53. El último deseo
Chris y Rose fueron a sentarse en las butacas reservadas para ellos. Para desagrado de Chris, estaban en lugares separados con una fila de por medio. Rose soltó una risilla que cubrió con la mano al ver la cara de Chris. Este intercambió el cartel del asiento que estaba al lado de Rose sin que nadie se diera cuenta y se sentó. Cuando Dani fue a sentarse, se dio cuenta de que le tocaba lejos de Rose y miró a Chris sospechando. Sin embargo, no dijo nada. Al menos no los tenía delante para que le distrajeran del concierto. La gran sala se llenó enseguida, los balcones estaban repletos. Pronto iba a comenzar el concierto.
- Mis padres llevan mucho tiempo planeándolo, es muy importante para ellos- susurró Rose a Chris.
- Eso parece... Al fin conoceremos la famosa canción que guía a la isla del tesoro... o del deseo- respondió Chris con el mismo tono.
El telón fue abierto y el concierto comenzó. Fueron combinando canciones conocidas instrumentales clásicas con algunas compuestas por ellos. Hubo una pausa para que la gente pudiera descansar, ir al aseo o charlar un poco en la recepción.
- Me ha fascinado, aunque solo vi a tu madre tocar un par de veces, el resto del tiempo era la directora de orquesta- comentó Hellen a Rose, acompañada de Leo.
- Me alegra que hayáis podido venir- dijo Rose-. La verdad, al igual que todos, yo también estoy ansiosa por ver a mis padres tocar juntos esa canción.
- Seguramente esté reservada para el final- comentó Chris.
Los demás estuvieron de acuerdo, también lo pensaban. Pronto regresaron a sus sitios y el concierto continuó con algunas sorpresas, como una famosa pianista de la edad de Sofia que al parecer conoció en un baile enmascarado. Al fin se anunció la última pieza. Una verdadera Capo d'Opera. El piano comenzó tocando solo la introducción y más tarde se le unió el violín. Rose parecía ansiosa y nerviosa, por lo que Chris le cogió la mano. Sofia empezó a cantar y poco a poco fueron revelándose secretos que nadie sabía que en realidad hablaban de un suceso verdadero. Rose y Chris escuchaban absortos. Para los demás era una maravillosa canción triste mientras que para ellos era la clave del misterio que había unido a Sofia y James, la razón por la cual Rose existía, fruto de esa unión y el instrumento mal usado de Chris que solo les dio problemas y dolores de cabeza a todos. Todo esto pensaban mientras la escuchaban y antes de llegar a la mitad de la parte melancólica de la canción ya les brotaban las lágrimas. Los presentes estaban emocionados y conmocionados, impactados por la hechizante melodía.
Una gran oportunidad
Pronto descubrirás,
Pero si te dejas llevar,
Una maldición vendrá.
Guíate por tu corazón
Y piensa con claridad
Pues una mala decisión
Te atará por la eternidad.
Eran palabras que solo Chris y Rose comprenderían mientras que para los demás era una advertencia típica de cualquier canción que contara una historia. Chris se sentía tan culpable e identificado que no podía reprimir sus lagrimas de rabia que la triste música insistía en sacarle. Nadie era ajeno al efecto de aquellas notas, ni de la pasión con la cual Sofia y James tocaban sus preciados instrumentos.
Cuando pidas un deseo
No dañes a quien aprecias
Al final acabarás solo
Y hará que te arrepientas.
