*Anko corría más rápido que nunca. Su corazón estaba acelerado, sus piernas le gritaban que se detuviera, pero no podía llegar tarde, se negaba a llegar tarde y dejar que su hijo cayera en esa situación. Prácticamente se estrelló contra la puerta, casi rompiéndola de sus bisagras. Todos la miraban, una mujer completamente cubierta de sudor, jadeando como si fuera un perro salvaje en el calor del verano*

Anko: Estoy... ¡Estoy aquí! ¡No llego tarde!

Kuno:... Bien por ti. Ahora siéntate con el resto de los padres.

*Kuno dijo lentamente, Anko asintió mientras se sentaba, ignoró por completo a las personas que movían sus sillas para estar más lejos de ella, todo lo que podía ver era a su hijo, le hizo un pequeño gesto de disculpa, pero Naruto no le devolvió el saludo, lo que hizo que Anko se sintiera mal, por volver a llegar tarde a algo por su hijo. En realidad, Naruto solo estaba nervioso por hablarle a una multitud, pero Anko no podía saberlo. Aún dura, viendo a su hijo allí. No pudo evitar sentir nostalgia. Era más difícil de lo que jamás pensó cuidar de un niño. Desde que lo consiguió en primer lugar*

Escena retrospectiva

Hiruzen: habla.

Anko: señor hokage, le pido... le ruego, su confianza, por lo que estoy a punto de decir a continuación. Déjeme adoptar a Naruto

*Anko dijo, Hiruzen miró a la niña con una ceja levantada. A diferencia de Kakashi, Jiraiya y Kushina. El tono de Anko era diferente, no estaba segura. Todo lo contrario, estaba nerviosa, no estaba segura de lo que estaba pidiendo. E Hiruzen apreció que no intentara ocultarlo*

Hiruzen: ... ¿Por qué deseas adoptarlo?

Anko: Porque me veo a mí misma en ese niño. Veo el camino que seguirá, y quiero detenerlo antes de que comience. Yo... quiero darle al niño, una vida mejor de la que tuve. Dale una mejor oportunidad, de convertirse en un Shinobi del que estar orgulloso, en lugar de alguien que es odiado, por cosas fuera de su control.

*Anko dijo suavemente, incluso después de tantos años, ambos consejos, los civiles normales, todos en la aldea aún desconfían de ella, todo porque ella era el proyecto favorito de Orochimaru. Hiruzen por su parte se reclinó en su silla pensando*

Hiruzen: hm...

Anko: si no confías en mí, entonces eres más que bienvenida a visitar al bebé Naruto cuando quieras, para que puedas ver que está bien, bajo mi cuidado. Sé que puedo darle una buena vida conmigo

*Anko dijo, cuanto más hablaba, más nerviosa se ponía, ante el aspecto de convertirse en madre. O ser responsable, por una vida humana. Pero cuando vio a ese niño durmiendo, cuando lo abrazó. Simplemente despertó algo dentro de ella. Por supuesto, ella se había ido de su cabeza cuando Hiruzen habló*

Hiruzen: Te das cuenta de que si haces esto, ya no podrás ser un ANBU.

Anko: Lo hago. Y todavía deseo hacer esto. Puedo aceptar un trabajo en el departamento de tortura, será un horario estable de 9 a 5 y podré estar allí para el niño. Todo lo que pido, señor, es una oportunidad para hacerlo sentir amado, como yo nunca lo fui.

*Anko dijo, mientras seguía inclinándose y esperando que llegara su oportunidad. Hiruzen siguió mirándola por un momento más, antes de dar un profundo suspiro. Por mucho que él mismo quisiera cuidar de Naruto, era demasiado viejo para hacerlo. Además, el estrés de arreglar y cuidar esta aldea era demasiado para que él pudiera lidiar con él, sin acortar su expectativa de vida a la mitad. Entonces se levantó y agarró al bebé, mirándolo con una cálida sonrisa, antes de caminar hacia Anko, quien no se había movido ni un centímetro*

Hiruzen: si necesitas algo, házmelo saber

Anko: gracias...

*Anko dijo sin aliento, mientras se levantaba y agarraba suavemente a Naruto, le sonrió, Anko estaba tan nerviosa que temblaba un poco, él era tan frágil. Pero con una palmadita de apoyo en la espalda, del Hokage. Respiró hondo y desapareció, reapareciendo en su apartamento tipo estudio*

Anko: ok Naruto. No es mucho, pero bienvenido a tu nuevo hogar. Te lo prometo, te encantará aquí...

