Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

🦄


Advertencia: Lenguaje vulgar, escenas sexuales explícitas, poliamor.



Taehyung es... Dulce, la representación gráfica de lo cualquier persona puede imaginar cuando la palabra «Inocente» llega a su mente. Tiene un cabello liso de color negro que ocupa ese corte redondeado que cubre un poco más debajo de las cejas, otorgando aquella sensación de ser un chico pequeño que deja a sus padres elegir su corte de cabello. Lentes de montura negra que tienen la dicha de descansar todos los días en aquella linda nariz; Dios, en serio que posee una nariz perfecta, ese rasgo es motivo de envidia en más de uno, incluso en sí mismo. Sus labios de un grueso agraciado, forman los montículos más rosas y deseosos que un chico homosexual, o bisexual en este punto en particular, pudieran desear. Ni hablar de aquellas curvas lindas de su cuerpo.

Bien, tiene que aceptar que poder apreciar su curvilínea figura es una de las tareas más difíciles debido a esas ropas holgadas que siempre viste, que básicamente no varían de ser pantalones deportivos o suéteres demasiados grandes. No obstantes, el chico de cabello cereza no puede olvidar aquella vez que los libros de Taehyung fueron al suelo y tuvo que agacharse a recogerlos... Diablos, decir que se ha masturbado varias veces solo por poder ver esas dos gigantes toronjas apretar de esa forma grotesca su pantalón deportivo, es poco.

Hay veces que está en medio de la clase y no puede evitar fantasear el pegar el pecho del chico contra su propia mesa y comerle el culo por horas, hundir su lengua a diversos ritmos, degustar hasta cansarse y amansar hasta que esté llorando por él. Le gustaría tragarlo, claro que lo tragaría.

Jungkook jadea un poco al percibir la presión de su hombría dentro del pantalón volverse insoportable. No lo puede creer, otra maldita erección ganada solo con ver a ese azabache de lentes pasearse por lo amplio del pizarrón resolviendo ecuaciones que ni puta idea sabe cómo llegaron hasta allí. ¿Qué pasa le pasa? Él nunca ha sido así, es decir, es un chico bisexual de veintidós años con una vida sexual activa, demasiada activa, que ocasionalmente se lía con tipos lindos que le generan deseo, pero no a este grado de deseo, ¡Es demasiado deseo!

Es que ni siquiera recuerda cuándo fue la última vez que quiso con un tipo, ¿Quizás meses? Puede que unos seis o siete meses han pasado desde que quiso acostarse con un hombre, ya que siempre se ha inclinado más por las chicas tiernas, frágiles, que transmiten inocencia. No lo sabe, le calienta que ellas sean chillonas y quejumbrosas, que pidan parar porque no soportan su tamaño de diecinueve centímetros. Sin embargo, este tipo es diferente o todos los anteriores con los que ha querido involucrarse. Puede que sea absurdo lo que va admitir, pero de alguna manera tiene un crush que no puede terminar de definir si solo es porque Taehyung calza perfecto en el tipo de chica/chico que le gusta, o simplemente es por esa manera misteriosa y callada de comportarse con todo el mundo.

Todo de él es un maldito misterio.

Taehyung es un nerd de los antiguos, de esos que prácticamente comen libros y solo viven para los estudios todos los días de su vida. No tiene redes sociales, ni amigos alrededor con los cuales relacionarlo. Incluso lo que come durante el almuerzo es hecho en casa, ya que nunca visita la ruidosa cafetería del campus. La única manera de poder coincidir con él en otro lugar fuera de clases, en yendo a la biblioteca; porque aunque parezca sorprendente para todos aquellos que creen en los estereotipos del chico malo y poco inteligente, Jeon Jungkook es el mejor estudiante de este curso, incluso, por encima de su nuevo crush misterioso.

Chico bisexual con vida sexual activa que es una especie de genio al entender todo sin casi prestar atención a nada...Perfecto. O casi, ya que puede entender casi todo, menos, a Kim Taehyung.

En serio siente que se está volviendo loco o algo, pero esa expresión de chico bueno oculta algo demasiado grande que lo ínsita a observarlo detenidamente como un puto crio obsesionado por un juguete. Nunca había querido poseer algo con tanta intensidad como desea hacerlo con este tipo odioso, ¡Le pone de los nervios que casi siempre ignore su existencia!

