Se enamoraron por casualidad.

No tenían idea de cuando había sucedido con exactitud, pero se querían. Sus corazones latían por la simple presencia del otro, y sus manos, tierna-mente se entrelazaban bajo las mesas de los escritorios en la escuela. A veces, cuando iban por las calles, sus meñiques se juntaban, mientras sus rostros se coloraban.

Se conocían desde siempre, prácticamente se habían hecho amigos apenas verse. Su grupo tampoco era muy grande que digamos, tan solo 7 muchachos, que siempre se acompañaban para hacer cualquier cosa. Mérida era la fuerte, Hiccup era el inteligente, Rapunzel la amiga alegre, que siempre los invitaba a todos a seguirla a sus movimientos Hippies y protestas pacificas, Eugene simplemente estaba enamorado de la rubia -y se creía un buen deportista, Elsa era la única madura, Anna la pecosa energética, y Jack era el bromista, al que nadie podía tomar en serio, por sus constantes travesuras. Pero así se soportaban y se querían.

Sus vidas, a pesar de la universidad, eran sencillas. Estudiaban, algunos trabajaban medio tiempo, salían y se divertían. 

Vivir en 1968 era fabuloso, el transporte costaba poco, la tienda de malteadas estaba a 2 calles del campus universitario, y la ciudad no era tan mala como los adultos la narraban. Pero bueno, ellos solo eran adolescentes disfrutando día a día, no tenían porque preocuparse de la vida fuera de su escuela.

Y ahí estaban, todos juntos, disfrutando de un partido de Tochito entre la facultad de ingeniería, y la de derecho. La rubia llevaba el cabello atado con una diadema para darle volumen y altura a su rubia melena, mientras que la pelirroja dejaba sus descontrolados rizos sueltos. Jack levantaba con entusiasmo el cartel que entre él y Anna habían armado para alentar a Eugine, y Hiccup, solo disfrutaba del entusiasmo de su novio por el partido.

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-23 JULIO 1968-
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-¿Ya viste lo que apareció en el periódico?-. Haddock apartó la mirada de su libro y levantó la cabeza para encontrarse con esas orbes celestes que tanto le gustaban. Le sonrió.

-se dice "Hola".

-Hablo en serio-. Jack tomó asiento en el suelo, a su lado, y le colocó el papel grisáceo entre las manos. -hubo otra represaria la semana pasada.-. señaló molesto el articulo. -Los movimientos y las huelgas que hicieron los médicos y los ferrocarrileros no están poniendo contento a Pitch Black.

-¿Por qué piensas que todo lo que sucede es por culpa del presidente? ¿Qué crees que quiera hacerle Pitch a los pobres médicos? Seguro que los noticieros solo están exagerando-. intentó restarle importancia, a algo que en el fondo lo molestaba.

-Está pasando algo... y voy a averiguarlo.

Hiccup volteó el periódico, y llegó a la 1ra plana.

-Si, los juegos olímpicos: Mira-. cambió bruscamente de tema el moreno, dejando caer el periódico sobre el césped entre ellos. -Serán aquí este año, y se empezaron a hacer los preparativos. ¿Vamos a ver la apertura juntos?

-Estoy hablando en serio, Hiccup. Ya van 3 escuelas en las que entran los militares, sin razón.

-Jack...-. El castaño le tomó las manos.- Tienes que calmarte.

-Ayer se llevaron a Tadashi Hamada... -. Hiccup lo miró serio. Conocían al muchacho, eran realmente buenos amigos. La noticia le cayó como un balde de agua fría sobre la cabeza. -Los policías detuvieron el partido de Tochito en su escuela... y se lo llevaron, junto a un grupo de chicos más, por "haber iniciado una pelea". Él nunca haría eso...

Haddock se quedó callado, y volvió al articulo que el albino le había mostrado en primer lugar. Leyó lentamente cada palabra, hasta terminarlo.

-"seguro no es nada" claro.-. Hiccup suspiró pesado.

-Realmente esta pasando algo.

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-26 JULIO 1968-
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-¿Van a ir hoy a la marcha?-. Rapunzel se le acercó al albino coqueta, con esas esmeraldas tan abiertas que la hacía recordar a un felino.

Jack alzó las cejas.

-¿La autorizaron?

-Sí-. ella le tendió un cartel pintado a mano, lleno de letras de colores y flores para resaltarlo. -el gobierno dijo que sí. La idea es empezar en las escuelas, y llegar al zócalo.

-Yo voy a llevar a Hiro-. Mérida se les unió rapidamente a la conversación.

Hiccup estaba confundido, parpadeó varias veces sacudiendo la cabeza antes de comenzar a hablar.

-Disculpen, ¿qué? Creo que no estoy entendiendo.

