05
-¡A-Ah, no, por favor!-. Gritaba Main, pidiendo clemencia, el Dios del infierno estaba totalmente cubierto de sangre de los otros superhéroes. -¡He-Hermano, ayúdame!-. Pidió Main, pero vio a su hermano Marcus desmayado, estaba sufriendo muchísimo, nunca en su vida había sentido tanto dolor, aquellos demonios, con los dientes ardiendo, le comieron las piernas a Main, y este ahora haría lo que fuera por detenerle.
El Dios del Infierno era enorme, esos 5 metros de altura que tenía, dejaban impresionado a cualquiera, y no solo eso, sino que su masa muscular era la de un demonio deforme.
-¡¡¡TE MATARÉ, PERO ANTES, QUIERO QUE ME LLEVES A SU CASA!!!-. Gritó el malvado Dios supremo del infierno, refiriéndose a la casa de Marcus.
-¡No!-. Gritó este.
...
-Despierta-. Marcus abrió los ojos, y vio a su hijo, durmiendo, en su cama, en su casa.
-¡Mihael, no!-. Gritó Marcus, intentó usar sus poderes, pero se percató de que carecía de brazos. -¡¡¡NOOOOO!!!-. Gritó de sufrimiento.
-¿¿¿¡¡¡DONDE ESTÁ EL OTRO!!!???-. Preguntó El Malvado Dios Del Infierno.
-¿¡COMO SABÍAS DONDE VIVO!?-. Preguntó Marcus.
-¡TÚ PROPIO HERMANO..., TE HA VENDIDO POR UNA MÍSERA VIDA DE MIERDA DE LISIADO!-. Gritó el malvado.
-¡NO, ESO ES MENTIRA..., É-ÉL NUNCA HARÍA ESO!-. Gritó Marcus.
Mihael abrió los ojos, y se enderezó en la cama, frotándose un ojo.
-¿Pa-Papá?-. Preguntó este, y vio a su padre sin brazos, siendo agarrado por un temible monstruo. -¡AH, AH, AHHHHH!-. Gritó traumatizándose Mihael.
-¡¡¡HOLA NIÑO!!!-. Mihael se apoyó en la pared.
-¡¡¡MIHAEL, CORRE!!!-. Gritó Marcus, y la cabeza de este comenzó a ser apretada. -¡¡¡ENCUENTRA A TU...!!!-. La cabeza de Marcus reventó, manchando las paredes, y hasta la cara de Mihael de sangre.
-Pa...Papá...-. Dijo este. -¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!!!!!!!!!!!!-.
...
-¡Ya estoy en casa!-. Avisó Nate, cerrando la puerta. -¡Mamá, un amigo se va a quedar a cenar hoy!-. Dijo Near.
-Vamos, no tengas miedo, no muerden-. Near cogió la mano de Mello, quién se encontraba nervioso. Near le pasó adentro del salón, en el sofá estaba sentada una chica de pelo ondulado y blanco.
-¡Vale cariñooo!-. Gritó su madre desde la cocina, quién cocinaba la cena junto a su marido. Su madre se giró, y besó a Nate en su mejilla. -Encantada, perdona que no te dé la mano, la tengo manchada-. Sonrió, se veía una mujer tierna y amable, era casi igual que la hermana, pero más mayor.
-Encantado, Mihael Keehl-. Dijo este.
-Natalie River-. Sonrió, y volvió a meterse en la cocina. Se dirigió a su marido, y le dio en el hombro. -Saluda al amigo de Mihael-. Dijo, y el marido se dio un momento la vuelta, tenía el pelo revoltoso y de color castaño claro.
-Encantado chaval-. Dijo este, y Mello sonrió.
-Bueno, esta es la desagradecida de mi hermana-. Dijo Near, señalando a la hermana de este quién estaba sentada en el sofá viendo la tele.
-Ey-. Dijo sin ni siquiera mirar a Mello.
-Encantado-. Dijo este.
-Se llama igual que mi madre-. Sonrió Near. -Ven-. Near agarró a Mello y lo llevó a la habitación de sus padres, donde había un bebé en una cuna.
-Y este es mi hermanito Nathan-. Near jugaba con su hermano. -Eh, ¿Que tal pequeñín?-. Mello veía a Near, y era demasiado tierno jugando con su hermano.
-Vamos, te enseñaré mi habitación-. Dijo este sonriendo.
Near lo llevó al fondo del pasillo, donde en su habitación no había mucha variedad. Juguetes, como robots, dados, pistas de coche, o puzles, y algunos que otros libros.
