -apretó levemente mi mano -no estaré tranquila si no me aseguras que por lo menos tendrás la protección de esa mujer -señaló con la cabeza a Astrid -la detesto, pero prefiero que te proteja en mi lugar para que nada malo te pase.

-¡Qué irrespetuosa! -Astrid intentó acercarse a nosotros, pero Him la sostuvo del brazo, ganándose una mirada furiosa de parte de ella.

-¿Cuándo he arriesgado mi vida? -me rasqué la cabeza y me puse a reír, pero Maam frunció el ceño -bueno, prometo que no haré tonterías, aunque también debes prometer que le pondrás atención a Eira. Ahora que tu poder escondido está surgiendo, nos será de mucha ayuda para salvar a Dai.

Maam cerró con fuerza los ojos y se me hizo raro que lo hiciera, pero luego de abrirlos, me volvió a jalar para darme un beso fugaz y finalmente se fue con Eira hacia el castillo.

-Si supiera que en tu nuevo plan estarás completamente solo, apuesto a que te golpea -la princesa Leona se colocó a mi lado -¿vas a reconsiderar esa parte?

Los demás se fueron alineando nuevamente a mi alrededor.

-¿Cómo que vas a estar solo? -Astrid quiso tocarme, pero en el último minuto se arrepintió.

Le expliqué lo que estuvimos discutiendo hace rato y aunque no le gustó el hecho de que fuera solo al punto que nos tocaba, entendió que la seguridad de sus hermanas también era importante.

Increíblemente, Hyunckel reaccionó igual que Larhart al saber de la debilidad de Eira.

La señorita Amy se encontraba sentada en una banca junto a Merle, la madre de Maam y la Reina Flora, y en cuanto lo escuchó quejarse por arriesgarla a pesar de que la pueden lastimar, se levantó y corrió adentro del castillo.

Todos lo miramos a la espera de que la siguiera para consolarla, pero él continuó reclamando que lo mejor es que ninguna de las diosas participe en la batalla.

«Ya es hora, hechicero», Koré me advirtió, «las energías malignas de los monstruos camuflarán las auras divinas»

"¿Estabas presente cuando le dije eso a Maam?", en serio estoy harto de que siempre me estén vigilando.

«Tengo que estar enterada de todo lo referente a mi verdugo»

"Lo entiendo, pero respeta mi privacidad".

«Lo intentaré, querido yerno», su cinismo a veces me exaspera.

-Creo que ya se durmió -Chiu le susurró a alguien y al abrir los ojos me desconcertó ver a mis amigos mirándome extraño.

-¿Qué?

-Nada -sonrió el maestro Aván -es sólo que de repente te pusiste a meditar y aunque te estábamos hablando, no nos hiciste caso.

-Es que los monstruos se están preparando para combatir. Es necesario que partamos pronto para aprovechar sus energías. Eso ayudará a Eira a pasar desapercibida y podrá usar su magia divina para invocar el hechizo que necesitamos.

-¿Insistes en utilizar a esa mujer? -Hyunckel se aproximó a mí, pero la luz azul de Eira lo detuvo cuando ella apareció en medio de los dos.

-Supongo que ya lo sabes, pero igual te aviso que hay que irnos -Eira había vuelto a adoptar la actitud segura con la que se enfrentó al dios demonio en aquel volcán.

-Pues empieza por convencer al guerrero inmortal de que no eres una diosa débil, para que podamos empezar con el plan -Skadi estaba sentada en el piso jugando con una rama, (en su rostro se apreció que nuestras discusiones le aburrieron).

-¿Hay algún problema conmigo? -encaró a Hyunckel, (definitivamente esa es la actitud de una guerrera).

-Uno muy grande si tomamos en cuenta que estás debilitada.

-Permíteme demostrar que no seré una carga para ustedes... tengo un cuerpo humano, pero aquí dentro -señaló su pecho -no existe ninguna emoción que me haga vulnerable al miedo o a la rendición.

-¿Qué está pasando, Popp? -a Maam no se le ocurrió nada mejor que susurrarme en el oído y todo mi cuerpo se estremeció otra vez.

-Es que... -tomé aire para calmarme -Hyunckel está preocupado por la seguridad de las diosas.