La pelirroja fue la primera en tomar la palabra. -Tadashi Hamada. Sigue desaparecido.-. Hiccup se quedó helado. -Y no es el único.

-¿Recuerdas el instituto de Aster?-. Jack lo tomó del hombro. Y Hiccup asintió. Cómo olvidarlo, habían estado ahí hacía tan poco algunas semanas, para el inicio de las clases.

Aster era un amigo cercano del albino, quien los invitó a la feria que ofrecía su colegio. Jack y Hiccup se separaron del grupo unos minutos a escondidas, y se dieron un beso despues de compartir un churro.

-Las clases se cancelaron. El edificio esta rodeado de militares. Al parecer, "creyeron encontrar a más alumnos pertenecientes al grupo qeu iniciaron los disturbios" del partido de Tochito.

-Pero no hubo ninguna pelea en el partido-. Hiccup frunció el ceño molesto.

-Exacto. Y con esa excusa, la policía esta haciendo de las suyas para levantar estudiantes. Pero no los llevan a la comisaría...

-Los desaparecen-. Hiccup terminó la frase en un susurro abrumador.

-Vamos a pedir justicia en su nombre-. continuó Rapunzel tan energetica como siempre. -Si probamos el punto, harán algo con los policías corruptos.

-Hiro la esta pasando realmente mal.-. Merida susurró. -no puede quedarse de brazos cruzados después de perder a su hermano.

El castaño se tomó un momento para pensar, y asintiendo consecutivas veces con la cabeza, miró a sus amigos.

-Me apunto

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La marcha no salió como se esperaba.

Inició con un paro total de labores, tanto profesores como estudiantes se unieron en silencio, para cerrar las escuelas, y levantar la voz por los alumnos que habían desaparecido. El profesor Callaghan fue uno de los pocos maestros que lideró el movimiento, acompañando en todo momento a Hiro Hamada, el hermano cohibido de su estudiante favorito.

Después de 3 días de paro, las cosas se descontrolaron. Pitch Black no tenía ni el tiempo ni el interés de saber que carajo había pasado con Tadashi Hamada, Honey Lemmon, Fred Hadserd, Gogo Tomago y Wasaby Wayabans. Sin siquiera importarle lo que iba a suceder después de sus actos, mandó a un puñado de sus Feerlings a detener los movimientos en el lugar donde todo había iniciado:

La preparatoria 1 de San Fransokio -San Ildefonso-.

Esos soldados, caballos de guerra, con sus uniformes negros y miradas sin pena, se acercaron simplemente con sus escudos hechos de arena. Se pusieron frente a la puerta, y advirtieron a los estudiantes que se movieran.

Hiro se paró frustrado frente a ella, y tomó con ambas manos la reja. Estaba temblando pero no le importaba, un pobre niño de 14 años no se iba a mover de esa puerta. Peleaba por su propio hermano, por volver a verlo y recuperarlo. ¡Tadashi no había hecho nada! Y aún así se lo habían arrebatado.

Callaghan no se quedó quieto mucho tiempo, se acercó al niño y le tomó la mano en silencio. No tuvo que decir nada, su acto hablaba por sí solo. Un par de lagrimas se derramaron de sus ojos, por la impotencia al ver que los uniformados no se movían.

Un estudiante más se unió al movimiento. Karmi, una chica callada que Hiro conocía, se colocó a su otro lado, y les dio frente a los feerlings. No iban a rajarse en ese instante.

Luego uno, y otro, y otro más. Al poco tiempo ya estaban cientos de ellos frente a la puerta.

-¡Diganme que le hicieron a mi hermano!_. Gritó Hiro con toda su fuerza, con los chorros de llanto escapando de sus ojos, y casi sin fuerzas para sostenerse.

Más a los oficiales no les importó el momento, y se movieron tan fríos y estoicos como siempre. Nada los detuvo por cambiar su formación, y disparar una puta bazuca contra la entrada.

El llanto y el panico poco a poco se atestó de la escena. Los estudiantes no tuvieron otra opción más que retirarse. ¿Qué más podían hacer?

Las protestas pacificas habían sido un desastre.

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-30 JULIO 1968-
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Nadie habló de la muerte de Hiro Hamada. 

Al menos, no se atrevían a mencionarlo en voz alta. Como si el simple hecho de mencionarlo lo volviera cierto. Y la verdad, es que nadie quería que lo fuera.

La universidad en donde Jack estudiaba presentó un pesame, y apoyó completamente la protesta. El siguiente día al accidente, levantaron una bandera, a media hasta solamente, simbolizando el dolor que tenían hacia la muerte.

Este movimiento enfureció a Pitch Black sola mente, pero no se atrevió a mover su pieza del tablero. El juego de ajedrez apenas había iniciado. Y tenía que preparar con cuidado su siguiente movimiento.