El regalo de la princesa mimada
EL VERITECH NEGRO
Capítulo 5: El regalo de la princesa mimada
Rick se hizo con algo de fama por ser el primer humano que entró a una nave enemiga y volvió para contarlo.
—¡Ese es mi amigo! ―gritaba Knight, feliz en la fiesta que Fokker y él le prepararon en el restaurante de los parientes de Minmei.
Knight explicaba a todo el que quería oírle (y a los que no querían) acerca de las habilidades de piloto de Rick, ya sea cómo piloto de veritech o sus hazañas anteriores antes de la partida del SDF-1.
Rick, quien ya estaba acostumbrado a la fama, trató de sobrellevar la situación lo mejor que pudo, pero se contrarió un poco al ver cómo Minmei se fijaba más en otros pilotos que en él.
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El SDF-1 se aproximaba a la Tierra, pero las constantes escaramuzas ya hacían mella en los recursos que podía solventar la fortaleza espacial.
―¿No iremos a la Tierra? ―preguntaba Knight
―Eso parece ―decía Rick―. Roy me informó que el enemigo nos cortó todos los pasos y global considera que sería una buena idea ir a Marte a reabastecernos de varios materiales.
―Suena lógico, es decir, la fortaleza puede fabricar lo que sea, pero la utilización del reciclaje tiene un límite.
―Al menos, Knight, podemos pisar tierra firme desde que comenzó la guerra.
―Tienes razón, en el vacío del espacio no hay dónde apoyarse, ninguna estrella de referencia, da miedo.
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La nave amartizó sin ningún problema cerca a la base Sara de Marte, y varias mechas y veritechs salieron a verificar que no había peligro alguno.
―¿Sabias Rick que la base tiene su nombre en honor a la madre de la comandante Hayes? ―le comentaba Knight a Rick.
―¿En serio? No lo sabía
―Sí, al parecer la madre de la comandante murió en un atentado terrorista de la EBSIS, Lisa estaba cerca cuando sucedió, por poco no la cuenta.
―Vaya, no sabía eso, pero ¿cómo sabes eso?
―El comandante Kurt me lo comentó ―le explicaba Knight, pero al ver la cara de duda de Rick añadió.
―Ya sabes, el barbón que siempre le gusta fumar cigarrillos sin filtro y que está siempre dispuesto a alardear de sus hazañas, en especial su participación en la destrucción de los verdes y los huevones cuando isla Macross fue llevada cerca a Plutón.
―A sí, ya me doy cuenta, no pensé que eso le pasó a la comandante, pobrecita, ¿entonces el almirante Hayes fue quien nombró a la base con el nombre de su difunta esposa?
―Sí, ahora veo la razón de que la comandante es a veces tan estricta, supongo que huyó de su dolor centrándose en su carrera, ¿no crees? ―le dijo Knight, y Rick empezó a pensar en serio en Lisa Hayes desde ese momento.
Los pilotos de mechas y veritechs vigilaban el lugar cuando sonó la alarma de ataque.
―Chicos, prepárense, debemos ganar tiempo para que todos entren en la fortaleza ―les instruía Roy.
―¿Qué tipos de unidades nos atacarán? ―quiso saber Rick.
―Me informan que todas son huevones y ya están a tiro de piedra así que prepárense.
Roy no exageraba, las unidades enemigas ya estaban en las afueras de la base y las mechas y los veritechs hacían todo lo posible para permitir que todas las unidades de reabastecimiento ingresaran a la nave.
―Roy, ¿qué pasa?, ¿por qué la nave no despega? ―preguntaba Rick.
―No lo sé... Claudia, infórmame, nena, ¿por qué no parten ya?
―Roy, han puesto una especie de minas magnéticas por todo el lugar, el capitán ha mandado a Lisa a activar una bomba que las destruirá todas, mientras tanto debes darnos algo de tiempo.
―Entiendo, primor, pero dime ¿si las minas están bajo tierra y la bomba las destruye a todas...
―Esperemos que la nave pueda resistir el impacto
―Entiendo, crucemos los dedos entonces... Ya escucharon chicos, demos todo el tiempo que podamos a Lisa y protejamos la nave.
―Entendido ―respondieron todos.
La batalla se iba volviendo cada vez más feroz, pero de alguna manera habían logrado frenar al enemigo.
―Vaya, el muchacho sí que se ha superado ―decía Roy, orgulloso de ver cómo Rick se había vuelto en un excelente piloto.
―Por todos los cielos ¡Rick! ―exclamaba Knight al ver cómo Rick descendía hacia el enemigo y luego, en modo batloid, daba cuenta de los enemigos de una manera imposible.
