ACEPTAR EL MEJOR FUTURO P3
ESTOS CAPÍTULOS RECIENTEMENTE LOS ESTOY SUBIENDO AQUÍ. ERAN LOS QUE DEJÉ DE PUBLICAR Y QUE COMPLETAN LA HISTORIA.
NOTA
Texto entre " ", pensamientos de los personajes.
Texto entre «», consciencia o voces de personajes terciarios.
PVO MAAM
El tenebroso Inframundo se diluyó para dar paso a un precioso cielo azul. Mi cuerpo volvió a verse sólido, pero me sobresalté al darme cuenta de que esa mujer me dejó sobres las nubes y yo no puedo usar magia de levitación. La gravedad me reclamó y caí a gran velocidad. De estar a una altura más cercana al piso, me sería fácil usar mis movimientos de artes marciales para controlar la caída, pero estaba demasiado arriba y la presión no me permite respirar, ni mantener los ojos abiertos.
"¡Esa maldita me engañó!", ésta era una muerte segura y me odié por haber sido tan estúpida.
De pronto sentí que choqué con algo y pensé que al menos el golpe no fue tan doloroso como pensaba, pero al abrir los ojos, descubrí que Popp me estaba cargando.
–¿Qué hacías allá arriba? –preguntó con esa alegría que tenía antes de que Dai desapareciera –de no ser por Junior, habríamos regresado a la aldea sin que supiera que estabas a nada de dejarme viudo.
–¿Cómo dices? –ya perdí la cuenta del número de veces que he abierto la boca el día de hoy, pero es que es inevitable con tanta información.
–¿Por qué te sorprendes? –esa sonrisa despreocupada es lo que más extrañaba en él.
Observándolo bien, su rostro es el de un hombre de más de veinticinco años, (si tomo como referencia a Hyunckel y a mi maestro).
La ropa que lleva es similar a la que usara en el castillo de Papunika los días posteriores a la batalla contra Vearn, pero el pantalón es más pegado a sus piernas y las botas le llegan casi a la rodilla. En sus manos lleva unas muñequeras de piel, y noto que sigue usando la hebilla con el rostro del tío Matriv, (que ya no es ovalada, sino en forma de rombo).
–Me estás poniendo muy nervioso –me dijo con un ligero rubor que me parece tierno en un hombre adulto.
–¿Por qué te pongo nervioso? –necesitaba tocarlo y pasé mis dedos por su cara.
–Es que cuando me miras así, tenemos que llevar a Junior con su abuela porque estaremos hasta el anochecer buscando darle un hermano.
–¡Eres un pervertido! –eso fue demasiado para una adolescente de diecisiete años... por su culpa mi cara está roja de vergüenza.
–Hoy estás muy rara –se ríe mientras desciende hacia un claro que reconozco como el que está en la villa de Nayle –por cierto, ¿por qué te vestiste con la ropa que usabas de joven?
–¿Acaso soy vieja? –evito mirarlo para que no se fije en mi rostro que ahora debe verse más joven que la versión de este tiempo.
–Apenas tienes veintiséis, pero desde que nos casamos, me exigiste que dejáramos de combatir y para obligarme a obedecerte, empezaste a usar vestidos muy reveladores para mantenerme pegado a ti todo el tiempo.
–¿Vestidos reveladores? –mi grito resonó por todo el lugar –yo... yo no usaría esa ropa jamás.
–¡Mami! –la voz de un pequeño niño hace que mi corazón se emocione.
Al mirarlo correr hacia mí, la emoción se hace más grande, pues ese pequeño de aproximadamente ocho años es la copia fiel de su padre, (salvo el color de sus ojos, que son como los míos). Su atuendo es el de los niños de mi aldea y parece que adora usar el mismo color que su padre, (su camisa es verde esmeralda, con pantalones blancos).
Lo único que no tiene es la banda amarilla en su cabeza, pero eso no evita que se vea igual de guapo que Popp.
El pequeño salta y mis brazos se abren por instinto para recibirlo.
–¡Qué bueno que papi te rescató! –se estira para susurrarme al oído –¿por qué te gusta que mi papi te salve?
–¿Qué?
–Bueno, es que siempre que quieres quedarte solita con él, me dices que grite que necesitas ayuda para que papi te tome en sus brazos y así puedas distraerlo de su trabajo como instructor de hechiceros.
"¡Entonces soy una descarada en este futuro!", volteo hacia Popp, y su madurez enserio lo hace verse muy bien.
"Con razón lo quiero conmigo día y noche".
–¿Por qué tienes las mejillas tan rojitas, mami?
–Es que... lo que pasa... –estoy temblando peor que una hoja a punto de caer del árbol.
–No molestes a tu mami –Popp se nos acerca y revuelve el cabello de nuestro hijo –mejor tú y yo nos adelantamos para ayudar a tu abuelita con la comida.
–Pero es que no me gusta cocinar –el pequeño hace un puchero que me conmueve.
–En eso eres igualito a tu madre –se cruza de brazos y sonríe burlón.
–Tengo otras habilidades que te encantan ¿no? –eso lo dije con mucho descaro para comprobar hasta dónde he cambiado.
–¡Vamos a ver quién gana en llegar con la abuelita! –Popp me lo quita para ponerlo en el piso y nuestro hijo corre rápidamente –jamás le gano porque heredó tu velocidad –lo mira con amor y me alegra verlo feliz –por cierto, esas cosas únicamente me las dices cuando él no está cerca. Nunca me imaginé que fuera tan irresistible que ya ni siquiera esperas a que estemos a solas para reclamar mi cuerpecito.
"Pues sí que me he convertido en una pervertida", aunque nadie puede culparme. Con un Popp demasiado atractivo y encantador, es lógico que mi autocontrol no sirva para contener mis deseos.
–¿Te pasa algo, mi amor? –acaricia mi mejilla con un dedo y todo mi cuerpo tiembla como cada vez que recibo cualquier toque que provenga de él –¿quieres ir al lago?, ahora mismo no hay nadie y podemos seguir intentando tener al hermanito que tanto nos ha pedido nuestro hijo.
Reconozco cuando Popp dice bromas y esta no es una de ellas, "¿Qué le puedo contestar?... si fuera una adulta, aceptaría sin dudarlo, pero algo me dice que si me ve más a detalle, va a descubrir que no soy la Maam que conoce".
–Creo que hoy no es buen momento, ¿no? –se aleja demasiado rápido y empieza a caminar hacia la aldea –iré por Mary y Alexa. Anoche me dijeron que tenían muchas ganas de ir a nadar y como sé que tu mamá está obsesionada con que Junior aprenda a cocinar, no me va a permitir estar con ellos para que no se le escape, así que mejor las llevaré a que se diviertan.
–Sigues siendo el mismo coqueto de siempre –no pude evitar reclamarle ante la mención de esas tipas.
–¿De qué hablas? –volteó a verme y en su rostro se podía ver que en realidad no tenía idea de lo que le estaba reclamando –¿acaso no puedo ser cariñoso con nuestras hijas?
–¿Hijas? –... ¿también tenemos dos hijas?... se nota que en este futuro soy demasiado complaciente.
Popp Junior nos llamó y pude ver a sus hermanas, (que el pequeño estaba cargando en su espalda sin dificultad).
Las dos son gemelas, pero una tiene el cabello negro y la otra rosa, (largo y atado en una cola de caballo). Sus vestidos son muy bonitos y supe que provenían de Bengana por lo elegante de las telas. Son casi como los atuendos de las sacerdotisas de un rango muy alto. Su edad debe ser de seis años y cuando están cerca de mí, nuevamente mi corazón las reconoce y se alegra.
–¡Hola, mami! –dice la de pelo negro –mi hermano se está escapando de la abuelita porque no quiere cocinar y por eso nos trajo con ustedes.
–¡Eres una chismosa! –mi hijo la regaña, pero no lo hace con brusquedad, si no fingiendo estar molesto –¡Ay!, no me hagas cosquillas –la pequeña se le aventó para molestarlo y ambos cayeron al suelo –¡papi, ayúdame!
–Ya los perdimos –menciona la peli rosa –papi, olvídalos y llévame a nadar al lago como prometiste anoche –se sujeta de sus piernas y su cabeza no le llega ni a la cintura –mami, ¿por qué te vestiste tan extraño?
–¿He?... ¿no te gusta este atuendo?... cuando era más joven, lo usé para viajar con tu papá –espero no haber dicho algo equivocado.
–Te ves bonita con cualquier cosa, pero estamos acostumbrados a verte con vestidos más ligeros.
"¿Qué tan ligeros serán?", espero que no sean como los de esa mujer maligna o como la desagradable que me quiere quitar a mi esposo... "¡Espera!, no es tu esposo todavía".
