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Capítulo 3

Capítulo 3. -Baila conmigo.

Definitivamente voy a matar a mi hermano.

Si es que el alcohol no me mata primero.

Pero lo que es seguro es que alguien muere esta noche.

Vi el movimiento a mi costado y cerrando con fuerza mis ojos bebí todo el contenido de mi vaso para ir por más, cristianamente me traslade desde el medio del patio hasta un lado de la mesa de bebidas, donde no he soltado las botellas por lo que parece una eternidad, porque demonios, lo era.

Cristianamente esos cuatro seres mitológicos me siguieron desde la mitad del patio hasta aquí, y se han dedicado a mirarme, a darme sonrisas ladinas y a incluirme en sus conversaciones donde claramente no quiero ser participe y donde les he dejado ver el espectáculo de lo que es verme beber, porque eso es lo único que he hecho mientras mi yo interna baila alrededor de una fogata haciendo una danza ancestral para invocar al mal nacido de Liam.

Solo quiero...

—¡Ey, los estaba buscando!

¡Liam!

Casi lloro de la felicidad cuando escuche la linda y hermosa voz de mi hermano, me gire para verlo, pero cuatro espaldas tapaban mi visual hacía él, era el jodido muro de berlín.

—¿Han visto a mi hermana? —¡Estoy aquí!, estaba por hablar, cuando se abrieron paso como si me estuvieron dando el paso a una gran entrada, pero apenas Liam me miro, quise lloriquearle diciéndole que este había sido el momento más incómodo de mi vida y demonios que he tenido momentos incomodos en mi larga pero corta vidita.

—Li...

—¿Qué estás bebiendo? —de dos zancadas llego a donde estaba quitándome el vaso que tenía para darle un trago y ponerme mala cara—¿Estas tomando whisky puro Leah?

—¿No? —medio le sonreí dando un paso a mi costado sin quitarle la mirada de encima a Liam, para que por inercia avanzará hacía mí y siguiera retándome, así lentamente podríamos escaparnos de está situación.

—Llevo casi media hora buscándote Leah...

Padre del cielo estuve media hora bebiendo en este rincón para ahogar mi incomodidad, ¡Y este imbécil no pudo encontrarme cuando la casa no es tan grande!

—Pues ya me encontraste—eleve los hombros y continue alejándome—¿Querías mostrarme algo lejos de...

—Quería decirte que Ilay estaba aquí, pero ya lo viste—lo señaló y como si la mención de su existencia hubiese abierto una brecha, ellos se acercaron a nosotros y ahora eran cinco gigantes contra un pobre elfo.

—Sí...ya...ya lo vi...lo vi muy bien—balbuceé lo último sintiendo que mi cuello se estaba poniendo rojo y al quedar nuevamente en un silencio incomodo y al recibir la mirada fruncida de mi hermano, asentí con una sonrisa forzada y quitándole mi vaso seguí bebiendo.

—¡Deja eso! —me quitó el vaso cuando estaba bebiendo e hizo que el alcohol escurriera por mi boca bajando por mi pecho, jadee al ahogarme, encima el agua salpico y me entro en los jodidos ojos y casi quedo ciega.

Evite el chillar, ya el estar tosiendo y casi tropezarme por haber metido el tacón en el pasto desnivelado era suficiente vergüenza.

Me froté los ojos arqueando el pecho al sentir el frio bajándome por los senos y oí la maldición de mi hermano.

Sí, infeliz, maldice, como tú no eres el que quedará ciego y encima apestando a whisky.

Escuche un par de risas y vi de forma borrosa como dos cuerpos se movían en sincronía y se acercaban a mí, me estiraron algo blanco, que al recibirlo note era un papel que use para limpiarme los ojos y poder ver, quedo negro por culpa del rímel que se había corrido.

En definitiva Liam morirá hoy.

Me dieron más papel y continue limpiándome el pecho.

