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Telpochcalli - Universidad

Matlactliomei Mazatl, Tlaxochimaco, Matlactli Calli

Día 13 Venado, Mes de la Fiesta de las Flores, Año 10 Hogar

26 de agosto de 2009

Universidad Intercultural de Baja California, Ensenada, Baja California Norte, México

Licenciado en Ciencias de la Educación, Maestría en Habilidades Docentes, Doctorado en Supervisión Escolar, ¿con tan solo veintisiete años de edad? ¿y eres poliglota? Tenía toda la razón en contratarte como Director, Dr. Shawn Sebastián Tapia Mondragón- dijo la que era la antigua Directora de la Universidad.

Yo le contesté: Estoy muy de acuerdo con eso, Mtra. Carmen Arredondo Figueroa. Me agrada mucho el ambiente, se nota que es un buen centro de trabajo. Por otro lado, me encanta mucho las carreras que ofrecen aquí al igual que el bachillerato internacional que deja que todo alumno extranjero puede tener una educación avalada por la Secretaria de Educación Pública y por su equivalente en sus países de origen. La antigua Directora estuvo muy atenta a todo lo que yo decía. De pronto, pregunté: Disculpe Maestra, su cabello, ¿es natural? Pregunto porque no muchas personas son pelirrojas por nacimiento. Se lo pregunto sin ofender, por su puesto. Después de una risa ligera, media sarcástica, ella contestó: No siento ofendida en lo absoluto, por eso no se preocupe. Sí, he sido pelirroja por toda mi vida. De hecho, soy la única de mi familia que es pelirroja.

Me preguntó: ¿Me podría hablar de su experiencia laboral? Al escuchar su voz con más precisión, me di cuenta de que ella sí es Donají. Pero no la asustaré aún. ¿Doctor? ¿Su experiencia laboral? ¡Ah! Cierto, me hablaba de mi experiencia, que ni tengo. ¿Qué hago? ¿Qué hago? De luego, sentí como sí aires de Huehuecóyotl, el dios del engaño, pero también el dios que guía los jóvenes. Le contesté: Trabajé en Calmecac Tlaxcala en Tizatlán, en la Universidad Tecnológica de Tijuana: Unidad Académica Ensenada-San Quintín y el Centro de Bachillerato Tecnológico y Agropecuario: Número 198. La antigua directora se sorprendió al escuchar los nombres de las tres escuelas, sin embargo, ésta se sorprendió al escucharme decir Tlaxcala y Tizatlán. ¿Todo bien directora?, le pregunté.

Sin que ella se diera cuenta, toqué mi pulsera con el diente de lobo. Logré oler el miedo o nervios que tenía la antigua directora. Le pregunté de nuevo: ¿Todo bien directora? La antigua directora me dijo: Todo bien, Doctor. Es que tengo conocidos en Tlaxcala. Y no creo que han trabajado en esa tal Calmecac Tlaxcala. Pero, eso no es importante, lo importante es que has trabajado en varias escuelas antes de acudir con nosotros. Después de un momento, ella me preguntó: Sí yo te dijera que me dijeras tus tres cualidades que te describen, ¿Cuáles serían, Doctor Tapia? Pensé: ¡Fácil! Le dije: Me considero disciplinado, tengo habilidades de un orador y soy persistente. La ex-directora comentó: Entonces, ¿te consideres como un buen líder? Le contesté: Sí, me considero como un buen líder. Precisamente, en Calmecac Tlaxcala, me dijeron que era como un...¿Cómo se decía? ¡Ah, sí! Tlatoani. Lo cual significa líder en...

La antigua directora me interrumpió: Náhuatl, ¿cierto? Levanté una ceja al escuchar el nombre del idioma que utilicé hace quinientos años. Respondí: Exacto, el náhuatl. Un idioma que se utiliza mucho en el centro de la República. Miré la cara de preocupación que la antigua directora tenía. O bien, la que Donají tenía. Sé que ella tiene miedo. Tal vez ésta se dio cuenta de que yo era su enemigo prehispánico. Dejaré que me pregunte un par de cosas más. Ahora me está gustando más este juego. Pensé: Dime tu siguiente pregunta, maldita bruja, estoy listo.

Me preguntó: ¿Trajiste los documentos que le pedí? Le entregué los documentos que traía en mano, Continuó: RFC, Curriculum Vitae, tres cartas de recomendación, Comprobante de Domicilio, Excelente. Ella hojeó los documentos, al leer los encabezados de las cartas, se dio cuenta de que no había cartas de Calmecac Tlaxcala. Interrogó: ¿Doctor? ¿Y la carta o comprobante de Calmecac Tlaxcala? ¿No sabe el número de la escuela para poder contactarlos? Le contesté: Ome nahui chicuace (Dos Cuatro Seis)-- digo, 246 341 32 42, con el Director Mixtle Fervín Talavera. Pensé: Sé que el nombre de Mixtle le afectará. Pues, el nombre de su padre, indebidamente. Quise reír, pero tenía que guardar silencio y mostrar respeto a esta persona. Miré una lagrima que recorrió desde el ojo hasta la mejilla. Pregunté: ¿Todo está bien, Maestra? Rápidamente secó la lagrima y dijo: Sí, todo está bien, solo me vino unos recuerdos bellos. Recuerdos de mi padre, pues se llamaba... Pensé: Dilo, di Mixtle. Así confirmaré de una vez por todas lo que he sé. Ella continuó: Éste se llamaba Leandro Fervín Arredondo. Pensé: Pronto, ésta cometerá un error. Y ahí es donde yo me revelaré.

Le contesté: Entiendo, también pienso en mi padre. Pues, fue un guerrero, digo fue un soldado en las Fuerzas Armadas de este país. Murió a sangre fría cuando tenía veintidós años. No obstante, no me gusta hablar de él, dado que estaba en contra de mis decisiones de ser profesor. El deseaba que fuera médico. Pues, me convertí en Doctor, pero no doctor - médico, como él lo decía. Seguí mis metas y mis objetivos. Y estoy satisfecho. Lo único que nunca hizo fue pedirme perdón. Nunca sabré sí él está orgulloso de todo lo que he logrado. La Maestra Carmen, la ex-directora, soltó otra lágrima y me dijo: La verdad, Shawn, lo siento. Ella se accedió en darme un abrazo. Fue ahí donde supe que esa vez, cuando me dio un cariñito cuando me transformé a conejo, era un cariño verdadero. La maldita Bruja tenía sentimientos. Siempre pensaba que como era la traidora, ésta no los tenía. Estaba equivocado. Bueno, no hablemos de cosas tristes, la Maestra pausó, pero seremos sinceros, estos momentos tristes, no todos, nos definen. Continuó: A ver, dime, Si yo te dijera que esta escuela tiene...secretos...¿aún desearás trabajar aquí?

Le contesté: Pues, tendría que saber cuales son esos secretos, ¿no crees? Digo, no quiero que me arrojen a la guarida de los jaguares. ¿O qué? ¿Usted desea que esto suceda? Ella me dijo: ¡Ah, perfecto! Me encanta tu actitud. Incluso, parece como si ya nos hubiéramos conocido. Ya debo decir, toda esta entrevista fue un juego, tu ya estás contratado. Empiezas hoy si lo deseas. Yo solo pensé: ¿Tan fácil? ¿Agarré el trabajo así de fácil? Ella continuó: Yo sé que tu eres un hombre capacitado para el trabajo. Y sé que elevarás el nombre de esta institución en alto. ¿Qué dices? ¿Aceptas el trabajo? Extendió su mano hacia mi. Pensé: Te tengo en la palma de la mano, Donají. Solo tienes que hacer un error. Y te atraparé. Le dije: Con gusto, me es grato poder ser parte de la UIBC. Le tomé la mano, hicimos un trato inquebrantable. Sin que ella se diera cuenta, le puse dos anillos de obsidiana, uno en cada mano. Al sentarse, ella siguió con la entrevista.

Después, de varias preguntas, la Maestra hizo la pregunta que he anhelado oír, llegó mi momento oportuno, pero debo pensar bien como me revelaré. Por cierto, ¿Cuáles idiomas habla usted, Doctor? Con una sonrisa cínica respondí: Hablo Inglés, Portugués, Español, Náhuatl y manejo el Lengua de Señas Americanas y Mexicanas (ASL y LSM, respectivamente). Asombrada, ella me preguntó: ¿Podrías decir unas palabras en Náhuatl? Le miré con una mirada malévola. Le dije: Con gusto. Deja preparo. Cerré los ojos, toqué mi anillo con el color del pelaje de jaguar, y le dije: Nehuatl Xiuhcoatl Notoca. Tehuatl Donají Notoca. Ken Tika (Me llamo Xiuhcoatl. Tú te llamas Donají. ¿Cómo estás...), abrí mis ojos para revelar mis ojos negros, a causa del fuego oscuro, ...temactecahuani? (...traidora?).

Ella sintió un miedo bastante fundamentado. Lo sentí, lo olí, incluso, lo vi. La Maestra, ya desenmascarada, me exclamó: ¡Maldito Infeliz! ¡Mataste a mi padre en sangre fría, y ahora tomas mi trabajo! ¿No tienes vergüenza? La Maestra recapacitó: La escuela te ha contratado, yo no, así que, bienvenido seas Xiuhcoatl. Después, dije: Cozcatin, xitona! (Anillos, brillan). Los anillos de obsidiana brillaron un color verdoso y después cambiaron a un color rojizo y finalmente, tornaron negros. Burlé: Tus poderes, Donají, Carmen, quedan restringidos. Y por otro lado... Pausé, miré como Donají, ahora conocida como la Maestra Carmen, le sobraba miedo. Con una sonrisa malévola dije: Invoco el poder del chaneque. Así como me lo diste a mí, te daré misericordia, bajo mis términos. Yo decidiré cuando puedes utilizar tus poderes. Tu ya eres mío. Soy tu amo. Y el chaneque, bueno, quitará ese mazatl (venado) que llevas dentro. Donají soltó un ultimo bramido antes que la sombra del chaneque quitó dicho tonalli (Espíritu Animal). ¡Eres un verdadero animal, Sebastián, Xiuhcoatl, Shawn, como sea que te llames!- exclamó Donají.

Yo le contesté: Esto, pausé, se llama, me levanté de la silla, con el nuevo trabajo asegurado, tetlacuepcayotililiztli, venganza. Y ahora que tengo tu atención, dime, ¿Dónde está mi hijo, el heredero de Tezcatlipoca? El heredero de la Tribu de Necoc Yaotl. Ella me contestó: Nunca. Nunca te revelaré donde está tu hijo. Ni siquiera su era. Cometió el error. Le dije: ¿Cómo así? ¿Cómo que su era? Toqué el collar con el diente de caimán como pendiente, poco a poco me estaba convirtiendo a Guerrero Cipactli (Caimán). Le pregunté: ¿Cuánto apuestas que yo te mataré en este instante? Y ella, sin miedo, me dijo: ¿Cuánto apuestas que si algún alumno te ve como un Nahual, te grabará con su celular y te publicará en las redes. Ahí sí, todo mundo sabrá que aún tenemos un Nahual en este mundo y era. Lo controlé. Le dije: Dime todo, ¡Ahora mismo! Ella me contestó: ¿Que ganaré? Le contesté: Aún trabajarás aquí, pero como maestra de la Licenciatura en Ciencias de la Educación. Donají, ahora conocida como Carmen, le contestó: Contestaré todas tus preguntas, Sebastián, alguna vez llamado Xiuhcoatl, dame un momento. Me senté calmadamente, dije: Te escucho.

La bruja empezó a contarme toda la historia. Su hijo está a salvo. El se encuentra, bueno, se encontraba en Dinétah. Una tierra al norte de Teotihuacán. Está con Zyanya, pues, su madre. Me he asegurado de que ambos están sanos y salvos. Como tu, tu hijo será inmortal. Pero, a el le dicen Cambiante de Piel, o bien, Yee Naaldlooshii, en lugar de Nahual. A final de cuentas, utilizará las pieles para convertirse en animales. Pero, su camino será muy distinto que el tuyo. Estoy segura de eso. Yo solo la miré. Disgustado. Le ordené: ¡Explícame eso de "su era!" Me contestó: Jamás. Le contesté: ¿Quieres seguir viviendo, malagradecida? Ella me contestó: Solo busca la tribu Diné y la ciudad nombrada Dii Daatnaoszid, si tu llegas a traducir ese nombre, sabrás quien es tu hijo. Pero más detalles, yo no te lo puedo decir. La mujer que una vez se llamaba Zyanya ya no existe y ella me pidió que no revelara el hombre que su hijo resultó ser. El hombre cuyos tonaleque (espiritus) del ma'ii y ma'iitsoh (coyote y lobo gris, respectivamente), están peleando para controlarlo por completo. Después de esto, la Maestra Carmen se sentó y me dijo: Eso es lo único que te puedo decir, Sebastián. Tomalo o déjalo. Tu decisión.

Analizando todo lo que Donají, ahora conocida como la Maestra Carmen, me había dicho, le contesté lo siguiente: En luz de todo lo sucedido, debo confesar que yo hubiera hecho lo mismo, pero obviamente, debo aclarar una cosa. En cambio, tu ya estarías muerta. De verdad, Maestra Arredondo, tu nombre, Donají, en mi idioma, el náhuatl, significa: ella con el alma bondadoso y grande. Es demasiado cierto. Si tu hubieras sabido de que yo, Sebastián, era Xiuhcoatl, pues, quizás, no tuviéramos esta conversación tan intensa.

Sentí una verdadera calma al haber dicho eso. Pero aún así, quise picar su cresta una vez más. Aunque yo ya sabía la verdad, tenía que hacer la pregunta. Le interrogué: ¿Quién más de nuestro tiempo está aquí? Ella rehusó en contestarme. O bien, ésta se mentía o no quería que me enterara de quién (o tal vez, quienes), estará aquí. Después de haberla picado por la respuesta, me contestó: Tu bien sabes quien está en la UIBC. Yo sé que tú sentiste su esencia. La esencia de la muerte, la esencia de su ser. La esencia del inferno, o mejor dicho, del...Mictlán. Me acordaba de las palabras que me dijo la cantante: Nunca estarás solo...no fuiste el único que llegó a este tiempo, hay unos más.

Antes de irme, le dije: Donají, Carmen, aún trabajarás aquí, como te había dicho, la Licenciatura en Ciencias de la Educación te necesita. Y no creas que no te necesito. Tu serás parte de mi plan. Ella, disgustada, me preguntó: Y ese plan sería, ¿qué, exactamente? Antes de salir de mi futura oficina, le dije: Fácil, destruir el tocayoh (tocayo, homónimo) de tu aquelarre, La Itzacoyotl, La Loba Blanca. Al salir de la oficina, le grité: ¡Espero que sus cosas estén fuera de aquí antes del día treinta y uno!