Chris no pudo prestar mucha más atención al resto de la letra, pues no hacía más que pensar en esa estrofa. Rose le miró de reojo y notó que Chris le soltaba la mano. Ella la retiró y dejó las manos en el regazo, moviéndolas, nerviosa. Quedaba poco tiempo para saber la decisión de Chris. ¿Le ayudaría aquella melodía a recapacitar? Chris puso una mano cubriendo la mitad de su rostro visible para Rose. No quería que le mirara. Empezó a pensar que era mejor idea estar en asientos separados para poder centrarse él solo en esa canción y dejar que sus pensamientos se entrecruzaran con las emociones que le producía. La canción parecía acercarse a su conclusión, pero terminó en un acorde que introducía una continuación. Todos miraban expectantes al ver que Sofia daba la vuelta a todas las partituras y las colocaba en orden en tan solo unos segundos mientras el pedal del piano sostenía las últimas notas. El violín se detuvo y la cara de James cambió. Él y Sofia intercambiaron unas miradas y comenzaron tocando a la vez una canción de ritmo alegre, como si asomara el sol después de una tormenta y saliera un espléndido arcoiris. Incluso la iluminación del escenario se adaptó al ambiente y la luz iba aumentando.
Sofia entonó la segunda parte de la Canción de la Vida y todos los rostros enlagrimados se serenaron. Una inexplicable alegría inundó los corazones de los oyentes y sintieron ganas de acompañar la melodía con palmadas en algunas partes en las que aceleraba. Hacia la mitad, todos se pusieron en pie y siguieron dando palmadas. Sofia y James estaban emocionados, pero trataron por todos los medios de concentrarse en terminar de la mejor manera posible. Chris experimentó una nueva sensación en su pecho, era como si la segunda parte le aliviara de su carga, se sentía como si pudiera ser perdonado y empezar de nuevo, reparando sus errores. Parecía transmitirle que todo acabaría bien y...
Este consejo escucha atento,
Cuando aún estás a tiempo,
Si la luz tu corazón alcanza,
No abandones la esperanza.
Las últimas palabras resonaron en la silenciosa sala al haber bajado el ritmo, concluyendo con los acordes finales. La audiencia estalló en aplausos. Estaban muy emocionados y extasiosos. Nunca una canción les había hecho sentir tantas cosas, les había tocado hasta el fondo del corazón. El hecho de que se pudieran animar tanto con la segunda parte de la melodía después de sentirse caer en depresión con la primera les causó tal impacto que no podían más que aplaudir y felicitar la buena interpretación que había hecho posible sentir hasta la última nota de la música. Chris y Rose no se habían levantado como los demás. Estaban demasiado concentrados en la letra y sus propios pensamientos. Cuando después de un rato todos se sentaron, ellos se levantaron, viendo las señas de James, invitándoles a salir.
- Queremos dedicar esta melodía a nuestra hija Rose y al hijo de Carl, quien hizo posible un viaje en el que Sofia y yo pudimos aprender el significado de esta canción.
Siguieron los aplausos.
- Esperamos que estas notas y palabras os acompañen allá donde vayáis- siguió diciendo James-. Sobre todo, que te anime a cumplir tu sueño e ir a estudiar a esa universidad del extranjero que tanto deseas- dijo mirando a Rose y luego a Chris-. Eso es, si no hay nada que te retenga.
Rose miró a Chris. Se habían limpiado las caras lo mejor que habían podido antes de subir al escenario, pero sus ojos aún brillaban, húmedos. James se apartó y fue junto a Sofia, para darles protagonismo. Era un empujón para que Chris al fin pudiera dar el paso de una vez por todas. Se fijó en que ambos llevaban los anillos y esperaba que algo sucediera. Chris y Rose intercambiaron miradas silenciosas durante unos instantes. Todos observaban, curiosos por saber qué sería de su relación si Rose se marchaba lejos.
- Rose... he sido injusto contigo, no te he dado la libertad que merecías y la consecuencia ha sido hacer de nuestra vida una carga y nuestra amistad... casi inexistente, todo por una relación falsa que esperaba que funcionara, pero sin darme cuenta de que una relación es de dos, solo puede funcionar si ambos ponen de su parte. Solo así seremos felices. Si bien me pone triste que no estés conmigo, más triste me pone que lo estés en contra de tu voluntad. Quiero darte libertad para elegir. No hace falta que me respondas ahora, pero...- se arrodilló delante de ella y todos aguantaron la respiración. Rose tenía el corazón latiendo a mil-. ¿Me prometes que considerarás ser mi prometida?