—Graci...—me corté apenas desvié la mirada al recibir más papel y darme cuenta de que las dos personas que me estaban ofreciendo papel era una mi hermano y dos el desagradable que me miraba las tetas con sus ojos encendidos como árbol de navidad.

Deje de limpiarme y puse mala cara cuando subió su mirada a mi rostro con su expresión débilmente contraída, como si le causara molestia que dejará de manosearme para limpiarme las gotas del alcohol.

Me detallo el rostro y su expresión cambió, una sonrisa se curvo en su boca al recorrerme los ojos y no pude reaccionar, más bien justo ahora a mi cerebro le hizo efecto la media hora de beber sin parar y se murió, tomo sus neuronas y conexiones y se fue a la china, porque cuando subió su mano deslizando su pulgar por el contorno de mi ojo derecho, tocándome con un tacto tan cálido y suave, ni siquiera reaccione, solo...lo mire, ¡Como una psicópata!

Me recorrió el rostro con los ojos y...y su sonrisa se tornó sorna al llegar a mi boca, lo sentí acortar un poco la distancia entre los dos y hablar en un susurro tan ronco que a pesar de darme un cabreo iracundo, hizo que mi piel se erizara.

—Comenzarás a babear, Lena. —su mano bajo tocando mi mentón y al darme cuenta de que tenía la boca entreabierta, le di un empujón a su brazo para que dejara de tocarme y le di la mirada más despectiva que encontré, para ladearme ver a mi hermano, mirarlo peor, tomar el papel que me ofrecía y seguir limpiándome la cara.

—¿Y ustedes que me ven? —solté mirando al resto de gigantes que se quedaron en completo silencio detallándome el rostro con sonrisas que no hacían más que molestarme—esto—nos señale—me molesta, fueron seis años lo sé, cambie, cambiaron, se inyectaron esteroides, se pusieron en modo rascacielos o que se yo—los mire hacia arriba—la cosa es que todos cambiamos en estos seis años y que me miren como si fuera la loca del salón me está haciendo beber sin disfrutarlo en lo absoluto—espeté—y planeaba emborracharme hoy, pero no así—le quite por segunda vez el vaso a Liam, señalando con advertencia para volver a beber.

—Hasta que hablas—soltaron al unísono y no me quedo más que mirarlos mal.

—Tenías razón—Matt miro al imbécil a mi costado y yo le detalle con recelo viendo su sonrisa altiva.

—Les dije que hablaría una vez colapsará.

—Subnormal—lo insulté y llene otro vaso con...—Como me vuelvas a ensuciar el vestido, voy a quitarme los tacones y a volver este patio mi propio ring de boxeo Liam Kelly—lo amenacé y sabiamente retiro su mano, con un débil temblor.

Esta vez el trago que me preparé fue un vodka negro con juguito de berries, digan lo que digan, este trago me acompaño en todas mis tomaderas ilegales de cría.

—Bien...—suspiro Liam después de que terminara de hacerme un trago para mí y otro para él, que lo recibió con una sonrisa forzada—como ven...no ha cambiado tanto—me señaló y en cosa de segundos todos asintieron, con sonrisas curvas.

—¿Sigues practicando boxeo? —Ilay me pregunto acercándose a donde estaba para prepararse un trago, preguntando si alguien quería uno y yo negué con mi cabeza dándole un largo sorbo a mi trago.

—Lo deje hace seis años—conté y sus movimientos se congelaron un poco al conectar las fechas y entender porque, todos lo que hayan sido medianamente cercanos a nosotros y conocieran a mis padres, sabrían que practicaba ese deporte netamente por mi padre.

—Ya...ya veo—balbuceo Ilay, entregándole un trago de vodka blanco a Matt, mirándome con una sonrisa forzada—que lastima, recuerdo que...que eras realmente buena y...

—Buena para participar en la categoría infantil—la nostalgia e incomodidad que se estaba instalando en mi pecho se evaporo debido al caldero ardiente de ira que erosionó en mi interior—tenía potencial a los diez años—me señaló Ciro—pero en esa categoría no podías quedarte para siempre y como tu estatura no ha evolucionado desde entonces...—negó haciendo sonar su boca mostrándome una sonrisa sátira.

