Nueva nota del autor: Cuando la vida cierra una puerta, abre una ventana. Ayer rompí la cadena de mi bici, qué asco. Pero si no hubiera pasado eso, nunca habría visto esto mientras iba en bici.

¡Así que! Como siempre que encuentro dinero. Les traigo un capítulo extra durante el descanso.

Nota del autor anterior: Sí... Para ser sincero, sé que le puse un nombre a la hija de Hiruzen, pero se me olvidó cuál era 😅. Así que le voy a poner uno nuevo, un redcon muy pequeño.

*Otro capítulo. Otro día en la vida de los personajes. Vemos a Naruto con Hiruzen. Pasaban el día juntos, mientras Anko limpiaba a fondo el apartamento. Hiruzen llevaba a Naruto sobre sus hombros mientras caminaban por el distrito de Sarutobi. Mientras caminaban, Naruto sonrió radiante y saludó con la mano lleno de energía a la mujer que se acercaba.*

Naruto: ¡Hola, tía Kuse! ¡Vaya, te has hecho más grande!

Kuse: Hola Naruto. Me alegra verte por aquí. Y sí, me alegro. Pronto verás a tu prima menor, Konohamaru.

*Kuse, la hija menor de Hiruzen, dijo. Digo menor, pero era incluso mayor que Anko. Naruto sonrió radiante, mirando la barriga con asombro. Sin comprender del todo cómo un bebé podía estar dentro de la barriga, ¿se lo comió para que creciera en su barriga, como los tiburones de su libro? Sigue siendo un misterio para el pequeño Naruto, pero aun así estaba emocionado.*

Naruto: ¡Uf! ¡¿En serio?! ¡Qué ganas! ¡Voy a enseñarle los mejores lugares para esconder dulces!

Kuse: ¿En serio? ¿Puedes decirme uno?

*Kuse preguntó y luego soltó una carcajada genuina al ver que Naruto sacó un dulce del sombrero de Hokage y, por la mirada que Hiruzen le dirigía, ni siquiera lo sabía. Naruto sonrió radiante mientras le daba el chocolate a Kuse, ya que su madre le había dicho que a todas las mujeres les encanta. Kuse lo tomó, sonriendo a modo de agradecimiento antes de mirar a su padre.*

Kuse: Hola, padre. Te ves bien para tu edad.

Hiruzen: Gracias. ¡Qué maravilla tener un clon de sombra para todo mi papeleo!

*Dijo Hiruzen con una risita, aunque no era broma. Como Hiruzen, por su parte, se veía mucho mejor que en Canon, es una diferencia abismal, ya que este Hiruzen todavía tiene color en el pelo; sí, tiene algunas canas, pero ni de lejos tantas como el Hiruzen de Canon. El hombre tenía 61 años, pero parecía de unos 45.*

Kuse: Me doy cuenta. ¿Has vuelto a entrenar? No te ves más alto, pero definitivamente te ves más grande.

Hiruzen: Sí. Con los clones de sombra haciendo todo mi trabajo de hokage, e incluso las tareas de la casa. Me dio mucho tiempo libre, así que decidí volver al gimnasio. Debo decir que me siento muchísimo mejor, incluso he vuelto a comer mejor.

*Dijo Hiruzen con una sonrisa, lo que hizo que Kuse se sintiera mejor con su padre. A diferencia de su hermano mayor, Asuma, ella nunca tuvo problemas con su padre y comprendía la importancia de su posición. Naruto, al ver que la conversación iba a durar un poco, sacó una bolsa de M&M's de un bolsillo secreto que, una vez más, Hiruzen ni siquiera sabía que estaba allí. Lo que hizo que Kuse volviera a reírse de su padre.*

Hiruzen: Bueno, señor, ¿llevo más dulces que deba saber?

Naruto: Hay una bolsa de caramelos duros originales de Werther en tu bolsillo izquierdo. No le digas a mamá que ella también tiene dulces secretos y que son tuyos.