Cuando los llamaron para cenar, Mello no sabía que decir, le hicieron unas cuántas preguntas, pero nada fuera de lo común.
-Pues me acuerdo cuando fui con mi hermano al zoo-. Contaba el padre de Near. -Íbamos a darle de comer al oso-. Mello sonreía, por fin tenía una cena con gente normal, y no algo lúgubre y triste.
-¿Otra vez esa historia?-. Se quejó la hermana de Near, y Mello sonrió.
-No seas antipática-. Dijo la madre de Near.
-Bueno, me caí en la jaula del oso, se comenzó a acercar a mi-. Mello escuchaba con atención. -Mi hermano lo grababa mientras gritaba ayuda, mi mujer se reía-. La madre de Near se rió levemente.
-Y entonces, cuando cierro los ojos, después de unos segundos, escucho como algo me eleva, y siento la brisa del cielo tocar mi cara-. Mello se intrigó..., Acaso...-Era Arcángel, el mejor superhéroe que ha existido en la faz de la tierra, me había salvado de mi insensatez-. Near miró a Mello, tenía curiosidad por como se tomaría aquello.
-Luego nos hicimos unas fotos con él, y cuando murió..., Me dio mucha pena..., Yo solo tenía 20 años en aquella época, y cuando murió ya tenía 25, y aún así, salí disfrazado aquel día, para honrarle a él, y a todos los demás superhéroes-. Mello no sabía que decir, estaba incómodo, quería irse de allí.
-Ojalá vosotros hubierais vivido más aquella época-. Dijo el padre.
-Tengo que irme-. Mello dejó el cubierto, se levantó rápidamente, y se dirigió a la salida.
-¿Porqué?-. Preguntó la madre de Near.
-Dejadlo-. Dijo Near. Mello se fue, cerrando la puerta.
En la entrada, Mello se sentó en el suelo, y lloró de la rabia, apretando un puño.
-Es lo mejor...-.
...
Mello entró lentamente, sin hacer ningún ruido en casa. Se quitó los zapatos para no hacer ruido, y los cogió con una mano. Comenzó a andar de puntillas, y lentamente, en el salón estaba su tío, de espaldas, mirando a la pared.
-Mihael-. Mello no quiso contestar, quizás solo había probado suerte...-Sé que estás ahí-. Dijo, y Mello paró de caminar.
-No puedes irte de aquí, no puedo permitirlo-. Su tío se dio la vuelta con la silla. -Debes proteger la gema con todas tus fuerzas, no puedes permitir que se hagan con ella-.
-Que le den por culo a la gema, a ti, a mi padre, ¡Y a todos los súper idiotas que tenían superpoderes!-. Mello se arrancó el collar, y cogió el fragmento de la gema, que comenzó a brillar.
-¡NO!-. Gritó este, y Mello lo iba a tirar al suelo, pero justo antes de que tocara el suelo, Mello paró.
-¿¡Que te importa si la rompo!?, ¿¡No será mejor para todos nosotros!?-. Preguntó, curioso.
-Es que..., Yo...-. Mello se acercó a su tío. -No..., ¡No lo entiendes, puedes causar una explosión si la rompes!-. Mello cogió a su tío de su camiseta, y lo elevó.
-¡Mi-Mihael!-. Gritó, y Mello estaba completamente rojo de furia.
-¡Tú..., Solo quieres que yo me coma el marrón, ahora que ese idiota me ha visto con la gema, irá a por mí, y no me dejará tranquilo hasta que la tenga!, ¿Verdad?, ¡Lo único que quieres es que no te maten!, ¡Jodido egoísta, hasta quieres condenar a tu propio sobrino!-. Gritó Mello.
-¡Escucha, no puedes romperla, es imposible, porque si solo rompes un fragmento, lo único que conseguirás es que se multiplique, solo tienes que fundirlos en lava, los 3 fragmentos, al mismo tiempo!-. Mello apretó el cuello de la camisa, furioso, no lo podría dejar a cargo de su tío, lo matarían..., Y tampoco es plan.
Y no lo puede dejar por allí, aquel hombre lo podría encontrar y hacerse con él.
Mello no sabía que hacer..., No sabía que debía hacer...
Miró a su tío, estaba teniendo miedo...
-Dime donde está el fragmento enterrado bajo tierra-. Su tío se sorprendió. -No puedo dejar que ese idiota lo consiga antes que yo...-.
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