5 minutos después

*Anko reapareció en la oficina, con un profundo rubor en su rostro, y Naruto en sus brazos. Hiruzen levantó la vista de sus papeles confundido*

Anko: entonces, eh... Voy a necesitar una cuna... y otras cosas de bebé... muchas cosas de bebé, todas las cosas de bebé. Más específicamente pañales. No tengo idea de dónde comprarlos

Hiruzen:... Jeje. Bienvenido a la paternidad, siéntate, te haré una lista de lo que necesitarás y dónde puedes conseguirlo. Y patrocinaré al niño, para ayudarte a quitarte esa carga financiera de encima.

De vuelta al presente

*Han pasado un par de años salvajes desde esa noche, Anko no tenía idea de lo difícil que iba a ser ser madre, diablos, todavía está improvisando. Todas las noches de insomnio*

Retrospectiva rápida

*Vemos a Anko moviendo al bebé Naruto de un lado a otro, mientras grita como un loco, estaría impresionada de que un bebé pudiera gritar tan fuerte. Si no estuviera tan cansada*

Anko: shhhh. Shhhh. Shhhh. Está bien. Está bien, mami está aquí. Mami está aquí. Maldita sea, ¿por qué no dejas de llorar?

*Anko se dijo a sí misma, mientras seguía tratando de calmar a Naruto, desafortunadamente para ella. Tiene una larga noche por delante. Una larga , la noche de los gritos de Naruto llenando el apartamento*

Anko: ¡Una canción! ¡Sí! Una canción ayudará. Uh... Maldita sea, ¿qué canción puedo cantarle a un bebé? Ummm... E... Hay un hombre de las estrellas esperando en el cielo

*Anko comenzó a cantar suavemente, mientras seguía moviendo a Naruto de un lado a otro tan suavemente como podía. Continúa cantando suavemente, convirtiendo esa canción en una canción de cuna*

Anko: Le gustaría venir a conocernos
Pero cree que nos volaría la cabeza
Hay un hombre de las estrellas esperando en el cielo
Nos dijo que no lo arruináramos Porque sabe que todo vale la pena

De vuelta al presente

*Todos los sacrificios*

Retrospectiva rápida

Anko: Esto... esto es una broma, ¿verdad? Por favor dime que esto es una broma...

*Anko siguió murmurando para sí misma, mientras miraba a la trabajadora, y luego a la etiqueta de precio, ya que acababa de descubrir cuánto costaba un buen cochecito de bebé. La trabajadora, solo le dio una sonrisa cómplice*

Yasuko: primer niño, ¿eh?

Anko: sí...

*Anko dijo distraídamente, mientras miraba a su hijo, afortunadamente no estaba gritando a todo pulmón, solo miraba todo con tanta maravilla. La trabajadora se rió entre dientes suavemente, mientras se inclinaba sobre el mostrador*

Yasuko: entonces no te preocupes. Se pone mucho peor, espera a que veas el precio de una cama, cuando ya no quepa en una cuna, ah, y en la guardería. Vas a llorar, por el precio de la guardería.

Anko: es bueno saberlo... Oh, mi billetera nunca me lo perdonará.

*Anko dijo con una risa débil, mientras le daba a la señora el monto del cochecito y colocaba a Naruto allí dentro. Anko estaba arrodillada frente al cochecito, mirando a Naruto*

Anko: será mejor que te conviertas en una Shinobi increíble para mamá, ¿me escuchas, pequeño tornado?

*Anko dijo con una risa suave, mientras Naruto la miraba levantando sus pequeñas manos hacia ella. Anko curiosa acercó su rostro, Naruto le tocó el rostro y luego procedió a soltar una risita de bebé incontrolable, que francamente le derritió el corazón, lo que lo destruyó por completo fue lo que sucedió después*

Naruto: mamá

*Anko apartó la cabeza y cayó de trasero completamente sorprendida, Naruto al ver esa reacción lo hizo reír de nuevo. La trabajadora miró a Anko*

Yasuko: ¿Cuántos años tiene?