–¡Niños! –Popp usó una voz autoritaria, pero tranquila –si no dejan de jugar, cuando lleguemos al lago, el agua estará fría –miró hacia el cielo –el sol se empieza a ocultar.
Los tres se apresuraron a dirigirse al lago y no pude evitar que una lágrima resbalara por mi mejilla al verlos contentos y viviendo en un mundo que hasta ahora para ser pacífico y lleno de felicidad.
–Me voy con ellos mientras te decides a decirme quién eres –esa declaración de parte de Popp me hizo contener la respiración –tu esencia no es de este tiempo y no me di cuenta por mi poder de percepción o tu rostro infantil, si no por tu comportamiento nervioso –se cruzó de brazos y por primera vez me está dedicando una mirada igual a la que tiene en mi presente.
–¡Lo siento!, pero necesitaba venir porque...
–No necesitas contarme a lo que viniste... entiendo que te sorprenda saber que aquí eres muy condescendiente conmigo, pero ese exceso de amabilidad tiene un motivo y como no quiero que repitas el mismo error en el tiempo al que perteneces, te voy a dar un consejo... protege a Hyunckel por sobre todas las cosas. Si no lo hubieras dejado solo en la pelea contra Velzar, él seguiría vivo.
–¿Piensas que las cosas serían diferentes si Hyunckel estuviera aquí? –traté de tocarlo, pero se hizo hacia atrás.
–No te habrías casado conmigo de no ser porque ese maldito te lo arrebató. Todos los días me pregunto cuándo vas a terminar con esta vida que no escogiste por voluntad propia, pero eres muy necia y sigues fingiendo que eres feliz, aunque creo que yo soy más necio al aceptar quedarme a tu lado.
–Estás diciendo que ¿no eres feliz?
–Lo soy gran parte del tiempo, pero hay días en los que prefiero escapar de tus excesivas demostraciones amorosas y paso semanas en casa de mis padres junto con mis hijos.
–¿Me abandonas porque piensas que no te amo? –ya no pude soportar sus absurdas conclusiones y empecé a llorar.
–Un descendiente más y el círculo mágico que necesito para regresar el tiempo, te devolverá lo que perdiste.
–¿Nuestros hijos sólo son herramientas para ti?
–Los amo demasiado, pero cada vez que los miro, me duele que hayan sido concebidos por lástima. Por eso prefiero cambiar este destino que al único que hace feliz es a mí, sin embargo, siento que tú presencia es una mejor oportunidad para que las desgracias que nos unieron, no se repitan.
–¡Eres un idiota! –corrí lejos de él.
Todo era tan hermoso, incluso mi liberación como una mujer apasionada que demuestra su amor sin restricciones ya me estaba pareciendo lo mejor de este futuro.
"¿Esas son las decisiones que están provocando que este futuro desaparezca?... ¡Popp!, ¿por qué eres tan insensible?".
–¿Insensible? –me detuve al recordar una de las pruebas de esa maligna mujer –yo ya estuve aquí, por eso dijo que lo observara por última vez. Si es verdad lo que recuerdo, entonces yo estoy...
Me dirigí hacia mi casa y al llegar, me agaché para mirar por la ventana de mi cuarto sin que nadie me viera.
–Sabía que este momento es lo que me hizo negarme a pronunciar el nombre de Popp en la última prueba.
Dentro de mi recámara está mi yo de este futuro. Su ropa sí es ligera, pero nada indecente como la que usan esas mujeres de mi presente. Se trata de un vestido de seda color rosa. Mis piernas se observan por las pequeñas aberturas a un lado de ellas. Mi escote no es muy pronunciado, pero mis medidas hacen que mi pecho se note más. Mi cabello es una cola de caballo, sujeta con un bonito adorno dorado. En el dedo anular de mi mano izquierda, llevo un precioso anillo con una esmeralda rodeada por diminutos rubies y una argolla de oro. En mi cuello está la insignia del maestro Aván, que brilla por la felicidad que debe estar sintiendo. Y es que esta mujer está acariciando su vientre con mucho cariño, debido a que en su interior está creciendo otra parte del hombre que ama con todo su corazón.
–¡Dios mío!, aquí te darás cuenta de que viviste en una burbuja todo este tiempo –me alejé gateando para no ver la escena que me hizo pensar que Popp es un insensible que sólo me haría sufrir.
