19. Sorpresa
Sofia y James estaban preocupados. Los padres de Sofia la habían informado sobre el incidente de Rose y Lawrence. Conocían a su hija, no lo haría sin motivo, pero quizá no tenía las pruebas suficientes para justificar su reacción. Pronto volvería para asistir al cumpleaños de Chris, otra de sus preocupaciones. James estaba alterado con el tema de Rose y los chicos, ella podía defenderse, ¿pero hasta qué punto? El simple hecho de imaginarse lo que pensaban otros chicos al mirar a su niña le hacía hervir la sangre.
- No puedes hacer nada para evitar que la miren los demás, cariño- le dijo Sofia mientras se miraba al espejo, arreglándose para ir a recoger a Rose.
- Y tampoco puedo evitar que me moleste que la miren con esos ojos pervertidos- respondió él ajustándose la corbata.
- Pero en algún momento Rose elegirá a su persona especial y ya tendrá a alguien para preocuparse de ella y tú tendrás que volver a preocuparte por tu mujer...
- ¿Son celos eso que escucho?- le sonrió él con picardía, acercándose a ella por detrás.
- James, es mi hija, no son celos. Pero tienes que darte cuenta de que no puedes tratar a tu hija como a tu mujer, ella tiene su propia vida amorosa y tendrá que tratar con sus propios asuntos, y tú preocuparte de la tuya. Ya es mayorcita y bastante madura para elegir, recuerda que yo tenía su edad cuando nos conocimos y... y...
Fue interrumpida por los brazos de James que se cerraban alrededor de su cintura y sintió sus labios en el cuello, produciéndole un escalofrío, ya que no lo había visto venir.
- ¿Te he descuidado yo acaso?- le preguntó él cerca de su oído.
- Claro que no, amor... Pero no es eso lo que quiero decir... Ah, ya veo, estás cambiando de tema para que deje de regañarte- se rió ella.
James se apartó y la hizo girarse para mirarla a los ojos.
- Vaya, me has pillado- sacó la lengua-. Sé muy bien lo que me quieres decir, Sofi, pero no puedo quedarme tranquilo hasta que la vea en buenas manos, ¿entiendes?
- Yo también, Jamie, pero aún no está con nadie y no tiene caso tomar conclusiones precipitadas. Ni que fuera a volver aquí con un novio...
- Es verdad, ni que fuera a salir con alguien como ese chico... ¿cómo era su nombre... Lawrence?
Se rieron ante esa "ridícula" idea. Pronto se les borraría la sonrisa al ver que Rose les esperaba con Lawrence para ir a la fiesta de cumpleaños de Chris. Se quedaron pálidos al verles juntos. Tanto, que no dijeron nada. Trataron de alegrarse de ver a su hija, pero sus rostros mostraban otra cosa. A Rose le recorrió un escalofrío al ver la reacción de sus padres. Al parecer, se habían enterado de lo ocurrido. El trato con Lawrence era no contarle a nadie por qué era su novia por un día, pero tenía que decirles al menos una parte de la verdad a sus padres. Cuando se quedaron a solas, le exigieron explicaciones.
- Es solo por hoy... para no ir sola- respondió ella no muy segura-. Así Chris se centrará en otros invitados- trató de mejorarlo.
- ¿Y no había otros chicos que no fueran uno que casi te deshonra?- explotó James.
- Me sentía un poco mal por mandarle al hospital...- dijo ella, recordando lo que le habían contado en ese barrio sobre el pasado de su padre-. Aunque si se moría a ti no te iba a importar- se le escapó.
James estaba atónito por sus palabras. ¿Desde cuándo su hija le hablaba así?
- Pues no me importaría hacer desaparecer a cualquiera que te falte al respeto y castigar a quien ME falte a mí al respeto...- dijo en un tono sombrío, haciendo que a Rose le recorriera un escalofrío y se le pusieran los pelos de punta. No, su padre no era precisamente alguien con quien pudiera meterse, ni ella ni nadie.
Rose decidió que era mejor aliviar la tensión y hablar de ese tema en otro momento. Quería mucho a su padre y lo último que deseaba era que se enfadara con ella.
- Papi... ¿estás enfadado porque pegué a Lawrence o porque le traje conmigo?
