09.
Capítulo 09
Hunter
Lorena es linda, su cuerpo es atractivo a mi vista, los chicos están entretenidos con las meseras que sirven las cervezas sobre la superficie de nuestra mesa.
Noté rápidamente que Kira no estaba en el bar, de alguna forma logró cambiar su turno para ir a lo de Jamie.
Mi mirada se desvía hacia Lorena nuevamente, ella está atendiendo a unos clientes a un par de mesas de la nuestra, sus bonitos muslos están siendo ocultados por una falda que no podría considerarse demasiada larga.
Escucho al novato reír en voz alta a un costado, su atención completa en una de las chicas nuevas asumo, ya que no logro recordar haberla visto aquí antes.
Tal vez he pasado demasiadas noches en este bar, pero la mayoría de estas Jamie estaba aquí conmigo.
Me pregunto cómo estarán sus heridas, incluso si pienso que el hombre necesita un poco de consuelo femenino, no estoy de acuerdo con ningún tipo de ejercicio que lo ponga al límite del dolor.
No me agrada la sensación de picazón sobre querer hacer algo al respecto.
— Hola lindo, estás distraído esta noche — la voz de Lorena es suave a mi lado.
Ella huele bien, un aroma floral que no es tan molesto.
Logró conversar con ella un poco más que solo lo rutinario, puedo sentir a los chicos observándome desde lejos con estúpidas sonrisas en sus rostros.
— Mi turno debería acabar pronto — suelta la mujer de improviso.
Dulce, lo he conseguido.
Escucho a Mike teniendo un poco de diversión mientras ve a uno de los nuestros casi liándose con una desconocida en una esquina.
Genial, justo lo que necesitábamos para despejar nuestras mentes de toda la miseria del día.
Lorena sonríe coquetamente cuando mueve sus dedos delgados contra mi antebrazo, una mueca suave y ella desaparece de mi vista hacia la parte de atrás del bar.
Solo tengo que esperar un poco más por ella, mi vista de nuevo hacia los chicos, estoy preguntándome nuevamente si Jamie obtuvo un pase dorado con Kira, ella ha estado suspirando tontamente por él.
Buscó con la mano libre el móvil en mi bolsillo, no estoy seguro de si interrumpiré algo, pero necesito asegurarme de que sus heridas no están empeorando solo por un poco de diversión.
Jamie contesta después de cuatro tonos, su voz sonando baja, pero ronca.
— Pensé que tu trabajo como niñero había terminado por este día.
— Solo me aseguro de que estés bien, ¿Qué hay con Kira?
Escucho un sonido ahogado de su parte, entonces Jamie comienza a susurrar.
— Ella está en la ducha — es su respuesta rápida.
Asiento a pesar de que sé que no puede verme, aclaro mi garganta para dar un sorbo a la cerveza fría que sujeto con mi otra mano.
— Genial — respondo, noto de inmediato que Lorena ha regresado, se mueve a través de las personas para atender a nuevos clientes — Lorena acabará su turno pronto — agrego sin más.
No necesito explicarlo, sé que Jamie puede entenderlo.
— Hombre, ya era tiempo — se burla.
Escucho ruido de fondo, seguro de que no es el que proviene del bar.
Luego hay susurros en la llamada, Jamie está diciendo algo que no logro entender, espero solo un poco más antes de escuchar la cama crujir.
Un sonido se escapa de mi garganta, no quiero escuchar nada que me haga tener una imagen mental luego que no sea de mi gusto.
Escucho una risilla suave, femenina, Kira claramente ha salido de la ducha.
Estoy a punto de cortar la llamada, pero Jamie habla de nuevo, su voz esta vez un poco más ronca.
— Espero que tengas una excelente noche amigo mío — dice con picardía.
— Como la tuya — respondo con un tono burlón.
Sin embargo, la carcajada jamás salió de mi garganta al escuchar un ruido que logré reconocer al instante, carajo, Jamie acaba de gemir.
Mi vista se baja hacia las latas de cerveza sobre la mesa, los chicos ya no están alrededor, demasiado entretenidos en la lejanía.
— Bien, he tenido suficiente de tu historia — me apresuro en decir.
Extrañamente siento calor en el rostro, le resto importancia culpando al alcohol en mi sistema.
— Seguro — dice Jamie con voz suave — hablamos mañana.
Entonces la llamada ha finalizado, antes de que mi mente traiga de regreso el recuerdo del sonido proveniente de Jamie, Lorena hace su aparición. Una sonrisa que indica que finalmente su turno ha terminado.
Asiento hacia ella, estoy tomando mi chaqueta que había dejado sobre la silla y mi mano va directo hacia la espalda baja de ella. Ignoro la presencia de los chicos, ni siquiera notan que he salido del bar.