Corrí sin detenerme hasta el bosque oscuro, en dónde me dejé caer porque todas mis fuerzas y esperanzas se estaba derrumbando.
–¿Cómo puedo culparlo? –sostuve mis piernas entre mis brazos –debí ser sincera con mis sentimientos desde el principio. Si le hubiera dicho que lo amaba sin mencionar a Hyunckel, Popp no se habría llenado de dudas con respecto a mi amor.
Estuve demasiado tiempo llorando y maldiciéndome por mis errores que son los verdaderos causantes de mi tristeza.
–¿Por qué continúo aquí si ya vi lo que destruirá este hermoso futuro? –me levanté y miré al cielo en espera de que mis acostumbradas voces me digan algo –¡mujer demonio!, ¿vas a dejarme aquí para siempre?
«Su nombre es Koré», la que me acaba de contestar no es a quien llamaba, si no esa dulce voz que intentó convencerme varias veces, de ser sincera con mis sentimientos, «antes de irte necesito que veas una cosa que puede demostrarte que siempre hay esperanza»
–¿Esa mujer maligna lo va a permitir?
«No lo hizo, pero tengo un poder similar al de ella y contenerla unas horas no es problema para mí, aunque debes apresurarte si quieres ser testigo de un acontecimiento muy bonito que sucederá en el lago»
No entiendo la razón de hacerle caso, pero corrí con toda mi velocidad hasta ese lugar y me escondí detrás de un árbol al visualizar a Popp jugando con el agua de la orilla.
Unas pisadas me hacen esconderme más y me sorprendo al ver a mi otro yo, acercándose lentamente a él.
Enseguida se arrodilla y lo abraza por la espalda.
–¡Eres un tonto! –le dice y se limpia un rastro de lágrimas –si fuera la misma inmadura de hace años, habría escapado con nuestros hijos para darte una lección de lo que no se le debe hacer a las personas que juras amar.
–No voy a retractarme –intenta parecer firme, pero el temblor en su voz me indica que también está llorando –¡Maam!, tienes que ser sincera y aceptar que nada de esto es lo que querías.
–¡Te amo!, ¿cuántas veces tengo qué decírtelo para que me creas?
–Me es difícil aceptar que te enamoraste de mí tan rápido y más porque fue precisamente después de perder a Hyunckel, que empezaste a ser cariñosa.
–Ya te expliqué que no pasó de ese modo y como no quieres entender por las buenas...
Lo jaló de su chaleco para alejarlo del lago. Luego lo tiró de espaldas en el pasto y enseguida pasó sus piernas al lado de su cuerpo para arrodillarse sobre él.
La posición me hizo ruborizarme porque era demasiado desvergonzada y cerré los ojos cuando sujetó sus brazos para impedir que se levante.
«¡Abre los ojos!... no perderás la inocencia con lo que ya sabes que va a pasar entre ellos, y es muy importante que escuches lo que tú yo de este tiempo le va a decir»,
"Como no es ella la que se está viendo así misma, comportarse como una pervertida, se le hace fácil pedirme eso".
–Sí sólo se trata de escuchar, lo más sano es dejar cerrados los ojos –le contesto abochornada y como no recibí respuesta, abrí un ojo por curiosidad.
–No voy a maldecir el destino que me quitó a mis amigos –mi yo de este tiempo declaró con seguridad y acercó su rostro al de Popp –su muerte fue dolorosa y si tuviera la oportunidad de cambiar esa parte, solamente evitaría que murieran, más nunca renunciaría a la felicidad que me has dado, a pesar de que no quieres creer que te amo –sin nada de vergüenza lo besó y él le correspondió enseguida –te lo dije una vez en la batalla contra Vearn, y te lo repetiré ahora... ¡luchemos juntos por nuestro futuro!... regresa el tiempo si lo deseas, pero no para separarnos, si no para salvar a quienes nos dieron la oportunidad de compartir estos hermosos momentos, y mientras los proteges a ellos, yo te protegeré a ti.
–¡Maam!, lo que dices es muy bonito, pero ¿si fallamos y no los salvamos?
–Eso ya no quedará en nosotros porque hicimos todo lo que pudimos... mi amor, nadie debe sacrificar su felicidad por los demás. Si morimos luchando es una cosa, pero condenar a una persona a vivir de acuerdo con sus deseos egoístas, es más cruel.
–¿No me odias por lo que quise intentar?
