Capítulo 2

Hunter

Estoy preocupado.

Es la forma en que resumo mi día, el equipo ha dejado sudor y lágrimas en la cancha durante el entrenamiento, pero no es suficiente.

No si necesitamos derribar esa jodida muralla de bloqueadores, Mike maldice a Leroy por no prestar suficiente atención, el chico le devuelve el insulto y la culpa. Lo entiendo, estamos estresados desde que nos enteramos del nuevo triunfo del equipo de Richmond Hill.

Pero no es tiempo de discusiones, el entrenador interfiere entre ellos tratando de calmar la tormenta que arrasa entre nosotros, el novato ha sugerido tomarnos unos tragos luego del entrenamiento.

Dudo que el alcohol sea la solución en este momento.

Incluso Jamie tiene una mueca de preocupación rondando su rostro, rara vez él deja que los demás lo vean así, sus dedos rascándose entre sí sobre las vendas, más que una picazón luce como un movimiento involuntario de estrés.

— Bien — dice el entrenador — tomemos un descanso por hoy — hace sonar el silbato con fuerza — nos vemos mañana damas.

Nos quedamos en silencio cuando el entrenador abandona la cancha, los veo moverse letárgicamente hacia las bancas para tomar sus cosas, Jamie pasa a mi costado con la cabeza gacha, ha dejado de pellizcar entre sus dedos al momento en que toma su mochila.

Maldición, no me gusta el ambiente.

Pero tampoco me encuentro de buen humor, no puedo hacer mucho al respecto sino encuentro la propia forma de mejorar mis ánimos.

Veo al novato acercarse a Mike, ni siquiera intentar reñirle de nuevo por la cuenta de la cafetería.

— Nos vemos chicos — dice Leroy — iré a buscar sexo de conciliación.

Mike lo sigue mientras le pregunta sobre un buen lugar para anotar esta noche.

Estoy tentado a seguirlos por igual, no he tenido un buen tiempo de sexo en varias semanas. Un par de días más y tendré bolas azules.

— Discutiré con mi novia — le escucho decir a Liam — puede que consiga sexo de reconciliación.

Sacudo la cabeza ante su nefasto comentario. Estos chicos llenos de testosteronas solo piensan en sexo.

No puedo culparlos. Trato de no hacerlo también.

— Joder — escuchó a Jamie, giro a verlo — creo que necesito divertirme esta noche, estoy a un paso de entrar al convento.

Me burlo, él escucha mi risa para encararme con una agria expresión.

— Jódete — me dice alejándose de mí.

— Si querías sexo, pudiste decírmelo — lo sigo — podemos ir a revolcarnos en mi apartamento.

Jamie acelera el paso ignorándome.

— Ve a joder con tus amigas — me responde cuando lo alcanzo.

Tiene razón, tengo un par de números en el móvil, los cuales podría marcar para conseguir una buena compañía esta noche.

— ¿Quieres que te sea infiel? — sigo con mis burlas — yo no podría hacerte eso cariño.

Jamie detiene su caminar, gira a verme con una muy mala expresión en el rostro, como si estuviera cuestionándose qué tan malo sería si me golpea.

— Ve a joder a alguien más — me responde — te doy permiso.

Dicho esto, lo veo alejarse de nuevo fuera del edificio, estoy estresado y aburrido, lo sigo de nuevo, él se ha movido en dirección al parqueadero, Isaac aparece a su costado mientras le habla de algo que no alcanzo a escuchar.

Veo a Jamie asentir a sus palabras, ambos se mueven hacia sus motocicletas.

No puedo ir en su dirección, mi auto está en la otra zona por lo que me apresuro, tengo suerte de que ambos se quedaron conversando, conozco esa expresión divertida en el rostro de Jamie, a donde sea que tengan planeado ir, pienso unirme.

Así que cuando me estacionó al costado luego de que salimos del parqueadero, el novato ya ha abierto la boca diciendo cuáles son los planes para esta noche, dulce, sonrió en respuesta al escucharlo.

— Maldita sea novato — digo después de un par de calles que recorrimos — estaba seguro de que nos ocultabas algo — sonrió — pero que conozcas al dueño de un bar es otro nivel.

— No solo lo conozco, él me debe favores — responde el novato elevando la voz gracias a que está usando el casco — puedo ir a divertirme las veces que quiera.

Asiento a sus palabras, Jamie está al costado de Isaac, de nuevo está hablando, pero está lo suficientemente lejos para escucharle, solo veo al novato asentir a lo que sea que le esté diciendo. El semáforo cambia de color, nos estamos moviendo de nuevo, solo un par de calles más adelante nos separamos, no hay sentido en ir directo al bar si no nos hemos duchado, error nuestro por no hacerlo cuando pudimos antes de salir.

No importa, llegó a mi lugar quince minutos después, tengo el tiempo suficiente para arreglarme después de una buena ducha, la vista frente al espejo es buena, estar ejercitándome ha dado su fruto, rocío un poco de colonia sobre mí, no demasiada, el olor es penetrante.