La lengua del pelirosa sale un poco para humectar su labio inferior lentamente cuando Taehyung da el marcador al profesor y comienza a subir las escaleras para llegar a su propio puesto que está dos filas por debajo de la propia. Es fugaz el momento, pero por una fracción de segundos sus ojos tras esos cristales chocan con los contrarios de una forma sofocante, frenética, casi como si le gritara «Ven por mí y descúbreme»

—Hijo de puta calientapollas—susurra en medio de un chasquido frustrado.

—Le vas abrir un hueco en la nuca al chico, Kook. Es mejor que dejes de mirarlo o podría denunciarte por acoso—se aventura a decir NamJoon a su lado, sin siquiera tener que despegar la mirada de su laptop—. Deberías de superarlo, no muestra algún interés en ti.

El de hoyuelos es un buen amigo de adolescencia, ese con el cual pudo hablar de sus gustos sin sentirse juzgado, ya que él mismo siempre ha sido una persona de mente abierta. Por ejemplo, ahora mismo NamJoon está en una relación con SeokJin y Jimin; ellos perfectamente pueden disfrutar entre los tres sin ningún tipo de complicación. Aún le sorprende un poco que hayan estado dispuestos a tener esa clase de relación, pero cada quien con sus preferencias.

—Claro que lo hace—responde de inmediato entre dientes, golpeando la mesa con el borrador de su lápiz, no pudiendo despegar sus ojos de esa nuca de cabello azabache. Quiere hundir sus uñas en esa piel. Su pene hinchado se mueve emocionado por la posibilidad—. Además, ¿Qué te importa si me para o no? Seguro tienes algo mejor que hacer, no sé... Recordar el trasero de Jimin o acariciar las piernas grandiosas de SeokJin Hyung.

—Trataré de ignorar que tienes una obsesión con el trasero de mi Jimin, pero, ¿Cómo sabes que SeokJin tiene grandiosas piernas?

—Eso. Hace dos meses todos fuimos a la playa y él utilizó ese short corto... Era gris con un Nike en uno de los costados, no lo sé, se le veían bonitas piernas, largas y definidas, nada que envidiarle a los demás—Jungkook gira hacia el peligris que parece un poco satisfecho con esas palabras al recordar los perfectos dotes de uno de sus novios—. Nam, tienes suerte de poder tener a esos dos, aunque no deja de ser un poco extraño. Uh, ¿Cómo harás cuando quieran ir a conocer a tus padres? No creo que ellos apoyen el poliamor.

—Ya ellos conocen a mis dos novios, Kook. ¿Qué mierda? Te lo dije, en navidad fui a Seúl y los llevé conmigo. Los presenté como amigos... Pero creo que haber hecho un trío en la piscina de la casa en medio de la noche no fue buena idea—recuerda con fastidio—. En fin, les conté a mis padres que ambos eran mis novios y ellos lo aceptaron—se alza de hombros con desinterés. Sus padres no son tan complicados como otros, al menos eso agradece—. Soy un hombre responsable que está próximo a graduarse de Físico, no pueden decir nada. Además, les dije que ambos venían de una familia musulmana.

—¿Qué? ¿Ellos creyeron esa mierda?—pregunta asombrado, no pudiendo recordar cuándo fue que esa información fue suministrada. ¡Imposible! Lo recordaría totalmente por ser tan descabellado. NamJoon asiente con tranquilidad—. Tus padres son unos tontos, lamento decirlo.

—Oye, no es su culpa que crean completamente en su correcto hijo.

—¿Tú correcto? Ni de coña posees esa virtud.

—Supongo que el Sr. Kim y Jeon pueden compartir con toda la clase el tema interesante que están llevando en este momento.

El profesor de unos cincuenta años habla, haciendo que ambos chicos se giren al frente para notar que los más de sesenta estudiantes los ven medianamente interesados. Claro, no son para nada idiotas, cualquiera quisiera saber los temas de conversación de las personas más inteligentes y codiciadas del lugar. Ambos se quedan en silencio.

—¿No? Bien, creo que vendría siendo hora que pasen al frente y expliquen por diez minutos todo lo que he dicho hasta ahora...


...