–Sé que te duele pensar que nuestros hijos pueden desaparecer si usas ese hechizo y eso te salvó de que te mandara a dormir en el suelo... Además, la única persona a quien jamás podría odiar, eres tú.
Los dos se miran con amor mientras se sonríen.
Mi yo futuro vuelve a besarlo y esta vez es más demandante, así que me veo obligada a apartar la mirada cuando empieza a tocarlo sin pudor.
«No todo está perdido», la mujer amable me dice en el instante en que un aura dorada me rodea, «recuerda que KillVearn mencionó que en medio de los dos futuros, existe una oportunidad de que ambos obtengan lo que desean, lo único que se necesita es tener valor y aunque Popp es el discípulo que tiene esa cualidad en su alma, no necesariamente es él quién tiene que demostrarlo»
–Pero esa mujer dijo que perdí las pruebas y que sólo existen esos dos futuros por culpa mía.
«Ella cree que ganó la tercera, pero decir el nombre de la persona que amas, no fue lo que pidió... aún puedes destruir su ambición si eres honesta contigo misma»
Una luz reveló un camino y mi cuerpo flotó hacia ese sitio.
«La tercera prueba continúa... por favor, no la pierdas o ya no podré ayudarte de nuevo»
–¡Maam, despierta! –Popp me llama con desesperación y aunque intento reaccionar, no lo consigo.
Con mucho trabajo mis parpados empiezan a abrirse. No logro enfocar de inmediato, pero una de mis manos está tocando una piel suave y firme. El contacto trae a mi mente las imágenes amorosas que acabo de ver entre mi yo futuro y el Popp de ese tiempo, y mis hormonas me empiezan hacer una mala jugada, porque siento la necesidad de conocer lo mismo que la otra Maam ha experimentado.
–¿Qué haces, Maam? –Popp me aleja un poco y cuando lo observo, toda mi cara se pone roja ante la imagen de su pecho desnudo.
–Yo... yo no... –me hago hacia atrás, pero caigo de espaldas en el suelo y el dolor me hace quejarme.
–¡Perdóname, Maam! –se apresura a ayudarme a sentarme y me recarga en el árbol.
No quiero volver a mirarlo porque ya he cometido muchas tonterías con él, sin embargo, me obligo a hacerlo para evaluar las heridas que suponía vine a curarle, pero toda mi vergüenza desaparece al descubrir que su pecho aún las tiene y siguen sangrando.
–¡Discúlpame, Popp! –vuelvo a poner mi mano en su pecho, pero esta vez empiezo a liberar el poder mágico de sanación y me sorprendo al ver que el color del aura es azul cielo y no verde, (como es común cuando se usa un Behoimi).
–Eira te entregó parte de su poder, ¿verdad? –ahora él tenía un sonrojo en su cara y estaba evitando mirarme.
–Sí... es que mi magia es muy débil y además, esas heridas son de aura oscura.
–La única de aura oscura es la que está sangrando más –señaló la herida con la mayor abertura –la de KillVearn afortunadamente no es una de ellas.
Era un momento incómodo y ninguno de los dos sabía qué decir.
Mi corazón latía demasiado aprisa y mi cuerpo entero estaba temblando por lo nerviosa que estoy.
Las heridas comenzaron a cerrarse más rápido de lo que pensaba y en menos de cinco minutos no había rastro de ellas.
Popp se apresuró a cubrirse el torso y luego de ponerse su capa, se sentó junto a mí.
–Voy a regresarte al mundo real –seguía sin mirarme y eso ya no me gustó.
Su aura mágica lo rodeó y estiró su brazo hacia mí.
–¡Espera! –sujeté su mano y por fin me miró –no quiero volver aún. Primero tenemos qué hablar.
–¿De qué quieres que hablemos? –trató de soltarse, pero no se lo permití.
–¿Por qué no me contaste que en el segundo futuro, tú y yo... –mis malditos nervios resurgieron junto con mi sonrojo –...que tú y yo, somos esposos?
–¿Queeeeeé? –se sobresaltó y su cara se tiñó de un rojo intenso –¿cómo... cómo que esposos?
–Lo vi todo, así que no intentes negarlo porque incluso conocí a nuestros hijos.
–¿Hijos? –gritó sorprendido –¿nosotros tenemos hijos en ese futuro?
–¿No lo sabías? –eso no me lo esperaba.
