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61. Primera conversación

Volvía a encontrarse entre los brazos de sus seres queridos y eso la emocionaba. Los había echado de menos. Ninguno le preguntó qué había pasado. Lo que ella no sabía era que se hacían una idea por lo que Chris le contó a Dani al regresar, siendo más que suficiente para convencerle para que le ayudase. Solo le preguntaron cuánto tiempo se quedaba y ella respondió que no tenía planes para marcharse. El director ya había llamado a sus padres para informarles de que Rose abandonaba la carrera y la hora sobre la que llegaría el avión. Se quedó unos días en casa hasta que James le dijo que ya era mayor como para buscar trabajo si no iba a estudiar.

- O te enseño a dirigir la compañía de la familia.

- No hace falta, ya buscaré algo- contestó ella rápidamente, pues no le atraía mucho ese tema.

No había muchos puestos de trabajo que tuvieran que ver con lo que había estudiado sin tener que volver a involucrarse en ello. Un día, Dani le contó que había una nueva empresa que podía interesarle. Ella envió su currículum y se quedó a la espera de una respuesta. Mientras, no dejaba de pensar en cómo hacer para volver a ver a Chris y hablar con él. ¿Debía ir a su casa así por las buenas? No se atrevía. Le contó a Dani su preocupación y este le dijo que si hablaba con Carl, podrían recibir una invitación para ir a comer todos, ya que no era extraño para dos familias que tenían buena relación en los negocios comer juntas. Rose se lo agradeció de corazón. Se sentía feliz de tener apoyo en su casa y no estar sola en ese piso preguntándose qué hacer. Había hecho bien en volver.

- ¿Que quiere verme?- se oyó la voz de Chris al otro lado del teléfono.

- Sí, le he dicho que tu padre podría invitar a nuestra familia a comer, que no tenía nada de raro- respondió Dani-. ¿Qué opinas?

- No tiene por qué interferir en el plan, por mí vale.

- ¿Estás preparado para verla?

- Para eso tengo tiempo hasta mañana, ¿no?

Y así fue cómo al día siguiente Rose y su familia se presentaron en casa de los Cat para comer y pasar un rato juntos. Rose estaba nerviosa. Dani le apretó la mano para animarla y sonrió. Ella le correspondió, aunque su corazón no dejaba de latir con fuerza. Carl y Chris les saludaron con una cierta formalidad, aunque Carl lo hacía más de broma. Rose no se atrevía mucho a mirar a Chris. Este, a pesar de que había logrado contener sus sentimientos, no tenía inconveniente en dirigirle alguna mirada, al igual que hacía con los demás. Sin embargo, evitaba mirarla mucho. No quería reflejar ninguna emoción en su rostro, no quería dejar ninguna pista.

Durante la comida, los padres conversaban sobre temas generales mientras Dani intervenía de vez en cuando y Chris solo respondía si se dirigían a él. Rose estaba callada, de vez en cuando dirigía alguna mirada furtiva hacia Chris, pero la mayor parte del tiempo se centraba ya fuera en su plato o en la conversación. Al final, Carl empezó a preguntarle a ella cómo estaba y cómo iba con sus estudios.

- Actualmente estoy buscando empleo- respondió tratando de sonar educada, aunque se notaba que no quería hablar de ello.

- ¿Y cómo te fue en la universidad?

Todos le fulminaron con la mirada mientras Rose la apartaba y dudó si contestar.

- No importa, cambiemos de tema- dijo Carl.

- He aprendido mucho ahí- respondió ella-. Cosas que debo hacer y cosas que no en mi carrera.

Chris la miró, preguntándose si su intuición sería acertada sobre los asuntos a los que se refería.

- Parece ser que ha sido un paso más hacia tu crecimiento- comentó Carl.

- Supongo- respondió ella.

"Más bien tuve que volver a aprender lo que ya sabía", pensó Rose, sintiendo como si toda aquella experiencia fuera inútil y podría habérsela saltado, pasando ese tiempo perdido con Chris. Quizá ya se habrían casado si pasaban tanto tiempo juntos en vez de enfriar su relación hasta romperla y tener que empezar de cero.

- Papá- intervino Chris-. Creo que ya es hora del postre.

Ninguno se había dado cuenta de que habían pasado ya varios minutos con los platos vacíos. Mientras los sirvientes traían el postre, Carl trató de enmendar la metedura de pata.

- De todas formas, nos alegra que vuelvas a estar aquí con nosotros, ven a visitarnos más veces- sonrió, pensando que esa vez no había dicho nada comprometido.

- Gracias- se sonrojó ella, nerviosa mientras se le escapaba una mirada de reojo a Chris, aunque vio la misma mirada inexpresiva con la que había estado todo ese tiempo, incluso cuando sonreía, le faltaba sentimiento. No se sabía qué pensaba o sentía realmente tras los gestos en su cara, y eso la descolocaba.

Cuando Rose y sus padres miraban a otro lado que no fuera Chris, este transmitía a su padre mentalmente y con la breve expresión de su rostro que dejara de meter a Rose en la conversación. Carl comprendió que era un asunto delicado y mejor esperaría a que mejorara el ambiente para decir algo relacionado con ella. Y también hablaría con su hijo luego y que le explicara qué estaba pasando, ya que pedirle discreción sin saber qué temas la requerían no era razonable. No le extrañaba, en cambio, que después de tanto tiempo sin verse su relación no fuera como antes. Debieron verlo venir. Para que una relación pudiera mantenerse no bastaba con acordarse de escribir y esperar a que pasara el tiempo. Una relación requería tiempo, esfuerzo y cercanía en el mejor de los casos, no solo sentimientos. Los sentimientos eran traicioneros y se guiaban más por qué o quién los estimulaba.

El postre estuvo tan detalladamente decorado y tan delicioso que se les notaba en la cara a todos, sobre todo a Rose. No pudieron no decir nada al respecto.

- Delicioso.

- Mis felicitaciones a la cocinera.

- Exquisito.

- Tan suave y delicado.

- No muy dulce pero con sabor.

- El mejor que he probado.

Comentaban con una sonrisa y entre los intercambios de miradas, las de Chris y Rose se cruzaron por un instante que les pareció muy largo, aunque de inmediato miraron a otro sitio, reduciendo su sonrisa y sintiendo un escalofrío. Habían notado la conexión, pero sabían que no solo de química se restauraría una relación rota, y la confianza que la uniría. Era la primera vez que se miraban con una sonrisa, aunque no fuera dirigida a ellos sino a los comentarios sobre el postre, pero aun así, les tomó desprevenidos volver a mirarse con esa expresión en sus rostros. Después del postre, fueron al salón a charlar un rato. Rose se sentó con Dani, Chris con su padre y Sofia y James juntos. Sin embargo, cuando empezaron a conversar, James le cambió el sitio a Chris para estar más cerca de Carl y tratar un tema de negocios para el cual no hacía falta involucrar a los demás. Chris iba a sentarse con Sofia hasta que Dani fue a sentarse ahí para molestarle un poco. Hizo como que tenía algo urgente que contarle a su hermana. Rose se había ido al baño y cuando regresó, el único sitio que vio libre era al lado de Chris. Su corazón dio un salto.

- ¿Ocurre algo?- insinuó Dani, viéndola ahí de pie.

- No...

Se sentó en el sofá, a una cierta distancia de Chris. Era algo incómodo incluso para los demás, que comenzaron a percatarse de que no iban a iniciar una conversación por sí mismos. Finalmente, Carl tomó la iniciativa.

- Chris, ¿por qué no le enseñas a Rose el piano de cola?

- Tienen un piano maravilloso- comentó Sofia, que al parecer lo había probado-. Suena increíble, y más cuando Chris lo toca. ¿Cuánto hace que recibes lecciones de piano?

- En verdad soy autodidacta- bromeó Chris-. Llevo un par de meses.

- Tiene talento, espero que contrate a un profesor- dijo Carl.

- Te recomiendo la escuela de música de Sofia- sugirió Dani.

- Yo también te la recomiendo- bromeó Sofia.

- Gracias, me lo pensaré- respondió Chris sonriendo un poco y se dirigió a Rose-. ¿Quieres acompañarme?