Anko: él... él acaba de cumplir 6 meses hoy

*Anko murmuró, su cerebro todavía estaba nublado por haber escuchado las primeras palabras de Naruto. Ella se sintió lo suficientemente emocionada como para empezar a llorar, pero se guardó eso para cuando estuviera sola en su apartamento*

Yasuko: ¿Y ya dijo su primera palabra? Vaya. Debes estar muy orgullosa, tienes un verdadero genio en tus manos

*Todos los sustos. Oh, especialmente los sustos*

Escena retrospectiva

*Vemos a Anko pateando la puerta del consultorio de un médico, algo que es un tema recurrente para ella. Asustando al médico y a su paciente hasta la médula, mientras miraba a la mujer serpiente, con un bebé en sus brazos*

Anko: Necesito tu ayuda, mi hijo tiene una tos persistente, creo que tiene neumonía

Osaki: .... Hata toma esta taza y llénala, ¿de acuerdo?

*Dijo Osaki el pediatra, dándole una taza a su paciente, que era un niño pequeño. El niño la tomó y caminó hacia el baño, todo el tiempo Anko estaba aterrorizada, de que su hijo estuviera enfermo. Una vez que escucharon el clic de la puerta, Osaki fulminó con la mirada a Anko por entrometerse de esa manera*

Osaki: ¿Qué diablos crees que estás haciendo, hijo de puta arrogante? Si alguna vez interrumpes un examen mío, personalmente meteré este estetoscopio que tengo alrededor de mi cuello y te lo meteré por la. Hata

*Dijo Osaki, cambiando su voz de enojada a una juguetona mientras el niño Hata regresaba. Osaki se arrodilló, ignorando nuevamente a Anko y al bebé Naruto, para gran furia de Anko*

Osaki: ¿Qué pasó?

Hata: No tengo que orinar

Osaki: Bueno, inténtalo de nuevo.

*Dijo Osaki amablemente. Cuando el niño se fue nuevamente, Osaki se levantó y fulminó con la mirada a Anko nuevamente, fue como si se hubiera activado un interruptor*

Osaki: ¿Su temperatura está por debajo de 100.5?

Anko: Apenas

*Anko dijo, mientras se movía de un lado a otro, para mantener a Naruto calmado, lo escuchó dar una pequeña tos de nuevo, lo que la aterrorizó aún más. Mientras que el doctor permaneció tan tranquilo como puede estar*

Osaki: Comer, orinar, defecar,

Anko: A veces todo al mismo tiempo. Vamos, es una tos muy persistente

*Anko dijo, empujando a Naruto hacia el doctor. El hombre no hizo ningún intento de sujetarlo, y mantuvo su mirada en Anko*

Osaki: Horario de oficina mañana a las 5 en punto. Adiós

Anko: Voy a seguir adelante y poner esto en palabras que puedas entender. Será mejor que veas a mi hijo ahora, o te patearé el trasero

*Anko dijo con una sonrisa aterradora, mientras hablaba en el mismo tono que el doctor usó con el niño. Osaki solo sonrió y negó con la cabeza. Anko se rió enojada mientras se alejaba*

Al día siguiente

*Era de mañana cuando Osaki regresó a su oficina, abrió la puerta y suspiró frustrado porque la loca de cabello morado estaba allí. Anko lo miró con una sonrisa enojada*

Anko: hola de nuevo.

Osaki: Recuerdo haberte dicho que vinieras a las 5 en punto. Como en la tarde. No en la mañana

*Dijo Osaki mientras entraba. Escuchó el sonido de un traqueteo, miró a su alrededor y vio varias serpientes silbándole. Miró a Anko sin gracia, mientras ella tenía una sonrisa muy petulante en su rostro*

Anko: oh. Creo que puedes hacer una excepción

Osaki: a las 5 en punto. Es una buena táctica de miedo. Pero no me atacarán. Ya que si lo hacen, puedo usarlo para quitarte a tu hijo de las manos, ya que ninguna madre en forma haría esto

*Osaki dijo en un tono aburrido. Era una amenaza vacía, pero funcionó, como lo hizo con el padre Shinobi anterior. Anko envía a las serpientes de regreso a su mundo espiritual. Y miró al doctor con una expresión desesperada en su rostro*

Anko: mira. Lo siento, ¿de acuerdo? Lamento haber irrumpido ayer, lo siento por las serpientes. Lo entiendo. Crees que soy un idiota. ¡Pero mi hijo no debería tener que sufrir por mis acciones!

Osaki: ¿Crees que pondría en peligro la vida de un niño porque eres un idiota? Mira. Cara de idiota. La mayoría de los padres con los que trato son unos idiotas. No me malinterpretes, estás en el top 5

*dijo Osaki, y Anko sonrió, en realidad lo vio como un cumplido. Incluso le hizo un guiño arrogante al doctor*

Anko: gracias.

Osaki: de nada, así que la razón por la que aún no he visto a tu hijo es porque tiene mocos.

