Capítulo 1
El viento de aquella tarde cálida como una taza de café por las mañanas tocaba suavemente sus mejillas como suaves pétalos de rosa acurrucados en una sintonía melódica del viento danzante, Thomas estaba encorvado encima de una roca enorme que conquistaba las alturas con su imponente forma.
Una lágrima recorrió es rostro derrotado de aquel muchacho perdido entre el abismo de sus pensamientos sin fin, alzó la mirada hacia la puesta de sol que atravesaba las nubes como una obra de arte emanada del mismísimo universo, tornándolas de un color rojizo claro como el nuevo renacer de una mañana nubosa; Thomas recobró por un instante la percepción del panorama solitario en el que se hallaba, luego cayó en la cuenta de que no sabía dónde estaba, en ese momento había viajada nuevamente por el tiempo.
El perseguía la muerte desesperado, viajar en el tiempo ahora se le salía de las manos, algo estaba ocurriendo, y la única forma de que un viajero del tiempo pudiera detenerse era morir, como si morir fuera fácil, él debía de ser lastimado por alguien, solo de esa manera, el moriría. Él había perdido gran parte de sus emociones eso complicaba más las cosas, su vida al final era tan fugaz como un suspiro al viento, por lo que había perdido las esperanzas de hallar la muerte.
El sol se había ocultado, la noche trajo consigo ráfagas enormes de aire, que amenazaban con llevárselo de un soplido. El viento rugió con tal fuerza que arrastro su cuerpo contra la corriente, con las esperanzas rotas, se dejó caer sin más a la nada... luego sintió esa sacudida de nuevo, sus manos fueron desapareciendo, entonces, supo que viajaría por el tiempo nuevamente.
Cerró sus ojos respirando profundamente. Sintió algo frío en todo su cuerpo, era agua, en ese momento deseo que penetrara toda su piel e inclusive su alma si fuese posible, resignado a ello concluyó que no podía quedarse allí por siempre, nadó poco a poco para llegar a la orilla del lago, pensó en inspeccionar el lugar para saber dónde había llegado, normalmente tardaría tres o cuatro días antes de viajar nuevamente a través del tiempo, ahora era constante, sin que él pudiese hacer algo para evitarlo, se puso de pie, sus ojos quedaron fascinados por una llanura verde que parecía gobernar todo el lugar, por otro lado.
Las nubes estaban tan cerca que podía ver al viento fragmentar las nubes como burbujas, eso le hizo abrazarse, el frío provocado por el aire amenazaba con atravesar su ropa empapada de agua, el dio la vuelta y reconoció un lago de agua cristalina, este comenzó a tener un aspecto fantasmal por las nubes que ascendían más y más, así que comenzó a caminar durante unas horas en busca de algo que lo calentará, a la distancia reconoció una casa pequeña, más tarde llegó a esa cabaña.
Tocó la puerta varias veces, esperando que la persona que viviera allí fuera amable para darle alguna manta vieja o algo que acabará con el frío que sentía, estaba a punto de marcharse, cuando escuchó a alguien acercarse a abrir la puerta, era una anciana, ella observó a Thomas de pies a cabeza.
—Pasa, no pensarás quedarte ahí, pronto lloverá.
—¿Es así con todos los extraños que tocan a su puerta?
—Tu llegada a este lugar estaba previsto Thomas, ¡pasa!
—¿Que ha dicho como sabe mi nombre? —Thomas se puso nervioso, ¿su llegada estaba predicha? eso le sonó escalofriante.
—Muchacho soy el Oráculo del tiempo, —dijo la mujer cerrando la puerta detrás de Thomas.
—¿Cómo es posible? El oráculo ya no existe, muchos viajeros fueron asesinados a causa del oráculo, alguien los ha asesinado, no, no es eso, los está cazando uno a uno, yo debo de estar en esa lista, llevó años esperando a que me maten, —Thomas aclaro la garganta—, y nada... no hay señales de que quieran quitarme del mapa.
—Thomas eres el último viajero que queda, el oráculo nunca desapareció, esta es otra dimensión, has llegado hasta aquí, eso significa que te queda poco tiempo. Ya no podrás llevar una vida normal.
—¿Normal? —Thomas se rio secamente—, Nunca lo ha sido desde que tengo memoria, viajo cada tres días a cualquier parte, ahora ni siquiera puedo decidir donde viajar, ya no puedo controlar los viajes en el tiempo.
—Es evidente Thomas, lo sé. Siéntate —la anciana le entrego una toalla para que se secara—, ahora regreso, iré por un poco de chocolate.
La anciana caminaba lentamente, la ropa desgastada hacia desaparecer su cuerpo débil y arrugado por el paso de los años. Thomas se quedó sentado observando los retratos colgados en la pared además de las pinturas con extrañas formas plasmadas. Sintió algo pesado en sus pies, él se inclinó para observar que era, el gato miro a Thomas luego maulló, era muy gordo de color negro con líneas blancas en el cuello y en las patas.
—¡Oh serafín! Thomas lo lamento, este gato siempre hace lo mismo, le gusta dormir cerca de alguien.
—Por lo general no le agrado a los gatos, suelen arañarme antes de que me acerque siquiera a tocarlos. Pero a él parezco agradarle.
—Thomas él era un humano antes de que llegara a ser una bolsa de saco con pelo relleno de grasa, ya es viejo, pronto se quedará ciego.
La mujer le entrego una taza de chocolate caliente junto a unas galletas, su mano temblorosa sostenía con mucha dificultad la taza. Thomas le dio un sorbo en espera de que fuera la cosa más horripilante que pudiese haber probado, no era el caso, el sabor que probó era dulce y delicioso, como si hubiese sido una gota de energía añadida a su cuerpo cansado, poco a poco sintió una cálida fuerza emerger de él.
—Esta delicioso, ¡muchas gracias! —Thomas percibió la ventana llenarse de gotas de lluvia, el cielo parecía soltar toda su furia en ese instante—, ¿Cómo es posible? —Preguntó el con mucha curiosidad—, ¿humano y porque en gato? es decir no comprendo del todo esto, me cuesta creer algo así, es una locura.
—Es una maldición y una bendición, él fue encontrado por el cazador, en aquel tiempo era un joven viajero también, pero no pudo esconderse bien, lo más curioso es que en lugar de morir se convirtió en un gato.
—¿Cómo lo reconociste entonces?
—los viajeros dejan un rastro visible para el oráculo.
—Entonces ¿yo también estoy dejando un rastro? Si ese es el caso ¿como es que el cazador no me ha encontrado?
—¡Thomas! el cazador eres tú —La anciana observó al joven con el rostro desconcertado, era de esperarse que quedará en seco al oír esas palabras.
—¿Que? ¿Por quién me está tomando anciana? —Thomas se puso de pie, como si mil demonios se hubiesen despertado dentro de él. Su mirada quería devorar a aquella mujer.
—Entonces ¿porque no recuerdas quien eres en verdad? o ¿porque el descontrol de viaje en el tiempo? Eso no es todo Thomas, alguien viajo al pasado, advirtió a los demás. ¡Vienen por ti! Deberías de agradecerme esta advertencia.
—¡No lo comprendo!—Thomas se quedó parado en silencio ordenando sus ideas—, en tal caso, ¿cómo podría haber asesinado a los demás? o ¿ porque?
—Ese es el precio que debías de pagar por desear tanto la muerte. Firmaste un pacto conmigo Thomas ¿acaso no lo recuerdas?
—Todo es tan confuso, como puedo confiar en usted, nunca nos habíamos visto, no pude haber hecho algo así.
—Es cierto. Pero quien firmó el pacto es tu yo del futuro, deberías de verlo buscando desesperadamente la muerte, tanto que asesinó a todos los viajeros uno a uno, ¿porque crees que tú sigues vivo? ¿No es evidente eso?
—No es verdad... ¡maldición! no lo comprendo.