Macuili Malinalli, Tlaxochimaco, Matlactli Calli

Día 5 Hierba Seca, Mes de la Fiesta de las Flores, Año 10 Hogar

31 de agosto de 2009

Llegó mi primer día como Director y Profesor del Universidad Intercultural de Baja California. Estaba muy pero muy animado para ejercer mi carrera. Por otro lado, me asigné unas asignaturas también, incluyendo la materia de inglés. De pronto, oí los sonidos de dos animales, el lloro del caimán y el chillido del águila. Pensé en voz alta: ¿Será? Miré a dos jóvenes, peleando sobre, quién era el...¿más alto? Oí varias palabras y frases nuevas para mi. Entre ellas, escuché la frase: ¡Párese la raya, parce! La voz, yo he escuchado esa voz anteriormente. Traté de buscar el dueño de esa voz. Mientras voy acercando, escucho otra voz contestándole: ¡Me vale chimba lo que piensas, parce! ¡Te rompo la jeta! Me acordé de lo que me dijo Beicker, la entrada de profesionalistas internacionales a causa de la IUBC. Entre dientes, dije: Colombianos, nadie más usa esa jerga. ¿Qué están tramando? Me acerco a las fuentes de las voces.

Vi un joven alto de tez blanca, con pelo castaño, vi que el tenía un tatuaje de un lo que parece ser dos letras coronadas con alas en su nuca. Parece que las letras que alcanzo a ver son las letras C y A. Traía jeans azules puestos, y una camisa de salir color negro, con rostros sonrientes. Mientras, el otro joven, también de tez blanca, pelinegro, tenía otros tatuajes, uno en el cuello, y otro en el brazo. La diferencia entre los dos fue que los tatuajes del último se podían ver a luz del día, mientras el del primero, era ocultado por la ropa de éste. Quería llamarles la atención antes que alguien me dijera algo, mas, no sabía sus nombres. De pronto, oigo una voz profunda, como la de Tezcatlipoca, pero a la vez, no tan profunda. La voz me dijo los apellidos de los jóvenes buscapleitos. Disgustado por esta excusa de una pelea, grité: ¡Camil! ¡D'Alessio!, ¡mi oficina, ahora! O que, ¿quieren que los expulse? Ambos chicos se dirigían a mi oficina con la cabeza gacha.

Me di la vuelta y a mi sorpresa, vi fotos del personal docente de la escuela. Miré varios nombres mexicanos y extranjeros. Pero un nombre me resultó familiar: Caín Maldonado Santana. Sí, era el nombre de la persona quien era el dueño de la visa que fue renovada aquel día en abril. Fue el hombre quién miré a espaldas justo después de escuchar ese ladrido canino. Miré la cara del tal Caín ese. Pienso: No tengo dudas ni pruebas, pero es Miquinztli. De pronto, vi a ese tal Caín caminando atrás de mi. Yo luego corrí tras el. Le grité: ¡Profe Maldonado! El Profesor se mira a un lado y saluda un alumno. Le grité de nuevo: ¡Licenciado Maldonado Santana! Éste se pone más atento, es como si nadie le hablaba por su titulo. Al parecer, no le importó, siguió su camino. Después grité: Xinechkaki! (¡Escúchame!). Éste si se detuvo. Al ver que no me hacía caso con sus apellidos de este mundo, decidí llamarlo por el nombre que tenía en nuestro mundo: ¡Miquinztli!

Lentamente éste se volteó. Vi su rostro, su cabello, su vello facial, su color de ropa. De pronto, éste empieza a caminar hacia mi. De inmediato, me vino imágenes de Miquinztli con su tilma negra, rebozo negro, pintura bélica negra y blanca en la cara. Era Miquinztli, el Sabueso Infernal, el segundo de los Yei Yaocaltin (Tres Fuerzas). Ahora conocido como Caín Maldonado Santana, este hombre me mira con una cara llena de maldad, así como el día que retó al tlatoani (líder) mexica y tlaxcalteca. Me mira y me dice: ¿Amo? ¿Xiuhcoatl? Le contesté: Kema. Sí. Parecía como si las memorias de éste no se han regresado. Decidí hacer algo indebido, le besé. Dije a su oído: Ni mitz (Te...). Y el Profesor Caín, antes conocido como Miquinztli, finalmente completó la frase que dijo hace quinientos años: ...tlazohtla (quiero). Xiuhcoatl, creo que debemos hablar. Le contesté: ¿Vamos a tu salón, profesor? Éste se accedió, fuimos al salón.

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