―No te preocupes, Knight. Rick sabe cuidarse solo ―le tranquilizaba Roy.
―Ya veo... ―murmuraba Knight, impresionado de ver la grandiosa habilidad de su amigo―, increíble, me preguntó si realmente es humano.
―Ya le podrás declarar después tu amor cuando regresemos a la nave ―se burlaba Roy, cuando recibió una transmisión de Claudia.
―Entonces, ¿debo ir a rescatar a la comandante? ―preguntaba Rick una vez Roy le informó la situación.
―Exacto, la comandante ya activó las bombas subterráneas, pero aún no sale de la base ―explicaba Roy―, deberás seguir la señal de transmisión del reloj de la comandante y rescatarla.
Rick se dirigió a la parte posterior de la base, mientras los demás pilotos cubrían la nave.
―¿Estará bien que Rick vaya solo?
―Ya deja de preocuparte, Knight. Rick rescatará a lisa y volverán sanos y salvos.
Luego de un par de minutos, todos los veritechs fueron llamados para regresar rápido a la nave, el enemigo pensó que los veritechs estaban huyendo y corrieron a tomar la fortaleza espacial, sin embargo, una fuerte explosión sacudió el lugar destruyendo varias unidades enemigas, el SDF-1 por fin pudo escapar.
Knight se quedó en los hangares para esperar a Rick, y este apareció junto con Lisa. Knight quiso acercarse, pero vio que entre Rick y Lisa había una especie de entendimiento y prefirió marcharse del lugar.
―Esos dos harían una buena pareja.
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Knight estaba conversando con Rick en la barraca de este, acerca de varios temas luego de haber sobrevivido a la batalla y posterior destrucción de la base marciana.
―Por lo tanto, hasta que las reparaciones estén listas, seguiremos orbitando Marte, pero una vez acabadas estas, aprovecharemos el empuje gravitacional del planeta para dirigirnos a la Tierra ―le informaba Knight.
―¿Crees que el enemigo nos corte la ruta para llegar a la Tierra?
―Es lo más probable, todavía no entiendo sus intenciones, ya podrían habernos destruido si quisieran, Rick.
―Es cierto, parecería que tuviesen un interés particular en la fortaleza.
―Tienes razón, si se hubiesen puestos serios en Marte hubiesen ganado... Y hablando de Marte, ¿de qué estaban hablando Lisa y tú en el hangar?
―En realidad no estábamos hablando mucho que digamos Knight.
Knight dio un suspiro de desilusión.
―Sabes Rick, creo que Lisa y tú harían una buena pareja ―razonaba en voz alta y en ese momento Rick se atragantó con su bebida.
Rick quiso replicar, pero el intercomunicador de la nave hizo conocer a los pilotos que se requería su presencia en uno de los salones militares de la nave.
―¿Sabes que querrán con nosotros, Knight?
―Ni idea, también llamaron a otros pilotos y de mayor graduación que nosotros, tal vez nos asignen una misión.
―Pero nos mandaron a llamar por el intercomunicador, ese no es el procedimiento.
―Tal vez se trate de una emergencia y desean nuestra pronta intervención.
Los amigos seguían hablando y por fin llegaron al sitio designado.
―Bueno, aquí vamos hermano ―dijo Knight y ambos pilotos tomaron aire para calmar los nervios y entraron al lugar.
El salón oficial era de aspecto severo y en la mesa principal estaban nada más ni nada menos que el Capitán Global, junto con los coroneles comandantes del Daedalus y el Prometeo, además de otros comandantes entre los que se incluía a Roy. Rick y Knight se pusieron nerviosos y se presentaron tratando de que no les temblase la voz. Una oficial les mandó a formar con los otros pilotos, a su lado los dos amigos se veían como si fuesen unos niños.
Resulta que los habían mandado a llamar ¡para condecorarlos! Y nada más ni nada menos que con la medalla Titanium al Valor.3
«Esto es cómo un sueño hecho realidad», pensaba feliz Knight.
Luego de la condecoración, Roy les mandó a llamar a un salón privado.
―Felicidades, muchachos, aquí tienen un par de medallas más para su colección ―les dijo mientras les arrojaba las medallas.
―Pero Roy, estas medallas son... ―intentaba decir Rick.
―Exacto, felicidades a ambos, acaban de ser ascendidos a teniente primero.
―¿Teniente primero?, si hace apenas un momento éramos simples pilotos.