*Dijo Naruto, abriendo su bolsa de dulces y empezando a comerlos. Hiruzen debería estar regañando al chico por obligar a Anko a modificar su túnica de Hokage... pero le encantaban los caramelos duros, así que aceptó el soborno y siguió hablando con su hija, ignorando por completo que se reía de él y no con él.*

Kuse: Entonces. ¿Intentas revivir la reencarnación de Wukon, el dios shinobi o el cuerpo tipo profesor?

Hiruzen: El profesor. ¿Hashirama puede conservar su apodo? ¿Y la reencarnación de Sun Wukon?

*dijo Hiruzen antes de mirar a Naruto, que comía su caramelo, observando las nubes como siempre con asombro en sus ojitos. Hiruzen sonrió con suficiencia y señaló a Naruto con el pulgar, lleno de confianza.*

Hiruzen: Ese apodo ya no me pertenece.

Kuse: ¿Así que el profesor se consiguió otro estudiante?

*dijo Kuse con una risita. Naruto bajó, Hiruzen, y caminó hacia un árbol. Kuse e Hiruzen observaron a Naruto caminar, hacerlo y sentarse con el otro niño. Shikamaru se escondía de su madre cuando sintió que alguien se sentaba a su lado. Vio que había uno de los rubios responsables de arruinar sus tranquilos días. Shikamaru asintió brevemente mientras Naruto asentía, y ambos alzaron la vista para observar unas nubes sin decir palabra. Hiruzen, al ver a Naruto a una distancia prudente, asintió y volvió a centrar su atención en su hija.*

Hiruzen: Sí. Naruto será el último estudiante que entrene.

Kuse: Tienes miedo, ¿verdad?

*Preguntó Kuse, aunque no era realmente una pregunta. Podía verlo en el rostro de su padre. Más específicamente en sus ojos, podía ver el destello de miedo que tenía cuando El Lo dijo. Hiruzen rió entre dientes y les indicó con la mano un banco vacío para que se sentaran mientras conversaban. Se sentaron, y Hiruzen se aseguró de que Kuse se sentara lentamente.*

Hiruzen: ¿Es tan obvio?

Kuse: No, solo te conozco así de bien. Vamos. ¿Qué te preocupa tanto? Eres una profesora estupenda.

*Dijo Kuse con una sonrisa que desapareció rápidamente al ver que su padre no le creyó ni un segundo. ¿Y cómo iba a creerlo? Si ninguno de sus tres alumnos está en Konoha, y solo uno sigue siendo un shinobi de esta aldea. Suspiró antes de hablar, juntando las manos.*

Hiruzen: Mi historial dice lo contrario. El profesor sin un alumno del que enorgullecerse.

Kuse: Mentiras.

*Dijo Kuse secamente mientras le daba un mordisco a su chocolate. Hiruzen soltó una risita mientras le dedicaba un Glace a su hija. Si su esposa hubiera estado allí en este momento, le habría dado una bofetada a Kuse. Así que Hirzuen habló con un tono un poco severo para dejar en claro su punto.*

Hiruzen: Kuse...

Kuse: No. Hablo en serio. Eso es una tontería y lo sabes. Analicemos esto uno por uno. Tsunade no era más que una niña pequeña que no podía con el mundo Shinobi.

*dijo Kuse frunciendo el ceño, ya que tiene la misma edad que el trío sannin, que actualmente tiene 43 años. Así que ha estado ahí desde el principio. ¡Y Tsunade siempre ha sido una niña malcriada que robaba sus muñecas y nunca las devolvía! Pero claro, no es por eso que Kuse fue tan duro al hablar del ladrón de muñecas. Claro que no. Es simplemente ridículo. Hiruzen tarareó mientras miraba al cielo, consciente de todo lo que Tsunade había perdido por culpa del mundo shinobi.*

Hiruzen: Dénle un respiro. Perdió al amor de su vida, a su hermanito. Literalmente lo perdió todo.

