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Ayotl - Tortuga Acuatica

Chicome Tecpatl, Tlacaxipehualiztli, Ce Acatl

Día 5 Pedernal, Mes del Desollamiento de Gentes, Año 1 Carrizo

9 de abril de 1519

Tizatlán, Tlaxcala

Mixtle, ¿qué sucede? dijo nuestro tlatoani, Xicoténcatl. Mixtle, el chamán, contestó: Recibí una carta sellada por los Mexica, mi tlatoani. El tlatoani le dijo: Normalmente tiraría esta carta al fuego pero algo me dice que debes abrirlo. Mi tonalli me lo dice. El chamán abrió la carta y al ver el nombre de quien lo escribió, invocó tanto a mi, a Miquinztli, Itzatlapalli y a Breon.

Díganos, chamán. ¿Como podemos ayudarlo?- preguntó Breon. Nahuales jóvenes, Guerrero Cuauhtli, mirándose al Soldado español, Miquinztli y Nahuacualli: Recibí una nota de nuestro aliado, Titlantemoc. Guerrero Cuauhtli, en un mundo ideal, el hombre quien acabo de mencionar hubiera sido tu Nahual Superior, quien te hubiera enseñado ser el águila. En fin, eso no viene el caso. El chamán pausó, antes de que podía tomar la palabra, el tlatoani dijo unas palabras: Les quiero presentar a una persona, gritó: ¡Hijo!

Un soldado entró a la sala real. Un soldado alto, de tez morena, con una corona emplumada. Traía su xiuhtilmatli (capa azul cielo), y un maxtlatl (taparrabo) que cubría sus genitales. Traía cuetlaxnacochtin (aretes de cuero), dado que es un soldado que ha participado y ha matado en guerras. Con una voz fuerte, dijo: Nehuatl Xicoténcatl Axayacatzin notoca. Yo soy Xicoténcatl Axayacatzin, hijo del tlatoani Xicoténcatl de Tizatlán. Todos presentes postraron en reverencia ante el hijo de nuestro tlatoani, y éste dijo: Yo ya estoy viejo para andar en batalla, así que, mandaré a mi hijo con ustedes en representación mía. He dicho, así será. Yo estaré presente para la decisión final de este consejo.

La Lechuza, Itzatlapalli, dijo: Titlantemoc es un aliado, pues, me acuerdo que fui a la Ciudad Odiada para que éste me enseñara como ser Lechuza. Opino que debemos de hacer caso a esta carta. Xicoténcatl Axayacatzin tomó la palabra: Pero, tengo entendido que ellos, pues, en sí, es de la Tribu de Quetzalcoatl, y de lo que yo sé, ellos son el enemigo. Me miró y luego miró a Itzatlapalli y dijo: Tal vez, ustedes dos tienen más afinidad a el, dado que el los entrenó, pero yo, no lo conozco. Así que, yo voto que no. Miquinztli entró en la conversación: Parecen niños peleando por el último grano de cacao. Ni sabemos lo que dice la carta. Al menos, Mixtle, ¿piensas compartir lo que dice la carta?

Mixtle leyó la carta en voz alta: Salve Nahuales de la Tribu de Tezcatlipoca. Espero que ustedes se encuentran bien. Supongo que se han dado cuenta de que cada día aparecen mujeres extrañas en sus estados. Normalmente éstas se encuentran orando al Dios Tlaloc o a la Diosa Chalchiuthtlicue. Si no se han notado la existencia de éstas, entonces, han de haber escuchado canciones extrañas cuando menos lo esperan. Estas canciones son creaciones de los Descendientes de Atlanchane - denominadas Atzcihuatl o Mujeres del Agua. Debo admitir que mi tlatoani, quien no será nombrado, está asustado por esta amenaza. Solicita la ayuda de Nahuales quienes están dispuestos a pelear por Tlaxcala en las afueras de Tenochtitlán. Como recompensa, el Nahual Superior, Atlahua, estará dispuesto a enseñar a los Nahuales Superiores como convertirse en los Seres de Agua - Ayotl y Cipactli. Sin nada más que decir por el momento, me despido, los espero aquí con brazos abiertos en Tenochtitlán.