- Poco me importa lo que le pase a él, me importa lo que te pase a ti. No me digas que solo por pena vas a estar con él.
- Solo por hoy...
- No le debes NADA.
Sofia no había intervenido hasta el momento, quería ver hasta dónde llegaba la conversación, pero al parecer no estaba mejorando.
- Cariño, se hace tarde, tenemos que irnos.
James dejó que Rose se fuera a su habitación y prepararse para la fiesta. Entonces fue al salón donde estaba Lawrence y Sofia ni pudo ni quiso evitar lo que sucedió a continuación.
- ¿Sabes quién soy?- le preguntó a Lawrence fulminándolo con la mirada. Este asintió y James continuó-. No, no lo sabes...
Le cogió del cuello de la camisa y le atrajo hacia él para que le mirara a los ojos, pero él apenas se inclinó un poco hacia el chico, mantuvo su postura.
- Si supieras con quién te estás metiendo no hubieras hecho lo que hiciste. Y no fue por Rose que lo escuché, yo tengo mis formas... Si me entero de que le haces algo, no importa cuánto huyas o dónde te escondas, te encontraré y seré lo último que veas. ¿Te ha quedado claro?
Lawrence asintió. Estaba pálido. James lo soltó sin cuidado y este cayó al suelo.
- Deberías ser su sirviente, no su pareja de baile- le dijo de forma despectiva, mirándole desde arriba-. Aunque no mereces ni eso. Ser su perro ya sería demasiado honor para ti. Espero no volver a verte después de hoy, al menos no cerca de ella. Y... ¡ay de ti si oigo alguna queja de Rose!
James regresó con Sofia y le dijo que iba al coche. Ella fue hacia Lawrence, le ayudó a levantarse y acto seguido le dio una bofetada.
- Mi marido ha sido demasiado indulgente contigo, esto es de mi parte. Vuelve a intentar algo con mi hija y será lo último que hagas. James no sería el único que quiere ver tu cabeza en una bandeja de plata, ten cuidado en la fiesta- le sonrió ella-. Que lo pases bien en la fiesta.
James estaba sorprendido con ella. Cuando fueron al coche y solo estaban ellos dos, le dio un beso repentino en los labios, seguido de algunos más.
- ¿Te he dicho alguna vez que me encantas?- sonrió él.
Se había quedado mucho más tranquilo viendo que no era el único dispuesto a borrarle del mapa.
- Perdí la cuenta- respondió Sofia, sonriendo-. No necesitas encargarte de los chicos que van detrás de tu hija, deja que se eliminen entre ellos y ya te encargas del último que quede en pie si no es de tu agrado.
- No es mala idea- se sorprendió James, medio bromeando-. Me gusta cómo piensas- le dio otro beso en los labios y luego le besó la mano-. Mi dama.
Poco después llegó Rose con Lawrence y entraron al coche. Después del susto que se llevó el joven, al ver a Rose bajando las escaleras con ese precioso vestido, por un momento pensó que era un ángel. Se había vestido con la temática del lago de los cisnes y llevaba un precioso vestido blanco con detalles plateados y azul claro. En alguna parte de su corazón, Rose se preguntaba cuál sería la reacción de Chris ante su aspecto. Sofia estaba emocionada de que le quedara tan bien el vestido que había llevado en esa noche tan especial de fin de curso, en la que bailó con James y les esposaron en ese juego. Rose ya tenía la altura adecuada para usar el vestido y le quedaba muy bien. James le hizo un cumplido a su hija, diciéndole que estaba tan guapa como su madre cuando llevó ese vestido en el baile, casi con su edad, aunque Sofia por ese entonces tenía 17 años. Lawrence no dejaba de mirarla todo el camino, aunque sentía la presión de la mirada fulminante de James y a veces optaba por mirar por la ventana. El ambiente era realmente incómodo. Rose suspiró aliviada cuando por fin pudieron bajarse del coche y llegaron a casa de Chris, quien estaba bajando la escalera con su padre, Carl, para salir a recibirles. Poco se imaginaba lo que estaba a punto de ver. Su sonrisa se borraría pronto al igual que les sucedió a los padres de Rose.
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