6.- El encabezado
Natam
No, no, no y no.
Maldición, esta es una puta pesadilla.
En mis diecisiete años, jamás había llegado en estado de descomposición al instituto.
Mi cabeza es un puto martillo, mi estómago una máquina que quiere sacar todo lo que lleva dentro.
A las nueve de la mañana nos despertó una loca anciana (que es la encargada de limpieza dónde se hizo la fiesta anoche) diciendo que era tardísimo.
Ochenta adolescentes con aspectos denigrantes solicitaron transporte privado para llegar a el instituto. Al menos a la tercera clase.
A las nueve con cuarenta y dos estábamos todos sentados en nuestros lugares sin mochila, sin uniforme, oliendo a sustancias no permitidas para un menor de edad y en condiciones de vagabundos.
De no ser porque en los casilleros dejamos nuestras libretas y lo necesario para escribir, no tendríamos nada.
— ¿Te acuerdas de algo?
Me pregunta Diego nervioso.
— Mierda, no
Respondo con el dolor de cabeza punzante, estoy al borde de la locura.
— Estoy seguro de que tu querida ex planea algo, me la he encontrado hace un rato que fuí a vomitar y me ha sonreído de oreja a oreja. Fué... macabro
Lo que me faltaba.
Mi ex planeando venganza.
La clase transcurre con “ normalidad ”. Gente dormida, saliendo cada diez minutos a vomitar, otros en enfermería, la profesora gritando a todo pulmón. Repito, lo normal.
Mi teléfono vibra. Maldición.
⚠️ Llamada entrante de Mamá
— ¿Aló?
Mi sangre se congeló al esperar la respuesta de mamá, quizá me esperaba un verdugo que me conduciría a mi fin. Un internado o peor aún sentencia a muerte por no avisar a mis padres acerca de el paradero de su primogénito.
— Cariño ¿Dónde estás?
Preguntó descuidada, estaba trabajando conocía muy bien sus tonos de voz.
— En el insti ma' ¿Pasa algo?
— Nada nuevo cielo, solo quería saber dónde dejaste la corbata de tu padre, la que te prestó hace un par de semanas
¿Cómo le explico a papá que su adorada corbata cayó en las garras equivocadas? Daxi es el responsable.
Viene a mi memoria el recuerdo de la batalla campal con Daxi. De un extremo la corbata en su osico y del otro extremo yo aferrado a lo que quedaba de la corbata, me fue imposible. La corbata luchó hasta los últimos segundos pero... pasó a mejor lugar.
— La devolví a el cajón de vuestro armario mami
— Okeeeeey cielo, la volveré a buscar, pórtate bien, te espero para comer
— Chao ma'
No me había dado cuenta del sudor en mis manos. La maestra seguía intentando dar las últimas palabras de la clase.
Se despidió con un “ Hasta mañana bola de alcohólicos ojalá y les dure la resaca toda la vida ”. Que divina, sin duda mi profesora favorita.
Al terminar su clase todos salimos a hidratarnos, porque la verdad, nadie quería probar bocado alguno.
— Morgan no te quita los ojos de encima
Me susurra confidente Didi.
— Joder es en lo último que quiero pensar
Empezamos el entrenamiento con el dolor palpitando. A el profesor no le importó nuestra agonía.
A mitad del entrenamiento unas chicas me saludan mirándome extraño. Diego notó su forma extraña de actuar.
Al finalizar, después de una ducha de verdad revive zombies, vamos a nuestros casilleros para tomar la necesario para la siguiente clase.
Pasando por el muro nos percatamos de que ya está la primera revista del curso.
Tomamos una Diego y yo al mismo tiempo.
Al ver la imagen nuestras caras son de horror absoluto.
El encabezado.
Natam y Diego, los papulares del instituto deciden formar un triángulo amoroso con la capitana de animadoras Kina Skosbert
Una imagen aterradora debajo del encabezado. Una muy comprometedora.
Diego y yo. Tumbados en el sillón. Besando al mismo tiempo a Kina que estaba montada en nuestro regazo.
Tremenda hija de... ¡Ahhh!
Esto es una declaración de guerra y yo. Yo no me quedaré atrás.
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