—Lo único que deseas es morir, —la mujer parecía molesta, su semblante se había vuelto rígido—; te culpas por la muerte de aquella mujer, por la muerte de tu hija. ¿Entiendes eso? Rompiste una regla de oro. Te casaste y tuviste una hija.
—¿Qué diablos acaba de decir anciana? Lo único que pretende es confundirme, acusarme de cosas que nunca han ocurrido.
—No sé en qué vida encontraste a esa mujer, pero lo hiciste, y junto a tu error arrastraste a todos a la muerte. No has venido aquí por accidente, me ha tomado años encontrar la forma de atraerte, debes de enmendar ese error, de lo contrario, esto no acabara bien.
—¿Cómo puedo enmendarlo? además no puedo creerlo del todo, es tan absurdo... —Thomas esbozo una sonrisa dolía, su rostro estaba abatido, no era lo que él deseaba escuchar.
—¿Quieres comprobarlo? —La anciana lo observo esperando su respuesta.
Thomas no respondió, se quedo callado sentándose nuevamente en el sillón. Posó su mano en el rostro, mientras la otra sostenía con fuerza el sillón. Él pensó que era una broma amarga, no tenía sentido, o tal vez lo era, pero no podía lidiar con el torbellino de conclusiones confusas que se apoderaban de el en ese momento, entonces ¿quién era él ese momento?
—Thomas, tu eres del pasado, si tratas de viajar al futuro para encontrarte con tu yo de ese tiempo, todo se ira por la borda. Él no debe de saber que ya te he contactado, me refiero que tu mente transmite tus recuerdos a ese Thomas del futuro.
—¿Cómo podré evitar que sepa de todo esto?
La anciana se levantó del sillón, desapareció un momento luego regreso con un brazalete.
—Este es un brazalete especial Thomas, cuando desees suprimir pensamientos para ti, haz que el reloj de arena se detenga, de esa manera solo tu podrás saberlo.
—¿Qué debo hacer? —preguntó Thomas observando el brazalete, este tenía un reloj de arena color plata, se dio cuenta que la arena fluía en su interior, pensó en algún botón para hacerlo funcionar, no resulto así, no tenía alguna manecilla para detenerlo—. ¿Y como puedo detener la arena?
—Debes de encontrar mi yo del pasado también, de alguna forma se encontrarán, el oráculo te encontrará, en cuanto al brazalete, solo debes se poner tu dedo encima, con eso se activará.
—Ahora debes de irte, no nos queda mucho tiempo, te he retenido demasiado tiempo en esta dimensión, postergarnos más aquí nos delataría.
—Aun no estoy convencido, pero debo de averiguar las cosas por mí mismo.
—Eso es Thomas. ¡Ve! Hay algo más que no te he dicho, estaba a punto de olvidarlo. Thomas....
Antes de que la mujer terminará aquella oración, el gato se transformó en una forma humana, Thomas quedó helado al ver alguien idéntico a él. Como si las cosas no pudiesen tornarse más alucinantes. La mujer cayó al suelo sin vida.
—Es una pena Thomas, detenerme no es suficiente. Nunca debiste de venir al oráculo. Jamás debiste de encontrarte con ella.
—Eso debería de decir yo. Si es cierto lo que pasó, ¿entonces acabaste con todos los demás viajeros?
—Encontré la forma de desaparecer. Pero algo arruinaba todo, eras tú quien me detenía, busque por años la razón del por qué no podía morir, pero mira que se ha resuelto todo. Debes morir para que pueda hacerlo yo también.
El Thomas del futuro se veía cansado y viejo, el cabello blanco caía en su rostro descuidado, lleno de cicatrices, su ropa estaba sucia y rota. Él dispuso a atacar a su otro yo con una daga, Thomas sintió una sacudida en su cuerpo, cuando una daga atravesó su corazón, pensó en sus adentros que no había podido cambiar nada, había matado a sus amigos, se sentía miserable. La daga perforó aún más su corazón, sin más, instantáneamente Thomas desapareció como una brisa matinal en pleno invierno...
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