—La altura mínima requerida para ser boxeador en todas las divisiones de peso es de un metro cuarenta y cinco centímetros, porque se dividen por categorías de peso—señalé—Claro no esperaría que alguien tan precario de neuronas entienda y comprenda que la estatura no es un limitante hoy en día para practicar ningún deporte.

Le devolví la sonrisa sátira, crispa una chispa de diversión en sus ojos.

—Supongo que la estatura no lo es, pero el talento sí, ¿no es así? —me rectifico, el que morirá no será Liam.

—Vaya—suspire girándome hacía él, al ver como daba un paso seguro en mi dirección—hace seis años que no practico de forma profesional, pero ¿Qué tal si comprobamos si mi talento evolucionó o se estancó? —lo desafié y ahora sus ojos iluminaron aquel rostro trigueño, que...que estaba peligrosamente más cerca de mí, y de mí puño.

—Aunque sería interesante enfrentarme a una mujer con semejante vestido—me recorrió y el enarque una ceja con asco en respuesta—preferiría que aceptaras mi invitación de hace un rato...

Quedo frente a mí y...y la mueca en mi rostro se transformó en una de completa diversión sorna, por poco y lanzo una carcajada rotunda en su rostro, pero, me controlé y preferí fingir ser digna hasta el último segundo.

—Preferiría vomitarme encima y caer en un coma etílico antes que bailar contigo—solté cada palabra dando pasos hacía él con la cabeza erguida y mirada segura, hasta que nuestros pechos rozaron y pude ver esos ojos más cerca, más grandes, hipnóticos, su labio se curvo, su mirada bajo, y mirándolo con desdén pase caminando por su lado empujándole el hombro para que me dejará pasar.

—Es mi idea—lo oí balbucear—¿O tiene cierto recelo conmigo?

—El "No ha cambiado", era literal, Leah sigue siendo igual de rencorosa que siempre.

No es rencor, es...solo jugar su mismo jueguito de mierda.

Deje de oírlos cuando me aleje lo suficiente de ellos y por fin pude volver a respirar y meditar, para tranquilizar mis nervios maldita sea.

¿Recelo?, ¿Ahora se hace el santo?, el hijo de puta me hacía la vida imposible de cría, él y Liam eran inseparables de adolescentes, se la pasaba metido en mi casa donde su principal entretención era joderme, como yo tenía una conexión con Ilay, siempre andábamos juntos, pegados como unas sanguijuelas y eso era motivo de burla doble, tanto Liam como Ciro nos jodian, pero ese cabrón insoportable de Ciro era el rey de los hijos de puta, si incluso una vez me quede dormida en la jodida playa y me enterró viva, ¡Viva!, con suerte tenía la carita en libertad y encima cuando desperté un maldito cangrejo me caminaba por la cara.

A la mierda, Liam tiene razón si soy jodidamente rencorosa.

—Siento que debería disculparme por Ciro—desvié el rostro, relajándolo al notar la expresión molesta que tenía. Ilay se me acercó con una sonrisa sincera y yo le negué.

—Tu hermano sigue siendo el mismo idiota de siempre—me sonrió dándome una negativa, absteniéndose de responder, solo sonrió con su expresión llena de diversión.

—Me...me alegro de poder verte de nuevo—se ladeo hacía mí detallándome el rostro manteniendo la sonrisa, volviéndola sincera—tú...cambiaste tu número—desvié la mirada y él soltó la respiración—seguí escribiéndote pero no volviste a responder mis mensajes...

—No...no me sentía lista, Ilay—balbucee con mi voz temblorosa—tampoco me sentía lista para volver a este lugar—mire la casa—son...muchos recuerdos y es...