—Es un maldito, ¿Por qué no dejó que fueras tú el que pasara al frente?—se queja el peligris, acomodando el computador portátil en su bolso una vez la clase ha terminado y todos están saliendo feliz por ser viernes—. Creo que le gustas, ¿No lo has notado? Se te queda viendo las piernas cuando pasas por su lado... ¡Diablos, qué asco de imagen metal me acabo de hacer al imaginarte siendo follado por él! De seguro tiene que usar pastillas para que su pene arrugado se pare.

—¡Cállate! Haces que mi jodida cabeza también lo imagine. Es repugnante—escupe—. Además, sabes que yo soy el que la pone.

Dicho eso, sigue con la mirada al azabache de lentes que sale del salón un poco más apurado de lo normal. ¡Rayos! ¿Cuándo será el día que se pueda acercar a él y decirle que lo calienta tanto que podría derretir su piel con solo tocarlo? El revolcón que le dará si eso llega a suceder, será alucinante.

—Versatilidad, amigo mío, versatilidad—corea el de hoyuelos, colocando el bolso en uno de sus hombros para comenzar a salir del sitio con aquella sonrisa boba en sus labios ante los recuerdos—. ¿Crees que siempre soy yo el que lo hace? No, pequeño Kook. No sabes lo fascinante que es poder jugar con dos al mismo tiempo, doloroso las primeras veces, pero fantástico cuando se adapta. Eso los hace gritar como unos malditos necesitados...

—Esa es una información que no necesitaba conocer—se espanta de inmediato, con rostro de asco—. No podría imaginar a SeokJin Hyung en esas cosas... Él es tan dulce.

—Sí, claro que lo es—asegura con cierto sarcasmo—. Por cierto, hoy te esperamos en Unicorn club para tomar algunas tragos, no es malo a veces salir a tomar un respiro de todas estas clases.

—No me gustan esos antros, normalmente soy irresistibles para todos y es molesto tener a tanta gente sobre mí—farfulla divertido, ante la mirada de pocos amigos que NamJoon le da al ser un creído—. ¡Bien, bien! ¡Voy! Pero debes dejarme bailar con Jimin, desde que es tú novio no deja que le toque el culo.

—Púdrete, Jungkook. Mi novio, mi culo.

—Acaparador, solo será una tocadita...

—Que no, hombre, que no. Mejor sigue imaginando que tocas a Taehyung, de eso seguro, solo será en tu imaginación—se burla mordaz.


(..)


Las luces del lugar son de colores vibrantes, mesas redondas en tono negro que poseen estampadas en pintura de colores un lindo unicornio que parece ser una caricatura hecha por un niño, sillas de cuero que pueden variar entre rojas y negras, una barra colorida con demasiadas bebidas por escoger, siendo atendida tanto por hombres como por mujeres. A la izquierda hay una tarima alargada que posee un tubo justo en el medio donde mujeres con grandes pechos bailan al ritmo de la música una con otras, enloqueciendo a todos esos hombres que solo pueden lanzar billetes de diferentes denominaciones.

Jungkook las mira por un momento, encontrándolas poco atractivas para sus específicos gustos. Sin detenerse a contemplarlas de más, busca con la mirada a NamJoon que previamente ya le había dicho que estaba en el lugar. Mientras cruza el local que está más o menos abarrotado de gente que poseen lazos, cintillos o prendas haciendo alusión al nombre del club, puede ver fugazmente a un chico de anteojos entrar en una de las puertas que están cerradas para el público al ser la zona asignada para el personal que trabaja ahí, sin embargo, no cree que su mente le está jugando limpio al percibir cosas en donde completamente no las hay.

Definitivamente Taehyung nada haría en un lugar como este.

Una vez puede visualizar a su amigo a lo lejos, descubre que se está dando un beso de tres con sus dos novios. Gira los ojos. Podría decir que es asqueroso ver como las tres lenguas entran en contacto simultáneamente, pero la verdad es que es un poco erótico el presenciar tal acto de deseo, baba y gruñidos. Rayos, y él lleva más de dos meses que no pone su pene en otro lugar que no sea su mano para masturbarse con Kim Taehyung en mente. Ese bastardo infeliz, cuando tenga su cuerpo sobre el colchón le pagará en orgasmos toda esta ansiedad de tenerlo.

Luego de un saludo breve por parte del pelirosa, los cuatro piden dos botellas de tequilas para comenzar con la diversión de un viernes más que promete terminar con algunos en jornadas de sexo, y otros tantos abrazando el inodoro, aquí él. YoonGi y Hoseok se les unen unas dos horas después, aclarando que estaban teniendo un revolcón en plena vía pública y por eso no habían llegado antes, cosa que por supuesto nadie preguntó.