-¡Ah!, con qué es eso -sujetó mi mano y entrelazó nuestros dedos -¿sabes?, creo que lo mejor es que envíes a Hyunckel con Eira, al maestro con Larhart y tú y yo nos vamos juntos.

-¿Sabías que Astrid ya no vendrá conmigo? -giré a verla y ella sonrió.

-La señorita Amy nos lo acaba de contar mientras lloraba porque le pareció notar demasiado interés de Hyunckel por Eira.

Analicé su expresión. Buscaba la mirada angustiada que tenía la noche en la que me dijo que no sabía lo que sentía por Hyunckel. Si la veía nuevamente, mi corazón volvería a romperse como en ese momento, sin embargo, su rostro estaba sereno y en su mirada no había tristeza.

-Si te llevo conmigo, no podré concentrarme -la abracé y junté nuestras frentes -me vuelvo un inútil porque a lo único que le temo, es a que te lastimen.

-Y yo no me concentraré si estamos separados -acarició mi mejilla suavemente -¿no te has preguntado, por qué siempre estoy pegada a ti en cada combate?

-Pensaba que era porque meto la pata constantemente -dije entre risas.

-En parte -respondió riendo también -no niego que así te veía antes de la batalla contra Vearn, pero en el viaje que hicimos juntos, fui yo la que empezó a sentirse una inútil. Lo único para lo que servía, era para causarte problemas y sé que ese es el motivo por el que no quieres llevarme contigo.

-Hyunckel es más fuerte físicamente y sus técnicas de combate son superiores a las mías... Estaré más tranquilo si vas con él, porque sé que te protegerá con su vida.

-No quiero que me protejan. Lo único que quiero, es tener la certeza de que nada malo te pasará.

-¡Estaré bien, te lo prometo! -besé su frente y después su mejilla -el punto que me toca es el que abrirá el portal donde está Dai. Sólo puede entrar uno de nosotros y es por eso que con el esfuerzo de todos ustedes tendré la oportunidad de alcanzar a mi amigo.

Me abrazó más fuerte y guardó un extraño silencio.

-Cuando Dai esté a salvo, ¿podrías pensar solamente en mí? -escondió su rostro en medio de mi hombro.

Lo dijo con tristeza y me pregunté si es debido al aura maligna que intenta controlarla.

-Eres la única persona en la que pienso día y noche -alcé su mentón y me quedé hechizado por el brillo de sus ojos marrones -¡te amo más que a nada en el mundo!

-¡Popp! -recuperó su sonrisa y al cerrar los ojos supe lo que quería, (que era lo mismo que yo).

-¿Cuánto más tengo que detener el tiempo? -Astrid bufó molesta -llevamos demasiado escuchando sus cursilerías.

Maam y yo nos sonrojamos al darnos cuenta de que en efecto, todos habían permanecido en silencio mientras nos hablábamos con amor.

-Al menos deberías ser más considerado -Astrid nos dio la espalda -hay dos corazones a los que lastimas con tus demostraciones amorosas -se elevó rápidamente y al llegar a las nubes desapareció.

Observé a los presentes. Merle tenía su cabeza agachada y comprendí cuál era el segundo corazón del que habló Astrid.

-No debes esconder lo que sientes -Eira evitó que soltara las manos de Maam -las personas que los aman tienen que aprender a aceptar que no es justo pedirles que escondan su amor... El dolor que padecieron fue justamente propiciado por la culpa que sentían por ellos.

-Sí, pero... -iba a hablar cuando Maam puso un dedo en mi mentón para que la mirara.

-Eira tiene razón -fruncí el ceño porque es ella la que más piensa el dolor de los demás -no importa cuánto lo intentemos, siempre hay alguien que va a sufrir, y yo ya cometí el error de lastimarte al negar mis verdaderos sentimientos, por eso, jamás volveré a callarlos.

-Astrid estará bien, no te preocupes -Eira estiró su mano para palmear mi cabeza -el tiempo curará su corazón.

-Eira -Skadi habló a unos metros de nosotros -no podemos perder más tiempo. Astrid ya está deteniendo el tiempo de los monstruos. Si la traidora la detecta, anulará su poder.

-Bien -Crocodine caminó hacia Skadi y chifló para llamar a su águila dorada -si no usamos su poder de vuelo, su magia estará intacta -le ofreció su mano cuando el ave llegó -venga, la ayudaré a subir.