Al entregar la carta a Xicoténcatl, nuestro tlatoani, el miró el nombre del remitente de dicha carta, leyó en voz alta: Titlantemoc, Nanahualtin y Nahual Superior, Consejero del Tlatoani Moctezuma, Tlatoani de la ciudad de Tenochtitlán en el Valle de Anahuac y de la Tribu de Nahuales de Quetzalcoatl. Poco después, el chamán dijo: Necesitan nuestra ayuda. Sé que no nos llevamos bien, sé que hay rivalidades. Pero en esta ocasión única, tenemos el mismo enemigo, las Atzcihuatl. Es más, miró al tlatoani, Hay un Nahual Superior quien está dispuesto ayudar a los Nahuales quienes están por convertirse en Seres del Agua. Mirándome, siguió diciendo: Es algo que debemos tomar muy en cuenta, especialmente para nuestro Xiuhcoatl y para Breon, dado que ambos tienen que convertirse tanto en Ayotl y Cipactli.

Todos estábamos alzando la voz. Yo gritaba: ¡Ah! Claro, quieren que yo vaya por que soy el Nahual Oscuro. Breon gritaba: ¡No tiene caso que vaya yo, mi tonalli no se ha presentado y ni se presentará! Itzatlapalli aún cree que debemos ayudarlos, si no a su Tribu, pues, a Titlantemoc. El Soldado, Diego, nos miró y después de quedar callado por un tiempo gritó: ¡Joder! No puedo creerlo. Mis compañeros Soldados y mi Capitán tenían razón sobre ustedes, malditos Nahuas. No pueden ni ponerse de acuerdos. Son bárbaros. Xicoténcatl Axayacatzin exclamó, apuntándose al Soldado: ¡Tu ni tienes son o voto, maldito malli! De pronto, Miquinztli habló: Hijo del Tlatoani, hágame el favor de callarse. Es decir: Ximocamatzacua! ¡Cállate! Todos hicieron caso a Miquinztli. El Soldado tiene razón. Pausó y luego siguió: Ustedes son como niños, al parecer, las únicas personas suficientemente sanas para poder tomar una decisión son El Tlatoani, El Soldado y al parecer Yo. Chamán, Itzatlapalli, Xiuhcoatl, con todo respeto, ustedes tienen un lazo fuerte en este caso. Breon, ¿no que habías dicho a mi Amo que tu tonalli, el cipactli, ya se reveló? Xicoténcatl Axayacatzin, tu sabes absolutamente nada de esta situación tan delicada. Así que, pausó, Tlatoani Xicoténcatl, ¿que decide usted?

Mixtle, Hijo, Xiuhcoatl, Breon, Itzatlapalli, Miquinztli, Soldado, ustedes irán a la Ciudad Odiada de Tenochtitlán. Irán con el Tlatoani Moctezuma y su Consejero, nuestro aliado, Titlantemoc - dijo nuestro Tlatoani. ¡Pero Padre! ¿Cómo así? - cuestionó su hijo. He dicho, Así Será, se van en tres horas - exclamó nuestro Tlatoani.

Nos fuimos justo cuando llegó Nepantla Tonatiuh (mediodía). Es un día de camino, si es que nosotros no paramos. Lo cual creo que es justamente lo que sucederá. Al irnos, miramos un gavilán que volaba con algo en su garra. No lo tomamos importancia, es normal que los gavilanes torturan a su presa antes de devorarla.

Chicuace Quiahutil, Tlacaxipehualiztli, Ce Acatl

Día 6 Lluvia, Mes del Desollamiento de Gentes, Año 1 Carrizo

10 de abril de 1519

Tenochtitlán, capital del imperio mexica

Cruzamos los puentes del Lago Texcoco un poco después de mediodía. Llegando a la Isla donde se encontraba el capital del Imperio Mexica, vimos las banderas de la Tribu de Quetzalcóatl. Algo claro resonaba en mi mente - No seremos bienvenidos. Me paré tantito para apreciar la vista del Lago de Texoco, o como decían los Nahuas del Valle de Anáhuac - Tetzcuco.

Finalmente cruzamos el puente a la Isla y nuestra sospecha no era en vano, había Guerreros Coyome, Guerreros Cuauhtin, y Guerreros Ocelotin (Coyote, Águila y Jaguar, respectivamente). A mi sorpresa, también hubo Guerreros Nahuas, pero representaban otros estados dentro del Valle de Anahuac: Texcoco y Tlacopan. Me acordé: Excan Tlahtoloyan, La Triple Alianza - y ahí fue cuando me di cuenta, las personas quienes me asaltaron en la selva cuando yo estaba poseído por la Atzcihuatl. Pues, tenían la misma vestimenta que dichas personas. Traté de comentar eso con el chamán, pero no me hacía caso, solo decía: Guarda Silencio, Xiuhcoatl. No digas nada. Acuérdate: somos invitados por parte de Titlantemoc.