Reviso la hora en mi móvil, quede de encontrarme con los chicos en la entrada del bar, tenía media hora para ello, decidí no matar más el tiempo, me tomaría veinte minutos en llegar hasta el lugar si no había tráfico de por medio.

El móvil suena con mensajes entrantes en el grupo del equipo, hago caso omiso a ellos, debía ser alguna tontería, rara vez decían algo importante allí, muevo mi trasero de vuelta al auto, hay más mensajes entrantes, checo el móvil para hallar privados por parte del novato recordándome la dirección del lugar.

Parece que Isaac no ha tenido diversión desde hace mucho tiempo, luce demasiado emocionado por el encuentro de esta noche.

Descubro el por qué media hora después, el lugar no solo es un simple bar, hay chicas en diminutos bikinis bailando enérgicamente a nuestro alrededor, las meseras no tienen problema en ocupar espacio al costado de los clientes.

— Es lo más parecido al cielo que hallarán — dice Isaac, su voz ha dejado de sonar entusiasmada para tornarse más decidida.

Incluso su actitud habitual de novato se esfuma. Le echo un vistazo a Jamie, él me mira de vuelta tal vez con los mismos pensamientos que yo.

¿Quién es este chico frente a nosotros y dónde está el novato?

Pero he visto hombres cambiar radicalmente por un poco de diversión.

— Hola Isaac — dice una de las meseras al cruzar frente a nosotros.

Él devuelve el saludo coquetamente.

— Parece que has venido más que solo un par de veces aquí — comenta Jamie en forma de burla.

— Incluso alguien como yo necesita divertirse un poco — responde — el lugar es todo suyo para explorar — el maldito se aleja en búsqueda de la mesera.

— Mierda — dice Jamie al verlo correr tras la mujer — ella ya lo encadenó — hace una broma.

Desvío la vista hacia el interior del lugar, no importa dónde mires, hay hermosas mujeres esperando por compañía masculina, un par de ellas están sentadas en los bancos, sus piernas frotándose entre sí mientras sus miradas caen en nosotros.

Dulce.

Jamie se mueve antes que yo en esa dirección, sonrío para cuando lo alcanzo y está charlando con una morena mucho más baja que él. Mi vista cae en la rubia de ojos esmeralda que posa su mano en mi antebrazo izquierdo.

Qué más da, estoy aquí para divertirme, pido la primera ronda de cerveza, la rubia está más que encantada de servir el alcohol.

— Eres bastante alto — comentó la mujer una vez que me alcanza el vaso lleno de cerveza — he visto chicos altos, pero definitivamente no uno como tú.

Comprendo el coqueteo en su última frase, me agrada.

— Tome mucha leche en la adolescencia — bromeo.

Ella está riendo casi a grandes carcajadas tratando de obtener mi atención, estoy dispuesto a pasar más tiempo con ella, la música del lugar se vuelve cada vez más alta, las personas a nuestro alrededor se mueven bruscamente abriéndose paso.

Pierdo a Jamie de vista a los pocos minutos, pero hallo al novato en la pista de baile.

Oh, sorpresa, está con la mesera mientras la sujeta de las caderas.

Regreso la atención a la mujer, creo que ha dicho que se llama Melanie, pero su apodo es Mel.

Corto, es más fácil de recordar, ella ofrece más alcohol, tengo que negarme, estaré conduciendo de vuelta, eso hace que vuelva la atención al novato, lo veo moverse con dificultad, maldita sea, ha bebido demasiado.

Mi humor decae, no pienso ser niñera.

Con ello en mente busco a Jamie, no pienso vigilar su noche de borrachera tampoco, lo hallo en una de las mesas, la morena está sentada sobre sus piernas, brazos rodeando por sobre los hombros a Jamie mientras parece querer comérselo allí mismo.

No importa, no es la única pareja entretenida, Mel se acerca para captar mi atención, ella misma asume que está bien sentarse sobre mis piernas, es pequeña, encaja bien encima de mí.

Fue una buena noche cuando consigo sacar a la rubia de allí para irnos a un lugar privado, no soy el único, la mesera arrastró al novato en dirección al mismo pasillo que Mel me ha pedido seguir.

Evito hacer un comentario cuando veo el cuerpo de Jamie recostado contra el muro al costado de una puerta, la morena está a su costado charlando con otra chica más quien sostiene una bandeja llena de tragos.

Sonrío, todos tendremos una buena noche, veo a Isaac ingresar a una de las habitaciones siendo seguido por la mesera, espero a que Mel busque una habitación vacía, mi vista retornando hacia Jamie.

Él sigue allí recostado contra el muro, su cabeza se balancea y sus manos van directo hacia su rostro.

He visto al hombre en estado de embriaguez, pero nunca lo vi moverse de esa forma, como si tuviera náuseas. No recuerdo ver tantas latas de cerveza en su mesa antes de levantarnos.

La morena termina de hablar, Jamie se está moviendo fuera de allí, pero la chica ataja su brazo para intentar empujarlo dentro de la habitación, no puede, es un hombre de ochenta y dos kilos que se hace fuerza de vuelta.

Algo está mal.