Cap.4.: El libro del éxito.
Mientras tanto, en la misa de los lunes, porque hacerlo en los domingos es jodido pero el lunes es el triple de jodido...
-Pambisitos y pambisitas, estamos aquí para bendecir a nuestro vecindario que ha sido amenazado de muerte por unos individuos extranjeros con un retrasito pambisito que es muy poderosito...-Empezaba el cura a rezar, lo mejor de todo esto es que este padre era original, no se andaba con lo típico de alabado sea el señor y todas esas mierdas.
En las afueras, estaban varias personas entrenando como si nada. Entre ellas, estaban Kirk y su alumna ''Pollo'', porque sus padres quisieron llamarla ''Polly'' pero los del registro civil se equivocaron. Esos entrenamientos fuera de la iglesia se ejercían siempre con el permiso del jefe, quien ahora estaba dentro rezando al igual que muchos. Bueno, al igual no...
-Virhen de la Macarena. A ti reina de Sevilla. Remito mih súplicah. La de lah sinco ehmeraldah. Dueña de la madrugá. Y de la suerte taurina. Tú que consedeh er duende. Y el amparo a tuh hihoh. Mira mih ohoh llorando. Y consédeme la vía. Pero no la vía ignorante. Quer pecadó lleva. Si no aquella llena de letrah. Y notah musi-El rezo de Hetfield fue interrumpido por el cura, quien llevaba oyéndole orar en voz baja hacía ya un tiempo.
-Jefe-Le llamó, en seguida estuvo recto y mirándole a los ojos, y el pobre hombre que pensaba que le partiría la cara...
-¿Qué susede, maehtro?-Preguntó, tenía arte el jodío, pero le iba a durar poco... O no.
-Emmm... Es que hay dos discutiendo en las afueras y temo a que rompan mis paredesitas pambisitas-Dijo el muchacho, el rubio le calló con un ''shhh'' para que le dejase hablar.
-Cusha, tú no leh prehteh atensión mientrah no hagan eso. Tú sigue a lo tuyo y yo sigo a lo mío-Comentó, volvió a poner sus manos en rezo y se arrodilló de nuevo, eso no le convenció al que tenía el mando en esa ''parroquia'', y entre comillas porque es un puto restaurante abandonado.
-¿A lo suyo? ¿A qué se refiere?-Consultó abriendo de nuevo la biblia, el otro alzó de nuevo la cabeza.
-A haserle el reso a la Macarena, mi arma-Respondió elevando las manos, para él era como algo muy típico, porque es obvio que a tu virgen la rezas todos los días.
-Es verdad, se me olvidó que eras de Sevilla. Sigamos nosotros por mientras...-Y fue entonces que, antes de poder pronunciar una sola palabra, se rompió la pared tal y como avisó antes.
-¡Eso te pasa por caliente culiaó! ¡Negro cochino!-Era Pollo, la alumna del vasco, ambos estaban discutiendo.
-¡Pero si no te he hecho nada, eder!-Reprochó sobándose la barriga, ¿qué le hizo que resultó tan doloroso?
-¡Me hah tocao el culo, aweonao!-Siguió ella con la pelea, ahora estaban cara a cara, Kirk más calmado y la otra más enfurecida.
-Bueeeeno, cálmate, nire laguna. Agradece que no está el-Y al darse la vuelta, allí estaba de brazos cruzado y mirándoles serio-...Jefe... ¡¿Qué pasa, lagun?! ¡Ahí va la hos-Lo que parecía ser el típico manotazo en la espalda por parte del moreno, resultó ser un rodillazo en sus partes por parte del rubio.
-¿Tú a qué te dedicah cuando te digo que useh ehto con cuidao?-Le preguntó lo más serio y calmado posible, aunque por dentro deseaba hacerle algo peor, pero... Prefirió calmarse por el momento.
-Lo siento, jefe, lo siento. Es que mi alumna y yo, estábamos...-Apretó más fuerte allí debajo con la rodilla y calló al otro joven, el cura a sus espaldas ponía una mueca como gesto de dolor.
-Como vuervah a rompé cosah cuando te digo que si vah a ehtar aquí eh pa entrená con cuidao y sin hasé er hilipollah, en veh de darte un rodillaso, te via arrancá er pito de una. ¿Entendío?-Qué raro que no estuviese voceando, aunque si no era vocear... Era ataques de ese estilo.
Y el pobre morenito sólo supo asentir con la cabeza. Menos mal que nada más afirmar, el líder se marchó de ahí sin decir nada más. Eso sí, el rezo diario acabó por completo porque se vio interrumpido por ese accidente.
Mientras Pollo y Kirk discutían a base de peleas kung-fu, James fue hacia el cura para hablar con él cara a cara.
-Contigo quería hablá yo-Empezó, parecía que ese día no iba a alzar la voz, y menos mal...-Yo sé que tú no ereh cura ni pa tráh. Pero via sé buena hente y me via guardá er secreto... Con la condisión, de que me vah a enseñá lo que hay detráh de to ehte cuartucho cutre. ¿Te hase la idea, pisha?-Le propuso, ¿no era cura? Aquí había gato encerrado...
-Ven conmigo-Le dijo conduciéndole adentro del restaurante, por el camino se quitó su sotana y la dejó tirada por el suelo, menudo calor pasaría el pobre hombre...
Abrió la puerta y encendió la luz de una habitación la cual era pequeña pero tenía estanterías en cada pared. Era una biblioteca, vaya, y en el centro había un libro descansando en un pedestal. El ''padre'' lo cogió y se lo mostró al muchacho que estaba a su espalda.
-Esto contiene información de las técnicas de kung-fu más misteriosas. En él, puedes hallar llaves mortales y otras técnicas para combatir con tus adversarios. Muchas de estas habilidades son prohibidas, pero si crees que eres digno de poseerlas, no tendrás ningún problema-Dijo entregándole el tocho, James hojeó las páginas con cautela quedándose maravillado.
-Ojú. ¿Me lo prehtah unoh díah? Ej que son mushah ohah, mi arma-El otro asintió, fue así que el jefe se acercó un poco a él antes de largarse-¿Y ehto lo debe sabé alguien mah o sólo yo?-Cuestionó, se miraron a los ojos con seriedad, parecía que la respuesta era clara.
-Si las cosas se ponen feas... Avísalos a todos-Concluyó así la charla dejándole ir, cabeceó hacia arriba y hacia abajo y se marchó del lugar.
Parecía que había un libro oculto en el que podría estar la clave de la victoria...
Pues pongámoslo en práctica y no desaprovechemos esta oportunidad.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro