Único.
Era ridículo, totalmente ridículo.
Aún no comprendía cómo carajos había caído en las artimañas de su apuesto y arrogante compañero de clase... Ah, cierto, estaba perdidamente flechado por éste y no se podía negar a nada de lo que pedía.
Odiaba en sobremanera amar a Kim Taehyung, el chico que era la definición perfecta de la palabra petulante, el ejemplo viviente de engreído insoportable, el don Juan entre chicos y chicas, el que parecía no darle importancia a nada a su alrededor a menos que lo involucrara. ¿Cómo es que se llegó a enamorar de él siendo ambos como el agua y el aceite? No estaba seguro. Tal vez era por su belleza y galantería irrefutable, porque Hoseok era tonto más no ciego y debía admitir que el chico era atractivo, demasiado para su propio bien.
A veces se llegaba a cuestionar cómo un arrogante como Taehyung podía ser al mismo tiempo una masita dulce y considerado. ¿Acaso era eso posible, tener una bella carita inocente y ser buena persona y a la vez comportarse como un completo imbécil en todo el sentido de la palabra? Vaya que Kim había resultado ser un combo todo en uno.
Podía pasar de ser una persona hostil e intimidante con su semipermanente cara de culo que te hacía pensar dos veces en si acercarte o no por miedo a recibir un puñetazo que seguramente te reiniciaría la vida a ser, de igual forma, alguien amado y respetado por todos. Algo muy irónico, incluso extraño, en realidad.
Era por el sentido de liderazgo de Kim Taehyung, que lo había llevado a ser capitán del equipo de fútbol y sacar la cara por el mismo después de que éste hiciera una huelga tras saber que el director de la escuela había decidido suspenderlos por falta de fondos; entonces Taehyung, ni corto ni perezoso, había animado a todos a recolectar dinero para seguir manteniendo el club, siendo su labia y su encanto natural de gran ayuda para organizar ventas de garaje, ventas de manualidades y algunas otras cosas más. Gracias a sus ideas era que se encontraban ambos allí donde estaban en aquel preciso momento.
Ese había sido un gesto muy amable de su parte, aún recordaba la primera vez que le dirigió la palabra, se sentía tan irreal que hasta las manos le sudaban, y fue para ofrecerle chocolates hechos en casa como parte del proyecto de recaudación. Y como estaba volando más arriba de las nubes no fue consciente de lo que sus torpes labios pronunciaron, pero de seguro fue algo vergonzoso debido a la risa entre dientes y la sonrisa de Kim, que respondió con un "está bien, gracias por ayudar" antes de marcharse y dejar a Hoseok babeando como un tonto enamorado.
Tal vez era eso, su sonrisa de forma peculiar podría ser una de las cosas que lo llevaron a quererlo, o tal vez sus miradas confundidas cuando no entendía algo en clase y sus tiernas muecas; sí, sin duda los ojos expresivos de Taehyung eran muy lindos. Pero, eh, que eso no le quitaba lo idiota. Era lindo y también idiota. En resumen, era un lindo idiota.
-Linda camiseta, Jung -dijo Kim Namjoon desde sus espaldas con cierto toque de burla en sus palabras, era uno de los amigos de Taehyung y alguien con quien pocas veces había tratado.
Girando su cabeza apenas para ver su mirada divertida por encima del hombro, sonrió forzado y pronunció un corto "gracias" para después volver a poner sus ojos en la cancha y cubrirse el rostro con ambas manos al escuchar algunas risitas , jadeos y murmullos de unas chicas sentadas atrás suyo en dirección diagonal que hace poco habían llegado. De seguro eran parte de la comidilla encargada de informar a todos acerca de todos los chismes nuevos, y sin duda que sería uno muy jugoso el que tenían ahora gracias a él.
Sintió el peso de una mirada sobre su persona, así que entreabrió los dedos para poder observar a Taehyung sonriéndole de forma coquetea, gesto que hizo que al instante un color carmesí pintase sus mejillas y parte de sus orejas y cuello, algo que parecía gustarle y divertirle al deportista que le tiró un guiño antes de seguir con el juego que se estaba llevando a cabo. Al instante, las personas que habían presenciado aquella escena comenzaron a hacer el típico sonido a coro que hacían los estudiantes para molestar a los demás, el conocido "uhhh". Hoseok quería que la tierra se partiera en dos y lo tragara, pero no, debía ser valiente, había aceptado esto y lo iba a cumplir hasta el final, así que ignorando los cuchicheos del resto, se dispuso a ver jugar a su chico favorito.
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El partido había terminado hacía poco dando como resultado ganador al equipo de Taehyung, el cual se hallaba celebrando con grandes sonrisas, bromas y vítores mientras se dirigía hacia los vestidores, todos más que satisfechos con el resultado. Hoseok observaba todo desde lejos respondiendo con media sonrisa y un asentimiento de cabeza cuando los jugadores lo miraban y saludaban, ampliando la curva de sus labios al tener la atención de él.
Taehyung trotó hasta donde él lo esperaba, Hoseok quiso acercarse para abrazarlo, pero el menor le hizo un ademán para que se detuviera provocando que un lindo puchero se instalara en los labios de Hoseok.
- Estoy sudado, debo irme a bañar, ¿me esperas? -inquirió el jugador, dibujando círculos como suaves caricias en una de de las mejillas del contrario, que las recibía gustoso.
- Uhm... Está bien, pero no demores -respondió, aún con su muequita de niño resabiado puesta que Taehyung besó rápidamente antes de salir corriendo a donde se encontraba el resto del equipo, no sin antes decir un:
- ¡Te queda perfecta esa camiseta!
Y ahora sí que Jung Hoseok iba a matar a Kim Taehyung.
¿Acaso no le bastaba jugar con su pobre corazón como para avergonzarlo frente a todos?
•💫•
Taehyung se despidió de sus amigos agitando su mano a lo lejos regresando con Hoseok, que lo esperaba con los brazos cruzados y el ceño fruncido.
- ¿Te enojaste de verdad? -preguntó apenas llegó a su lado. Recibió sólo un bufido por respuesta.
-Vamos.
Y con ello, Hoseok empezó a caminar ignorando al menor, o al menos esa era la idea, darle una sopa de su propio chocolate, pero, vamos, era Jung Hoseok de quien se trataba y éste no podía ser más débil al momento de flaquear con respecto a Taehyung.
Quizás esa era una de las cosas que más odiaba de amar a Kim, a veces tenía miedo de lo vulnerable que se podía mostrar ante el menor, el cómo éste lograba adentrarse cada vez más y más en él de forma tan sigilosa y perspicaz, pero al mismo tiempo estruendosa y ridículamente cursi. Muchas veces se cuestionaba cómo pasaron de ser dos desconocidos a lo que eran ahora, en un abrir y cerrar de ojos aquel chico inalcanzable al que admiraba desde lejos se encontraba ahí, junto a él; cómo pasó de crear escenarios imaginarios en su cabeza a intentar contar las estrellas en el cielo en medio de conversaciones triviales, pero significativas, durante hermosas noches especiales que guardaba con recelo en su corazón.
A veces era irónico el cómo, sin darse, cuenta recreaban escenas megas clichés de los dramas románticos siendo que ninguno de los dos era fanático de ellos y, sin embargo, los veían para matar el rato o hacer críticas al respecto que terminaban en ellos rodando por el piso entre risas por una guerra de cosquillas. No se podía quejar, pues amaba todas y cada unas de esas tardes en las que eran felices, quizás las amaba demasiado, y eso lo aterraba, le aterraba pensar que en algún momento todo aquello pudiera desaparecer. Al mismo tiempo, odiaba tanto ser el protagonista cliché que no podía expresar sus sentimientos siendo que había tenido muchas veces la oportunidad, pero nunca la aprovechaba.
La historia de ellos era peculiar, era tragicómica en pocas palabras, siendo que Hoseok odiaba a Taehyung por ser "creído" mientras Taehyung no sabía de su existencia, claro, hasta aquel día en el que ambos habían sido castigados y les tocó darle mantenimiento a la bodega donde se guardaban las cosas para los equipos deportivos. Sí, desde aquel día algo encendió la chispa de interés en Taehyung, y Jung le había dado nombre y rostro definitivos a la persona que odiaba y quería a la vez.
Hoseok nunca había sido un gran fanático de las relaciones, de hecho, siempre que salía con alguien era cosa de una noche o un par de semanas, a él le aterraba la sola idea de enamorarse porque sentía que caería en alguno de aquellos repulsivos triángulos amorosos o que no podría soportar cuando terminara todo, por eso siempre prefería ponerse límites para evitar poner en juego a su corazón. Oh, bueno, ese había sido su objetivo principal hasta que apareció Taehyung, quien contra todo pronóstico había hecho que cada una de sus reglas cayeran, había visto más allá del chico sonrisas a su otra verdad, ganándose a pasos agigantados más que tan solo su interés y cariño.
Quizás se odiaba a sí mismo por no tener la valentía suficiente para expresarle su agradecimiento y el revoltijo de emociones y sensaciones que lo invadían cuando estaba con él.
Decidido a no callar más aquellas dos palabras que picaban por salir de su boca, detuvo su caminata y giró sobre sus talones, y sin darle a Taehyung oportunidad de siquiera decir algo, lo besó.