—Difícil—murmuro dándome un asentimiento—lo sé—bajo la mirada y tras quedarse unos segundos en silencio negó y volvió a mirarme con una sonrisa nueva instalada en su rostro—supongo que a pesar de todo lo malo, el reencontrarnos después de seis años merece ser celebrado, ¿no? —elevo su vaso en mi dirección enarcándome una ceja y le asentí con la misma sonrisa cómplice—me uniré a tu plan de emborracharme—se tomó el trago y yo lo seguí soltando una risa, cuando comenzó a toser.

Lo estaba por invitar a bailar al ritmo de la música latina, cuando comenzaron a juntarse alrededor de la mesa de pin pon que mi hermano estaba instalando en medio del patio, lo vi lanzarle vasos a Matt y cuando comenzó a mirar a su alrededor pensé en esconderme, que no...

—¡Leah! —no me escondí lo suficientemente rápido, pensé en hacerme la idiota pero ya media fiesta se había girado hacía mí.

—¿Qué dices Ilay?, ¿Humillamos a los hermanos Kelly? —desvié la mirada y apreté la quijada al ver a Ciro en el otro extremo de la mesa acomodando los vasos, le habló a su hermano, pero no me quito los ojos de encima el engreído.

Mire a Ilay y él dándome una mirada divertida me elevo los hombros se terminó su vaso y asintió elevando los brazos antes los gritos que vitoreaban su nombre.

No puede ser.

—Dato—mire a mi costado divisando a Sam instalado a mi lado—Ilay es pésimo bebedor, que beba uno de esos vasos por completo y ya es peso muerto—me detallo, guiñándome un ojo como si estuviera compartiendo secreto de estado y cuando estaba por agradecerle, unos manos con uñas largas le pasaron por los hombros y fue débilmente jalado hacía atrás quitándolo de mi cuadro de imagen.

—¡Venga Leah! —sacudí la cabeza y termine por caminar en dirección hacia mi hermano para que dejará de gritar mi nombre.

Me gane a su lado viendo la mesa de pin pon, donde estaban los vasos distribuidos llenos de diferentes líquidos, mire a mi hermano y el sostenía las pelotas con las que jugaríamos beer pong.

Lo mire y mire para negar terminando de beberme el trago para dejarlo a un lado y tirarme el cabello hacía atrás.

—Que sepas—lo señalé—que perdí la cuenta de cuantos vasos de whisky puro bebí.

—Hermana—sonrió—he bebido una mezcla de alcohol que me impresiona siga de pie—su aliento etílico me confirma lo que dice.

—Más te vale que ganemos—le advertí y me gire hacía el equipo contrario, donde Ilay le hablaba a su hermano de forma animada y él no sacaba la mirada de nosotros—¿Qué...—corte mi hablar cuando escuche un golpe, junto a una maldición y posterior el gritito espantado y el sonido de alguien vomitando, se me revolvió el estómago pero por más que mire, no vi al grifo humano, mire a Liam y tenía la misma cara que yo, solo cuando mire en busca del grifo note el desastre que estaba quedando a nuestro alrededor y note que nosotros seriamos el par de idiotas que tendría que limpiar esta mierda.

Mire a mi hermano, y pareció darse cuenta de lo mismo, porque trago grueso y miro hacía adelante.

—¿Qué pasa si ganamos? —preguntó, con la clara intención de retar al perdedor a limpiar el desastre post fiesta.

—¿Si ganan?, pues...—dudo Ilay y fue hora de mi gran entrada.

—Si ganamos...

—Limpiaremos todo este desastre—Ciro interrumpió mi hablar, apoyándose en la mesa para mirarme —incluyendo el vómito explosivo—señaló a la nada y a mí se me revolvió una vez más el estómago—pero si pierden, saldrás conmigo...

—Trato—solté al instante apenas oí un segundo vómito que provocó una desconexión en mi sinapsis, porque cuando retomé la señal, casi me fui de culo—espera, ¿Qué demo...

