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El Juicio I

Escapamos del hospital abandonado y de sus horrores, pero aun no estamos a salvo, estamos agotados, nos falta demasiado por recorrer y ese ultimo obstáculo es llegar a nuestro objetivo enteros, tratábamos de tomar un respiro de la odisea de hace poco, pero sentía que algo iba mal, algo estaba alterando el ambiente, la atmosfera a nuestro alrededor se hizo pesada, las alas cortantes volaron sobre nosotros despavoridas, el viento se hizo mas frio, la niebla se hizo menos nítida, el aire olía a muerte, pero todo estaba en completo silencio, nosotros salimos de la ambulancia para ver con claridad que es lo que estaba sucediendo, nuestras miradas se centraron en un solo lugar... La administración.

El hielo del silencio se prologaba, las aves mortíferas callaron su canción, los lamentos a lo lejos se detuvieron, los rugidos de los monstruos se aplacaron, solo podíamos oír nuestra sangre corriendo por nuestras venas, hasta que el hielo fue roto repentinamente por un mazo.

Ese edificio monolítico que se extiende por cientos de metros sobre el suelo rasgando el cielo que puedo asegurar se ve en todas partes de la ciudad, hace unos momentos hizo sonar en el cielo un fuerte sonido, un sonido estremecedor que hizo temblar la tierra y nuestros oídos, era el llamado de la muerte y la perdición claramente, un sonido que se esperaba se escucharía en la pero esta cantando aquí, eran las trompetas del fin, estaban sonando sin parar desde el rascacielos, lo único que significaba era que nuestro final estaba cerca, la compleja estructura emanaba una extraña cortina de energía rojiza que cubría el edificio de arriba hacia abajo girando como un tornado, estaba claro que el Juez estaba al tanto de nuestra presencia, estoy seguro, el sabe que vinimos a matarlo.

 Sin embargo eso solo significa mas malas noticias para nosotros, por si no fuera poco, enormes placas de metal que formaban parte de las paredes del sitio se levantaron revelando enormes compartimentos rectangulares tan profundos que solo la oscuridad de la noche se les compara, de ellos miles sino que millones de objetos voladores que se veían como puntos negros a la distancia sin embargo emitían sonidos agudo apenas audibles pero distinguibles, despegaron hacia el cielo flotando de forma organizada, esto se trata de una verdadera cacería.

No dejábamos de ver atónitos el aterrador espectáculo, pero era hora de ponerse en marcha inmediatamente, recogimos las pocas cosas que logramos reunir, una mochila polvorienta la cual cargaba un pequeño botiquín de la ambulancia, una pistola de 9mm que encontramos en un vehículo policial abandonado con tan solo un par de cartuchos, tenia que portarla quien tuviese la mejor puntería de los tres, tras discutirlo un poco, termine siendo yo quien tendría el arma de fuego.

Comenzamos a movernos, dejando atrás el alguna vez recinto hospitalario, adentrándonos de nuevo a la ciudad, la jungla de metal y carne nos aguardaba, el lugar estaba callado como de costumbre, pero algo cambio en el ambiente, se sentía como ser observado por alguien o algo, hasta que mi cabeza comenzó a doler, no solamente a mi, también a ellos, llevaros sus manos a su frentes, entonces volví a escuchar esa voz gutural y asquerosa retumbando en las paredes de mi mente.

— Miserables gusanos rastreros, el peso de su insolencia caerá sobre su espíritu.

Sentí una sensación rara en mi fosa nasal que lentamente estaba bajando y juntándose al borde de ella, lleve mi mano y la palpe, al verificarla esta tenia una gran mancha de sangre, esta vez aquella intervención en mi cabeza fue mas agresiva que la primera vez, mire a mis acompañantes y note que ellos estaban agarrándose la cabeza sin embargo no les sangraba la nariz.

— ¿¡Están bien!? - pregunte confundido.

— Escuchamos una voz en mi cabeza, ¿Qué diablos esta pasando? - dijo Alyssa preocupada y nerviosa mirándome me volvió a preguntar - ¿Tu también lo escuchaste?.

— SI... - vi a Mark - ¿Tu lo oíste?

— Si, ¿Qué diablos fue eso? me duele la cabeza como no tienes idea, peor que una coz de mula, ¿Quién es ese sujeto?

— Es el Juez y ya sabe que estamos aquí, va a ir tras nosotros enserio esta vez, no hay marcha atras ¿recuerdan?.

Hubo unos segundos de silencio entre nosotros hasta que Alyssa hablo

— Estamos metidos en esto recuérdalo

— Entonces andando - respondí y empecé a caminar hacia adelante.

Poco después de continuar nuestro viaje, escuchamos gritos, pero no gritos de agonía y desesperación, se odian como gritos llenos de odio, luego gruñidos, que solo una bestia podía emitir que venían de los callejones alrededor de nuestra posición.

Nos detuvimos en seco, escuchábamos pisadas, pisando escombros y cristales rotos, poco a poco se acercaban, nosotros los esperamos manteniéndonos unidos sin saber exactamente que vendría, esperábamos que fuesen simples retornados idiotas a los que pudiésemos evitar con facilidad, pero cuando finalmente los vi, supe que El, había puesto su imaginación en marcha.

Desde la oscuridad de los desolados callejones se asomaron seres del tamaño de un perro de tamaño grande como un pastor alemán, a cuatro patas, eran alargada y delgadas desproporcional a su cuerpo completamente lampiñas revelando una piel carnosa completamente marrón con tonos verdosos, las patas de aspecto canino terminaban en manos humanas delgadas, tanto que la piel parecía envolver su hueso con seis dedos, sus torsos eran similares a los de un perro de pelo completamente negro sin cola viéndose como un ovalo negro, pero esto palidecía ante la cabeza de estas criaturas, las cuales parecían ser cabezas humanas envueltas completamente en vendajes sucios, con manchas marrones que aparece ser sangre coagulada parecen estar fusionadas al cuerpo animalístico que conformaban con un corto cuello que les permitía mover ligeramente su cabeza de izquierda a derecha.

Estábamos siendo rodeados por estas cosas que gruñían como sabueso salidos del inframundo, tome el arma de fuego, no podría acabar con todos pero si a los suficientes para ganar algo de tiempo, se acercan lentamente mirando sin ver.

Alyssa se me acerca y susurra en mi oído.

— ¿Tienes alguna idea? 

Las criaturas seguían acercandose mientras nosotros seguíamos retrocediendo, entonces mire una ventana, una ventana abierta de un departamento que podríamos usar para escapar, era nuestra única chance de escapar, gire mi cabeza ligeramente y les dije.

— A mi señal saltaremos hacia esa ventana y correremos hasta el otro extremo del edificio para intentar perderlos, de acuerdo?

— No tenemos muchas opciones realmente - miro a lon engendros salidos de la mente mas torcida que puede existir, cada vez eran mas, superando los diez integrantes - ¿Ahora?

Mire por unos segundos mas cuando estas cosas comenzaron a flexionarse preparándose para saltar sobre nosotros, era el momento preciso en que debíamos actuar o no la contaríamos.

— ¡Ahora! 

Inmediatamente corrimos dando dando un salto hacia la ventana, hacia un departamento deshabitado y deteriorado, corrimos hasta la salida de la habitación hasta la sala principal, escuchamos los gruñidos de esas cosas retumbando por el pasillo, por lo que nos apresuramos a salir por la puerta principal al resto del edificio, corrimos tan rápido como era posible incluso cinco pisos escaleras arriba mientras aquellas bestias nos seguían el rastro, parecía imposible quitárnoslas de encima, dispare un par de veces, derribe a algunos pero mas venían hasta que logramos encerrarnos en un departamento.

Mark se puso contra la puerta con toda su fuerza para evitar que pasaran, del otro lado se escuchaban los gritos agudos de esas cosas y lanzaban fuertes embestidas y arañazos a la puerta que se estaba desmoronando poco a poco por su precario estado. Alyssa y yo empujamos un sofá lo suficientemente pesado para bloquear la puerta para ganar tiempo.

Corrimos hacia una ventana rota que daba hacia unas escaleras de emergencia oxidadas y llenas de basura y materia negra, teníamos que bajar o moriríamos ahí, las escaleras no se veían muy resistentes a decir verdad, un paso en falso y todos nos iríamos al vacío. Le extendí mi mano a Alyssa.

— Toma mi mano y dale la tuya a Mark, bajaremos los tres juntos y con cuidado.

— Esta bien - ella se giro y extendió su mano a Mark quien se sujeto de ella.

—  ¿Están listos? - gire mi cabeza para observarlos y viendo a la puerta la cual se seguía azotando y desmoronando lentamente por la fuerza de esas aberraciones.

— ¡Si! - contesta ella.

— ¡Vamos hagámoslo de una vez! - respondió Mark con nervios.

Entonces pusimos un pie cada uno sobre la plataforma metálica, la cual crujía, creando una melodía molesta y preocupante, la estructura tambaleaba cada que el aire soplaba cada vez mas fuerte , fue en ese instante que escuchamos arriba de nosotros como algo se había destrozado, seguido de ello los chillidos de esas cosas sonaron al unísono buscándonos, pronto iban a descubrir nuestro intento de escape.

La penetrante sensacion de peligro nos atraveso el corazon como una flecha al rojo vivo, intentamos acelerar el paso pero esto solo complicaba mas la situacion, varias partes de la plataforma se estaban cayendo y como cerecita en el pastel escuchamos pisadas arriba de nosotros, habian logrado encontrarnos, el tiempo se nos acababa y aun nos quedaban dos pisos por bajar.

Para este punto la idea de bajar delicadamente se hacia poco practica al tener a nuestros perseguidores pisándonos los talones, comenzamos a bajar mas rápido que antes, notando que la estructura de esta escalera se estaba haciendo añicos, pernos salían disparados como balas mientras el caos metálico se hacia presente, era complicado mantener el equilibrio en una estructura que se inclinaba hacia un costado, para nuestra suerte aun nos faltaba un piso por bajar pero la plataforma había colapsado mucho tiempo antes de nuestra llegada dejando un a superficie llena de metal torcido y afilado siendo imposible de bajar sin quedar mal herido o muerto en su totalidad.

— ¡Rápido por la ventana! - señalo Alyssa al departamento de junto.

Inmediatamente todos nosotros saltamos dentro del desvencijado departamento, sin rodeos caminamos rápidamente hasta las escaleras, los ladridos se escuchaban arriba de nosotros claramente les llevábamos la ventaja en este momento, salimos por la parte trasera del edificio a través de uno de los departamentos de atrás, sin embargo pudimos presenciar como aquella estructura cedió ante todo el agitamiento arrastrando consigo a los temibles sabuesos con cabeza de humanos, esto era la oportunidad perfecta para escapar.

Corrimos lo mas lejos posible de ese sitio a través de calles con retornados vagando sin rumbo, lo extraño es que cada vez menos intentaban atacarnos e incluso estos se apartaban del camino, no logre comprender su extraño comportamiento, que es lo que han visto en nosotros que de repente les perturba, pronto descubriríamos que no es de nosotros de quienes querían esconderse. 

El ambiente se sentía diferente a medida que nos acercamos a La Administración, la visibilidad se hacia cada vez mas dificultosa de repente, la niebla no nos dejaba ver mas allá de varios metros, el ambiente estaba mas silencioso de lo habitual, entonces escuchamos sonidos por encima de nosotros, nuestras miradas daban vueltas sobre los techos de los edificios, pensando que se trataba de la abominación mecánica que tenia esa aterradora linterna en su boca, pero no, no se trataba de eso, era algo peor.

Aquello se movía por el aire con la misma majestuosidad y pavor que produce una gran ave de rapiña en el cielo, volando con gracia y calculando sus movimientos eligiendo en que momento atacar, un par de estas cosas estaban arriba de nosotros, se podía notar por la sombras que se nos escapaban de la vista, trataban de distraernos, confundirnos como a un rebaño perdido, no fue entonces que tome la decisión de correr, cosa que no hemos parado de hacer, estábamos agotados y lo sabían, fue entonces cuando descendieron.

Mark se separo al tropezarse contra un cadaver en el suelo que alguna vez fue un soldado de algún pais desconocido, escuchamos sus gritos de auxilio e inmediatamente nos detuvimos para presenciar que una de esas criaturas descendería en picada sobre el, era lo que alguna vez fue una mujer, ya que poco tenia de ello, estaba completamente desnuda, su piel demacrada como la de una anciana pegada al hueso, pocos mechones de pelos blancos brotan aleatoriamente de su cabeza, tenia un ojo completamente negro hundido entre sus cuencas y el otro tenia incrustado a la fuerza un catalejo que parecía retraerse a voluntad con una serie de tendones unidos a su cabeza, su boca estaba llena de colmillos como agujas y de ella salían gritos agudos abrumadores imitando el canto de un águila, sus brazos ahora eran dos poderosas alas carnosas de murciélago, con partes metálicas unidas entre si con tendones y huesos, sus piernas eran enormes y terminaban en poderosas garras en forma de ganchos para carne que se aferraron a nuestro amigo e intentaba llevárselo volando para quien sabe que propósitos poco agradables.

Descargue tres tiros de la nueve milímetros en derribarla dándole en la cabeza haciéndola caer con mi amigo quien ya estaba llevándose unos un metro en el aire, de mostrando que de no haber actuado rápido aquella cosa se la pudo haber llevado como si nada, considerando que el es el mas robusto de los tres. Aun quedaba una de esas aberraciones volando así que optamos por correr cerca de los edificios que aunque la mayoría ahora eran inaccesibles nos servían para dificultar la cacería de estos nuevos enemigos.

Aquello se canso de esperar y se lanzo en picada hacia nosotros contrayendo sus alas viéndose como un proyectil viviente, sin embargo este terminaría atravesando la fachada de una de las tiendas por la que pasamos, aleteando torpemente intentando reincorporarse de nuevo, me detuve y regrese para darle el tiro de gracia, pero esta cosa completamente erguida de nuevo, intento atacarme con sus alas las cuales tenían navajas afiladas en las puntas, me tire el suelo evitando ser atrapado por sus alas y continue corriendo alcanzando a Alyssa y Mark quienes estaban regresando por mi. Eso emprendió de nuevo el vuelo intentando rapiñarnos otra vez.

Escuchamos los alaridos retorcidos que soltaba aquella criatura, pronto descubriríamos que estaba llamando a los refuerzos quienes se hicieron presentes en forma de tres mas de esas arpías quienes se elevaron a los cielos saliendo  de sus escondites en distintos techos de los edificios, tratamos de evadir a las criaturas ocultándonos dentro de una estación del metro abandonada, una de las arpías intento entrar a la estación tras nosotros, sin embargo el estrecho espacio no ayudo en nada en su misión, moviéndose con dificultad por el peso de sus alas y su inestabilidad a la hora de correr sin tropezarse al punto que tomo una postura cuadrúpeda, fue un poco complicado abatirla por completo, ya que las balas tenían poco efecto en su zona torácica cada que tenia la oportunidad de erguirse e intentar atraparnos con sus alas, no fue hasta darle un tiro limpio a la cabeza que aquella criatura finalmente dejo de moverse, soltando un extraño liquido negro como la brea.

Las demás arpías que quedaron, no se atrevieron a meterse por lo que ahora seguiríamos por el subterráneo para evitar ser vistos por esas cosas el tiempo que dure, antes de que este lugar se vuelva una trampa mortal, comenzamos a descender hacia lo que alguna vez fue una estación del metro, los letreros estaban completamente destruidos o manchados de aquella sustancia negra que hacia imposible saber a que país de la tierra que conozco pertenecía, me recordaba mucho a las estaciones estadounidenses, pero era difícil de comprobarlo, el ambiente se volvía mas tétrico conforme descendíamos por las escaleras, el lugar estaba notablemente sucio, las paredes alguna vez blancas estaban ennegrecidas de moho negro, extrañas ramificaciones negras en las paredes mantienen cosas pegadas de manera extraña, no tardamos en notar que el techo e incluso el suelo habían cuerpos apilados completamente marchitos, un proceso similar a la momificación, la piel demacrada marrón de esta gente perfectamente conservada estaba pegada a los huesos, parecía como si algo los hubiera puesto ahí a propósito para forrar las paredes de forma tétrica... Quizá hemos caído a una guarida, quizá estábamos mejor ahí arriba.

— Creo que hay que volver de nuevo arriba, quizá ya se han marchado - dijo Mark - No creo que sea... conveniente bajar mas, apenas y puedo ver que hay enfrente.

