EL VERITECH NEGRO

Capítulo 12: Campanas de boda

Knight y sus hombres se reabastecieron de munición y fueron enviados a revisar la nave, en especial a los pods enemigos que fueron abandonados.

―Demonios, se cargaron a la mayoría de nuestras mechas con sus pilotos ―maldecía Knight, seguro que ahora habría una escases de pilotos de mechas.

«Cómo solucionara Global este lio, ya no nos quedan hombres», pensaba.

Knight reportó al puente que los pods enemigos no fueron abandonados con trampas explosivas en su interior, lo cual daba más misterio al asunto.

―¿Dónde están?, docenas de gigantes no pueden esconderse en la nave.

»Lisa, ¿alguna novedad?, ¿dónde está Rick?

―Rick está ayudando en las labores de rescate y extinción del fuego, nuestros hombres no dan abasto para limpiar todo este desastre.

Ni Lisa, ni Knight se imaginaban que, en ese preciso momento, docenas y docenas de zentraedis micronizados se dirigían hacia el hangar principal de la nave para rendirse.

La sorpresa fue mayúscula, los mecánicos dieron el aviso de alarma y Knight junto con sus hombres fueron al hangar con sus veritechs para destruir a los zentraedis, pero se sorprendieron al ver a varios hombres (no gigantes) vestidos con telas rusticas sin coser para cubrir su desnudez, y lo más impactante de todo: ellos afirmaban ser zentraedis que habían huido de sus naves para no pelear más.

Los marines del Daedalus y el Prometeus llegaron al lugar, pero no cometieron ninguna masacre debido a que Knight le informó la situación al puente y el Capitán Global ordenó que todos los marines no utilizasen fuerza letal.

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Global tapó la situación ante los civiles, pero luego de que estos le asegurasen que todos los zentraedis micronizados estaban confinados, decidió hacer una conferencia de prensa en la que informaba a los civiles de los zentraedis desertores.

La población civil se sorprendió mucho y lo hicieron más al mostrar las imágenes de los ex soldados enemigos, es decir, había rumores acerca de la apariencia del enemigo, pero solo hasta ese momento pudieron comprobar con sus ojos como se veía el enemigo en realidad.

―Global fue inteligente ―le decía Knight a Rick―, mostró a los civiles como era el enemigo antes de que hubiesen protestas.

―De hecho ya habían protestas, Kyle era quien las dirigía ―le corregía Rick.

―Fue inteligente mostrar a los zentraedi con esos harapos, a la gente le dio pena. Global humanizó al enemigo y así se acabaron las protestas.

―¿Qué pasará con esos sujetos? ―preguntó Rick.

―No lo sé, me enteré que piden asilo político a la Tierra, ¡¿puedes creerlo?!, ¡asilo político!

―Pues que mala suerte porque nosotros hemos sido desterrados de la Tierra.

―Así es, supongo que tendrán que quedarse con nosotros.

―No creo que Global los deje salir a la ciudad, seguro se quedarán en el área militar de la nave.

Rick tenía razón, los zentraedis desertores fueron conminados a permanecer en el área militar de la nave para precautelar su seguridad, además, se les otorgó uniformes militares para que no fuesen un blanco fácil de atacar por elementos radicales de la nave como Kyle y sus "pacifistas".

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Knight se molestó al enterarse que los tres zentraedis líderes de la deserción, estuvieron mucho tiempo antes en la nave y lo peor de todo, que se habían hecho muy amigos de Sammie, Kim y Vanessa.

―Actúas como alguien celoso ―le recriminaba Sammie.

―No estoy celoso, solo creo que las muestras de afecto de ese sujeto son demasiadas.

―Él no sabe lo que eran las relaciones entre miembros del sexo opuesto, por eso siempre está encantado de abrazar a los demás.

―Me parece que te abraza demasiado, yo soy tu novio y no te abrazo tanto.

―Por favor, no seas celoso, lo que pasa es que siento pena por él, ahora ya no tiene dónde ir.