Lorena comienza a hablar, relata algo sobre su día mientras nos dirigimos hacia mi auto, ella no espera más de diez segundos para lanzarse sobre mi regazo una vez que ingresamos a este.
Su boca suave está sobre la mía hambrienta por más contacto, le devuelvo el beso con entusiasmo, ella es ligera así que puedo acomodarla cómodamente sobre mi regazo.
Ella ha comenzado a hacer ruiditos, en medio del beso no puedo evitar abrir los ojos desviando la vista hacia el asiento del copiloto.
Joder, los ruiditos continúan llenando mis canales auditivos y lo primero con lo que se llena mi cabeza es sobre Jamie masturbándose a un costado.
Separó mi boca con brusquedad, ella luce desconcertada, sus bonitos labios están húmedos y rojos.
— ¿No quieres a un lugar más cómodo? — pregunto.
Ella sonríe de inmediato y asiente regresando al asiento del costado. He puesto el auto en marcha tratando de ignorar la imagen mental de Jamie haciendo ruiditos a un lado, mis manos aprietan el volante más de lo necesario, no estoy a gusto con la sensación incómoda que se forma en mi cabeza y torso.
No quiero que nada arruine nuestra amistad. Bastante claro que ignoro la sensación y me concentro en el camino. Jamie ya debe estar en medio de los muslos de Kira para este momento, no necesito pensar en nada más que estar en medio de las piernas de Lorena.
Y eso hago, horas después está la chica acostada en el otro extremo de la cama descansando un poco de la agitada noche, no tengo que decir palabra alguna porque ella misma se levanta para buscar sus prendas y vestirse.
Mi mirada sigue su bonito cuerpo voluptuoso, ella es hermosa, tiene una piel suave y siempre huele bien. Es suficiente como para que mi polla blanda quiera volver al combate, pero es demasiado tarde para ello.
Necesito reponer algunas horas de sueño antes de regresar a la práctica del día siguiente.
En cuanto he dejado a Lorena cerca de la estación del metro, estoy de vuelta en el apartamento con demasiada pereza como para hacer algo diferente a lanzarme sobre la cama.
Mi vista trabada en el techo está oscuro por lo que no estoy concentrando mi mirada en nada en realidad, pero mi mente parece no querer descansar pronto.
Fue extraño, jodidamente extraño.
Tener una mujer hermosa sobre mi regazo durante varias horas debió darme el incentivo suficiente como para dormir con una sonrisa en el rostro, la sola idea de recordar lo que sucedió en el auto no me hizo gracia alguna.
Tal vez estaba exagerando, prestándole más importancia de la que tenía, Jamie debió haber tenido una buena noche con Kira como su enfermera personal. El hombre ya debía estar descansando plácidamente después de un buen polvo, no había razón en que yo no lo estuviera haciendo por igual.
La realización de que mis pensamientos se volcaron esa noche fue notable al día siguiente, estoy a primera hora de la mañana frente a la puerta de Jamie.
— Hola cariño — digo en cuanto abre la puerta.
La expresión en su rostro es graciosa, sus ojos parecen escanearme antes de una sonrisa coqueta tire de la comisura de sus labios.
Sé lo que está por decir.
— Tuviste una buena noche ¿Eh? — dice haciéndose a un lado para darme un permiso silencioso para entrar.
— Excelente noche — respondo con una carcajada.
Jamie está moviéndose en el interior del apartamento, inevitablemente mi mirada lo escanea en búsqueda de algún malestar a simple vista.
Puedo notar que está cojeando un poco más que ayer y eso no me agrada.
— Dios, lo estás haciendo de nuevo amigo, deja de darme esa mirada de mierda.
— Estás cojeando más que ayer — es mi respuesta.
Jamie se encoge de hombros como si no importara.
Entrecierro mis ojos, pronto descubro la carencia de preocupación en él.
— ¿Acaso no te dije que fueras cuidadoso?
— ¿Lo serías con una belleza como Lorena? — inquiere de vuelta.
No quiero asentir a su pregunta y darle la maldita razón.
Solo suspiro en respuesta.
— Pudiste haberte lastimado más, estúpido — agregó.
Jamie sacude su cabeza pensando en algo, su vista oscura choca con la mía en silencio, él está volviendo sobre sus pasos.
— Ella pudo cuidarme anoche — dice, no quiero escuchar los detalles — pero el resto del día puedes hacerlo tú — sacude su mano como si estuviera dándome un permiso que le he pedido sin decirlo en voz alta.
Viro los ojos, pero no lo niego. Estoy feliz de que me deje preocuparme como es debido.
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