Kuse: Kakashi también, y sigue siendo un shibobi.

*Kuse replicó sin dudarlo, y desde cierto punto de vista, tenía razón. Según se mire, se puede argumentar que uno ha perdido más que el otro. Kakashi, uno de los ANBU que vigilaba al Hokage en las sombras, miraba a Naruto mientras escuchaba la conversación. Kakashi cerró los ojos y pensó en lo que Kuse acababa de decir.*

Kakashi: "La diferencia es que Tsunade supo cuándo rendirse, mientras que yo no puedo soltar el kunai. Al menos todavía no."

Hiruzen: Es... justo. Pero aun así, entiendo por qué no pudo seguir haciéndolo.

*Dijo Hiruzen encogiéndose de hombros, ya que casi le pasó lo mismo cuando su esposa murió en la guerra Shinobi contra los shinobi de Kumo. Claro, Hiruzen no tuvo oportunidad de pensarlo, ya que su hija no le permitió justificar a la mujer que derramó vino tinto el día de su primera boda.*

Kuse: También le estás dando una excusa. ¿Sabes cuántos shinobi perdieron a sus seres queridos por culpa del trabajo? La única diferencia fue que Tsunade tenía el dinero para dejarlo.

Hiruzen: Vale. Vale. Dejemos de lado a Tsunade.

*Dijo Hiruzen con un suspiro, sabiendo que Kuse sentía un profundo odio por una Tsunade desde niña, y que todo empezó cuando Kuse ganó una partida de póker, pero Tsunade se comió las galletas que ella apostó y perdió de todos modos. Kuse resopló, pero asintió mientras iba a por el siguiente objetivo de su lista.*

Kuse: Bien. Vayamos con Jiraiya. ¿De verdad te vas a culpar por ser un bicho raro y pervertido? Siempre ha sido así.

Hiruzen: Tienes razón. Pero aun así era un buen chico y un buen shinobi.

*Dijo Hiruzen, intentando defender a su segundo alumno, lo cual era muy difícil cuando seguía recibiendo quejas de la capital por espiar las aguas termales de las mujeres. Kuse se encogió de hombros al ver que ella señalaba algo en lo que decía Hiruzen. Mientras estaba en las sombras, Kakashi se sintió un poco confundido al oír esto, ya que Kakashi sí entrenó a Minato.*

Kuse: Era. Tiempo pasado. Al crecer, empezó a fumar por su cuenta y, de hecho, creía más en una profecía que en una vida humana. No es tu culpa. Es culpa suya por estar en esa montaña tanto tiempo.

Hiruzen: Cierto. No tienes que justificar a Orochimaru. Sé que no hay defensa para él.

*Dijo Hiruzen con un gesto de desdén. Y fue entonces cuando la actitud de Kuse cambió, adoptando una mirada y expresión más melancólicas al pensar en el antiguo maestro serpiente de la hoja antes de que se convirtiera en un traidor. Kuse abrió la boca y habló en un tono mucho más suave, como si de alguna manera los roles se hubieran invertido entre su padre y ella.*

Kuse: Hay una explicación para él. Cambió cuando perdió a sus padres; perder el apoyo de alguien tan joven puede afectar mucho el crecimiento de un niño. Además, el hecho de que lo hayas arruinado...