Knight miró al trío de zentraedis con sentimientos encontrados, recordaba la reunión en la que dijeron los motivos por lo que decidieron desertar, también recordó el informe del Doctor Lang.

No pudo comprender por qué los demás comandantes se sorprendieron con el reporte, después de todo, entre el chimpancé y el hombre hay menos del 3% de diferencia genética. Los zentraedis eran igual a los terrícolas, por lo tanto, era de suponer que la diferencia genética entre ambos fuese casi nula.

―De acuerdo ―cedió Knight―, mejor vuelve con tus amigas y esos sujetos, o luego se burlarán diciendo que soy tóxico o algo por el estilo.

―Gracias, eres maravilloso ―le dijo Sammie y le dio un beso en la mejilla.

Knight se encontraba frustrado y decidió ir dónde se encontraba Rick.

―¿Problemas, hermano? ―le preguntó Rick.

―Debo ser un santo ―gruñó Knight y se desplomó sobre la mesa.

―Actuaste bien, Knight ―le consoló Max quien acaba de llegar al lugar.

Los tres amigos estaban hablando de varias cosas cuando Claudia se acercó y le informó que el Capitán le había mandado a llamar respecto a su posición con el otorgamiento del asilo a los refugiados zentraedis.

Knight se extrañó de no sentirse nervioso de dirigirse a la oficina de Global en compañía de Claudia.

«Al fin y al cabo, no he hecho nada malo», pensaba.

―El capitán te espera ―le dijo Claudia en un tono firme de voz. Knight puso la mejor cara de póker ante la mujer y entró con aire profesional a la oficina de Global.

―Teniente, siéntese ―le invitó global cuando Knight entró y se cuadró ante él.

―Muchas gracias, señor, la comandante Grant me informó que requería de mi presencia.

―Teniente Knight, me gustó la defensa que hizo acerca de la postura del Teniente Hunter respecto a otorgarle asilo a los zentraedis.

Knight recordó como los comandantes le recriminaron a Rick por sugerir que se les diese asilo a los zentraedis.

Knight salió en defensa de su amigo, diciéndoles que bien se podía tomar la propuesta del asilo como una maniobra para que los demás zentraedis no atacasen la nave sabiendo que tenían a varios compañeros de armas con ellos, que eso les daría tiempo no solo a ellos, sino también al Gobierno Unido de la Tierra y los militares para desarrollar su tecnología de armas contra el enemigo.

―Deseo que haga un reporte sobre su punto de vista y me lo entregue a más tardar está noche. Los militares no concederán asilo así como así a los desertores, pero puede que lo hagan desde su punto de vista.

―Entiendo, señor, no le defraudaré, le entregaré el reporte está noche sin falta.

Global despidió a Knight y este salió a redactar el informe.

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El capitán recibió el reporte de Knight y luego recibió a Lisa, quien le pidió volver a la Tierra para que convenciese al alto mando militar de negociar la paz con los zentraedis. Su propuesta se centraba en el hecho de que el enemigo no era tan diferente a los humanos, aparte que hasta la fecha, no atacaron una ciudad de la Tierra (lo de Ontario fue un desafortunado accidente).

Global accedió y ordenó que sus mejores pilotos escoltaran la nave de Lisa devuelta a la Tierra. Lisa sentía tristeza ante las despedidas por lo que se aseguró que Rick estuviese de descanso cuando su nave partiese, pero al final, no pudo aguantar la angustia y le comunicó a Rick su decisión de partir hacia la Tierra a último minuto.

Max y Knight escoltaban la nave de Lisa cuando fueron atacados por fuerzas zentraedi.

―Maldición, Max, nos superan en número, necesitamos refuerzos y los necesitamos ahora.

La situación era apremiante, pero Rick vino al rescate piloteando el último modelo de veritech disponible, se veía invencible y destruyó con facilidad pasmosa a los enemigos.

―Knight, Max, regresen a la nave que yo escoltaré la nave de Lisa

Knight y Max respiraron aliviados de haber sobrevivido el día y seguros de que Rick escoltaría sin contratiempo alguno la nave de Lisa.