—Tenemos un trato Kelly—dio un débil golpe en la mesa y me señaló victorioso cortando mis palabras de pasmo.

—No, espera, no oí qué...

—¿Todos lo oyeron verdad? —elevo un poco la voz, dando un paso hacia atrás mirando su entorno, donde soltaron un grito eufórico en respuesta—Todos oyeron que si ganaban, nosotros—se señaló con Ilay—limpiaríamos este desastre una vez termine la fiesta, pero si pierden, tú, preciosa Lena—curvo una sonrisa—saldrás conmigo.

—Vete a la...

—¡Bien! —soltó Matt intervenido en mi instinto asesino—si las apuestas ya concluyeron, partamos con el juego—le negué porque las apuestas no habían concluido.

—No, espera, no sal...

—¡Todos conocen las reglas del juego! —se metió Sam—¡Así que iniciemos de una vez!

—Las damas primero—Ciro, el cabrón imbécil me lanzó una de las pelotas con la sonrisa más sorna existente y la ataje sin mover más que la mano, ni siquiera le quite los ojos de encima al infeliz.

—Son dieciséis vasos—informó Matt—de los cuales ocho son de tequila, cinco de vodka y solo tres contienen agua.

—¿Mezclados con algo o...

—Puros—negó con una sonrisa cabrona—totalmente puros...—jadee, ¡Estos infelices planean matarme!

Son vasos grandes, y están rebosando, es...jodida mierda no puedo perder.

—¿Jugaras o aceptas tu derrota de una vez por...—bufe por lo bajo y lance la dichosa pelota dándole un bote precioso en el centro de la mesa para que cayera justo en el vaso esquinado, salpicándole parte del trago en la polera negra rasgada a Ciro.

—El boxeo no es el único deporte en el que soy buena—le comenté recargándome en la mesa, viendo la pelota nadar en ese vaso.

Comenzaron a gritar "Fondo" y yo curve una sonrisa reluciendo mi hoyuelo, jugando con el largo de mi cabello, mirándolo con fijeza.

—Que no quede gota alguna—me mordí el labio inferior, y tensando su quijada tomo el vaso y se lo empino, mi alrededor grito eufórico, pero yo solo podía orar implorando que eso no fuera agua.

Bajo el vaso y dándole vuelta dejo caer nada más que la botella, ninguna misera gota cayó, pero por su expresión, eso claramente no era agua.

—¿Qué...

—Tequila—Dios, su voz sonó tan rasposa que me estremecí gustosa. Soltó un jadeo marcando los músculos de su quijada volviendo su expresión seria cuando me miro.

—Otro dato interesante—soltó Sam a un costado de la mesa, viendo toda la escena con total diversión—y es que Ciro practico baloncesto a nivel profesional hasta los veinticuatro...

Un tiro certero.

Ni siquiera toco los bordes la pelota cuando la lanzo, dio un bote y cayó en el mismo vaso que yo le había apuntado pero está vez en mi lado.

Jadee viendo la pelota nadar en ese contenido que por mucho que rezara mi suerte no permitiría que fuera agua, Sam soltó un suspiro murmurando sobre los ocho años de Ciro siendo basquetbolista, diciéndome sutilmente que ya jodí.

—Ahórrate la vergüenza de ensuciar ese precioso vestido con vómito y rínde...—rendirme y una mierda.

Tome el vaso haciendo la pelota a un lado y me bebí todo el jodido contigo, tan solo al acercarlo a mi nariz supe que está mierda no tenía ninguna partícula de agua.

Vodka, era vodka.

Solo cerré los ojos y lo bebí imaginando que era un vaso de limonada.

Me acabe todo el contenido, y voltee el vaso para que vieran que estaba vació, y junto a los gritos lo lance al piso tirándome el pelo hacía atrás porque ya se me subió la maldita temperatura.

Me centré en la mirada de laguna que me detallaba con diversión y yo, volví está mierda un duelo entre los dos.

Ilay fue el siguiente en lanzar y pese a que mi cerebro estaba ensimismado en gritar que perdiera, mis ojos y mi cuerpo no le quitaba la atención al lago estancado ese, aun así, Ilay acertó, Liam bebió haciendo uno que otro drama y encima cuando le toco jugar él muy descarado se atrevió a fallar, solo allí desvié la mirada para direccionar el puñetazo que planeaba darle a mi hermano, notando que por poco y se cae de bruces por lo mareado que ya estaba.

—Tienes que estar jodiendome.

[...]

Estoy en ese punto de mi vida donde...no sé cómo coño me llamo.

Estoy lo suficientemente ebria para ver doble, pero me falta aún para borrarme por completo y eso...hace que mi ira se sienta más palpable, porque...

—¡Para allá...no es Liam! —tire de la chaqueta a mi hermano sosteniéndome de paso de su endeble cuerpo, el imbécil estaba por arrojar la pelota en dirección a la piscina.

Soltó a reír y ya todos a nuestro alrededor estaban alcoholizados, inconscientemente bebían cada que nosotros lo hacíamos, así que si yo siento que podría irme con Diosito en este instante, no sé cómo estarán ellos.

Liam lanzó y...obviamente falló.

Nos quedaban dos jodidos vasos al igual que a ellos y a nuestra suerte en extremos diferentes y a doble suerte a mí se me movían como si estuviéramos en pleno sismo, no sé si se movían los vasos o me movía yo, pero algo raro estaba pasando.

—Voy...voy a morir—soltó Liam agónico, le doy un punto, al menos él seguía de pie, porque Ilay murió al cuarto vaso que bebió y eso que dos veces le toco beber agua, ahora estaba medio muerto bajo la mesa de pin pon.

—No...no morirás hasta que ganemos está mierda—le advertí y al sentir algo húmedo salpicarme el pecho, pensé en lloriquear al imaginarme a Liam vomitándome encima, pero al oír los gritos victoriosos del team Ciro, me di cuenta de que el infeliz le atino a uno de los vaso.

—No puede...

—¡Liam...! —se cayó hacía el lado y con suerte alcanzaron a atajarlo, a él y a mí, porque intente sostenerlo y mis tacones se hundieron, a la mierda, me sostuve del primero que estuvo a mi alcance y me saque los benditos tacones para...

—Oh...pero...si mírate...eres aún más baja...—le lancé una mirada asesina al sensual e irritante Ciro, que tenía sus mejillas trigueñas sonrojadas y los ojos cristalinos por el nivel de alcohol en su sangre, somos los que más hemos bebido, porque tanto Liam como Ilay erraban los malditos tiros. —Es...increíble...primera vez...que veo a un barril sin fondo...

Cabrón.

No...no pienso salir con él en mi puta vida.

Me tomé el vaso casi soltándome a llorar cuando sentí el agua.

¡Mi primer vasito de agua!

Lo bebí e irónicamente iba por la mitad cuando me lleno y casi lo vomito, tuve que parar, con el alcohol no me había pasado, pero...el agua se me devolvió.

—No...no ensucies...ese vestido...planeo quitártelo en nuestra cita...

Termine de beberme el agua y ya nada de sutilezas, le lance el maldito vaso para que viera que estaba vació.

—Tengo...—respire profundamente calmando mis ganas de vomitar y centrando el enredo de lengua que tenía—Tengo estándares y estás muy por debajo de ello.

—No—curvo una sonrisa sosteniéndose de la mesa para no tambalearse—no me molesta la vista desde abajo.

Hijo de puta.

Tome la jodida pelota y centre mi mirada, venga, venga, solo dos tiros más para cerrarle la maldita boca.

¡No soy ninguna perdedora!

¡Mi padre no crio a una perdedora!

Solté un grito guerrero interno y lancé la bendita pelota, la cual dio un bote, choque con el borde de uno de los vasos y bajo el mínimo de mi esperanza cayó de forma magistral en el otro, ahora sí el grito que di salió de mi interior al exterior.