Skadi miró por un segundo la mano ofrecida, pero en lugar de tomarla, se transformó en lobo, aunque en esta ocasión se hizo igual de gigante que el grandulón.

-¡Deja a tu águila si no quieres que muera a manos de los monstruos! -gruñó y Chiu se escondió detrás del maestro Aván -¡súbete!

-¡No voy a subirme sobre usted! -Crocodine habló nervioso -es una dama y...

-¡Cállate, quieres!, en este momento soy un monstruo como tú, no una dama.

Con todo y el color rosa que tiene en la piel, pude ver su sonrojo cuando Skadi utilizó su poder mental para obligarlo a sentarse en su lomo y sin perder tiempo partió con un avergonzado Crocodine hacia el punto que les toca.

El monstruo alado de Chiu se lo llevó junto con la princesa Leona, Nova y Him.

-¡Vámonos! -Eira le dijo a Larhart al tiempo en que le tomaba la mano.

-¿Nos... -lo vi tragar saliva -... nos vamos a ir volando?

-Nos trasladaré a un lugar cercano del punto que nos asignaron, pero como no conozco el territorio humano, volaré el resto del camino.

-Esto no me puede estar pasando -pronunció con exageración y puso una mano en su frente.

-No me digas que también Larhart está interesado en Eira -Maam volvió a susurrar en mi oído y esta vez di un salto porque sus labios tocaron mi piel -¿qué te pasa?

-Nada... y sobre lo que dijiste, no es que él o Hyunckel estén interesados en Eira románticamente. Simplemente son atraídos a ella por su esencia celestial.

-¿En serio? -asentí -pues creo que esa atracción es demasiado fuerte en Hyunckel -lo señaló con el dedo y cuando lo miré, él se acercaba a la pareja -jamás lo había visto demonstrar alguna emoción, pero la cara de pocos amigos con la que está observando sus manos entrelazadas, me indica que está celoso.

-¿Y cómo te sientes ante eso? -definitivamente Hyunckel no es el único que se puede poner celoso.

-¿Qué quieres que te responda? -habló con un tono cansado -de todos modos, nada de lo que diga te quitará de la cabeza lo que estás pensando.

Supongo que negarlo hubiera sido lo más recomendable, pero mi orgullo no me permitió disculparme y continué mirando a ese trío que ahora parecía discutir, (más bien, Hyunckel estaba intentando discutir con Eira).

-Te agradezco la preocupación guerrero inmortal, pero no es necesario que intercambies el lugar con la pareja que Popp me asignó -a la diosa se le ocurrió colocar su mano sobre su pecho y Larhart les dio la espalda con un brusco movimiento.

-Ya estoy harto de que no dejes de llamarme "guerrero inmortal", y también estoy cansado de tu necedad... ¿acaso no entiendes que esto no es un juego?... combatir con cientos de monstruos, únicamente con un grupo de apenas diez integrantes y tres diosas con un cuerpo frágil, es casi un suicidio.

-Guerrero, no te dejes engañar por la apariencia. A diferencia de ustedes, yo ya no soy humana. Mi magia es ilimitada y es la que hace que mi cuerpo se mueva. Si muero, será después de que el pequeño héroe Dai sea liberado, te lo prometo.

-¡No me refiero a eso! -Hyunckel gritó y apretó con fuerza los puños.

-Diosa de la sanación -la señorita Amy se les acercó -lo que Hyunckel trata de decir, es que no quiere que por nada del mundo, usted salga lastimada -su mirada se cristalizó -para un guerrero que se forzaba a negar sus sentimientos, es una horrible tortura que la mujer que le gusta, no lo comprenda.

-¿Cuándo dije que me gustaba? -Hyunckel reclamó con vehemencia, aunque el temblor de su cuerpo demostraba otra cosa.

-Lo siento -Eira se alejó de ellos y se acercó a Larhart -yo no puedo sentir ninguna de esas emociones a pesar de percibirlas, así que es imposible que entienda o corresponda sentimientos humanos -volvió a entrelazar su mano con la de Larhart -le deseo suerte en su combate, guerrero inmortal.

Eira invocó su hechizo y desapareció junto a Larhart.

Hyunckel se quedó estático, observando el lugar donde había estado Eira.

-¿Y ahora qué vamos a hacer? -el maestro Aván se colocó detrás de mí -Hyunckel no se va a concentrar con semejante rechazo.

-Maam, intenta hablar con él para que olvide la pelea con Eira y dile que lo que siente por ella es influenciado por su aura celestial -le dediqué a mi "novia", una mirada resignada -cuando se le pase el efecto, sus sentimientos volverán a encausarse a su verdadero amor.

Maam no respondió, únicamente cerró los ojos con fuerza y aunque el aura maligna no la cubrió, sí pude sentir una pizca de su esencia.

-Yo hablaré con Hyunckel -el maestro se apresuró a ir con él.

-Maam, yo... -alcé mi mano con la intención de ponerla sobre su hombro, pero ella fue más rápida y se abrazó a mí.

-¡Llévame contigo, por favor! -cuando me miró, pude ver sus lágrimas -tengo un mal presentimiento y no podré combatir si no te tengo a mi lado.

-Nunca me has necesitado para combatir -retiré una de sus lágrimas con mi dedo -eres increíblemente fuerte y mientras tengas el apoyo del maestro y de Hyunckel, todo estará bien.

-Es que tú...

-Sé que soy muy tonto y siempre cometo errores, pero Maam, debes aprender a confiar en mí. Además, ustedes son los que tienen la parte más difícil y aunque también tengo miedo de que algo te pase, confió en tus habilidades.

-Maam -el maestro la llamó -debemos irnos. Los demás ya se encuentran en los puntos, sólo faltamos nosotros.

-¡Buena suerte Maam! -delineé su rostro con suavidad -cuando nos volvamos a ver, Dai estará conmigo, te lo juro.

La solté lentamente, pero cuando iba a usar mi hechizo para trasladarme al punto, saltó hacia mí y me dio un beso que reflejaba el miedo que seguramente está sintiendo. En ese estado de verdad le costará luchar, por eso la abracé y empecé a besarla con toda la ternura que existe en mi ser. Maam tardó un poco en tranquilizarse, pero al final, su dulce beso me indicó que había conseguido mi objetivo.

-¡Cuídate mucho, mi amor! -me suplicó al separar nuestros labios -sé que lo que te pediré no es propio de mí, pero si ves que es imposible salvar a Dai sin arriesgar tu vida, por favor, desiste y regresa conmigo... ya habrá otra oportunidad de ayudar a nuestro amigo.

-No puedo prometer eso, en primera, por qué te conozco y aunque me pides que desista, es algo que tú jamás harías como discípula del amor. En segunda, yo jamás me perdonaría si vuelvo a abandonar a Dai. Él es mi hermano pequeño, y nadie mejor que tú comprende lo que es dar la vida por aquellos a los consideramos familia.

-Si lo dices porque piensas que mi preocupación por ti es el de una hermana, estás muy equivocado -sus lágrimas volvieron a aparecer -te amo como una mujer ama a un hombre, y llegará el día en que pueda demostrártelo más allá de simples palabras que no quieres creer -me soltó y me dio la espalda -¡en serio, te amo!, y la próxima vez que te lo diga, lo haré mirándote a los ojos.

Caminó con parsimonia hasta el maestro Aván y Hyunckel.

El maestro les entregó una pluma dorada a ambos y luego de invocar Ruura, los tres desaparecieron.

-Popp -Merle estaba a mi lado y ni siquiera la había notado -no seas injusto con Maam. Tu plan no requiere que estés con ella para separarla temporalmente de Hyunckel porque ya tienes su corazón en tus manos... Mis visiones no son tan exactas como las de las diosas, pero hay una figura con aura maligna que aparece constantemente en mis sueños, sin embargo, la túnica que lleva puesta me impide saber si se trata de un hombre o de una mujer. Por eso, no deberías jugar con el destino. Quizás no es Maam la que está debajo de esa túnica.

-Si sólo fueran las visiones de Astrid, tal vez consideraría que estuviera equivocada, pero hay una visión más exacta que confirma que es Maam. No hubiera querido caer tan bajo al alejarla de Hyunckel, sin embargo, no encuentro otra solución.

«¡Hechicero!, ¡deja de perder el tiempo y ven al punto de inmediato!»

"¡No me grites!, ¡ya voy!".

«Si continúas con ese genio, harás que esa niña opte por dejarte y nuestro plan se arruinará»

-¡Me voy, Merle! -preferí ignorar a Koré -cuida mucho a la madre de Maam y a la Reina Flora.

No esperé su respuesta e invoqué Ruura para ir al punto central. Enseguida aparecí el cetro de oricalco y lo clavé en una roca elevada.

Aun estando muy apartado de los otros puntos, la esencia divina de Eira comenzó a cubrir toda la superficie y superó rápidamente el aura maligna de los monstruos, sin embargo, al hacerlo, miles se dirigieron hacia ella.

El número de monstruos era impresionante. Parecía que todos los que habitan el Inframundo hubieran sido convocados.

Las auras malignas cerca de mis amigos, me indicó que estaban rodeados. El punto en el que se encuentra Maam, era uno en dónde existía una mayor concentración de enemigos y mi temor por ella aumentaba a cada segundo que pasaba.

Era una verdadera tortura tener que esperar a que los cetros estuvieran en su lugar para que Eira envíe su poder. Mi desesperación fue mayor al percibir el aura de Skadi. Los dioses escogieron un mal momento para debilitarla, pero a pesar de que debe estar sintiéndose mal, su poder astral se dirigió con mis amigos para hacerlos incorpóreos.

-¡No ganarás, hechicero! -KillVearn apareció frente a mí -mientras algunos de tus amigos están ocupados luchando contra una parte de mi ejército, hay dos grupos que se dirigen a dos puntos estratégicos en tu plan.

-¿Cómo es que... -no alcancé a terminar la pregunta, pues Koré apareció al lado de KillVearn.

-Mi señora me puso al tanto de tu plan y ya hemos ideado una manera de frustrarlo.

Sus ojos rojos se iluminaron y cuando alzó su guadaña, empezaron a materializarse un gran número de monstruos que en segundos formaron una especie de marea a mi alrededor, y lo peor es que pude sentir la misma cantidad en el punto en el que se encuentra Eira.

-Es una lástima tener que matar a una diosa humana tan hermosa, pero no le puedo permitir abrir este portal -el maldito fingió tristeza.

Mis ojos estaban fijos en Koré y de no ser porque vi en su mirada el reflejo de la impotencia, la habría atacado primero, pero enseguida entendí que no quiso traicionarme por voluntad propia.

-¡Hagamos esto KillVearn!, lucha contra mí en lugar de tus subordinados -por primera vez en mucho tiempo, invoqué la vara que me hiciera Lon Beruk, (la cual reparó Nova después de la batalla contra Vearn) -me imagino que no quieres que te arrebaten el placer de aniquilarme, ¿o sí?

-¡Claro que no! -se puso en posición de ataque -nadie más que yo va a eliminarte, ¡maldito hechicero!

El infeliz voló a toda velocidad hacia mí y lanzó un poder mágico para distraerme. Por fortuna preví sus intenciones y me volví incorpóreo en el momento en que intentó atravesarme con su guadaña.

Esto lo enfureció tanto que comenzó a lanzar varios ataques de fuego uno tras otro.

El aura de Eira ya había llegado a los otros puntos y muy pronto estaría en este. Evitar que el cetro reciba daño es mi prioridad, por eso no me atreví a responderle sus ataques con alguno que consiguiera herirlo, pues si me muevo, lo dejaría desprotegido, y sin el cetro, todos nuestros esfuerzos serán en vano, además, estoy reservando mi poder mágico.

-¿Qué pasa hechicero?, ¿acaso no tienes fuerzas para atacarme?... mi señora me dijo que aprovechara la debilidad que te dejó el uso de la magia celestial y por lo que veo, no me mintió cuando me hizo la recomendación.

Cerré los ojos para no caer en la tentación de mirar a Koré, sin embargo, no pude mantenerlos así porque una de las bolas de fuego impactó con tanta fuerza en la barrera que había creado con la vara, que una llama alcanzó mi brazo, (la cual sangró de inmediato).

La amable aura de Eira cubrió mi cuerpo cuando otra bola de fuego hizo una nueva grieta en la barrera y me protegió de salir lastimado.