–Astrid solamente me mostró una escena en la que corrías hacia mi yo de ese futuro y lo... lo besaste.
–¿Nada más eso te mostró? –asintió con la cabeza –¿esa tipa tiene el poder de ver el futuro?
–Tiene el don de ver, cambiar, o destruir posibles futuros, siempre y cuando no lleguen al punto culminante que los crea, que son a través de las decisiones que tomamos.
–Ahora entiendo por qué no quiso mostrártelo todo –sentí una gran ira hacia esa mujer –y si no me equivoco, se aseguró de que vieras la muerte de nuestros amigos, ¿no?
–Bueno, lo cierto es que sí... sus muertes son crueles y por eso ese futuro no debe suceder –consiguió que lo soltara y enseguida se me acercó para sujetar mis brazos –Maam, en el primer futuro todo es mejor. Nadie muere y tú tienes a tu lado al hombre que amas y un hijo que no sólo es un gran apoyo para Dai, si no también es bondadoso y lo amas muchísimo.
–Una madre siempre amará a sus hijos, aunque no provengan del hombre que ama –su cara demostró su desconcierto –es lógico que lo quiera, es una parte de mí y sólo por él siento pena de negarme a cumplirte el capricho de aceptar ese futuro, pero no puedo condenarme a sufrir día tras día, por no tener conmigo al hombre que en verdad amo.
–Hyunckel está contigo –en serio cree firmemente en lo que dice.
–Eres muy inteligente, pero nunca me has comprendido, o quizás sea por culpa de mis malas decisiones que has dejado de amarme y de creer en mí –mis constantes lágrimas volvieron a aparecer y sentí que se puso tenso.
–Creo en ti Maam y... y no es fácil dejar de amar a la persona que ocupa gran parte de mi corazón, pero nosotros no tenemos un futuro feliz... Te amo y lo haré toda la vida, pero tampoco voy a escoger entre Dai y tú, en primer lugar, porque jamás permitiré que te unas a mí por lástima y en segundo lugar, construir mi felicidad sobre el cadáver de mi mejor amigo me será imposible, pues el recuerdo de que mi egoísmo provocó que Dai esté muerto, nunca abandonará mi mente.
Me soltó para ponerse de pie e invocar nuevamente su aura mágica, la cual me rodeó para regresarme al mundo real, sin embargo, aún no le digo todo lo que quiero y me abracé con fuerza a su cuerpo.
–¿Qué haces Maam?
–¡Yo... –mis malditos nervios combinados con mis lágrimas no me dejaban hablar –...¡yo te... –grité con todas mis fuerzas –¡yo te amo!
Me imagino que la impresión fue demasiada para él porque su aura mágica desapareció, su cara se puso pálida y creo que hasta dejó de respirar.
–¿Por qué eres tan cruel? –cerró los ojos y su voz sonó molesta –¿me ves tan débil que te sientes con la obligación de quedarte conmigo, o es que te divierte verme destrozado cada que te arrojas a los brazos de Hyunckel en la primera oportunidad?
–Sé que siempre hago tonterías que te lastiman, pero en esta ocasión estoy siendo sincera –me puse a llorar más fuerte porque lo vi furioso.
–¡No seas mentirosa! –su aura mágica me empujó varios metros lejos de él –no hay día en que no me rehúyas, apenas te pongo un dedo encima y tiemblas como una hoja, solamente en las noches venías a mí porque tienes pesadillas que no te dejan dormir y me usabas como una almohada espanta sueños a la que olvidabas en la mañana, y en algunas ocasiones hasta nombrabas a Hyunckel mientras llorabas... ¡dime!, ¿a esas actitudes le llamas amor?
–¿Alguna vez me escuchaste nombrarlo despierta?... no tienes idea de los terribles meses que he pasado por culpa de esas pesadillas, que ahora sé que son un juego entre dos mujeres que se divierten con mi cobardía –también estaba molesta por sus acusaciones, pero no puedo dejar de llorar –si llegué a nombrarlo no fue por amor, sino para obligar a mi corazón a que se decidiera de una buena vez por un hombre que nunca me ha hecho llorar.
–¿Cuándo te he hecho llorar? –prácticamente acaba de gritarme.
–¡Ahora mismo lo estás haciendo! –también le grité por el dolor que su comportamiento me está provocando –he llorado por ti desde que Dai desapareció y comencé a darme cuenta de que mis celos no se debían a que fueras un pervertido con las mujeres, la realidad es que incluso siento celos de todas las personas a las que tratas mejor que a mí.