De pronto oímos una voz muy reconocida decirnos: ¡Salve Tribu de Tezcatlipoca! Mah cualli Xihualacan Tenochtitlán, Tlashkalteka'. Bienvenidos a Tenochtitlán, Pueblo de Tlaxcala. Fue la voz de Titlantemoc, estábamos muy seguro de eso. La voz continuaba: Les presento el tlatoani de Tenochtitlán, Moctezuma. También les presento al Guerrero y Líder de Tlatelolco, Cuauhtémoc. Cuauhtémoc era un guerrero feroz, más feroz que un Nahual o que un Tlacacuetlachtli. Tenía su tilma verde puesta junto con una capa verde. De pronto el dueño de la voz apareció, acompañado con un hombre moreno claro, vestido con una tilma y capa azules. Traía un collar con una piedra preciosa azulosa. El dueño de la voz si era Titlantemoc. Exclamó: Les presento a Atlahua. Nahual Superior que ha encontrado la paz con los Seres del Agua. Sugiero que todo Nahual que desea saber como ser uno con el agua- ve con el de inmediato. Después de una pausa, dijo: El Tlatoani Moctezuma y el Guerrero Cuauhtémoc desean hablar con el Chamán de Tizatlán y el Tlatoani Xicoténcatl de Tizatlán.

El hijo del tlatoani junto con el chamán hizo caso al llamado. Ellos fueron con Moctezuma y con Titlantemoc, mientras nosotros los Nahuales y Miquinztli fuimos con Atlahua. Cruzamos el puente de nuevo y caminamos a la línea costera del Lago Texcoco. De pronto, Atlahua me habla: ¿Así que tu eres el gran Nahual Oscuro? Vio mi cara de 'este también lo sabe.' Atlahua seguía: No quise disgustarlo, lo siento. Sí, soy él, contesté. Atlahua me dijo que me ayudará con convertirme en Tortuga Acuática (Ayotl) y en Caimán (Cipactli), pero esta vez, no sería fácil. Después, Atlahua me dijo la cosa más extraña: Por cierto, Xiuhcoatl, ¿si hiciste caso a lo que te dije: no hacer caso a las canciones? No le tomé caso al inicio, pero luego, me di cuenta, y le reproché: Dime que no es cierto. Dime que tu no eres... El me miró con una sonrisa malévola y me dijo: Sí Xiuhcoatl, soy yo, tu viejo amigo y aliado, Damon, el Tzitzimitl de Eutlocpan. Pero por favor, usa el nombre Atlahua.

De pronto me detuve y le cuestioné: Pero ¿Cómo lo hiciste? Es decir, mirándolo de la cabeza hasta los pies, todo esto, te has cambiado, Damon. Me contestó: Luego hablaremos de eso, pero primero empezaremos con tu entrenamiento. Aunque no lo creas, sé exactamente lo que debes de hacer para convertirse en Tortuga Acuática y en Caimán. Así que pronto no podré hablar como Damon. Tendré que hablar así, pausó y luego con una voz fuerte como la de Yohuacoatl dijo lo siguiente, Nahuales, heme aquí. Todos mirábamos hacía Atlahua. ¿Quién de aquí es la Lechuza y el Sabueso? preguntó Atlahua. Izatlapalli y Miquinztli señalaron que ellos eran. Entonces, ustedes, miró a Miquinztli, especialmente tu, no pueden convertirse a seres de agua. Pero, tu, apuntándome, y Breon, sí pueden- dijo Atlahua. También dijo: Ah, Soldado, apuntándose a Diego, ve con Miquinztli.

Dicho esto, Atlahua quita su capa y su tilma, revelando una ultima prenda azul - un maxtlatl. Normalmente quitaría toda la vestimenta, pero luego el agua y la transformación me hará el favor de hacer eso- dijo Atlahua. Breon y yo procedimos a quitar nuestras capas y tilmas, quedamos con nuestros maxltatin puestos. Yo sé como es el cuerpo humano, he visto el pecho descubierto y las extremidades inferiores de Breon, pero nunca lo había visto casi desnudo. Sí, es normal, quitamos las prendas y listo, pero aun así, uno mira lo que solamente el namiqui debe de mirar. En fin, no estaba incomodo pero a la vez sí. Aún me acuerdo lo que sentí cuando caminemos a su casa aquel día cuando batallé contra los tres Camazotz.