-El tiempo se te acabó, hechicero -Koré pronunció con una fría voz con la que intentó disfrazar su preocupación -los dioses le han quitado a Eira, toda su protección divina como castigo por lo que acaba de hacer, y tú ni siquiera puedes finiquitar el hechizo para abrir el portal -extendió sus alas de murciélago y se elevó sobre nosotros -¡diles a tus amigos que desistan y regresen a Papunika!, sino lo haces, morirán a manos de los monstruos... sin la protección de Eira y con una Skadi exhausta que no conseguirá mantener sus cuerpos incorpóreos, estarán a merced de nuestro ejército.

-¡Siempre dependiendo de la protección de bellas mujeres, hechicero! -KillVearn voló hacía mí -¿vas a permitir que una diosa muera por ti?... me pregunto, si ella envió un hechizo celestial hacia los cetros y lo que resta de su poder lo está usando para protegerte, ¿quién la va a salvar de los feroces ataques de mis tropas?

-¡Deja de preguntar estupideces! -Astrid apareció detrás de KillVearn y atravesó su costado con una espada de llamas.

-¡Mal... maldita!, ¿qué las diosas no tienen honor? -el miserable traicionero hablando de algo que no conoce.

-Tratándose de la persona que amo, no me importa olvidarme del honor -Astrid me miró fugazmente con melancolía -ahora asqueroso monstruo, padecerás lo mismo que esta traidora les hizo a los demás.

El cuerpo de Astrid se iluminó y el tiempo se ralentizó. En sus manos aparecieron llamas que pensaba arrojarles a los monstruos que me rodeaban, sin embargo, cuando iba a hacerlo, Koré detuvo su tiempo y la encerró en una cúpula similar a la que tiene a Dai.

-Sólo una, hechicero -Koré mostró su dedo índice y entendí a lo que se refería al ver que KillVearn estaba inmóvil.

Cerré los ojos y expulsé de mi cuerpo toda mi aura. En lenguaje celestial invoqué el hechizo que complementa al que lanzó Eira y la joya color verde del cetro comenzó a brillar. Luego salió disparada una línea que se unió a las otras cuatro de los demás cetros. La luz de mi aura desintegró gran parte de los monstruos, pero el tiempo volvió a la normalidad y KillVearn observó con odio cómo desaparecían sus subordinados.

-¡Mi señora, mis monstruos necesitan más poder!

Koré me dedicó una mirada de disculpa antes de liberar su aura maligna que enseguida les dio más fuerza a nuestros enemigos.

Faltaba muy poco para que el portal se abriera, por eso no intenté defenderme de los ataques que dieron de lleno en mi cuerpo, causándome varias heridas.

KillVearn pensó que podía matarme simplemente con acercarse a clavarme su guadaña, pero lo que él no sabía, es que los ataques a distancia no me han matado porque, aunque mi magia celestial no evita que los ataques me lastimen, sí disminuyen la esencia maligna al grado de que cuando llegan a mi cuerpo, las heridas disminuyen su mortalidad, y pasó algo similar con su guadaña. La punta rasgó mi piel, pero se destrozó al hacer contacto con mi aura.

-¡Eres un desgraciado!, destruiste mi mejor arma, sin embargo, aún tengo una cosita que quizás no te mate rápidamente, pero sí te dejará al borde de la muerte.

De sus ropas estrafalarias sacó un núcleo negro.

Mi cuerpo entero se paralizó al recordar que fue eso lo que casi mató a Dai.

-Si detonas eso, matarás a tus monstruos y también a tu señora -intentar ganar tiempo para que el hechizo se complete, es mi única opción.

-No te preocupes por mí, hechicero -Koré se rio -a diferencia de las esclavas de los dioses, mi antiguo poder de diosa me protegerá... KillVearn, permíteme mostrarle la muerte de sus dos amigas.

-No cree que lo mejor es matarlo antes de que abra el portal.

-Aún hay tiempo de divertirnos con él, además, ¿no quieres ver en su rostro, el dolor de perder a sus dos protectoras?

-Ya que lo pone así, ¡por supuesto que quiero verlo sufrir!


*****

Espero que hayan tenido un maravilloso inicio de año.

Como prometí, les dejo el segundo capítulo para empezar el año con una actualización.

Está en dos partes, así que les dejo disfrutar la lectura, y yo regreso con mi comentario final en la otra parte.

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