―No simples pilotos de caza, Knight, ustedes son la élite de la élite, pilotos de veritech, además, demostraron capacidad en las misiones y liderazgo bajo presión, por lo que a cada uno se les ha asignado dos subordinados para que los supervisen.
Knight no podía creerlo, ahora ya era líder de escuadrón y con dos pilotos a su cargo de nombres Shiru y Hyoga. A Rick, le asignaron a Max y Ben cómo sus subordinados.6
Luego de presentarse los nuevos pilotos, Rick y Knight se excusaron ya que tenían cosas que hacer (ir a la fiesta de Minmei), pero los cuatro novatos decidieron acompañar a sus nóveles comandantes.
―¿Estás seguro de esto?
―Claro, no veo por qué no puedan acompañarnos ―dijo Rick, y los seis se dirigieron a la fiesta de forma animada. Roy se veía algo preocupado.
―Más parecen un grupo de escolares, espero no haberme equivocado.
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En el restaurante de Minmei, las cosas no salieron de la forma en que Rick las hubiese deseado, para empezar la chica se puso muy melosa con Max, Shiru y Hyoga.
―Eres muy apuesto Max, además esos lentes te sientan muy bien.
―Gracias, señorita Minmei, al principio creí que no me aceptarían para pilotear un veritech debido a estos.
―Qué tontería, yo creo que te quedan fabulosos.
Max se ruborizó y bajó la vista, el traje chino de Minmei no dejaba mucho a la imaginación.5
―Y tú, Shiru, ¿de dónde eres?
―Mis padres son de Japón, pero yo nací y me crié en la China, fui a visitar la isla Macross para ver la nave y heme aquí ―dijo Shiru de forma que lo hacía ver más maduro de lo que era, Minmei estaba encantada.
―¿Qué hay de ti, Hyoga, cuál es tu historia?
―Mi madre me crió en Europa, pero luego nos fuimos a Siberia.
―Siberia, ese lugar debe ser muy frío ―decía Minmei frotándose los brazos.
―Es soportable ―le contestó el rubio, que al parecer no era muy afecto de socializar con las chicas, pero eso no impidió que Minmei se pegara a él de forma más que la adecuada, Rick empezaba a molestarse.
―Creo que Minmei tiene algo raro ―decía Ben―, dejó de lado a los chicos más apuestos de lugar.
―Yo no le veo lo grandiosa ―le susurró Knight a Ben para que Rick no le oyese.
―¿De qué estás hablando? Si es toda una nena.
―Bueno, sí, de hecho es mi tipo, pero no sé... Hay algo que me repele de la chica, tal vez porque es caprichosa y sólo desea hacer lo que le venga en gana.
―Pero por qué no se fija en usted, señor.
―Ben, llámame Knight. Minmei no se fija en mi porque no le doy pelota, además, si se trata de la chica más hermosa del lugar, yo elegiría a su tía... ¿No me digas que no la viste?
―Entonces, Knight, ¿te gustan las mujeres mayores? ―le preguntó Max que había escuchado la conversación.
―Depende de la chica, me gustan más mayores o más jóvenes, todo depende chicos ―les susurraba Knight y de pronto algo golpeó en su pecho.
«¡Diablos! Estoy hablando igual que Roy... O que mi padre», pensaba alarmado Knight y se quedó callado. Ben quiso preguntarle algo más, pero el alcalde le pidió a Minmei que cantara algo para amenizar la fiesta.
―Yo no quiero cantar, ¿Por qué no canta él? ―decía Minmei enojada al ver que Rick se había olvidado llevar el regalo de la chica.
El alcalde era un hombre humilde, al fin y al cabo, su puesto era más honorifico ya que toda la autoridad la tenía el capitán global (la isla Macross estaba bajo jurisdicción militar), además, el alcalde de Macross no ganaba mucho y por eso nadie se postulaba a las elecciones. El alcalde trataba de explicarle a Minmei que no era culpa de Rick de que hubiese olvidado su regalo, cuando en ese momento sonaron las alarmas de la nave.
―¡Chicos, vamos! ―urgía Knight a sus subordinados y estos salieron rápido del restaurante.
―¡Knight, mira, un taxi! ―le indicaba Rick y ambos entraron al vehículo seguidos por sus subordinados. Varios pilotos tuvieron la misma idea.
―¡Oigan, no puedo llevarlos a todos! ―les gritaba el taxista.
―Tendrás que hacerlo, viejo, es una emergencia ―le decía un piloto con una sonrisa burlona. Rick parecía a punto de ser aplastado.
―¡NO, NO TENDRÁ QUE HACERLO! ―gritó Knight y dándose la vuelta dio una patada con las dos piernas juntas a los otros pilotos, expulsándolos del auto.