— Eso es lo que están esperando... - respondí.

— Edmond razona no podemos ir por aquí, no tenemos fuente de luz, seguro lo que vive en este lugar nos esta asechando desde la oscuridad, esperando a que sigamos sumergiéndonos - me replico Alyssa.

Lo pensé un momento y contemple las escaleras arriba que dejamos detrás-

— Bien... Subiremos... Si aquellas cosas se han marchado podemos seguir, de lo contrario tendremos que seguir o de lo contrario moriremos aquí esperando a que mas viene por nosotros.

Regresando sobre nuestros pasos asomamos la cabeza en busca de que aquellas arpias no estuvieras a la espera de nuestra salida, sin embargo lo que estaba ahi fuera era mucho peor de lo que pudimos imaginar.

Afuera no habían arpías, afuera estaban dos de esas abominaciones, buscándonos con sus luces, caminando por la amplia calle, mientras sus garras metálicas golpeaban el pavimento con cada paso que daban. La superficie ya no era viable.

Rápidamente nos alejamos de la entrada de la estación antes de aquella cosa nos hubiese notado, pero no tardaría en querer bajar aquí a echar un vistazo, entonces fue que no tuvimos alternativa mas que descender hasta las vías del metro o mas bien lo que queda del metro de esta ciudad, lo extraño es que el lugar sin ninguna explicación aparente tenia sus luces encendidas tenuemente como si estuvieran en pleno funcionamiento, bastante conveniente como para no pensar lo peor o al menos eso pienso yo.

Miramos por todos las dos en busca de alguna criatura al asecho, de momento todo estaba tranquilo, lo único que se escuchaban eran chillidos de ratas por el lugar, algo raro ya que en todo este tiempo no hemos visto ni un solo roedor, tampoco podíamos verlas simplemente... escucharlas moverse y chillar.

Bajamos hasta la parada de trenes justo enfrente de las vías, al igual que el resto de estación, el suelo se encontraba recubierto de restos alguna vez humanos y otros totalmente irreconocibles como tales por ser tan solo pequeñas partes adornando las paredes, otra señal de que realmente no estamos solos aquí, lo peculiar de estos cadáveres es que tenían un aspecto, militar, uniformes negros completamente desgastados, equipo táctico como chalecos antibalas, cascos, radios y lo que parecía ser una solución a nuestro problema de iluminación al menos en los túneles que tendremos que recorrer gafas de visión nocturna, aunque la verdad dudo bastante que funcionen, lo mas extraño es que sus armas o la mayoría están ausentes.

Otro detalle a resaltar eran los múltiples agujeros de balas en los alrededores, así como los casquillos que se encuentran esparcidos en el suelo, un testimonio de aquí alguna vez antes de que llegáramos sucedió un enfrentamiento del que nadie salió vivo.

Recogimos las pocas armas que este equipo aparentemente militar poseían, aunque sinceramente no se que tanta suerte tengamos con ellas, esta gente llego aquí de algún modo, pero ¿por que? ¿para que venir hasta aquí? ¿es que acaso los intentos no se detuvieron desde lo que ocurrió con Roswell y toda esa gente?, sus uniformes tienen un extraño símbolo, un triangulo blanco dividido en tres, como una trinidad.

— ¿Qué rayos paso aquí? ¿Quién es esta gente? - pregunto Mark recogiendo uno de los rifles de asalto.

— No lo se, definitivamente no es lo mas raro que hemos visto - respondió Alyssa - además a juzgar por sus atuendos y equipo, pensaría que se tratan de militares o mercenarios de tiempos recientes.

Mark tiro el arma al darse cuenta de que esta no tenia ninguna bala y procedió a registrar otro cada ver.

— Interesante, se veían muy bien preparados como para ser traídos aquí por accidente, alguien o algo los trajo apropósito, tal vez querían algo - me probé las gafas de visión nocturna y para mi fortuna aun tenían batería suficiente- miren algunos de estos equipos aun funcionan, debe ser relativamente poco su llegada.

— ¿Qué puede haber aquí, que sea tan importante como para traerlo a la tierra de la que vinimos?