Nosotros metimos al agua, Atlahua nos dice que para poder convertirnos a Seres del Agua debemos aceptar el tlateochihualatl (Agua Santo) del Lago Texcoco. Ahora, el primer paso es lo siguiente, sumergen en el lago. No importa si mantienen sus ojos abiertos o cerrados. Ustedes sabrán cuando pueden emerger del agua- dijo nuestro mentor. Pero primero, repiten conmigo: Diosa Atlatonin, hemos caminado la costa del Tetzcuco que tu has creado. Dios Amimitl, patrón de los lagos: estamos dentro de tu creación, El Lago Tetzcuco. Acuecucyoticihuati, Diosa del agua que corre y de los ríos, déjanos sumergir en tu agua. De pronto, sentimos una pesadez sobre los hombros. Oímos una voz masculina: Apoloctian. Sumergen. Los tres sumergimos al mismo tiempo. Los ojos de Atlahua quedaban abiertos. Los de Breon estaban cerrados. Yo quería abrir los ojos, pero algo me decía que no lo hiciera. Entonces, mejor me hago caso a mi mismo - lo que decía mi interior, mi tonalli. Pero oí un ruido, un sonido que no podía describir. Abrí mis ojos y miré a mi derecha, una tortuga acuática, y pensé: Aún no sere cipactli, primero seré ayotl. Sentí que ya debía emerger del agua, así que lo hacía en cuanto pude. Breon por otro lado, aún no se subía.

De pronto, oí una voz masculina: Xiuhcoatl, soy yo Damon, ahora vas a hacer lo que te diga, tu vas a convertirte en el animal que viste. ¿Estás listo? Dije en voz alta: Sí, estoy listo. La voz de Damon resonaba en mi mente: Creo que tu sabes a que Dios debes rezar, ¿cierto? Me quedé relajado, estaba flotando en el agua. Después de recordar la oración, clamé: Chalchiuhtlicue, Señora de las aguas, Mujer que tiene su falda de jade. Tlaloc, Señor de la lluvia y del rayo. Déjame mover en las aguas. Déjame ser la criatura que proteja a los demás con su caparazón. Déjame convertir en Tortuga Acuática. Lago de Texcoco, ayúdame.

De pronto, me sumergí de nuevo en el agua, esta vez, mis ojos estaban abiertos. La espalda se cambió de textura y de color. Mi espalda empezó a inflarse y luego desprender de mi cuerpo. De pronto se adjuntó con él y extendí mi mano para poder sentir mi espalda. Ya era un caparazón, cubierto por escamas verdosas y negras. Mis manos y mis pies se encogieron y cambiaron de forma. Se podría decir que mis extremidades ya eran aletas. Mi cara también se cambió de forma, ya era más puntiaguda. Creo que era más seguro suponer que ya era una Tortuga Acuática, un ayotl. Cabe mencionar que en todo este tiempo, Breon aún no se ha emergido.

Nadaba cerca de él. Quería saber si él estaba bien. Me acerqué e hice un ruido, como si quería despertarlo, y pronto, el abrió sus ojos. Fue la primera vez que yo miré los ojos de Breon de cerca. Tenía los ojos marrones, su piel no tenía ninguna imperfección, salvo por algo que tenía un su ceja izquierda - algo que trae repercusiones al cerrar el parpado del ojo de ese lado. De pronto, abrió su boca, dijo un rezo en náhuatl, no entendí lo que él decía, pero oí tanto el nombre de la Diosa Chalchiuhtlicue y el Dios Tlaloc. De la nada, su cuerpo cambiaba de forma y de color. Me volteé y seguí nadando. Pero de pronto, oí un grito, Breon se estaba cambiando de forma drásticamente. Breon logró convertirse en algo reptiliano, y luego dijo en una voz endemoniada: Vendrán en un mes. De pronto revertió a su forma humana y se emergió del lago junto con Atlahua.