Rose se llevó las manos a la boca. No se lo habría esperado para nada y menos en ese momento. No entendía la situación y tenía muchas preguntas, pero luego hablarían. En ese momento debía reaccionar a su petición para bajar de ahí cuanto antes, a pesar de que le habría gustado oirle de nuevo diciendo todo aquello.
- Lo consideraré.
Le dio la mano y él se levantó y la abrazó, mientras el público se volvía loco.
- Deseo anular la magia de estos anillos- le susurró Chris al oído sin soltar su mano.
En ese momento, una cálida y casi imperceptible luz les rodeó como una ligera brisa y los diamantes de los anillos se volvieron de un color turquesa oscuro. Habían perdido su poder. Rose no podía creer que estuviera libre al fin. Abrazó a Chris con fuerza mientras le agradecía su decisión. Al fin podría irse tranquila a estudiar el año y medio que quedaba de instituto y la universidad en ese lugar que tanto deseaba.
- Tu último deseo ha sido para cumplir el mío...- se dio cuenta ella mientras le miraba-. ¿De verdad ha funcionado?
- Probemos... deseo un beso aquí y ahora- dijo Chris atreviéndose para ver su reacción, aunque realmente creía que Rose ya no le obedecería.
Sin embargo, se sorprendió cuando ella le besó. Él quiso seguirle la corriente, pero se apartó para mirarla, confuso.
- No me siento obligada, te lo doy porque quiero. Por esta vez, te lo mereces- le guiñó ella un ojo.
- Entonces no me detendré.
Llevó las manos al rostro de Rose y lo acercó al suyo para besarla apasionadamente durante unos segundos. El público cada vez se volvía más loco con la escena. Dani y Thoma intercambiaron miradas. Esos dos no tenían remedio, pero al menos empezaban a hacer las cosas bien, haciendo oficial su relación y sin más malestares o conflictos de intereses. James y Sofia dieron la señal para que se cerrara el telón y nada más quedar ocultos de miradas curiosas, James fue a apartar a Chris de los brazos de su hija y se lo llevó, diciendo que se preparara. Sofia, Rose y Chris palidecieron. Ya ninguno estaba bajo la influencia de Chris, por lo que la venganza solo acababa de empezar. Rose también tenía algo en mente para él, por lo que esperaba que su padre lo dejara entero para que cumpliera su castigo.
- ¡Papi, no te lleves tú todo el mérito, déjanos algo a nosotras!- le pidió.
- Dejaré suficiente- replicó James fulminando a Chris con la mirada-. Además, hoy no daría tiempo a todo lo que tengo pendiente con él...
El pobre Chris se vio en un aprieto del que difícilmente escaparía. Recibió un par de bofetadas y una serie de advertencias y amenazas por parte de James sobre la proposición a Rose.
- Como vuelvas a hacer llorar a mi hija por tus caprichos te las verás conmigo, y no seré tan indulgente la próxima vez- concluyó.
Iba a marcharse, pero se dio la vuelta y le propinó un último puñetazo antes de ir a firmar autógrafos con Sofia y saludar y sacar fotos con todos los interesados que se habían puesto en fila en el vestíbulo. Rose le dijo que sobre lo ocurrido, todo lo ocurrido, incluyendo esa noche, hablarían esa semana en cuanto pudiera aceptar la invitación de ir a su casa. Se despidió mandándole un beso con la mano, aunque estaba nerviosa aún y sonrojada. Chris se levantó del suelo y fue a hacer fila para tomarse la foto. Sería la primera que tendría con Rose desde que eran pequeños. Esperó unas horas hasta que al fin le llegó el turno. Sofia y James no quisieron saber nada y se prepararon para marcharse. Rose se quedó un poco más, concediéndole a Chris la fotografía. En verdad, ella también quería un recuerdo con él cuando se fuera y no le viera durante un tiempo. En la fotografía se tomaban de la mano mostrando los anillos y se miraban de forma cómplice. Era una mirada que indicaba que al fin había terminado todo y estaban bien.
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