―¡Oye! ¡¿Qué crees que estás haciendo?! ―dijo uno de los pilotos expulsados.
―Fíjate bien con quién diablos estás hablando ―dijo Knight de la forma más venenosa que pudo, al mismo tiempo que se señalaba su insignia de teniente primero, y de la misma forma lo hacía con su medalla Titanium al Valor.
―Disculpe, señor... ―se excusaba el piloto, mientras sus compañeros se paraban y se cuadraban ante su oficial superior.
―¿Sabes quién es ese comandante? ―le increpaba Knight, señalando a Rick―, ¡es el Teniente primero Rick hunter! Recién ascendido y condecorado con la medalla Titanium al Valor, y lo mismo puedo decir por mí, ¡ahora salgan de mi vista y búsquense otro taxi!
―¡Si, señor! ―dijeron al unísono los pilotos y corrieron en busca de otra movilidad.
―¡Knight! ¿Por qué hiciste eso? No era manera de tratarlos ―le decía Rick.
―¿Y qué más podía hacer? Casi nos aplastan esos brutos, y tú te mereces estar lo más cómodo posible ―le contestó, y Rick se quedó mudo.
―En fin, no tenemos tiempo para esto ―dijo Knight y volvió a entrar al taxi.
»¡Deprisa, a los hangares! ―ordenaba Knight, mientras Shiru y Hyoga intercambiaban miradas nerviosas, sin duda su comandante era un Rikotaku (Rick + otaku).
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Knight se encontraba en la gloria cuando pidió permiso para despegar con su escuadrón.
―Shiru, Hyoga, ustedes son mis alas, así que estén junto a mí y pongan atención.
La batalla no fue muy diferente a otras que Knight libró antes, lo cual fue un alivio ya que no sabía cuáles eran las capacidades de sus subordinados, sin embargo, tanto Hyoga como Shiru eran excelentes pilotos.
―Está maniobra se llama el "puño de dragón" ―decía Shiru, mientras ascendía debajo de un verde y luego descendía sobre este eliminándolo con disparos certeros.
―Y está ―decía Hyoga―, es el "vuelo del cisne" ―. Y el piloto rubio derribaba un verde y luego pasaba por en medio de la explosión.
―Shiru, ¿para qué descender si podrías haber eliminado al verde en la primera ascensión? Hyoga, volar por el medio de la explosión puede verse bonito en una película de Star Wars, pero en la vida real eso es suicida.
―Si, señor ―decían los dos pilotos sonriendo, a Knight le dio mala espina, sabía que esos dos exhibicionistas seguirían con sus maniobras suicidas.
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Al regresar a la nave, Knight observaba como Rick estaba nervioso.
―¿Qué sucede, Rick?
―Ya es muy tarde y todavía no tengo un regalo para Minmei.
―Puedes dárselo mañana.
―¿Es que no viste como se puso?, tengo que entregarle algo antes de que termine el día.
―Ay, Rick... Bueno, vayamos juntos a la ciudad a buscarle algo.
―Gracias por ayudarme.
Los dos amigos se dirigieron con prisa a la ciudad a tratar de buscar un regalo, para ganar tiempo fueron en direcciones diferentes y acordaron encontrarse en un lugar específico.
«Maldición, debimos haberles pedido a nuestros subordinados ayudarnos con esto», pensaba enojado Knight quien estaba agotado de tanto recorrer las calles.
―Rick..., lo siento..., no..., encontré nada..., todo está cerrado ―le decía Knight, falto de aliento, luego de una hora de inútil búsqueda.
―Y ahora... ¿Qué voy a hacer...? ―gemía Rick, quien también se hallaba agotado.
Tanto Rick, como Knight fueron a la casa de Minmei.
―Te esperaré en esta esquin ―le decía su amigo y Rick fue directo dónde el balcón de la chica.
Rick estaba dando vueltas nervioso debajo del balcón cuando en eso Minmei vio a Rick y abriendo su ventana le pidió su regalo.
Rick estaba hablando algo cuando le arrojó a la chica ¡su medalla Titanium al Valor!, Knight no podía creerlo.4
Rick se despidió de Minmei y fue a encontrarse con su amigo.
―Rick, ¡¿por qué hiciste eso?!
―No se me ocurrió otra cosa que hacer, además, a Minmei le encantó.
―¡Pero era tu medalla!
―No me importa, me alegra que le haya podido dar su regalo antes de medianoche.
―No sé, Rick... En fin, la próxima vez compra algo con anticipación.
CONTINUARÁ...
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