Hiruzen: Tobirama le hizo lo mismo a Danzo. Orochimaru no era digno del título de Hokage. Tenía una maldad en su corazón que habría lastimado a esta aldea. *Hiruzen lo dijo con demasiada severidad para ser convincente, y Hiruzen lo sabía. También sabía que Kuse no lo dejaría salirse con la suya con esa excusa, no cuando hablaban de Orochimaru, no cuando en este caso en particular, Hiruzen tuvo una gran influencia en que la serpiente se convirtiera en quien se convirtió, ya que cuando alguien te corta las alas para convertirte en héroe, ¿qué otra opción te queda sino convertirte en el villano?*

Kuse: Sí. Pero Tobirama no llenó la cabeza de sueños de Danzo. Tobirama no le dio a Danzo entrenamiento personal hasta que se le rompieron los huesos. Tú sí lo hiciste con Orochimaru. Desde su perspectiva, lo estabas entrenando para que asumiera el mando después de retirarte. Así que, en su mente, le negaste su destino. Al elegir a Minato en lugar de a él.

Hiruzen: Qué gracioso. Defiendes a Orochimaru como yo defendí a Tsunade.

*Hiruzen dijo con una sonrisa torcida, ya que sabía por qué. Kuse se encogió de hombros y ni siquiera negó la razón por la que defendía a Orochimaru, quien es sin duda el peor del trío sannin, y ni siquiera es una pregunta. Pero. Pero ese hombre aún ocupaba un lugar en el corazón de Kuse. El anillo que llevaba alrededor del cuello se lo recordaba. También le recordaba su caída en desgracia y cómo no pudo salvarlo. Solo podía observar cómo él seguía un camino oscuro que ella no podía seguir.*

Kuse: Bueno, es mi exmarido. Aunque no puedo justificar todo lo que ha hecho. Y nunca lo perdonaré por sus crímenes. Puedo entender cómo se sintió. Pero eso no cambia que, al final, fue su decisión. Al igual que fue mi decisión no seguirlo. Así que dime. ¿Crees que el pequeño Naruto seguirá el camino de la serpiente, el del borracho o el del pervertido?

Hiruzen: No. En el fondo de mi corazón sé que Naruto siempre estará en la luz. Pero mientras mi corazón me dice una cosa, mi mente, mis errores, me dicen otra.

*Hiruzen dijo con un suspiro cansado mientras miraba a Naruto y sonreía. Seguía mirando las nubes, pero como el buen chico que es, compartía sus dulces con Shikamaru. Entonces escuchó las palabras que no había escuchado en tanto tiempo. Una vieja cita que le provocó una punzada de dolor en el corazón.*

Kuse: Sigue tu corazón, ya que el mundo es demasiado caótico para que el cerebro pueda comprenderlo. Biwako Sarutobi.

Hiruzen: Je. Tu madre es... era. Era una mujer sabia.

*Hiruzen asintió, pensando en su difunta esposa, pensando en la mujer bajita de expresión fría, pero que por dentro era una de las personas más cariñosas que alguien podría conocer. Kuse suspiró con una leve sonrisa triste. Su conversación ciertamente empeoró, pero no necesariamente para mal, ya que ambos solo pensaban en personas que ya no están en sus vidas.*

Kuse: Sí que lo era. Y estaría de acuerdo conmigo en que deberías entrenar al chico.

Hiruzen: Lo sé.

Mientras tanto, con Naruto

Naruto: Vuelvo enseguida

Shikamaru: K

*Shikamaru dijo, sin apartar la vista del cielo. Naruto se levantó y empezó a caminar en cierta dirección. Kakashi se sorprendió al ver a Naruto acercarse. Pero no se movió. Permaneció oculto incluso cuando Naruto lo miraba. Naruto no dijo nada. Simplemente sonrió y sacó una bolsa de dulces de sus bolsillos. La dejó en el suelo y regresó con Shikamaru. Kakashi saltó de entre las sombras y tomó la bolsa. La miró y luego volvió a mirar a Naruto con una leve sonrisa. Como la bolsa tenía un pequeño dibujo de Kakashi sonriendo con los ojos cerrados, supo que los dulces eran para él.*

Kakahi: "Ese chico. Será alguien especial, incluso sin ser el hijo de la profecía." Continuará o lee con antelación 3 meses y 3 semanas. 15 capítulos en Patreon.

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