–Tus celos son de hermana y me lo dejaste bastante claro antes de la batalla contra Vearn.
–¿Así que por ese error me has condenado?, en ese momento solamente te pedí tiempo porque al no entender la diferencia entre la atracción que sentía por Hyunckel y las emociones tan descontroladas que siempre has despertado en mí, confundí la admiración con el amor, pero se supone que tú si estabas seguro de tus sentimientos, y en la primera oportunidad me sacrificas por Dai –apreté mis puños al sentir odio hacia mi pequeño amigo –la verdad es que no quieres aceptar que quizás nunca estuviste enamorado de mí y por eso estás haciendo hasta lo imposible para desaparecerme de tu vida.
Su silencio era casi una confirmación a mis palabras y mis esperanzas volvieron a derrumbarse.
Estaba a punto de dar la vuelta para escapar, pero antes quiero tener la prueba de que lo que pienso es cierto.
Caminé hasta él y saqué de mis ropas el corazón de cristal que le pedí a mi maestro antes de venir a este lugar.
–¡Sujétalo y cierra los ojos! –le extendí el cristal.
–¿Para qué quieres que lo haga? –su seriedad seguía reflejada en su rostro y parecía que no me haría caso si no le doy una buena razón.
–Después de que hagas lo que te pido, tal vez te dé gusto y escoja el primer futuro que tanto ansías que se cumpla.
Por primera vez la máscara de indiferencia que siempre trata de demostrar desapareció y en sus ojos pude observar la misma tristeza que siento yo.
Sin decir nada más, sujeta el cristal y cuando cierra los ojos éste empieza a emitir un hermoso brillo rojo que me devuelve la esperanza.
Popp abre los ojos y se sorprende por la reacción del cristal.
–¿Qué es esto? –reclama una respuesta al escucharme reír.
Estoy tan contenta que me lanzo a abrazarlo y aunque no me corresponde, me siento feliz de que el cristal sigue emitiendo el color de mi aura.
–¿Recuerdas en quién has visto esa luz? –lo miro y se sonroja –es la misma luz de color rojo que emite la insignia que me dio el maestro Aván y eso significa que soy la persona que amas.
–Eso... eso ya te lo había dicho, así que este brillo no es importante –gira el rostro para que no vea lo avergonzado que se encuentra.
–Era importante que vieras que el cristal funciona a la perfección y que muestra claramente el color del alma de la persona de la que estás enamorado –le quité el cristal y me alejé unos pasos –observa bien el color de la persona a la que yo amo.
En cuanto cerré los ojos, el cristal brilló mostrando la luz verde del alma de Popp.
–La noche en que empezaste a atacarme para borrar mis recuerdos, viste esta misma luz brillando en mis manos, ¿lo recuerdas?
–Pensé que era alguna magia de sanación que le aplicaste al maestro Aván, y como él no mencionó nada, no le presté atención.
Los dos nos miramos a los ojos y no sé si fue mi imaginación, pero creo que al fin entendió que no le mentí cuando le dije que lo amaba porque me sonrió y trató de acercarse, sin embargo, algo lo detuvo y nuevamente la tristeza regresó a su rostro.
–Estos artilugios nunca sirven –apretó los puños y bajó la mirada al suelo.
–Eres muy desconfiado, pero en tu corazón sabes que es verdad que te amo y la mayor prueba de eso, es que necesitaste borrarme la memoria para asegurar el primer futuro –intentó hablar, pero lo callé alzando la mano –no vayas a tratar de convencerme de que lo hiciste para que mi supuesta lástima no influyera en mi decisión de quedarme contigo –me acerqué de nuevo para volver a abrazarlo –ese plan no va a funcionar jamás, porque mis sentimientos por ti son más fuertes y aún sin recuerdos, te sigo amando.
–Esto no es cierto –lo vi cerrar los ojos con fuerza mientras negaba con la cabeza –si me concentro podré escapar de este sueño.
Era doloroso verlo así. Popp siempre fue un chico juguetón, alegre, y el que nos infundía valor en los momentos más oscuros, pero ahora lleva en su corazón el peso de la culpa y la desconfianza que Dai y yo le provocamos.
