07
Capítulo 7
Jamie
Estoy molesto, es frustrante solo quedarse en cama sin hacer mucho, he estado cambiando los canales de la televisión en diferentes ocasiones que ya me siento harto. Hace un par de horas atrás recibí la dulce noticia de que el médico del equipo había renunciado, una sonrisa había llenado mi rostro con gracia.
Pero ahora que sigo estando aquí en la cama sin poder hacer más que nada que solo esperar por mensajes, estoy estresado.
El timbre del apartamento forma eco en el interior, mi mirada se desvía hacia la puerta de la habitación.
Reviso la hora para darme cuenta de que ya es de noche.
— Mierda — siseo ante el escozor que siento en la rodilla derecha.
La herida sigue estando fresca, el dolor en el hombro no ha disminuido sin importar los analgésicos que tomé hace un par de horas.
Me muevo arrastrando los pies con poca fuerza hasta detenerme en la entrada.
Demonios, es Hunter.
Tan alto que no puedo verlo por completo a través de la mirilla de la puerta, solo veo su gran torso amplio cubierto por una camiseta oscura.
— ¿No tienes una casa a dónde dirigirte? — pregunto en cuanto abro la puerta.
— No una mejor que aquí — me responde con una pequeña sonrisa — ¿Cómo estás bebé? — cuestiona.
Viro los ojos ante el apodo que él cree que es cariñoso, sé que lo hace solo para burlarse de mí.
— He estado peor — respondo — ¿Qué haces aquí?
Me hago un lado cuando él decide entrar por su cuenta, suspiró cerrando la puerta a mis espaldas.
Hunter se ha hecho camino directo hacia la cocina, un aroma delicioso llena mis fosas nasales, sonrió aliviado, estaba muerto de hambre y no quería levantarme a preparar algo.
— He traído la cena cariño — dice en cuanto entro a la cocina.
— Maldición, gracias, me salvaste de morir de hambre.
— Aquí estoy para salvarte — Hunter buscó a través de la cocina para servir la pizza que traía consigo.
Me recosté del lado derecho contra el frigorífico, mi vista en la forma natural en que Hunter se mueve en el interior del apartamento.
— Debiste ver la cara del equipo cuando el médico renunció — comentó Hunter tomando un pedazo de pizza — fue hilarante hasta que se enojaron.
— ¿Cómo estuvo la práctica? — pregunté en voz baja.
Pude ver el cuerpo de Hunter tensarse con fuerza, él detuvo sus acciones, sus manos sosteniendo un par de platos llenos de pedazos de pizza humeante.
— ¿Hunter? — le llamé al verlo quedarse callado.
— Estuvo aceptable — fue su respuesta.
— Eso no es suficiente — dije observándolo moverse de nuevo.
— Es lo mejor que podemos hacer por el momento — responde llevando los platos hacia la mesa.
Lo sigo al ritmo que mi cuerpo herido me lo permite, él empuja la silla para darme espacio de sentarme, mi vista molesta busca rápidamente su mirada burlona.
— Solo estoy ayudando a mi cariño a tomar asiento — comenta elevando sus hombros.
— Cariño y una mierda — respondo tomando asiento con fuerza.
— Hey, se cuidadoso — me regaña — tu cuerpo sigue herido.
— Estoy bien — miento, siento el dolor dispararse en mi rodilla y hombro.
Debí tener más cuidado.
Hunter se ve molesto ahora que toma asiento a mi costado, hay un par de refrescos sobre la mesa que no había notado que puso allí.
— Mike quería golpear al médico — comenta Hunter devorando el primer trozo — el novato intentó renunciar a ser tu reemplazo, pero el entrenador estaba tan molesto con él que lo obligó a quedarse allí hasta que regreses.
— El novato — murmuré — quiero golpearlo, es molesto estar así y no poder vengarme de esa noche.
Hunter bebió del refresco luego de abrirlo, he comenzado a comer del pedazo de la pizza después de un tiempo de solo observarlo comer.
— Su definición de diversión es diferente a la nuestra — dice Hunter llevando su mirada hacia mí.
Su mirada cae sobre la mía, sus facciones están algo tensas, pero un rubor intenta cubrir la parte superior de sus pómulos debido al recuerdo de aquella noche.
— Bueno, ahora sabemos que el novato es un completo idiota — dije bajando la mirada hacia la pizza.
Me sentí nervioso con su mirada, había algo allí que no estaba antes en sus ojos.
Algo que no pude descifrar en el momento.
— Lo es — me dio la razón — el novato no va a ser un buen reemplazo, no pudo conectar ni un maldito pase hacia mí.
Eso no me hizo sentir mejor, mi cuerpo entró en tensión e ignoré el dolor en mi hombro.
— Lo sabía, maldición, lo sabía — insistí — el novato no va a poder reemplazarme, el partido está perdido.
— Escucha — me dijo Hunter — aún queda un par de días de práctica antes del partido, intentaremos que sea decente.
Sacudí mi cabeza, ya no sentía hambre.
— ¿Eso debe hacerme sentir mejor? — pregunté regresando la mirada hacia él.
— No — respondió.
Lo vi devorar un nuevo pedazo, continúe comiendo un poco más, era molesto tener que mantenerme en reposo ya que la lesión en el brazo me impedía moverme como quería hacerlo.
— Deberíamos ver alguna película — mencionó Hunter luego de un tiempo.
Él incluso se encargó de lavar los trastes, maldición, solo necesitaba un delantal que cubriera ese amplio torso y se anudara en la parte baja de su espalda.
Me dirigí hacia la habitación escuchando cómo me seguía por el pasillo.
— ¿Quieres que te ayude a cambiar el vendaje de tus heridas? — preguntó una vez que subí sobre la cama.
— ¿Eres el nuevo médico del equipo? — bromeé en cuanto me acomodé en medio de las almohadas.
— Podría serlo — sonrió acercándose al borde de la cama.
Hunter buscó un nuevo vendaje para cambiar el que tenía alrededor de mi hombro, me retiré la camiseta dándole permiso en silencio para que me ayudara. Su rostro demasiado cerca cuando comenzó a retirar la venda, como si necesitara asegurarse de no lastimarme en el proceso.
Fue un poco difícil desviar el rostro, el aroma del aftershave, algo picante, pero bueno.
Hunter suspiró aliviado cuando logró retirar la venda sin lastimarme, había una sonrisa tirando de la comisura de sus labios.
— ¿Cómo te volviste bueno en esto? — le pregunté en voz baja.
Él solo movió los ojos para verme, elevó una de sus cejas antes de responder, su flequillo ligeramente largo se deslizó a través de su blanquecina frente.
— Me he lesionado antes — respondió — aprendí a hacerlo por mí mismo.
Hunter cambió los vendajes casi a la perfección, esperé pacientemente hasta que quedó satisfecho con su trabajo.
— Estás listo — sus dedos se apoyaron sobre mi hombro con suavidad.
El dolor seguía estando allí latente, pero de alguna forma era más ameno con su presencia.
— Gracias — murmuré con una sonrisa.
— Bien, buscaré una película — Hunter se alejó para buscar el control remoto.
Suspiré al acomodarme sobre la cama, Hunter no demoró en recostarse a mi costado para buscar algún filme para ver.
A veces me pregunto cómo habría sido mi vida sino hubiera conocer a Hunter.
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