— No tengo idea... Pero no dejan de darme un aire un tanto familiar 

la idea de estar ahí abajo y continuar por los oscuros túneles del metro nos pareció casi como un suicido sin embargo las opciones eran limitadas, teníamos a un grupo de arpías asechando la única salida que teníamos hacia la superficie, el otro extremo de la estación estaba derrumbado y con el metro malogrado, lo único que podíamos hacer era precisamente lo que queríamos evitar, adentrarnos en la oscuridad.

Tome los lentes de visión nocturna que no estaban dañados y se los entregue a mis compañeros.

— Sabemos que no tenemos otra opción, es esto o morir aquí a esperar que algo nos mate y les damos ventaja con cada segundo que pasa, así que, que dicen ¿Vamos a los túneles?

— Parece que nunca nos darán un respiro cierto - respondió Mark - Si no tenemos de otra, entonces ¿Qué esperamos?

Ella se coló los lentes de visión nocturna y tomo una de las pistolas de los soldados que convenientemente aun tenia munición 

— Andando - respondió ella. 

Por enésima vez nos aventuramos hacia lo desconocido, esta vez mejor preparados, si bien no teníamos las armas mas poderosas de todas, teníamos pistolas que nos serian de ayuda al menos durante un rato, poco a poco nos introducimos en la boca del lobo, a pesar de llevar gafas de visión nocturna esta no alcanzaba a iluminar mas de seis metros adelante, como si la misma oscuridad consumiera la poca iluminación que nuestras gafas nos permitían ver, grafitis y las alimañas que se escurrían por las sombras como cualquier subterráneo, sin embargo la presencia del liquido negro, fue una clara señal de advertencia de que lo que se avecinaba no era nada bueno. 

El túnel esta en mal estado, escombros por aquí y por allá, el liquido negro estaba adherido a las paredes en forma de venas, escuchamos piedras caer, sonidos de algo moviéndose por las paredes, susurros lejanos, la tensión crece, miramos a todos lados, sin captar nada aun nuestra caminata continua sin interrupciones, encontramos los restos de un vagón del metro consumido por el oxido y el liquido negro, a su alrededor completamente deformados, destrozados en su mayoría se encuentran cuerpos, como si estos hubiesen sido victimas de un aparatoso accidente que esparció sus rígidos cuerpos como meros bultos de carga, lo extraño era las condiciones en las que se encontraban, consumidos o mas bien cubiertos de aquella sustancia negra, estaba claro que esto no podía significar nada bueno, continuamos nuestro avance hasta toparnos a algo similar a una gran colmena de la sustancia negra completamente endurecida tornando una forma cilíndrica que había consumido por completo el túnel vestigios de metal y cuerpos se asomaban tímidamente entre la espesura de la sustancia, nuestros visores apenas podían orientarnos entre la oscuridad infinita, entonces escuchamos algo crujir, como un cascaron rompiéndose o quizá se trataba de un hueso.

Inmediatamente miramos a todos lados intentando localizar el origen del sonido, entonces mas crujidos fueron audibles, venían desde enfrente, luego a nuestras espaldas, luego a nuestros costados, desenfundamos nuestras armas listos para enfrentar a esta amenaza, los crujidos comenzaron a ser opacados por poderosos chillidos infernales, entonces desde la negrura en un grupo de ocho miramos a los pasajeros del metro que dejamos atrás, su aspecto es hasta ahora uno de los mas repugnantes que hemos visto, tumores bulbosos se asoman de su carne destrozada, algunos tienen el rostro completamente cubierto por una gran pústula negra palpitante, de sus brazos algunos huesos sobresalen tornándose como afiladas cuchillas, lo que alguna vez fueron humanos nos atacaron con gran ferocidad sin retroceder ante los daños de nuestras armas.

Antes de que pudiésemos darnos cuenta nos encontramos completamente rodeados, superados en numero, abrumado ante la exagerada cantidad de monstruos bloqueando nuestro paso, exhaustos después de haber abatido a duras penas la primera oleada, una segunda se aproxima, nuestros cuerpos cansados y magullados aun piden pelea, pero acaso este parece ser esto el fin, después de todo lo que hemos avanzado, quieren vernos caer tan cerca de la salida, necesitamos un milagro para salir vivos de esta, aunque el verdadero milagro es haber llegado hasta aquí. 

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