Antes de emerger, oí una voz femenina, esta vez no cantaba, solo hablaba: Xiuhcoatl, no vayas a generar ideas. Puedo ser tu aliada o puedo ser tu enemiga. Escúchame y luego, me juzgarás. Yo le contesté: No escucho a personas quienes no conozco, así que Atzcihuatl, fuera de mi mente. Ella me contestó: Cierto, ¿Dónde están mis modales? Yo soy Itzel, tlatoani de la Tribu de Tlaloc y de Chalchiuhtlicue, pues, de los Descendientes de la Atlanchane, la mujer acuática más hermosa de todo Anahuac. Telepáticamente le contesté: Sé que la Atlanchane mató a varios hombres de las Tribus Ribereñas y de la Tribu de Quetzalcoatl, ¿Cómo se atreve a decirme que ella era la más hermosa, cuando en el fondo, tenía todo feo por dentro? De pronto, no escuché su voz. Me emergí del agua como humano, miré a los lados, y no veo a Breon ni a Atlahua. Salí del agua y corrí hasta el Templo Mayor de Tenochtitlán.

----Mientras tanto, en la Sala Real del Tlatoani Moctezuma

Así que dime, Señores de Tlaxcala, ¿están dispuestos a ayudarnos? preguntó el Tlatoani Moctezuma. Xicoténcatl Axayacatzin, hijo del Tlatoani de Tizatlán, le contestó: Digamos que nosotros te ayudamos, ¿qué sucede si ustedes maten uno de los nuestros? Sé que tu pueblo nos odia, tlatoani. No me extrañaría si uno de los tuyos, incluso Cuauhtémoc, convierta a su tonalli y mata a nuestros Nahuales. Cuauhtémoc miro al Tlatoani Moctezuma y agarró al tecpatl suyo y cortó la palma de su mano y dijo: Por la sangre que corra por mis venas, declaro una alianza temporal con los Tlaxcaltecas y los Nahuales de la Tribu de Tezcatlipoca del Estado de Tizatlán. El chamán le miró, y dijo: Hay algo raro aquí. Siento un poder extraño aquí en este lugar. Un poder que viene desde las profundidades de Mictlán. Rehúso cortar la palma de mi mano hasta saber de donde viene y quien tiene dicho poder. Xicoténcatl, adelante. Iré a investigar.

Xicoténcatl Axayacatzin agarró su tecpatl y corto la palma de su mano y dijo: Como el fiel guerrero que soy, yo también declaro una alianza entre Tlaxcala y Anahuac. Una alianza que durará hasta el final de la Guerra contra las Atzcihuatl. La mano sangrienta de Xicoténcatl Axayacatzin tocó el pecho de Cuauhtémoc, y la mano sangrienta de Cuauhtémoc tocó el pecho de Xicoténcatl Axayacatzin. De pronto oyeron un grito combinado con un llanto. Fue un llanto mío.

----En las afueras del Templo Mayor de Tenochtitlán

¡Ayúdame! ¡Por favor! ¡Alguien los raptó! grité con todas mis fuerzas. No me cansaba de gritar y gritar. Hasta por fin, Titlantemoc exclamó: Pequeño Jaguar, ¿qué sucedió? Corrió hacia el Templo Mayor y me dio un abrazo. Me preguntó: Dime, ¿qué sucede? Entre lágrimas, dije las siguientes palabras: Breon, Atlahua, atrapados, Atzichuatl. Desmayé, no pude creer lo que haya sucedido.

¡Mixtle! ¡Ayúdame!- gritó Titlantemoc. De pronto, alguien dijo: No se preocupe, yo le ayudaré. Titlantemoc miró al hombre, era el chamán de Tenochtitlán. ¿Itzcoatl, estás seguro? Itzcoatl contestó: Claro, con todo gusto ayudaré al Nahuacualli. Le cuidaré muy bien.

Yei Atl, Tlacaxipehualiztli, Ce Acatl

Día 3 Agua, Mes del Desollamiento de Gentes, Año 1 Carrizo

20 de abril de 1519

Oí bien lo que dijo el hombre que me salvó la vida. Dijo lo siguiente:

Sí los murciélagos y hechiceros han sido extinguidos, si la muerte ha fallado, si las cenizas infernales se han esparcido, entonces el agua ahogará los humanos. Y así, los Nahuales tendrán que pelear entre ellos, Tribu contra Tribu, hasta encontrar quién irá al Lugar donde Hombres se convierten a Dioses.

¿Pero qué pasará si el agua falla? Entonces, el mismo agua invocará a una bestia de las profundidades del mar. Y éste se llama...