Ella asintió y se levantaron para ir a otra sala cerca de la habitación de Chris donde tenía el piano. La habitación no tenía apenas muebles aparte del piano, tan solo algunos asientos y una cómoda con cajones para algunas partes del piano y partituras. El piano se econtraba en el centro de la habitación y estaba exquisitamente decorado al estilo victoriano, al igual que el resto de la habitación. Las cortinas, los relojes y las paredes lo mostraban claramente. Rose miraba sorprendida esa habitación, ya que era la primera vez que la veía. Se acercó al piano y lo miró curiosa, analizando los detalles. Chris estaba apoyado en la pared con los brazos cruzados mientras la dejaba que Rose mirara alrededor. Después de un rato, ella le miró, preguntándose qué hacer o decir a continuación, esperando quizá alguna reacción por su parte.

- ¿Qué quieres?- preguntó Chris con tono frío, como el ambiente que se había creado entre ellos desde que tuvieron su primer reencuentro.

Rose tragó saliva, sintiéndose extremadamente incómoda y nerviosa. No sabía cómo reaccionar y no se atrevía ya a hablar con Chris sobre nada de lo que pretendía cuando quiso quedar con él de nuevo. No iba a ser tan fácil tener una conversación sincera y calmada con él. Sin darse cuenta ya estaba sujetándose el brazo y frotándoselo, nerviosa. Chris suspiró. El ambiente era demasiado incómodo hasta para él, por lo que se acercó al piano y se sentó, preparándose para tocar.

- No me has contestado- le recordó, comenzando a tocar el piano una lenta y triste melodía de Beethoven sin necesidad de partitura.

Rose no respondió. Se quedó ahí al lado del piano, escuchando la melodía. A pesar de llevar tan poco tiempo aprendiendo, Chris ya tocaba como un profesional. O quizá se había pasado todo ese tiempo practicando una o dos canciones.

- ¿Aprendiste por partitura o de oído?

- Ambas.

- Suena muy bien- dijo Rose en voz baja, con timidez.

- Gracias.

Cuando terminó de tocar, bajó las manos y giró la cabeza hacia ella.

- ¿Y bien? ¿Qué quieres?

- No... Nada...- respondió Rose mirando a otro lado, sintiéndose intimidada.

- Por un momento pensé que venías a pedirme ayuda para encontrar trabajo- dijo con una sonrisa irónica.

- ¿Y por qué iba yo a hacer eso?- se ofendió Rose-. No necesito tu ayuda.

- Ah, así que no necesitas mi ayuda, ¿Eh?

- Pues no.

Chris se rio y Rose sintió que se burlaba de ella. No pudo evitar responder llevándole la contraria. No entendía a qué venía esa actitud. Chris, sin embargo, sí había previsto que Rose reaccionara llevándole la contraria, por lo que no pudo evitar reir al ver que hizo exactamente lo que esperaba. Rose era predecible para él, la conocía demasiado bien. Al fin y al cabo estaban juntos desde que podían recordar.

- Error mío. Claro que no venías para eso. Me pregunto cuál será la razón por la que regresaste tan pronto- dijo Chris mirándola con una sonrisa irónica.

Rose estaba segura de que se estaba burlando de ella. Definitivamente, era un efecto secundario de lo mal que se había tomado Chris lo ocurrido. Sabía que aún le importaba, pero empezaba a controlar cómo se sentía y era capaz de mostrar frialdad como consecuencia de un periodo de recuperación. Burlarse de ella era un término medio entre la pose de frialdad y afecto oculto. Conocía a Chris y aunque le molestara que se burlara de ella, se lo tomó como un punto positivo. Que no la ignorara era lo que más le importaba en ese momento. Tenían mucho camino que recorrer, era consciente de ello y no esperaba que la recibiera con los brazos abiertos. Pero no podía negar que a veces su mirada le producía escalofríos y el ambiente entre ellos llegaba a ser bastante incómodo. Otra de las características de la personalidad de Chris era no dejar pasar nada, y conociéndole, se vengaría. Ese era el mayor temor de Rose.