–¡Perdóname! –sujeté su cara entre mis manos y nuestras miradas se encontraron cuando abrió los ojos –si pudiera regresar en el tiempo, me golpearía por haberte herido con las palabras inmaduras que pronuncié. También te pido perdón, porque aunque no aceptes mis sentimientos, no voy escoger el primer futuro y no me importa si me odias por las desgracias que conlleva el otro.
–No tienes qué pedirme perdón –acarició mi mejilla con el dorso de su mano –nunca debí tomar una decisión que sólo te corresponde a ti. Mi egoísmo por poco te mata cuando intenté borrar tu memoria y al verte llorar por mi culpa, sólo puedo maldecirme por lastimarte.
–Contéstame sinceramente, ¿crees que no vale la pena pelear por un futuro en el que estemos juntos?
–Tenemos muchas cosas en contra. Yo no puedo prometerte nada porque estoy atado a Astrid a través de nuestras almas. Si le hubiera dicho que intentaría cambiar el segundo futuro, quizás me habría liberado, pero no eres alguien que le agrade y dudo mucho que me permita estar contigo.
–¿Por qué estás atado a ella?
–Es una larga historia que luego te contaré. Ahora lo más importante es que regresemos al mundo real, porque mi resistencia al usar magia astral es cada vez menos.
Cerró los ojos para concentrarse en invocar su aura mágica. En segundos estábamos rodeados por su luz y supe que si no me apresuraba, regresaríamos al mundo en el que esa mujer hará hasta lo imposible por convencerlo de quedarse con ella y eso no puedo permitirlo.
Deshaciéndome de la vergüenza, me estiré para alcanzar su rostro y estampé mi boca con la suya.
Para mí éste es mi primer beso y se nota por mi falta de pericia, sin embargo, Popp me demuestra su experiencia al ayudarme a relajarme con pequeñas caricias en mis labios, para después besarme con amor, pero tan apasionadamente, que hasta me robó el aliento y emocionó mi corazón.
–¡Yo... –se alejó un poco y vi que estaba apenado –¡discúlpame Maam!, no debí besarte así... esto no... –iba a decir otra cosa, pero volví a besarlo y me sentí feliz cuando me correspondió con la misma pasión de hace un momento.
La sensación que me transmite es maravillosa. Su beso es tierno, pero el fervor con el que reclama mi boca despierta una necesidad en mi cuerpo que no había conocido nunca, "ahora entiendo a mi yo del futuro... si un beso es capaz de liberar una pasión tan grande, me doy una idea del por qué tenemos varios hijos".
–¡No voy a renunciar a ti! –le dije sin alejarme demasiado de su boca –¡por favor!, ¡olvídate de los futuros que has visto, y olvida tu unión con esa mujer!, lo único que importa es lo que sentimos... podrás desconfiar de mis palabras que dicen te amo, pero no puedes negar los sentimientos que te trasmití con este beso.
–¡Maam!, esos sentimientos pueden traer desgracias.
–Eres el discípulo del valor, ¿acaso no fuiste tú el que dijo que los humanos luchamos por vivir hasta el final como un destello de luz?, si te conformas con una vida vacía, es lo mismo que dejarte morir –mi insignia brilló con intensidad y supe que por fin había despertado la verdadera discípula del amor –yo ya elegí pelear por nosotros, ahora tú debes decidir si enterrarás tus sentimientos, o lucharás por ser feliz junto a mí.
Él me miró varios segundos y cuando vi aparecer esa sonrisa que demuestra su valentía, supe que había recuperado al antiguo Popp.
–¡Tienes razón! –su insignia también brillo y ambos colores volvieron a fusionarse –no quiero renunciar a ti, por eso luchare junto contigo por nuestra felicidad y buscaré una manera de que nadie muera esta vez.
–¡Gracias, mi amor! –abrió los ojos por el mote cariñoso y sonreí de felicidad –no será fácil esta lucha, pero te lo suplico, nunca olvides que te amo y que necesito tu valor para no rendirme. Yo a cambio te entregaré mi amor para que tú tampoco te rindas, porque mientras estemos juntos, cualquier milagro es posible.
Ambos sonreímos y luego volvimos a besarnos.
Era tan bello este momento, que ni la falta de aire me obligó a abandonar su boca.
Nuestras insignias y el cristal del corazón del alma nos cubrieron con su luz y los sentimientos negativos desaparecieron de mi interior, quedando únicamente el deseo de pelear por un futuro hermoso, que dejará de ser una ilusión gracias a que el valor y el amor, por fin han decidido unirse para convertirse en esperanza.
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