Natam

— Bien el juego consiste en formar un círculo pero es una chica  y un chico a lado

Todos nos miramos somos ocho. Kina y Lila quedan a mi lado después de cumplir las indicaciones.

— Las reglas son sencillas deben pasar una carta con los labios, si la carta cae o se despega debes besarte con la otra persona, las personas que pierdan deben de tomar un sticker de ésta bolsa y depositarlo en una parte del cuerpo, la lengua, el ojo, la mano, depende de dónde lo hagan será el efecto y la duración

Explica Lila.

El juego comienza con Fredd que cuidadosamente mueve la boca para que la carta no caiga y junta sus labios con los de Mergura, logran la azaña.

A Mergura casi se le cae la carta pero hace un movimiento que evita la fatal caída, sería una desgracia verla drogada de nuevo.

La última vez terminó confesando su amor por el conserje. Una pena, salió por dos semanas la noticia en la revista.

El conserje desapareció por arte de magia, los rumores dicen que el padre de Mergura pagó para que él se alejara.

Diego recibe la carta con una agilidad digna de todo un dominante de las cartas, un movimiento en falso hace que de último momento, justo cuando los labios de Kina se juntan con los de él.

La música a todo volumen hacen una drenalina perfecta para los vasos de alcohol en mi sistema y creo que a ellos también, porque, sin pensarlo se besan con lujuria.

Treinta y dos segundos exactamente. Todos impresionados decidimos continuar.

Ambos toman una figura. Diego a coloca en su lengua y Kina en su muñeca.

— ¡Continuemos!

Gritan los dos.

Kina sujeta la carta con sus labios y me la pasa. Por unos segundos su nariz choca con la mía, nuestras respiraciones agitadas se mezclan con feromonas seguramente.

Tomo con los labios la carta y giro en dirección de Lila, que la sostiene y la pasa a Joseff.

Joseff la pasa a Samara que me mata con la mirada pero decido hacer como si no tuviera la habilidad de sentir cuando alguien me mira.

Samara la pasa a Freddy y él a Mergura nuevamente.

Continuamos.

Llevamos unas cinco vueltas marchando todo bien. Entre besos, drogados, gritos y muchos pero muchos shot's.

Hasta que... Kina hace un movimiento dónde se le cae la carta.

La jodida carta.

Nos besamos, un beso lleno de deseo latente y sustancia que hace que mi cuerpo tenga adrenalina pura recorriendo mi cuerpo.

Sus movimientos ágiles, su lengua hurgando y sus labios succionando, al finalizar el beso decido morder. Atrapó su labio inferior entre mis dientes y rasgar un poco su labio.

— Pero que tensión

Susurra Diego. Pude oírlo perfectamente.

Samara se levanta enfurecida y sale de la sala.

Golpeando todo a su paso.
¿Quién diría?
La modelo con aires de niña de porcelana se ha enojado porque su obsesión se acaba de besar con su rival más grande.
No es mi culpa que todas me deseen.

— Por reglamento, Kina ya no puede exceder dos figuras, solo tomas una tú Natam

La tomo y la coloco en mi muñeca. Según yo los efectos tardan más. Así que mañana no me arrepentiré mucho de la resaca.

La noche-madrugada pasa. Son las tres o cuatro no sé, ya perdí la lucidez de todo a mi alrededor.

Las personas se convierten en sombras y figuras borrosas, voces distorsionadas y mucho deseo.

Estoy recostado en el sillón mirando para el techo o algo. Mis latidos son acelerados, me permito flotar.

Siento a una persona a mi lado.

— ¿Natam?

— Huh-huh

— ¿Estás bien?

— Mejor que nunca

Respondo sonriente. Este viaje está increíble.

Quiero sacar toda esta adrenalina para que mi corazón deje de palpitar rápido.

— ¿Me recuerdas Dixie?

Lanzo la pregunta sin saber si esto es producto de una alucinación, si es ella o no, no me interesa.

— Claro que te recuerdo Natam ¿Cómo olvidarte?

De pronto siento unos besos en el cuello.

Mi sistema reacciona al instante. Mis labios chocan con los de alguien más y respondo de inmediato.

Me dejó llevar sin importar nada...