Eran exactamente la una cuarenta y ocho de la madrugada cuando las luces del lugar descendieron, ocasionando que algunas personas alcoholizadas comenzaran a silbar, otras tantas gritaban eufóricos y se quitaban las camisas para darle vueltas en el aire emocionados por algo que Jungkook desconocía. Bufa. Justo ahora está solo en la mesa, al YoonGi estar besándose con Hoseok por ahí en algún rincón, y el trío de novios salir a fumar o qué sabe él. Con fastidio por haber sido dejado de lado como siempre que salían, llena otra vez uno de los diminutos vasos con abundante tequila hasta tragarlo con la respectiva sal y limón.

La música cambia inmediatamente a una mucho más suave, para seguidamente aparecer una figura curvilínea que posee una máscara de unicornio que únicamente cubre la parte superior de su rostro, dejando expuesta la forma sensual en que muerde su labio que es preso por un piercing circular en uno de sus lados. Su cabello cae en bucles oscuros, sus piernas desnudas apenas visten un short o bóxer, Jungkook no está seguro, muy diminutos de una tela oscura que deja aberturas horizontales hacia los lados de su cadera. Dicha prenda está conectada por unas pequeñas tiras que suben por su abdomen cubriendo apenas sus pezones y rodeando sus hombros para concluir en la parte trasera de la ropa, como si fuera un diminuto overol... Literalmente diminuto.

El chico da la espalda al público, inclinándose sin doblar sus rodillas para regalar una clara apreciación de su grotesco trasero que cualquiera allí moriría por golpear, morder o comer. Jungkook traga saliva, dejando el vaso a un lado. La cadera del chico azabache comienza una danza suave circular que mantiene hasta llegar al suelo, y una vez allí, realiza un split completo de forma horizontal dejando que su culo se mueva con verdaderas ganas contra la frialdad del suelo. Casi como si estuviera montando una polla.

Twerking, un jodido movimiento de culo que ha visto mil veces en la vida, más nunca uno como ese que presencia justo ahora. La espalda del chico está arqueada perfectamente solo pudiendo mover sus dos nalgas hacia un público cachondo que rápidamente comienzan a lazar billetes a su dirección motivándolo a seguir con otros movimientos muchos más insinuantes. Jungkook se coloca de pie y pasa entre algún cuerpo sudoroso para terminar entre la primera fila de tipos que lanzan billetes hacia sus pies, de ese modo puede apreciar mejor lo estilizadas de esas piernas, o lo grande de ese trasero que no deja de agitarse con descaro hacia aquellas personas que apenas puedan controlar sus hormonas.

El chico unicornio cae de rodillas para comenzar a gatear como un gato salvaje hacia el lugar lleno de dinero y así poder introducir sensualmente algunos billetes entre su short negro sin dejar de manosear a sí mismo. Su lengua emerge juguetona en medio de una sonrisa atrevida, justo cuando sus dedos largos comienzan acariciar sus delicadas curvas, siguiendo su camino hacia la clavícula marcada y cuello húmedo de algunas gotas de sudor.

Sus ojos ubican a un par de orbes oscuros entre la multitud, no pudiendo contener un leve ronroneo de placer al distinguir que ese chico de cabello rosa no puede cerrar la boca al mirar la forma en que su cuerpo se mueve provocativamente.

Si solo supiera que hoy está siendo más cínico de lo normal solo porque lo vio entrar.

«Joder, maldito mocoso que cree obtener el control de todas sus estúpidas conquistas.»

Sin poder resistir o hacer caso a las reglas del club, su dedo índice se estira y lo apunta para seguidamente pedirle que suba a la pequeña tarima donde su cuerpo es el único centro de atención, ese que todos quieren joder y pagarían demasiado por conseguir montarlo un par de minutos. Pero no, él no se prostituye, él solo disfruta demasiado haciendo que sus erección crezcan y exploten con solo tocar con los ojos, con solo apreciarlo a los lejos.

Jungkook completamente sorprendido de lo que acaba de suceder, es motivado por todas aquellas personas que no fueron escogidas para que suba al sitio y obtenga lo que ninguno podrá.

Un baile del chico unicornio.