Grite eufórica porque ahora si era un ganar, ganar.

Mi felicidad aumento al ver su cara de hastío y preocupación al saber que ya no le quedaban más vasos de agua.

—Ni...ni te preocupes por ensuciarte—le sonreí detallándole el cuerpo—bajo esa ropa no hay nada que me interesé ver.

—Aún—me señaló y curvando una sonrisa tomo el vaso y ¡Se lo bebió como si fuera agua!, ¡Cuando claramente no lo era!

Ya les salieron todos los vasos de agua.

Escupió la pelota al piso y...mostró el vaso, vació, completamente vació y a diferencia de mí no tuvo problema para beberlo.

—Sabes—jadeo de forma ronca, tomando la última pelota en su lado—que si encesto ahora, gano, ¿Verdad?

—Fallaras —asentí segura, no hay forma alguna de que gané, sus manos tiemblan, al igual que su hablar, incluso sus ojos parecen cerrarse solos, o... ¿Son los míos?, ¡Carajo!

—Tengo motivación para no hacerlo—mordió su labio inferior y...se preparó para el tiro...

—¡Espera! —me apresuré en decir tapando mi vaso, ignorando los abucheos—renegociemos—ofrecí—pide otra...

—Sin renegociaciones Kelly—negó curvando una sonrisa—no...no seas cobarde.

Uh...eso sí que no.

Ni perdedora, ni cobarde.

Descubrí el vaso e hice un pacto con lord satán para que errara, incluso le baile a los Himalayas y cante canticos ancestrales para cuando lanzará perder la respiración y...

—¡Me cago en todo! —solté un gruñido desordenándome el cabello y fue lo peor que pude hacer porque todo me dio vueltas, fue como si me hubiese revuelto el cerebro.

La pelota del infierno cayó en el puto vaso.

Mi padre no crío a una perdedora y tampoco crío a alguien que sepa perder, porque me emputecí de tal manera que su sonrisa fue como meterme un carbón ardiente por el culo.

—Pido ropa con fácil acceso—me guiño un ojo mordiéndose el jodido labio y levantándole mi dedo medio, me tome el puto vaso para terminar de matar a mi jodido cerebro.

Me lo bebí por completo arrojándolo al piso, ignorando la queja de Liam cuando le cayó en la cara, y viendo a mi alrededor bufe cansada, todos esperaban mi reacción y...la verdad es que quería patear la puta mesa, pero me controle para no darle el jodido gusto así que solo...hice lo coherente al saber que todos ya estaban lo suficientemente alcoholizados y que lo más seguro era que terminaría cayendo al piso si me alejo de la mesa.

—¿A la piscina? —ofrecí irguiendo el cuerpo como si tuviera la intención de quitarme la ropa cuando no puedo despegar mis manos de la mesa porque es la que se volvió mi eje de gravedad, pero funcionó, cayeron, porque gritaron eufóricos.

—¡A la piscina! —se comenzaron a quitar la ropa y apenas me quitaron la mirada de encima, pude pensar en vomitar.

—¿Sí...si ga...ganamos? —Liam habló desde el piso, a un milímetro del cajón y eso irónicamente me hizo reír.

Reír para no llorar dicen por ahí.

—¡Venga Leah! —me llamaron a la piscina y apenas mire en aquella dirección vi el camino de prendas tiradas en el patio, vi incluso vestidos que impulsaron la idea de sacarme el mío.

Claramente no llegue a mucho porque apenas me despegue de la mesa dando un paso para subirme el vestido mis piernas se doblaron y antes de que pudiera caer sentí como fui jalada de la cintura y posterior mi cerebro salió del chat porque me fui a negro. 

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Holaaa, recuerden seguirme en mi instagram: _Jaaviipb_ donde estaré subiendo cositas sobre mis historias. :)

Si llegó a los 100 seguidores haré maratón de tres capítulos en todas mis historias publicadas :)

Eso, besitoooos.

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