Dejaba para ella flores fuera de su casa, con el posible amor de regresar.

Le encantaban los pétalos coloridos, como sin importar cada flor era especial y hermosa antes de que se marchitara, y cuando lo hacía sus semillas podían seguir vivas en cualquier otro lugar.

La extrañaba a cada paso y apesar de luchar por su vida sentía el dolor de no aver logrado salvarla, de no saber llegado a tiempo.

Elena y Emma me contaron una historia, en el momento en el que ella estaba perdida, sentían impotencia al no saber dónde estaba, dónde buscarla.

En el momento en que que fui uno de los niños que pudo salvar aunque muchos se perdieron solo para ser nombrados en un periódico.

Ella cantaba muchas historias, un día contó una especial, que me hacía recordar que podía regresar una vez que dejara colocada una ofrenda.

Xóchitl significa flor y eso es lo único que recuerdo una leyenda solo para mantenerla viva.

Todo aquello que no pudimos hablar cuando vivos, estará siendo pasajero de una mente muerta, entre los escombros y la tierra.

Seguirán esperando para volverse a encontrar.

Amaba esa leyenda, amaba lo que escuche de ella.

Solo para creer que ella vendría tal vez me esté viendo en este momento, tal vez este descansando en algún lugar del cielo.

Xóchitl y Huitzilin se enamoraron, desde que eran unos niños, ambos corazones unidos, formando uno solo, tenían la costumbre de subir la montaña azteca del dios del sol, Tonatiuh, para obtener flores.

Sin embargo al crecer Huitzilin tuvo que ir a la guerra para defender a los aztecas, muriendo en una de las batallas, Xóchitl llena de dolor fue a pedirle a Tonatiuh que la reuniera con su amado.

Una vez que el oyó sus plegarias, dejo caer sus rayos y la convirtió en una flor color amarillo en la que un colibrí se alzo y esta abrió sus 20 pétalos liberando un intenso aroma.

Se dice que el amor de la pareja azteca permanecerá mientras haya colibríes y flores de cempasuchil.

Se dice que su aroma llama a los muertos, tan fuerte, que pueden percibir del a kilómetros los ayuda a cruzar y son nuestro camino.

Para encontrar casa de nuevo, ella jamás se vio como un colibrí ella se veía como una libélula en busca de su libertad solo para reencontrarme con ella.

Su amor no fue tan largo y hermoso, pero Emma nunca la olvido dejaba la puerta abierta para esperar su llegada, tenia una vieja guitarra a lado de la ventana, reconocimientos en una hermosa vitrina junto a fotos y cartas.

Que jamás fueron entregadas por qué la chica que amaba y que en algún lugar está a segura esperaba...