Sin saber verdaderamente cómo reaccionar, el pelirosa sube las escaleras para quedar frente a frente con el chico azabache que solo puede pasear sus ojos por su cuerpo sin disimulo alguno. Está tan bueno. Taehyung lo puede aceptar una vez más sin problema alguno, esa camisa negra que es sostenida por esa especie de cinturón en su cintura le da un plus orgásmico. Sin embargo, lo que realmente llama su atención, es aquella gran erección de la cual no se nota ni un poco avergonzado de lucir; es grande, se ve deliciosa y está seguro que también sabe glorioso.

Humedece sus labios de forma provocativa.

Un segundo después, pide entre mímicas la corbata de uno de sus compañeros para poder proceder con lo que tiene pensado hacer. Una vez tiene la prenda alargada de tono rojo entre sus dedos, se la muestra al chico y pide sin pronunciar palabra, que coloque sus manos en su espalda. Rápidamente Taehyung se da vuelta y amarra las extremidades de Jungkook para que no logre colocarle ni un solo dedo encima. Vamos, son las reglas, no es como si no le gustaría que lo tocase... Llevan tres años jugando con las miradas, él ha tenido que darse placer con sus dedos teniendo a ese niño promiscuo en su mente más veces de las que quisiera admitir. Es una patada en sus partes nobles el no poder superarlo.

Nuevamente frente Jungkook, Taehyung eleva una de sus rodillas hasta poder rozar la dureza de aquel miembro con suavidad, hasta conseguir un gruñido que muere en su garganta y que solo fue audible para ambos. Como si fuera una burla, su culo va rápidamente contra dicha parte, iniciando un movimiento ondulante que es bastante lento, y pegando su espalda del amplio pecho del niño, mientras sostiene su pantalón oscuro de los lados para que no pueda alejarse ni un poco de aquella estimulación que ha hecho correr a más de uno en sus veinticuatro años.

—J-Joder... que culo...—gruñe Jungkook frustrado de no poder palpar.

La espalda del chico unicornio se arquea cuando se aleja un poco, siendo visible en este momento la manera vulgar de sus nalgas debido a que su corto short se sube con cada movimiento. Un tatuaje, uno diminuto en su glúteo derecho es visible para Jungkook, pero no puede centrarse en ello por más que quisiera, ya que tiene que controlarse o podría eyacular con solo un par de roces.

Cuando cree ha podido dominar sus impulsos, es arrastrado hasta el tubo unos metros por delante para sufrir un maldito infarto fulminante. El chico azabache lograr sostenerse del tubo con sus brazos de una forma extraña que justo ahora no puede analizar, para subir, literalmente hablando, sobre su cadera y rozar ambos sexos entre meneos infernales que podrían partir su hombría de tenerla clavada dentro suyo. Jadea, no lo puedo evitar, el mirar como ese abdomen se mueve como si fuera una serpiente en busca de envenenar, lo está llevando demasiado lejos de allí. Maldito chico unicornio, está disfrutando esto, esa sonrisa que adorna ese rostro sudoroso es muestra de verse satisfecho de tenerlo en el borde.

En un abrir y cerrar de ojos, ya está extendido sobre el piso con ese cuerpo perfecto bailando sobre su parte sensible como si no fuera un hombre necesitado de un buen agujero... De su agujero que posiblemente debe ser tan delicioso como todo él. Un movimientos neto sobre su erección de adelante hacia atrás, y Jungkook puede experimentar el correrse con solo sentir el roce de un trasero.

Los pocos segundos que tiene antes de verse avergonzado de eyacular frente una multitud excitada, puede escuchar claramente un «En el baño en veinte minutos» que viene del chico unicornio antes de bajar del escenario para ir a la parte trasera del club, después de haber dado su show.

Jungkook baja del escenario con la boca seca.

—¡Oh, Dios mío! ¡ÉL TE ESTABA COGIENDO ALLÁ ARRIBA!

Es lo primero que exclama SeokJin cuando lo ve bajar incómodamente por el líquido que, gracias al cielo, no se nota demasiado debido a poseer un pantalón negro. Un Jungkook acalorado ni siquiera puede articular palabra alguna, solo tiene cabeza para repetir la invitación explícita que ha recibido solo segundos atrás, «¿Veinte minutos?»

—Hombre, ¡Qué calor tengo! ¡Hasta nosotros nos calentamos con ese baile!