-Te amo.
Fue lo primero que dijo al separase, Taehyung se sorprendió y no supo qué responder al escuchar lo que había susurrado Hoseok, quien temió por un momento lo que podrían causar sus palabras. Quizás había sido muy pronto más no se arrepintió, era lo que realmente sentía.
- ¿Me... Amas? -repitió aún atónito-. ¿Realmente me amas?
El mayor rió entre dientes y se alejó un poco para señalarse a sí mismo.
-Tanto que no puedo negarme a tus caprichos. Créeme, esta no es mi ropa habitual -intentó bromear, a pesar de tener los nervios de punta.
Taehyung sonrió, no se podía encontrar más feliz en ese momento, habían ganado un partido importante y por primera vez uno de los dos se animaba a decir aquellas dos palabras, aquel primer "te amo", el primero de muchos. Sin perder tiempo, envolvió sus brazos alrededor de la fina cintura de su novio, alzándolo un poco en el aire para después tomar sus labios de manera demandante, pero sin perder aquel toque tierno que los caracterizaba.
-También te amo.
Y al fin Hoseok pudo respirar tranquilo, su corazón latiendo acelerado y las infaltables mariposas de tórtolo enamorado revoloteaban en su estómago, tan mágico y trágico dependiendo de qué perspectiva lo viera.
El amor es así, se puede presentar de diferentes maneras y formas, algunos amores son un poco extraños, otros tantos demasiado cursis y empalagosos, algunos siguen esperando y también existen amores que ya encontraron la persona correcta con quien existir. A veces podrá ser doloroso porque compartes las tristezas y malos ratos de la persona que quieres; en otros momentos te puede regalar las más increíbles, alegres y extrovertidas experiencias como cuando ambos ríen hasta no poder más; así como también en otras tantas ocasiones se convierte en aquel lugar seguro que te abriga con su calma y te llena de paz y sosiego al final de un estresante día.
Quizás esa era una de las cosas que Hoseok odiaba del amor, que nunca sabes lo que te espera a la vuelta de la esquina, sobretodo con Taehyung, alguien espontáneo e impulsivo que a veces tenía ideas muy... Raras, contrario a él que, aunque no lo pareciera, le gustaba tener todo perfectamente planeado. Así que había ocasiones en las que le aterraba amar a Kim Taehyung de la forma en que lo hacía, sin barreras, de manera transparente, ya que lo que ellos tenían había prácticamente surgido de la nada.
- ¿Cuánto me amas? -preguntó Kim aún sintiéndose en la nebulosa por aquella confesión reciente y una sonrisa risueña.
- Te amo lo suficiente como para asistir al partido con una camiseta que dice "peligro. Novio de Kim Taehyung" -respondió dándose vuelta para señalar su espalda donde, efectivamente, se podían ver aquellas palabras escritas.
El responsable de aquello estalló en una risa contagiosa recreando en su mente la escena de cuando le pidió a Hoseok que llevase puesta aquella camiseta del equipo que había mandado a hacer especialmente para él y el mayor se había negado rotundamente, pero al final había cedido a su capricho.
No es que ellos se avergonzaran de ser novios, claro que no. Simplemente no veían la necesidad de gritar a los cuatro vientos lo suyo, a veces era mejor vivir sin decir a nadie, sin embargo, al menor le había parecido una buena idea que el novio del capitán del equipo asistiera al partido con una camiseta personalizada.
Hoseok le lanzó un suave manotazo al pecho, tomando aire después de también haberse reído sólo porque sí.
- Me debes una, eh. No te creas que te salvas -dijo, recordando la ropa de pareja que había visto. Le causaba cierta vergüenza el pensar en usarla, pero al mismo tiempo le resultaba algo muy tierno.
Taehyung sólo se encogió de hombros y abrazó a su novio por detrás, entrelazando sus dedos sobre el abdomen de éste y descansando su barbilla en el hombro del más bajito, comenzando a caminar de aquella forma con pasitos de pingüino, algo ya muy de ellos.
- Supongo que me haré cargo de las consecuencias de mis actos -aceptó, hundiendo su nariz entre la mata de cabellos de Hoseok que desprendían aquel dulce aroma a vainilla que le encantaba, sintiendo las manos más pequeñas posándose sobre las suyas-. Pero estoy seguro de que los dos pasaremos vergüenza con lo que sea que tengas en tu cabecita -soltó una carcajada corta.
- ¡Oye! Ya te dije que dejes de leer mis pensamientos, fisgón -espetó con falsa molestia.
- Qué se le va a hacer, mis poderes psíquicos no se van de la noche a la mañana, qué desgracia -contestó, dramatizando la última frase.