Me desperté y dije: ¿Dónde? ¿Dónde estoy? El hombre me miró, y me dijo: Todo está bien Nahuacualli, estás a salvo. Estás conmigo, Itzcoatl, chamán de Tenochtitlán y de la Tribu de Quetzalcoatl. Le pregunté: ¿Cuánto tiempo he estado afuera? ¿Dormido? Me contestó: Has estado en reposo por diez días, sufriste un envenenamiento de agua. Pero ahora estás a salvo. El chamán miró hacia fuera de su hogar, gritó el nombre de una mujer: ¡Xochitl! Traigame algo de xocolatl (bebida hecha a base de cacao) para nuestro cocoxqui (paciente). La mujer, Xochitl, contestó: Kema (Sí), Ahí voy, Chamán.

La mujer llegó al hogar del chamán y me saludó. El chamán dijo: Xochitl, cuida nuestro paciente mientras voy al tiyanquiztli (lugar donde vendían comida, armas y vestimenta) para recoger un pedido. Cuando el salió, la mujer me dijo: Xiuhcoatl, soy tlaxcalteca. Quiero preguntarte sobre Breon. Cuando escuché la palabra Breon, por fin recapacité y exclamé: ¡Debo irme! ¡Debo ir a buscarlos! Me pausé y me entró la duda, así que pregunté a Xochitl: Espera...¿Cómo conoces a Breon? La mujer me contestó: Soy su madre. No lo pude creer, la madre de mi mejor amigo está en frente de mí. La misma mujer que lo abandonó cuando tenía diez años. Xochitl, ¿cierto?, le pregunté, señaló que sí era su nombre, su hijo tiene veintisiete años, yo fui quien lo cuidó por diecisiete años de su vida, soy su mejor amigo, quizás me considere como su hermano. Aunque no tengamos la misma sangre que corre por tus venas, pero he estado allí por él. Mientras tu no has estado presente en su vida. Y ahora, justo ahora cuando él podría estar muerto, ¿te preocupas por él? La mujer, Xochitl, tratando de no llorar, contestó: Tal vez no he sido la madre ejemplar, pero aún así, rezo por mi hijo todos los días. Tal vez, por mi culpa, no ha conocido su tonalli y por consiguiente no ha podido convertirse en Nahual. Pero necesito saber, ¿qué pasó a mi hijo?

Lago de Texcoco, Valle de Anáhuac

Cerca de Tenochtitlán, capital del imperio mexica

Varias mujeres y hombres estaban nadando en el centro del lago. Cuando brincaban, no se podía apreciar pies humanos, sino se podía ver colas y aletas de peces o de otro animal acuático. En el centro del lago, una mujer estaba acostada sobre una piedra. Un hombre nadó donde estaba acostada. Ah, Atzoquichtli (Hombre Acuatico), ¿qué sucede? preguntó la mujer. El Atzoquichtli contestó: Tlatoani de los descendientes de la Atlanchane, Itzel, nuestros prisioneros no quieren hablar, pero yo ya sé lo que usted desea saber. La mujer, intrigada por la noticia, preguntó: Tienes un minuto, habla. El Atzoquichtli le dijo: Sí habrá alianza entre Mexica y Tlaxcalteca y con más razón, dado que hemos robado dos de los suyos. Habrá guerra con el mismo Atl (agua). Pausó, vio que la mujer estaba media feliz con la noticia y luego siguío: Itzel, he querido preguntar: ¿Tienes todo para invocar a la criatura?

Itzel miró a su reflejo en el agua y dijo: Tengo la mayoría, pero en 20 días más, tendré todo. Pues, vendrán a mí. Itzel paró y zambulló al agua. Al momento de brincar, Itzel ya no tenía rasgos femeninos, sino tenía razgos monstruosos, piel verdosa u azulosa, una cola con escamas azul oscuro. Chilló y luego gritó: ¡Descendientes de la Atlanchane, pronto tendremos nuestra venganza por lo que los antepasados de los Nahuas hicieron a nuestra progenitora! ¡Con o sin la bendición de Tlaloc y de Chalchiuhtlicue! Pausó, miró que todos los que estaban presentes entonaron gritos de guerra, tal como lo que hacen los de la Tribu de Huitzilopochtli. Después continuó: Ahora, en cuanto a estos dos, apuntando a Breon y Atlahua, yo sé exactamente que hacer con estos. Soltó una risa malevola y los sumergió a las profundidades del mar - donde algo estaba durmiendo.

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