*Osaki dijo en un tono lento, para que Anko lo entendiera. Anko se burló y puso los ojos en blanco, sin creer ni por un segundo que fuera algo tan simple como eso*

Anko: los mocos

Osaki: ¡los mocos!

*Osaki dijo con más firmeza, mientras se sentaba y le hacía un gesto a Anko para que hiciera lo mismo. Anko frunció el ceño y se sentó con él, lo único que la mantenía tranquila era escuchar la suave respiración de su bebé en sus brazos*

Osaki: mira. Eres un Shinobi. Has visto las peores formas en las que alguien puede resultar herido o morir. Tienes el mismo problema que tienen los médicos padres. Algo llamado la carga del conocimiento. Serás peor que cualquier padre que se asusta porque su hijo come plastilina. ¿Por qué? Porque has visto demasiado. Has visto lo que realmente podría salir mal. Y si no lo controlas, te aplastará.

*Dijo Osaki con el tono más serio que pudo. Anko solo asintió brevemente en respuesta, pensando en todo lo que había visto. Lo tiene peor que un shinobi normal, ya que ha visto y sentido infecciones mortales, gracias a los experimentos de Orochimaru. Y si te preguntas qué tipo de experimentos le hizo a ella. El tipo que la dejó estéril. Así que estaba aterrorizada de cada tos que Naruto tenía*

De vuelta al presente

*La vida de Anko cambió por completo al tener a Naruto, al tener a su hijo, en su vida. Pero cuando ve a su chico sonreírle, una sonrisa tan brillante e inocente, el tipo de sonrisa que nunca podrá devolverle. Hace que todo valga la pena. Incluso si no le estaba sonriendo ahora mismo*

Kuno: Bien, como estoy seguro de que todos aquí saben, a sus hijos se les pidió que escribieran e hicieran un pequeño dibujo, de quién es su héroe. Y qué quieren ser cuando crezcan. Así que comencemos

*Dijo Kuno, mientras comenzaba la presentación. La mayoría de los niños dijeron lo mismo, querían convertirse en un Shinobi fuerte, como Minato, el hombre que sacrificó su alma por la aldea, o Kakashi, el hombre de los mil jutsu. Todas cosas típicas de los niños de su edad. Entonces fue el turno de Naruto*

Anko: "Sabiendo cuánto lo ama, Naruto probablemente elegirá su jiji"

*Anko pensó, y rápidamente se demostró que estaba equivocada cuando la maestra ayudó a Naruto a pegar un gran dibujo de ella misma en la pizarra. Los ojos de Anko se abrieron cuando su cuerpo se estremeció al ver la imagen. Todo empeoró mucho cuando Naruto empezó a hablar*

Naruto: mi héroe. Mi mami. Mi mamá es mi heroína porque hace las compras ella sola y siempre compra mis comidas favoritas. Incluso si no me gusta, cuando me hace comer verduras. ¡Mi mamá es mi heroína porque hace la mejor comida de la aldea, como dangos caseros! ¡Son los mejores! ¡Mami es mi heroína porque me consigue herramientas de juguete Shinobi, como el kunai que traje para mostrar y contar! ¡Mami es mi heroína porque es una Shinobi genial y tan poderosa como el Hokage, créelo! Mi mamá es mi heroína, ya que está ahí para mí cuando estoy triste, está ahí en cada evento especial. Incluso si llega un poco tarde todo el tiempo. Tengo la mejor mamá del mundo, me ama mucho y yo la amo aún más. ¡Mi mamá es mi heroína y cuando crezca, quiero ser un Shinobi como ella!

*Dijo Naruto con la sonrisa más brillante que pudo dar, mientras terminaba su pequeño discurso. Es seguro decir que los padres estaban todos celosos, ya que Naruto fue el único que dijo que querían crecer para ser como ellos. ¿Y Anko?*

*Es seguro decir que era un completo y total desastre. No podía dejar de llorar, su cuerpo no podía dejar de temblar, y cuando Naruto se acercó a ella y le dio un abrazo. Casi la destrozó. Pero lo que Naruto dijo después...*

Naruto: Te amo mami. ¡Prometo que me convertiré en un gran Shinobi como tú!

*Sí. Eso lo Hizo, ya que Anko abrazó a su hijo con fuerza y solo lloró, y quiero decir fuerte, incontrolablemente, mocos cayendo de su nariz, un tipo de llanto feo. Su hijo logró destruir por completo su frío corazón y derretirlo en cenizas*

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