- Vine porque...- no estaba segura de qué contestar. Quizá decir la verdad ayudaba a romper el hielo, pero no quería darle motivos para seguir burlándose o decir alguna ironía sobre su infidelidad y atrevimiento, por lo que llevó el tema por otro lado más neutral-. Necesitaba un cambio de aires.

- ¿Acaso no te lo pasabas bien ahí? Yo pensé que sí- hurgó en la herida.

Chris no permitiría que otros mencionaran el asunto, pero él sí tenía derecho como implicado directo. A nadie más le incumbía. Rose apartó la mirada y le dio la espalda, alejándose un poco del piano.

- Está bien, me lo merezco... Por intentar hablar contigo. No debí venir.

Chris se levantó y de pronto Rose sintió su aliento en la nuca. Se le pusieron los pelos de punta, pero no se movió. No quería mostrar debilidad.

- Sí, te lo mereces, y esto no es ni una mínima parte- le dijo al oído-. Debiste pensarlo mejor antes de cometer el error... de volver- hizo una pausa para que supiera a qué se refería y luego añadió la continuación, para que quedara claro que no acababa ahí la cosa.

Rose se giró para encararle. Apretó los puños temblorosos y trató de no dejar que sus sentimientos se desbordaran al tenerle tan cerca y sostener su mirada. No fue capaz de decir nada, ya que si lo hacía, echaría a llorar.

- ¿Qué quieres?- repitió Chris.

Rose siguió mirándole, aunque su labio inferior empezaba a temblar y los ojos se le humedecían. No sabía por cuánto tiempo podría seguir conteniéndose. Chris percibía que faltaba la gota que colmaba el vaso, pero no sabía si aguantaría verla llorar delante de él sin hacer nada o qué actitud debería tener al respecto si se daba el caso, algo que no le cambiara los planes. No, aún no era el momento.

- Cuando puedas decirme lo que quieres, sabes dónde encontrarme.

Volvió a sentarse y comenzó a tocar el piano de nuevo, a modo de distracción. Rose se relajó un poco y fue a uno de los asientos cerca del piano para escuchar y no necesitar hablar. Mientras tanto, trató de relajarse. Poco después, Dani fue a avisar a Rose que ellos se marchaban y le preguntó si se quería quedar más o si volvía con ellos a casa. Rose se levantó de inmediato y salió. Dani miró a Chris.

- ¿Bien?

- Bien- respondió este.

Dani regresó con Rose junto a Sofia y James para volver a casa. Una vez entraron al jardín, Rose se quedó en el balancín de la terraza y Dani se sentó con ella. Sofia y James les avisaron de que con el atardecer las temperaturas bajarían mucho y se cuidaran. En cuanto se quedaron solos, Dani le preguntó:

- ¿Pudiste hablar con él?

- No exactamente...

- Habrá otras ocasiones- la animó, dándole un suave empujón con el hombro.

- Bueno, no me voy a ninguna parte- respondió ella a modo de resignación.

Dani trataba de ocultar su sonrisa, sabiendo que al final acabaría bien, ya que ambos se querían y ambos eran cabezotas y no se rendirían. Pero también intentó comprender cómo debía de estar sintiéndose ella en ese momento en el que todo era incierto y no sabía cuál era el siguiente paso a tomar. Era un proceso y con el tiempo reconstruirían de nuevo la confianza y la buena relación, pero no era algo que se pudiera arreglar con una conversación, por lo que a Dani no le preocupaba que no hubiera podido hablar con Chris. Si tan solo pudiera hacerle saber lo que él sabía para que estuviera más tranquila... Pero no saldría natural si lo hacía a propósito.

Rose debía ir actuando como le fuera dictando su conciencia y aprendiera poco a poco a ganarse la confianza de Chris y a apreciar la relación que tenía. Como ya vio, una vez perdida era difícil de restaurar. Rose necesitaba esa lección, y Dani no intervendría para facilitárselo. Él estaba de acuerdo con Chris: esa vez era ella la que debía esforzarse por recuperarle. En el pasado había sido Chris quien había ido detrás de ella, y hasta que Rose no pasara por eso, no lo entendería ni apreciaría lo suficiente. Era su responsabilidad. Había renunciado a su relación, si la quería de vuelta, tendría que esforzarse.

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