Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

EL VERANO DE NUESTRAS VIDAS

NOTA: Microrelato creado para la Antología 4 Estaciones en el perfil de Antología Light AntologiaLight


Te conocí una mañana de verano, en el pueblo, aunque el equinoccio de primavera ya te había anunciado y no lo supe escuchar.

Yo acababa de llegar a la vieja casa familiar y después de abrir ventanas y armarios, había puesto a funcionar la lavadora para eliminar la veragua de las ropas.

Tendí las sábanas sobre los cordeles del tendal, mientras los rayos de sol, juguetones, eran a ratos iridiscentes entre la blancura de las telas.

Apareciste entre las toallas y los manteles: la visión más hermosa que había visto jamás. Vestida de azul, descalza y con tus largos cabellos rubios libres, mecidos por la cálida brisa que corría en el jardín.

-Soy Emma, tu vecina -saludaste, sonriendo.

-Yo Úrsula, encantada -respondí.

Y en ese instante supe que la vida acababa de cambiarme para siempre.

Las charlas se hicieron asiduas en esas noches empachadas de calor que eliminaba de nuestros cuerpos la melatonina que nos facilitara el sueño.

Sin darnos cuenta, el amanecer ya olía a otoño... tierra húmeda, hojas secas, bahorrina en el jardín; setas, calabazas y castañas asadas en ascuas incandescentes que nos llenaban las fosas nasales de aromas y nos hacían correr la oxitocina por las venas. Como en la ya pasada mágica noche de San Juan, celebrando el solsticio de verano, cuando saltamos la hoguera con las manos enlazadas.

Los atardeceres de invierno con sus cielos opalescentes, habían dejado lejos el equinoccio de otoño y más atrás el verano; y esos deliciosos ponqués que hacías con la receta de tu madre, nos hicieron compartir recuerdos y caricias. Los besos segregaron serotonina, ¿o fue al revés? ¡Qué más da! Se nos pintaron las sonrisas cómplices en la cara al anochecer.

Y permanecieron ahí todas las noches de primavera, atestiguando nuestra intimidad, nuestra pasión floreciente. Miradas enturbiadas de placer, iris casi fluorescentes y un baile de endorfinas al ritmo de húmedos jadeos. Uebos de placer que saldamos con creces, día a día hasta que volvió el solsticio y con él, el verano.

Los años pasaron y ya nunca más me fui del pueblo. Durante todo un invierno y una primavera, el vientre de Emma se fue abultando paulatinamente hasta que llegaron los primeros calores, justo cuando hacía diez años que nosotras nos habíamos conocido. Y llegó Été, nuestra hija, y con ella, el verano de nuestras vidas.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro