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Necoc Yaotl

Chiconahui Miquiztli, Tóxcatl, Nahui Tochtli

Día 9 Muerte, Mes de la Sequía, Año 4 Conejo

31 de mayo de 1522

Tlatelolco, Cem Anáhuac (Valle de Anáhuac), Nueva España

Pasaron nueve meses desde la caída de Tenochtitlán. Los españoles tomaron la Ciudad Odiada y nos dejaron libres para hacer lo que queríamos hacer. Una parte de los Nahuales regresaron a Tizatlán, mientras otra parte seguían un tiempo en Tlatelolco y en Tenochtitlán. Hoy partiríamos para Teotihuacan, donde según Mixtle, el me seguirá entrenando en un lugar que se llama: Tonatiuh itzacual o, mejor dicho, Encierro del Sol.

Cuando iba al calmecac (nuestra versión de escuela), aparte de aprender sobre nuestra religión, el entrenamiento militar, nosotros aprendíamos acerca de los Imperios Antiguos, incluyendo los olmecas y los teotihuacanos. Aprendíamos que supuestamente en Teotihuacán, pues, aquel lugar fue donde nacieron los Dioses. Se le considera como un lugar muy sagrado, hasta como un lugar mágico. De pronto, Mixtle me interrumpio mis pensamientos. Me preguntó: Xiuhcoatl, debo hablar contigo. ¿Puedes venir tantito?

Me acerco con el y empezamos una larga conversación. Mixtle dijo: Pronto debemos de partir para Teotihuacan, en primer lugar, debemos seguir con tu entrenamiento, aunque mentalmente seas mayor, tu, físicamente tienes la edad de veintisiete años, así como Diego aún mantiene sus diecinueve años y, como tu, Breon sus veintisiete años. Tomó un momento para respirar y continuó: Cada uno tenemos una misión en esta tierra, una misión que nuestro Dios principal, en este caso, Tezcatlipoca, nos ha dado. Algo me dice que hoy, Tezcatlipoca te revelará tu misión. Pero ahorita no es el momento para saber o hablar de tu misión. Hoy hablaremos de tu Ueliti Ixkoyan, el Poder Personal que el Dios Tezcatlipoca te ha dado. Y, por consiguiente, hablaremos del Yei Yaocaltin, las tres fuerzas.

Mixtle explicó que Tezcatlipoca fue asociado con todo tipo de desastre natural, incluyendo los tlaloliniliztin (terremotos), tecihuitin (granizales), tlachinoltin (fuegos forestales), tlapetlantin (relámpagos), quiahutil (lluvia) entre otros. Él decía: Xiuhcoatl, creo que tu ya sabes las palabras para invocar el poder de la tierra, ahora, ¿cuáles eran?, pensó. Antes de que él podía decirlas, dije: Las palabras son, Tlalli, xapotla (Tierra, ábrete). Exacto, Xiuhcoatl, me contestó. El Chamán continuó: Hay un montón de palabras más que debes aprender o más bien decir para invocar los poderes de la naturaleza, bueno, los poderes de los desastres naturales. Pronto tu sabrás todas, obviamente, en cuanto llegamos a Teotihuacán, esas palabras te vendrán a la mente. La cuestión es dejarte llevar por el poder del Jaguar Oscuro, pues, tu lado oscuro - el verdadero arma de destrucción.

Le pregunté: Mixtle, ¿por qué a mí? ¿por qué yo debo de ser el Jaguar Oscuro? Mixtle me contestó: Eso sí, no te lo puedo contestar yo, tendrás que hacer esa pregunta al Señor Tezcatlipoca. Él te podrá responder esa pregunta. El y yo empezamos a cruzar el puente que dirigía de Tlatelolco para el Valle de Anahuac. Me dijo: Cruzaremos y hablaremos a la vez, hace mucho tiempo que no hacíamos eso.

El y yo empezábamos a hablar, la última vez que caminábamos así, fue cuando me convertí en Ozomahtli (Mono). Ahí fue cuando me habló de los Cinco Soles. Me dijo: Xiuhcoatl, hay muchas cosas de este mundo que tu no entiendes, ni mucho menos lograrás entender. Sí yo te dijera que incluso yo ni sé mucho de este mundo y soy un chamán. Solo los Dioses, especialmente Tezcatlipoca, sabe por que te eligieron. De algo que sí sé, pues, no estarás solo.

Ya estábamos entrando a algo que se llama las Tierras Baldías, eran tierras que eran abandonadas. Es decir, ninguna tribu tenía hogares aquí. Supongo que fue por batallas de tiempos atrás. De pronto, el chamán y yo nos detuvimos en el camino. Agarró un palo y empezó a dibujar en el suelo. Me dijo: Xiuhcoatl, ahora te contaré una historia.

El chamán me contó lo siguiente: Años atrás tuvimos un Nahual Superior que, como tu, era el Nahuacualli (Nahual Oscuro). Este Nahuacualli hizo milagros que ningún otro Nahual podría hacer. Como tu, abría la tierra para que ésta podía tragar sus enemigos, invocaba bolas de hielo que congelaran los antiguos enemigos. Cuando estábamos en este mes, Tóxcatl (Mes de la Sequía), el creyó lluvia que regaba nuestras plantas. Yo me quedé asombrado de lo que hacía este Nahual. El chamán continuó: Este Nahual tenía ayuda, como tu tienes ahora, un Nahual Superior que tenía el tonalli del Puma Negro y un enviado del Dios de la Muerte, que como Miquinztli, era un Sabueso Infernal. Cuando los tres estaban juntos, los poderes del Nahual Superior, cuyo tonalli principal era como el tuyo, el Jaguar, se multiplicaban en fuerza. Pero, algo sucedió a este Nahual.

Dibujó planos de la Ciudad de Teotihuacán y de la ciudad de Chichén Itzá, sin embargo, remarcó dos lugares: El Tonatiuh Itzacual de Teotihuacán y el Teokalli Kulkulkán de Chichén Itzá. Continuó: El Nahual Oscuro anterior tuvo que ir al Teokalli Kulkulkán y combatirse contra un monstruo que salía dos veces del año. Un Monstruo que tenía que ser dominado por el mismismo Nahuacualli. Éste se llamaba Kulkulkán, al igual que Quetzalcóatl, ambos eran serpientes emplumadas, ambos eran Dioses. Pero, hubo una gran diferencia, Quetzalcóatl, aunque representa una tribu enemiga, es benévolo. Pero, Kulkulkán, se le consideraba malévolo. Pero el Señor Oscuro, Tezcatlipoca, le dio una visión a este Nahuacualli. Éste tenía que dominarlo.

Al decir esto, Mixtle dibujó el rostro de Kulkulkán. Era totalmente diferente que Quetzalcóatl, aunque tenía rasgos muy parecidos. Seguía: Llegó en un día que la Tribu de Chichén Itzá, los maya, llaman: Sak' Q'ij o Solsticio de Verano. Durante ese día, Kulkulkán descendía de su pirámide para causar un caos en el mundo. Lo que Kulkulkán no sabía fue que en ese día, el se encontraba en su forma más débil, claro, al terminar el día. Dibujó el jaguar, puma y sabueso infernal, diciendo: Llegó la hora de la pelea, un Dios contra el Nahuacualli, el Nahual Superior y el Enviado Infernal. En cuanto llegamos a Teotihuacán, te contaré lo que sucedió después.

Seguimos el camino, Mixtle se quedó callado, como si él iba a contar algo malo. No lo tomé importancia. El anochecer llegó, pero seguíamos caminando. Nos dimos cuenta de que ya no estábamos solos. Los Nahuales que se quedaron en Tlatelolco nos acompañaron. Entre ellos, se encontraban Breon, el Soldado Diego, Tzilmiztli, Aketzalli, Itzatlapalli y claro, la Nahuala que sería mi namiqui: Zyanya. Miquinztli se acercó conmigo, y me preguntó: Amo, ¿a dónde iremos? Contesté: Nos iremos a la Ciudad más sagrada de toda Nueva España, como dicen los españoles, iremos a Teotihuacán, el lugar donde los hombres se convierten en Dioses.

Matlactli Mazatl, Tóxcatl, Nahui Tochtli

Día 10 Venado, Mes de la Sequía, Año 4 Conejo

1 de junio de 1522

Estábamos a una hora de Teotihuacán, Zyanya y yo nos despertemos primero. Ella, mi namiqui, me dijo: Namiqui, mira, en la distancia. Miramos hacia el noroeste y, me quedé asombrado, miré a la gran pirámide teotihuacana, el Tonatiuh itzacual, Mixtle me comenta que el mismismo futuro le pondrá el nombre de Pirámide del Sol. De pronto Breon se despertó, caminó hacia nosotros. Dijo: Mah cualli tonalli (Buenos días), Zyanya, Xiuhcoatl. ¿Cómo amanecie-. Antes que Breon pudo terminar la frase, se quedó impactado por la belleza de lo que es Teotihuacán. De verdad, ¿aquí podríamos ser Dioses? Diego se acercó con nosotros y dijo, entre dientes: Por la Virgen.

Diego pensaba que nosotros éramos barbaros, pero creo que esto cambió al ver la gran pirámide. Ningún bárbaro podría construir algo tan majestuoso. Diego cayó al suelo, sus rodillas pegaron la tierra seca. Alzó sus manos al aire y exclamó: ¡Arcángel Remiel! ¡Ya sé porque me mandaste a estas tierras! Soy su fiel servidor. Sacó un collar de madera con pequeñas bolitas, que tenía el color al cacao. Empezó a rozarlas, y empezó a orar: Dios te salve, Reina y madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve. A ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a Ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de lagrimas. Señalé a los demás que se separaran de Diego, pues, a su manera, estaba rezando a Tonantzin, La Madre de los Dioses, o bueno, eso pensaba.

Cuando éste terminó, yo le dije: Ahora, repite conmigo. Auh inic ti Necoc Yautzin, inic ti Moyocalatzin, inic ti Moquequeloa, inic ayac motempan: ma xicmotlahuantili, ma xicmihuintili, ma xicmoxocomictili in toyaouh, ma imac hualmotlaza, ma quihualmomaca, ma ica hualmomotla in tocnocuauh, in tocnoocelouh, in ayahuiya, in ahuellamati, in tonehuatinemi, in chichinacatinemi in tlalticpac (Y tú, Necoc Yaotl, Moyocoyatzin, Moquequeloa, para que nadie llegue a tus orillas, embriaga, intoxica a nuestros enemigos. Que se arrojen, se entreguen a nuestras pobres águilas, a nuestros pobres jaguares, los que no se regocijan, están tristes, viven afligidos, viven angustiados, atormentados en la tierra.). Breon, Zyanya, Tzilmiztli, Aketzalli y Itzatlapalli se acercaron con nosotros, y juntos clamamos: In intech onaciz, in intech ompohuiz in tiacahuan, in yaumicque, in cuauhtin ocelo: in quinamiqui, in cahuiltia in totonametl in xippilli: auh in quichichina nepapan xochitl, in quitlamachtia in ilhuicatl itic, in Tonatiuh Ichan (Se acercarán, se contarán entre los guerreros, entre los muertos en la guerra, las águilas, los jaguares, los que salen al encuentro, alegran al resplandeciente, príncipe precioso, los que liban de las variadas flores, los que gozan en el interior del cielo, en la Casa de Tonatiuh.).

Al terminar los rezos, me convertí en Jaguar, Diego en Águila, Tzilmiztli en Puma Negra, Miquinztli corrió hacia nosotros y se convirtió en Sabueso Infernal. Yo, Tzilmiztli y Miquinzlti soltamos rugidos, mientras Diego soltó un chillido. Después nos revertimos a nuestras formas humanas, miré a Diego y le dije: Y así rezamos nosotros. Ahora, debemos caminar. Aún falta para llegar a nuestro destino.

Seguimos el largo camino a Teotihuacán, me acordé de la historia que me contaba Mixtle, del Nahuacualli anterior. Como podía ir a Chichén Itzá a luchar contra Kulkulkán. Mixtle caminó con Miquinztli y con Tzimiztili, quiero suponer que él quería que los tres fuéramos a la gran pirámide teotihuacana.

Teotihuacán, Cém Anáhuac (Valle de Anáhuac), Nueva España

Pasó una hora y la mitad de otra y, llegamos a la gran ciudad de Teotihuacán, las ruinas del imperio desconocido que tenía las mismas creencias que los imperios de hoy tenemos. Vi estatuas a nuestro Dios Tezcatlipoca. Vi La Ciudadela, la Pirámide de Quetzalcoatl, a lo lejos vi la pirámide de la luna (o como lo conocía yo, Tenan) y obvio, mi destino, Tonatiuh itzacual.

Todos estábamos asombrados, pero más yo. Pronto me encontraba sobre la Miccoatli, la Calzada de los Muertos. Aún huelo muertos en esta parte, tal vez por eso se llama así. Tzilmiztli y Miquinztli se acercaron conmigo. Miquinztli dijo: Yn zan no iuhqui quetzaliztli ticxaxamania can no iuhquin tlacuilolli ticpopoloa ixquich ompa uahui zan no ye Mictlan zan tocepanpoliuhyan (Y también como plumas de quetzal lo rompes, como pinturas lo destruyes. Todo se ve allá. Solo, también ye, el lugar de los muertos, es el lugar donde todos perecemos).

Tzilmiztli dijo: Tezcatlipoca: manozo ihuiyan, yocuxca texillan, tetozcatlan maquiltitiaz in ac yehuatl: auh in quezqui oticmomace huili, manozo ihuian, yocuxca itech onaciz in Tonatiuh in manic in tlanexti in totonametl, in cuauhtleohuanitl, in huel cuicuilihuic in nexehuac in cuauhtli in ocelotl, in tiacauh, in oquichtli, in yaumicqui in xippilli: auh manozo ihuian, yocuxca intech onaciz in tiacahuan in yaomicque... auh in ye mochintin, in ye ixquichtin, in cuauhti in ocelo, in ilhuicatl itic, in ompa cahuiltia in Tonatiuh, in xippilli in tiacauh in yaumicqui, in ompa coyohuia (Tezcatlipoca: que en paz, en reposo, entre él en el seno, en la garganta de Tonatiuh. Y a cuantos les hiciste merecimiento, que en paz, en reposo, se acerque a Tonatiuh, el resplandeciente, el águila que asciende, el bien pintado, el de la ceniza, el águila, el jaguar, el valiente, el que es hombre, el que muere en la guerra, el príncipe precioso. Y que en paz, tranquilo, se acerque a los valientes, a los que murieron en la guerra...y a todos los otros águilas, jaguares, que están en el interior del cielo, alegran a Tonatiuh, al príncipe precioso. El guerrero valiente, el que murió en la guerra, allí le da voces.)

En eso, Mixtle, nuestro chamán se acercó con nosotros y dijo: Necoc Yaotl, lo cual significa: el enemigo de ambos lados. Precisamente eso somos. Hemos matado tanto a los que merecen morir y a los Nahuales de otro tribu, aunque no han hecho nada a nosotros. Sin embargo, su Tribu primordial, los mexica, son nuestros enemigos de sangre. He visto visiones de lo que podría pasar muy pronto. He visto más montañas con hombres. He visto mujeres moviéndose las manos para invocar otras mujeres. He visto criaturas de piedra, no como el chaneque que habita en las montañas, atacándonos. He visto criaturas como tus Tlacacuetlachtin, Miquinztli, pero estas criaturas, pues, son menos feroces que los tuyos. En fin, llega una batalla, y no sé si lo ganaremos. El nos miró, y dijo: Los tres, Yei Yaocaltin, las tres fuerzas, vengan conmigo.

Seguimos a Mixtle, seguimos caminando sobre la Miccoatli, y de pronto, nos dimos cuenta de que nos estábamos acercando a nuestro destino: El Tonatiuh Itzacual, la Pirámide del Sol. Mixtle nos dijo: Ahora, a subir. Nos quedan doscientos treinta y ocho escalones, tengan cuidado, queremos sobrevivir lo que viene en seguida. Es mejor que si pueden convertirse en algún ser del aire, vuelan hasta arriba, pero yo dijera que es mejor subirse como humano. Sentirás lo mismo que sintió nuestro Dios Tezcatlipoca al subir esta pirámide, al igual que como sintieron nuestros ancestros. En eso, empezamos a subir dicha pirámide. Miquinztli, como enviado de Mictlantecuhtli, el Dios de la Muerte, subió primero. Mixtle, como era nuestro chamán, subió en seguida. Tzilmiztli, el que era el Puma Negro, fue el tercero. Y yo, Xiuhcoatl, fue el último en subir.

Me venía aires de energía cósmica, energía divina que, a mi parecer, me hicieron sentir tan bien. Pero a la vez, sentí una presión muy fuerte, como si el aire se me salía de los pulmones. Por otro lado, oía una voz. Xiuhcoatl. Me paré de inmediato. Traté de buscar de donde salía la voz. Xiuhcoatl. La ignoré. Seguí subiendo la pirámide. Como los escalones de la pirámide estaban inclinados, decidí gatear para llegar hacia la cima. Llegando a la mitad de la pirámide, escuché mi nombre de nuevo. Me acordé, soy el Nahuacualli, el Nahual Oscuro, sé que tengo una conexión con, en lugar de pensar el nombre, yo dije: Tezcatlipoca.

De pronto, todo se tornó negro. Vi las escaleras de la pirámide, pero esta vez, eran de un tamaño normal. Vi como no necesitaba gatear, pues, empecé a caminar bien. Y de pronto, miré un Guerrero Ocelotl (Jaguar), o pensé que era uno. Es un verdadero honor poder conocerte, Xiuhcoatl, arma de destrucción.

Lloré, sabía que era mi Dios, era el Dios que yo alababa cada día. Yo pedía permiso a este Dios, para que el me dejaba convertirme en los trece animales. Me postré ante el, entre lagrimas, recé: Tezcatlipoca, Necoc Yaotzin: manozo xicmocnoittili, ma xicmotlaocolili, ca momacehualtzin: ma nozo achitzin quimahuizo, manozo achitzin xicmottitili, in motzmolinca, in mocelica, in motzopelica in mahuiyaca: ca nelli mach in quihiyohuia, in quiciahui: manozo achitzi mopaltzinco, hualmotzonteconacocui: manozo achica cahuitl, mopaltzinco ontlacacotlamati: manozo achitzin cahuitl, mopaltzinco ontotonia, oniamania: in iyomyo, in inacayo in macehualli: manozo mopaltzinco ontemiqui, oncochitlehua: ma oc achica cahuitl mitzonmotlapiyalili: at oconmocuiliz, at oconmicuaniliz: auh at oconmotlatiliz, at oconminailiz, in oachica cahuitzintli: in mahan xochitl in oconinecu, in oconmahuizo. (Tezcatlipoca, Necoc Yaotl: lo que tiene fragancia, riqueza, felicidad, ten compasión, ten piedad de tu pueblo; estímalo un poco; hazlo gozar un poco de tu ternura, frescor, dulzura, fragancia. Porque en verdad se afana, se fatiga por ello. Que gracias a ti puedan levantar un poco su cabeza; que gracias a ti durante poco tiempo puedan conocer el reposo. Que gracias a ti tengan calor, se reconforten sus huesos, su cuerpo. Que gracias a ti puedan soñar, puedan verte en sus sueños, que por poco tiempo al menos puedan guardarte. Tal vez les será tomado, quitado, ocultado, lo escondido por algún tiempo como una flor que alguien ha olido, ha gustado.)

Tezcatlipoca me miró, y me dijo: Levantaté, hijo mío. Seca las lagrimas. Debemos hablar. El Dios Oscuro y yo empezábamos a subir lo que quedó de la Pirámide. Y de pronto, el me contó: Supongo que el chamán te ha contado sobre el último Nahual Oscuro. ¿O me equivoco? Le había confirmado su sospecha. Él siguió: ¿Dondé quedó? Le contesté: Quedó en la batalla contra Kulkulkán. Tezcatlipoca soltó un rugido, seguido por una risa ligera. Seguíamos caminando mientras me siguió contando.

Con una voz ronca, éste retomó donde Mixtle se había dejado. La batalla duró horas. Kulkulkán supo que pronto tendría que huir. Así que pronto, éste tendría que esconder en la Pirámide de Chichén Itzá. El Jaguar, el Puma y el Sabueso pelearon contra el serpiente emplumado. El Jaguar, el Nahuacualli, invocó la misma tierra para atrapar al Serpiente. Pero al hacer esto, tuvo que sacrificar algo que mas amaba, su namiqui. Me quedé asombrado, ¿tuvo que sacrificar su namiqui? ¿Su compañera de vida? Tezcatlipoca continuo: Pronto, el fin del día llegó a las Tierras Mayas. La vida de Kulkulkán estaba por terminar. Así que, poco a poco, la pirámide empezó a consumirlo. Pero antes de que ésta podía consumirlo, Los Yei Yaocaltin pudieron atraparlo. Pero a cambio de algo.

Tezcatlipoca y yo seguimos escalando la Pirámide del Sol. Hacía un calor infernal. Los rayos del sol me pegaban la espalda. Pronto me di cuenta que la única sombra en la pirámide, fue la mía, no la de Tezcatlipoca. Éste me siguió contando: El namiqui que tuvo que sacrificar fue su vida entera. Al momento de atrapar Kulkulkán, la cola de este atrapó al Nahuacualli. El Nahuacualli me rezó para poder salvarse de la furia de Kulkulkán. Así que, le ayudé. Convertí Kulkulkán al patrón o Titán de los Nahuales que pertenecen a mi Tribu. Pero al hacer eso, el Nahuacualli se sacrificó. Dio su vida para la causa. Algo que temo que tendrás que hacer, al menos, se pausó, mates al chamán. Pero al hacer esto, cambiarás el nombre de tu Tribu. Ya serán, la Tribu de Nahuales de Necoc Yaotl, enemigo de ambos lados. Me quedé impactado, el Dios Tezcatlipoca me ha pedido que matara a mi chamán, a Mixtle.

Espera, pausé, Tezcatlipoca, ¿me estás diciendo que la única manera de no sacrificar mi vida? Pero ¿debo sacrificar mi vida? Pero ¿para qué si ya no hay que atrapar una serpiente o criatura? Tezcatlipoca me miró y me dijo: Pequeño, ¿acaso tu no creíste lo que dijo tu chamán? Vendrá una guerra. La guerra que definirá el destino de los Nahuales. La última guerra épica, ésta si será el cambio que todos hemos estado esperando. Pero lamentablemente, muchos de nuestros Nahuales morirán, incluyéndote. Con lagrimas en sus ojos, que era algo muy pero muy extraño para un Dios como Tezcatlipoca, dijo: Yo ya vi tu futuro, hay dos posibilidades, pero solamente he visto como salga una de dichas posibilidades y ésta es tu muerte. Pero, posiblemente, podrás retrasar esta triste posibilidad si matas a Mixtle, en mi nombre, Necoc Yaotl.

De pronto, me di cuenta que estaba en el cima de la Pirámide. Poco a poco lo oscuro aclareció. Pude apreciar la belleza total de Teotihuacán. Vi siluetas de toda mi tribu, la que era La Tribu de Tezcatlipoca, y ahora según este Dios, tendremos otro nombre. Viendo a mi Dios, le pregunté: Tezcatlipoca y, ¿qué pasó con Kulkulkán? Mi Dios me contestó: Lo sabrás cuando invoques el Titán de la Tribu de Tezcatlipoca, me parece que Mixtle te dijo una vez que había un Nahual que usaba un arma poderosa para defender su Tribu. Pensé, éste es el arma que podía destruir las Cihuateteo. Tezcatlipoca me dijo: Xiuhcoatl, tienes que hacerlo. Por la primera vez, deja que el Cuetlachtli (lobo) dentro de ti se convierta a un Coyotl (coyote). Deja que lo sagrado se convierta a lo secular. Deja que lo santo se convierta a lo infernal. Te daré permiso. Esta vez.

Me postré en el centro de la Pirámide y miré la silueta de mi madre. Y ésta me dijo: Nocipilsintli (mi hijo amado), piensa bien antes de hacer lo que Tezcatlipoca te haya dicho. Pero ¿sabes algo? Yo estaré de acuerdo con tu decisión. Nimitztlazohtla (Te Quiero), mi hijo. La silueta de mi madre se desapareció. Otra silueta apareció, la de Damon. Y la silueta de éste me dijo: Fiel Aliado, debes de seguir lo que dice tu Dios. Si no lo haces, nadie lo hará por ti. Acuérdate lo que dijo Yohual, nadie te matará, solo la Loba Blanca. No podrás hacer trampa a la muerte, pero la puedes retrasar. Pero tanto Tezcatlipoca y Mixtle tienen razón, huelo el poder extranjero y sobrenatural que pronto vendrán a sus tierras. La silueta de éste se desapareció.

De pronto Tezcatlipoca aparece y chasquea los dedos. Veo a Mixtle, Miquinztli y Tzilmiztli. Todos están sorprendidos. Salvo que, no sé si es porque vieron que llegué primero a la cima de la pirámide o que el Dios Tezcatlipoca estaba detrás de mi. ¡Mixtle! grité. ¡Maldita sea el momento que empecé a escucharte llamarme el Nahuacualli. Tu bien sabías que tendría que sacrificarme. ¿Por qué nunca me lo habías dicho? Tengo una vida por delante. ¿Y tu me la quieres abaratar? Mixtle me miró y me dijo: Xiuhcoatl, hay mucho de este mundo que tu no sabes. Hay mucho que por tu propia seguridad, pues, no te la podido decir. ¿Me crees cruel? ¿Hubiera sido más cruel aún prevenir tu destino? ¿Hubiera sido más cruel dejar que toda una Tribu muera para dejar que un Nahual, un indígena, un simple humano, pueda vivir?

Mixtle, Ixachi! ¡Suficiente! Vi que en mis manos, tenía mi cimitarra, o como decía Donají, mi Tepozteixilihuani. Me convertí en Guerrero Ocelotl y Tezcatlipoca solo dijo: Hazlo. Grité: ¡Hago esto por Necoc Yaotl! ¡Por ti, Dios Tezcatlipoca, Gran Señor Oscuro! Acepta este sacrificio. Corrí hacia el chamán y le apuñalé gritando: ¡Necoc Yaotl! Tezcatlipoca dijo: Ahora, ya sabes lo que debes de hacer. Perforé el pecho de Mixtle y después de maniobrar un momento, arranqué su corazón. Le di una mordida. Al hacer esto, mis ojos tornaron negros por completo. Ya no era un simple Nahual, yo ya era el Nahuacualli. Por fin, me convertí en la cosa que honestamente no quería ser. Pero honestamente, ya no me importa. Tezcatlipoca me dijo: Salve, Xiuhcoatl, Tlatoani de los Nahuales de la Tribu de Necoc Yaotl de Teotihuacán. Ustedes tienen mi bendición. Al decir eso, todos los Nahuales presentes se acercaron a la Pirámide.

Tzilmiztli y Miquinztli se bajaron conmigo. Dije en una voz muy fuerte: Pueblo de la Tribu de Tezcatlipoca, de ahora en adelante, somos la Tribu de Necoc Yaotl. Nosotros somos los enemigos de ambos lados. Hemos sido tanto los enemigos de los españoles y de los nahuas de Cem Anahuac. Huitzilopochtli y su Tribu al igual que la de Quetzalcoatl han sido extinguidos. Somos los únicos Nahuales en existencia. Y así será, hasta el final de los tiempos. ¡Larga vida a la Tribu de Nahuales de Necoc Yaotl!

Diez meses después

(Chicuace Atl), Nemontemi, Macuili Acatl

(Día 6 Agua) Mes de los Días Baldíos, Año 5 Carrizo

10 de marzo de 1523

Valencia, España, Europa

Las primaveras españolas son muy diferentes que las primaveras en las Tierras Tlaxcaltecas. Las ciudades aquí son totalmente diferentes que las de aquellas tierras. De pronto, Dajjal, el brujo de las tierras musulmanas, me preguntó: Donají, ¿qué ves? Le contesté: Dajjal, trato de ver el humo que sale de las Ruinas de Teotihuacán. Para ver si la profecía cumplió. Morgana, la mujer que se vestía de morado caminó hacia nosotros junto con Gévaudan, Elliot y Drácula. Noté que ella traía una especie de bola en sus manos. Esta dijo: ¿Dijiste algo de Teotihuacán? Pues, mira. Morgana quebró la bola de cristal que tenía en sus manos. Yo estaba tan asustada de lo que vio. Vi mi padre, Mixtle, morir, a manos de, ¿cómo? ¿Xiuhcoatl? Y al lado suyo estaba, no puede ser, ¿Tezcatlipoca? Dijimos que les diéramos un año, ¿cierto? pregunté. Este fue su año, y este mismo año, acabaremos con los Nahuales. Hasta que cada uno de los Nahuales se haya muerto. Y así, subimos a los barcos, las denominadas montañas que movían sobre el agua.

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