- A ver, ¿en qué estoy pensando ahora, entonces? -dejó de caminar, viendo sobre el hombro al menor.
- Hum... déjame ver -llevó dos dedos a su sien entrecerrando los ojos y repitiendo bajos "hum" para después chasquear los dedos con una sonrisa grande-. ¡Ya sé!
- ¿Ah, sí? A ver, ¿qué es? -levantó una ceja sonriendo ladino.
- Estás pensando en ir a comprar comida en MCdonalds, helado de chocomenta e ir a mi depa a ver películas mientras celebramos que hemos ganado, ¿acerté?
- Nop, pero buen intento.
Taehyung puchereó sacudiendo un poco a Hoseok entre sus brazos, quién rió suavemente.
- Ya, en serio ¿qué dices? ¿Hamburguesas o pizza? ¿O qué tal si vamos a tomar un vino a la luz de las velas? -propuso coqueto sonriendo de forma seductora.
- Uhh... Chico promiscuo, ¿acaso usted me está coqueteando? -respondió Hoseok siguiéndole el juego a su novio.
- Tal vez.
Taehyung se despegó del cuerpo del más bajo, tomando su mano para darle vuelta y sostener su cintura con una de sus manos, inclinándose un poco sobre él de manera que sus narices se rozaban y sus respiraciones se mezclaban. Sostuvo una de las mejillas del más bajo con su mano libre repasando cada detalle de su rostro y volvió a conectar su mirada con aquellos cautivadores ojos avellanas que lo veían sorprendido por el rápido movimiento.
- ¿Será acaso que el chico más bonito, seductor y sexy del planeta le da la oportunidad a este servidor para celebrar juntos? -susurró con su voz aún más ronca y grave de lo que era naturalmente, haciendo que la piel de Hoseok se erizara.
- Quizás -respondió cortamente, jugueteando con el labio de Kim entre sus dientes, provocándolo. A veces le gustaba jugar con la paciencia de su novio en momentos así.
-Te amo, Jung Hoseok.
-Yo también te amo, Kim Taehyung.
Y sin decir más, se fundieron en un suave y lento beso donde sus labios encajaban como dos piezas de rompecabezas destinadas a estar juntas allí donde estaban bajo aquel cielo estrellado en medio de una calle en la penumbra junto a un alumbrado rodeados por el silencio de la noche, sólo siendo ellos, sólo amándose a pesar del temor del qué pasará.
Nadie sabe qué pasará a la vuelta de la esquina, nadie sabe lo que nos deparará el mañana o si tal vez habrá uno, pero ellos estaban seguros que disfrutarían y guardarían cada pequeño pedazo de lo que duraran juntos, cada fragmento de lo que eran, habían sido y serían en el futuro. Quizás ellos podrían formar parte de los pocos casos donde las parejas siguen juntas hasta cuando la piel se arruga como pasa y el cabello se vuelve blanco cual nieve recién caída, o quizás no, pero ¿acaso no era mejor arriesgarse a amar que lamentarse después? Hoseok estaba seguro de que sí, a pesar de los comentarios que decían sus amigos sobre que "el amor lo había ablandado". Algo irónico, teniendo en cuenta que la persona que lo hizo era alguien que a primera vista intimidaba con su porte y rostro serio, pero que con él era todo un cachorrito mimado y caprichoso con sus berreos y rabietas ante los que Hoseok no se podía resistir.
Eran felices juntos y eso se notaba desde lejos. Taehyung amaba cuidar, mimar, besar y hacer reír a su Hobi, y Hoseok, muy en el fondo, amaba consentir y mal acostumbrar a su TaeTae.
Simplemente eran el uno para el otro, y eso nunca nadie lo podría cambiar.
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No sé que escribí, la verdad, pero quería hacer algo por el Vhope day.
Dato curioso: al principio iba a ser un drabble, pero esta señorita terminó haciendo un One shot porque no sabe expresarse en pocas palabras Jskjskjskjsk
Por cierto, la primera parte está inspirada en la canción de Ha*Ash "Odio amarte" un poco tregiversada a mí manera, pero en la última parte mis ideas dijeron: no, mí compa, de aquí no somos
Y se fueron a una canción de tercer cielo, creo, que se llama "Un pacto con Dios" es muy bonitaaa, escuchenla
En fin, espero les haya gustado y gracias a JuanPabloGarca5 por corregirlo, ¡de verdad, gracias!
Si aún no han leído una de sus historias ¿qué esperan?🤺 sus historias son 10/10
Eso es todo, bye-bye!
Pd:
KXJXUHXKQNEISNWUFBAKB3UDNQKHEJZKQBW //colapsa
La diferencia de tamaño entre sus manos, la sonrisita de Hobi mi xhiwbeudkwkw I can't- //cry
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