—C-Cállate un momento—pide aturdido e incómodo, tratando de abanicarse con su propia mano. Siente su rostro enrojecer desde la punta de su nariz hasta las orejas—. Mierda...

—Kookie, ¿Quieres ir al baño? Puedes refrescarte, no son tan sucios como pudiéramos pensar—comenta Jimin en aquella voz sumisa que siempre ocupa para apaciguar a los demás.

Con un movimiento lento de cabeza, el anaranjado le muestra el camino y otorga un pañuelo para que pueda secar su rostro una vez lo lave con agua fría.

Apenas el pelirosa llega al lugar, nota que una pareja está dándose lote, sin darle verdadera importancia va hacia uno de los grifos y moja el pañuelo para limpiar la corrida de su pantalón lo mejor posible. Lo lamenta por el retazo de tela perteneciente a Jimin, pero esto es mucho más importante que cualquier cosa. La pareja que estaba en el lavabo decide meterse en uno de los cubículos para proceder hacer cosas sucias, al menos, eso es lo que puede presumir el sudoroso pelirosa en aquellos veinticinco minutos que pasa allí esperando alguna señal del hombre unicornio, y solo puede escuchar pequeños ruidos del cubículo.

Cuando transcurre la primera media hora y nadie aparece en el baño, comienza a sentir que aquella persona solo estaba jugando con él y, como consecuencia por sus alborotadas hormonas, solo pudo haber caído como el propio imbécil necesitado.

A los cuarenta minutos decide irse, más la puerta del baño es abierta otra vez dándole un poco de aquella cochina esperanza que lo ha mantenido allí por demasiado tiempo. En esta oportunidad a diferencia de las anteriores, un chico de cabello negro que cae en ondas desordenadas sobre su frente es quien ingresa, vistiendo un suéter corto por encima de su ombligo, un pantalón de mezclilla roto y unas medias de malla oscuras que llegan a su cintura perfectamente pequeña. El aliento de Jungkook se estanca en su garganta cuando puede mirar más de un minuto su rostro y distinguir aquella nariz empinada y esos labios gruesos que por meses ha deseado poseer.

—Taehyung—apenas puede susurrar.

Su erección se llena dramáticamente cuando esos ojitos oscuros le mantienen la mirada sin siquiera encontrar motivos suficientes para avergonzarse. Claro, como si no fuera vergonzoso el haber hecho que su polla explotara en medio de muchas personas.

—Ese soy yo, ¿Decepcionado?—duda.

—Pero tú... Tus lentes... Dios, ¿Qué mierda es esto?

—No vine a dar explicaciones, dulce bebé. Hyung ha venido a montarte, si no estás interesado...—insinúa dándose media vuelta.

Ello obtiene como resultado que Jungkook ni siquiera lo deje acabar de girar cuando ya esos urgidos labios están sobre los propios besando con ganas incontrolables, su lengua hundiéndose y llegando hasta lo más profundo de su acceso, consiguiendo corrientes eléctricas que lo hacen erizar. Las manos del pelirosa van directamente a su trasero para apretar con ganas, comenzando a restregarlo ambos sexos sin esperar perder un solo segundo en suaves besos.

—¿Bebé... Está urgido de Hyung?—juguetea un poco, al morder su labio inferior con lentitud.

—Este bebé te hará atragantar, Hyung—promete, tomándolo por la cintura y guiándolo a uno de los pocos cubículos disponibles.

Taehyung se ríe entre besos por aquella promesa que sabe cumplirá, pero no será hoy, en este instante el único que chupará una polla será ese dulce chico que cree poseer el control de algo que claramente inició a propósito. Estaba cansado de solo actuar tímidamente frente él, mientras lo desea tan grotescamente.

—Jodido, sabía que ocultabas algo... Tus ojos me lo decían.

—Muy inteligente—halaga, empujándolo sobre el retrete que por suerte está limpio. Jungkook cae sentado completamente sorprendido por esa actitud dominante que ninguno de sus anteriores parejas ha poseído, y que extrañamente le encanta venir de Taehyung—. Hyung es muy escurridizo, muy callado, no le gusta andar por allí ofreciéndose a cualquier persona—asegura, acariciando las piernas de chico de arriba hacia abajo hasta llegar a ese prominente miembro y poder sobar con cuidado—, por eso, debes entender que cualquier comentario sobre esto será negado... Yo no trabajo en este sitio y tampoco te cité para un encuentro rápido, ¿Entiendes?