―Esa fue una nave impresionante ―decía Max.

―No tanto como su piloto ―le contestaba Knight.

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Pasados algunos días, Rick estaba alicaído por lo que le Knight sugirió ir con él y Max a los videojuegos a despejar la mente.

Resultó que Max era un experto en los videojuegos.

―A mí no me van los juegos de naves, prefiero los juegos de magia y espadas ―decía Knight, frustrado al haber perdido en tan poco tiempo.

Cuando se disponían a salir del lugar, Max vio a una hermosa chica que jugaba uno de los juegos. Max la retó a jugar con él y la chica perdió, pero Max concertó una cita con ella en el parque.

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Knight se encontraba en su habitación cuando vio por la tele como Kyle se le declaraba a Minmei.

«Diablos, Rick, al menos que esto sirva para que te olvides de ella», pensó Knight, decidiendo dejar solo a su amigo para que asimile la realidad por el mismo, sin nada que lo distraiga.

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Al día siguiente, Rick y Knight estaban tomando té en la cafetería de la nave cuando Max se les acercó de forma nerviosa.

―¿Qué te sucede? ―le interrogó Knight y Max les explicó cómo había conocido a esta chica zentraedi de nombre Mirilla y como había quedado enamorado de ella, y lo que fue más impactante (Knight escupió sin querer su bebida), que Max y Mirilla decidieron casarse lo más pronto posible.

Rick y Max criticaron a su amigo por la apresurada decisión que tomó, pero al ver a Mirilla entendieron el por qué decidió casarse así de rápido, incluso Knight bromeó al respecto.

―Ni lo pienses, Rick, no serás tú, sino yo, quien le dé el primer beso a la novia.

Los tres amigos se dirigieron al puente y le comunicaron a Global la decisión de Max.

El capitán y las chicas se quedaron de piedra, con los ojos muy abiertos y Global pidió que Max le explicase con más detalle en su oficina esto de casarse con una zentraedi, incluso mandó a llamar a Mirilla con lo que se aclararon todas sus dudas.

Global estaba encantado, el matrimonio entre esos dos mostraba que ambas razas podían coexistir de forma pacífica, por lo que, para decepción de Max, organizó una ceremonia nada humilde, sino fastuosa y televisada, lista para su transmisión a cada rincón del planeta.

El alto mando militar y los líderes del gobierno unido de la tierra se pusieron muy nerviosos cuando Global les comunicó sus intenciones de televisar toda la ceremonia. No podían evitar que esos dos se casasen, pero si podían evitar que la transmisión llegase a cada persona del planeta, al final, solo el alto mando militar y algunos políticos podrían ver la transmisión de la boda.

―Demonios, con lo que nos costó cubrir la existencia de extraterrestres en el desastre de Ontario, ese Global está loco ―le decía el almirante Hayes a Lisa.

―Papá, creo que la medida del Capitán Global es la acertada, no podemos mentirle a la población.

―No seas ingenua, piensa en el pánico de la gente al enterarse que estamos en guerra con extraterrestres.

―Por eso es importante que acordemos la paz con los zentraedis lo más pronto posible.

―Aun así habrá pánico.

―Papá, no puedes ocultar esto para siempre, tarde o temprano se enterarán, lo mejor será que lo hagan por nosotros que por algún otro medio.

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Fue increíble la manera rápida en que Global organizó la boda de Max y Mirilla, nada se dejó al azar y todo salió a la perfección, o al menos hasta que varios pods enemigos decidieron atacar la nave.

Knight y su escuadrón salieron con sus veritechs a destruir al enemigo, pero la intervención de Mirilla les hizo neutralizar al oponente en vez de eliminarlo.

―Solo espero que la boda y está demostración de que no queremos destruirlos haga que los zentraedi dejen de atacarnos ―decía Knight para sí mismo, sin saber que por una cruel ironía, la boda sería el detonante para que el líder de los zentraedi decidiese eliminar al SDF-1 y a toda la raza humana.

CONTINUARÁ...