—E-Entiendo—susurra rápidamente Jungkook con ojos grandes.

Con una sonrisa satisfecha, Taehyung se endereza en su lugar para desabotonar su propio pantalón y obtener su pene con facilidad, al no poseer ropa interior que dificulte todo el trabajo.

—Chupa—ordena, sobando su hinchazón con calma—. Hazlo... Y juro que después te montaré como ninguna de tus pequeñas chicas fresas podrán hacerlo. Será el mejor polvo de tus veintidós años.

Y Jungkook ni siquiera puede dudarlo.

Sus labios rodean esa polla de tamaño considerable para introducirlo hasta su garganta. Podrá preferir a las mujeres, pero sabe cómo hacer una mamada de la puta madre que deja a más de uno con los ojos en blanco. Taehyung gime ruidosamente, sosteniéndose de una de las paredes del cubículo ante aquella profunda garganta que lo envuelve tan perfectamente como ningún otro lo ha hecho. Sus testículos son apretados mágicamente por aquellos dedos suaves que saben perfectamente qué hacer con ellos. Antes de poder concentrarse en la calidez que ciñe su aparato, uno de esos traviesos dedos tantea circularmente su entrada intentando inmiscuirse más allá de lo permitido.

Sus ojos café bajan de inmediato a esos oscuros llenos de deseo que lo están chupando tan bien, tan calmado, tan experto. Su extensión es sacada y lamida desde la base hasta la punta; el diminuto orificio del glande entra en una guerra con aquella mágica lengua por más tiempo del necesario, distrayéndolo de aquel dedo que es introducido hasta el fondo, debido a la previa estimulación que se hizo antes de venir a su encuentro. Podrá ser un necesitado, pero nunca un tonto que se expondría al dolor extremo solo por un orgasmo.

El aire le comienza a faltar cuando otro dedo sigue al primero y empieza a buscar entre la profundidad de su agujero su punto dulce. Sin demorar más las cosas, aparta su extremidad de la boca de Jungkook y se da la vuelta para dejar su gran culo frente su rostro en busca de más motivación. Esta gran oportunidad Jungkook no la desaprovecharía ni porque le corten el brazo. De un rápido movimiento baja el pantalón de su Hyung quedando expuestas esas nalgas perfectamente redondas; la derecha tiene un tatuado un unicornio, pero este está lejos de parecerse a los demás que están plasmados por todo el lugar en el que trabaja, su tatuaje es de un unicornio que es negro y tiene parches y suturas por todos lados. Es un jodido unicornio satánico. Tiene más sentido para él.

Al estar desesperado de probar, no ve otra salida que romper sus medias de malla lo suficiente como para hacer su trabajo oral.

—Joder, pagarás mis mallas... Eran de marca—gruñe Taehyung, pegando su frente de la puerta. Jungkook sonríe de lado, palmeando duro uno de los montículos de carne para después masajearlos con ganas, logrando pequeño chillidos de su Hyung al hallar satisfacción en ser manoseado de esa forma—. Vamos~ Hyung quiere que le comas el culo... Quiere sentirte... ¡Ah!—chilla, cuando es abierto y el rostro del menor es hundido lo más profundo que puede.

Los dedos de Jungkook van separando las paredes apretadas en conjunto con su lengua que se mueve majestuosamente en deseosas embestidas, escupiendo la abertura entre sonidos obscenos y chasquidos. La polla de Taehyung deja caer largas tiras de líquido preseminal al suelo sin intenciones de tocarlo, no, quiere aguantar su orgasmo lo más que pueda para disfrutar del encuentro. Tres dedos son introducidos ahora. Maldice internamente, mordiendo sus labios con los ojos cerrados.

«Bien, bien, el chico sabe usar su lengua... Dios, está tan profundo ahora.»

Su culo comienza a empujar rítmicamente contra su rostro para lograr que vaya más hondo, que lama perfectamente todo su interior y llegue a su próstata, pero eso no será posible a menos que algo más largo sea colocado...

Cuando ya la necesidad es demasiada, lo aleja de su entrada completamente dilatada, y rebusca entre los pantalones del pelirosa aquella parte que promete ser más deliciosa que cualquier otra. Por supuesta que Jungkook se deja hacer sin queja alguna, más cuando su gran miembro está libre de ropa y es admirada de aquella forma excitada por el mayor de los dos. Se siente orgulloso repentinamente.

—Vamos, Hyung. Monta a Kookie~

Eso no debía sonar tan malditamente sucio, pero fue de ese modo.

Taehyung termina de echar su pantalón a un lado, colocar el condón en el chico y sube a su regazo sin importar mantener las medias de mallas aún en su cuerpo. Ágilmente, se sienta sobre la punta y se folla completamente entre un jadeo demasiado agudo. La mano de Jungkook cubre su boca para que deje de gemir o ambos serán echados antes de acabar aquel encuentro. La cadera del mayor comienza el movimiento rápido de inmediato, no le importa que duela, es caliente y sabroso el poder sentir que lo está partiendo, es delirante el saltar sobre alguien como Jungkook que ha deseado por largos años.

—S-Si Hyung... Kookie está delirando, así—Taehyung quita la mano del chico de su boca para unirlas desesperadamente en un beso, y así comenzar a brincar sobre aquella extensión con verdaderas ganas y desorden.

La cosa gigante lo hace querer sollozar de deseo, aquella lengua golpeando la propia sin recato, sus frentes sudando por lo delicioso de follar desenfrenado lo hace perder el sentido por unos minutos.

Toma los hombros de Jungkook para sostenerse y mover únicamente su cadera de arriba hacia abajo velozmente, sintiendo que sus testículos se restriegan contra el vello púbico de Jungkook dejando una sensación deliciosa que lo hace cerrar los ojos y escapar algunas lágrimas de placer. Ambas manos del chico van a su cadera para sostenerlo con fuerza mientras empuja hacia arriba para llegar más profundamente en ese agujero que lo recibe a regañadientes.

El sonido fuerte que ambos cuerpos hacen al chocar, está seguro que se puede escuchar en todo el lugar. Diablos, ni siquiera cerraron la puerta. El que puedan ser escuchados por terceros hace todo mucho más excitante para Taehyung. ¡Por el infierno! Esto es mucho mejor que cualquier otra experiencia que ambos han tenido. Sucia, placentera y rápida. Un polvo fugaz que marcará el inicio de algo bueno... Al menos eso espera el pelirosa.

Taehyung cae con fuerza hasta el fondo y vuelve a subir, percibiendo que ese glande martilla su próstata sin consideración alguna. Movimientos circulares en busca de tocarla nuevamente, pero sin reparar la próxima explosión de sensaciones; Jungkook toma ambas piernas del azabache y las sube en sus hombros para proceder a colocarse de pie y poder joderlo de esa forma.

Taehyung rápidamente se toma de su cuello para no caer, perdiéndose en las sensaciones de ser profundamente follado, de poder sentir aquella punta escarbando en donde ninguno pudo llegar. Golpe directo en su próstata, su pene desatendido salta. Nalgada sobre su tatuaje de unicornio, la velocidad aumenta considerablemente al igual que el tono de sus jadeos. Taehyung ni siquiera puede hacer otra cosa que chillar y sentir, no puede mirar a ese chico que lo está partiendo a pesar de saber que seguramente se ve como un jodido Dios griego.

Su espalda va contra la puerta del cubículo para ser empotrado, destrozado. Sus escasas uñas se clavan en la piel nívea del chico rosa desgarrando un poco al percibir ese cosquilleo erizar su cuerpo, sus bolas se comprimen y las tiras blancas salen libre por donde sea que deseen hacerlo. Una, dos, tres embestidas más fuerte y puede sentir el vibrante miembro acabando en su reducido agujero. Los labios de Jungkook que estaban en su cuello chupando, suben hasta su mejilla y deja un besito diminuto ahí.

—Kookie... Está muy satisfecho, Hyung—le susurra, aún con semen saliendo de su cuerpo. Taehyung sonríe desorientado, sintiendo su cabello pegado en la frente y su cuerpo temblando por el magnífico orgasmo que aquel chico pudo darle—. Pero quiero seguir jugando...

Dicho eso, comienza a mover su cadera nuevamente entre penetraciones lentas y profundas. Y puede ser que Taehyung haya permitido que ese lindo bebé lo tomara más de una vez en ese día, y más de una vez en los próximos por venir después de cada show en que el unicornio satánico hacía su aparición.



-Hany

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro