15. Solución
Rose evitó salir de casa el fin de semana, pero cuando llegó de nuevo el lunes, sus abuelos la mandaron a clases. Ella no quería y se encerró en su habitación. Finalmente, Daniel decidió intervenir.
- Iré contigo y volveré contigo, no tienes que tenerle miedo a Chris- dijo pensando que seguramente no era tan grave.
Después de todo, Chris no se atrevería a hacerle algo por lo que James pudiera querer darle su merecido. Y no solo James, también él se encargaría de Chris como se atreviera a ponerle la mano encima a Rose. Esta acabó accediendo, aunque tener que sentarse con Chris en clase le seguía dando miedo. El momento llegó y vio a Chris sentado en su sitio. Se acercó despacio, atenta a cualquier movimiento que él pudiera hacer. Chris se limitó a mirarla de reojo con la barbilla en la mano y el codo en la mesa. No dijo nada. Ya llegaría el momento, pero hasta entonces, el silencio sería el principio, pues aquello ponía nerviosa a Rose, no sabía ni qué pensaba ni de qué humor estaba. No sabía cómo tomarse ese silencio y él lo sabía. Se sentó a su lado y sacó los libros. Nunca había estado tan nerviosa sin que le dieran una razón. Desconocer la razón era precisamente lo que hacía que su corazón latiera como si no hubiera un mañana y comenzara a tener calor y a sudar. Se levantó y se fue corriendo al baño para limpiarse y recobrar la compostura. Intentaba pensar en positivo, pero no podía. Hasta que no hubiera arreglado las cosas con Chris, no podría.
Regresó a clases tras lavarse la cara y poco después llegó el profesor. Durante las clases, Rose lanzaba miradas furtivas hacia Chris, preguntándose qué se proponía. El profesor se dio cuenta de que no prestaba atención y decidió hacer algo al respecto.
- Señorita Wishingwell, entiendo que su compañero sea más interesante que la lección, pero tendrá tiempo después de clase para lo que desee.
Rose enrojeció y asintió. No se atrevía a decir nada. Toda la clase se reía por lo bajo. Chris la miró de reojo. El silencio le estaba dando mejores resultados de lo previsto. Pero pronto pasaría a la acción. En el recreo, Rose se fue con Raquel a un lugar cerca de la valla donde creía que Chris no la vería, y si acaso, saltaría la valla para huir. No era el mejor plan, pero no quería que fuera lo que fuera que Chris tuviera planeado sucediera delante de sus compañeros. Quedaba poco para terminar el recreo y no había señales de Chris. Rose empezó a tranquilizarse un poco. Terminaron de comer y recogieron para estar preparadas cuando oyeran sonar el timbre. Sin embargo, Chris tuvo que aparecer justo entonces. Sonó el timbre. Raquel trataba de convencerles de volver a clase, pero Chris estaba delante y Rose no se atrevió a moverse. El tiempo pareció detenerse por un momento. El timbre sonaba y ellos dos se miraban, a tres metros de distancia el uno del otro. Entonces Chris dio un paso hacia ellas y Rose rápidamente subió a la valla y saltó al otro lado. Raquel iba a avisarla de algo, pero ya era tarde y solo pudo ver cómo a Chris se le escapó una sonrisa y saltó la valla, corriendo tras ella.
- Es mejor que no lo sepa- se dijo Raquel a sí misma.
Volvió a clases aún preguntándose si decirle eso a Rose o... si ya lo descubriría por su cuenta. Aunque Chris no lo dejaría pasar, seguramente lo usaría para molestarla. Se encogió de hombros pensando en ello. Celia y Lisa la vieron y le preguntaron qué ocurría. Ella se lo contó y Celia se sonrojó mientras Lisa se reía.
- Tranquila que Chris no se lo dejará pasar- dijo Lisa haciendo que las otras dos se preocuparan.
- No sé qué pensar de esos dos... menudo par- comentó Raquel.
- Hacen buena pareja, son tal para cual. Son muy parecidos en realidad. Y es divertido verles- se rió Lisa.
- Yo creo que solo Rose es capaz de poner en su sitio a Chris, pero aunque solo ella le convenga a él, no estoy segura de que él le convenga a ella. Le vendría mejor un chico más... bueno... diferente a Chris pero en el buen sentido- opinó Celia.
- Rose se aburriría con un chico normal- concluyó Raquel entrando a clase.
Lawrence las escuchó y pensó: "Suerte que yo no soy un chico normal... y tampoco se aburrirá conmigo".
Mientras, Rose huía de Chris por las calles de la ciudad hasta que llegaron a una zona descuidada que estaba en construcción. No tenía buena pinta, por lo que Rose quiso salir de ahí cuanto antes. Chris estaba pisándole los talones cuando aparecieron unos chicos mayores que ellos con cara de pocos amigos.
- Pero mira a quién tenemos aquí...
Algunos habían peleado con Chris esa vez por el tema de las infidelidades, otros eran desconocidos para ellos. Rose y Chris tragaron saliva, olvidando su propio asunto y tratando de pensar en cómo librarse de un buen lío con esa pandilla.
- Tú solo por aquí... contra todos nosotros. Será un placer enseñarte los alrededores- dijo uno de ellos crujiéndose los dedos.
- ¿Y la chica?- preguntó uno que no conocía a Rose.
- No tengo nada contra ella, de hecho le debo una, gracias a ella las chicas del insti recapacitaron.
Los demás se la quedaron mirando curiosos.
- ¿Lo que me debes cubre su deuda?- preguntó Rose refiriéndose a Chris.
- ¿Por qué querrías defender a este desgraciado?
Los demás ya empezaban a rodear a Chris, listos para darle su merecido.
- Bueno... digamos que le di una patada en un sitio y... si le libro de una paliza quedamos en paz. ¿Verdad?- le preguntó Rose a Chris.
Al principio no contestó, pero acabó accediendo. Habría otras ocasiones para devolvérsela, Rose no se quedaría quieta. Al oír a Rose, los demás hicieron una mueca de dolor, imaginándoselo.
- Sí que le debes una gorda, sí. Pero eso no tiene que ver con nosotros- dijo el chico.
- Dijiste que me debes una...
- A ti, no a él. Te devolveré el favor asegurándote que estarás a salvo cuando estés en este barrio.
- Gracias- sonrió Rose, olvidando a Chris.
Pronto se acordó cuando vio que empezó la pelea. El alboroto llamó la atención a algunos hombres del barrio que, al escuchar de quién se trataba, decidieron unirse. Rose se dio cuenta de que Chris acabaría muy mal, eran capaces de dejarle muerto si iban todos a por él. Decidió hacer uso del favor que le debían interponiéndose entre Chris y ellos.
- Aunque te pongas delante te podemos sujetar mientras le pegamos- le advirtió el cabecilla.
Chris la apartó de ahí y le dijo que se fuera a casa. De ninguna manera Rose pensaba dejarle ahí solo. Apartó la mirada cuando le tiraron al suelo de un puñetazo. Trató de volver a interponerse, pero Chris la fulminó con la mirada y decidió hablarle por fin.
- Si me matan aquí o me mata tu padre por meterte en líos por mi culpa lo mismo es. Vete. Acabarán por tomarla contigo también- le ordenó Chris tratando de levantarse.
- ¡No! No me iré. Si vais a por él, será pasando por encima de mí- exclamó ella decidida-. Pero si me hacéis daño, tened por seguro que mi padre vendrá a por vosotros y no quedará ni uno en pie.
Los demás se sorprendieron de su valentía. Uno de los hombres se acercó a ella y la miró de cerca.
- ¿Cómo te llamas?
- Rose, Rose Wishingwell. ¿Conoces a mis padres?
- ¿Wishingwell? Espera, ¿James Wishingwell, antes Will y Sofia Brown ahora Wishingwell?
- Sí... ¿Espera, mi padre se llamaba Will?
- Jajajajaja... De tal palo tal astilla.
- ¿Tú quién eres?
- Era uno de la banda de Will, probablemente el único que quedó con vida. No se volvió a saber nada de los demás tras regresar de la isla. Tu madre temía por su vida y colaboró con nosotros para tenderle una trampa y le apresara la policía. Qué recuerdos...
- Espera, ¿qué? ¿Mi padre en la cárcel? El único con vida de la banda... No entiendo nada. ¿¿Qué iba a hacerle a mi madre??- Rose estaba alucinando en colores.
- Ya veo que no te han contado nada... Ven conmigo, te contaré todo.
- Espera, en cuanto a Chris...
- Que venga también, con este acto de valentía por tu parte habrá que dejarlo pasar por esta vez- le guiñó un ojo el hombre.
Rose miró a Chris y este le sonrió, como dándole las gracias. Ella le devolvió la sonrisa y le ayudó a levantarse y fueron con el hombre que antes era el cabecilla de la banda de ese barrio. Tenía la edad de su padre aproximadamente. El hombre les contó sobre las aventuras de Will y su banda en busca de la isla y cómo consiguió la ayuda de Sofia aunque ella sintió la presión de traicionarle por miedo a que la matara él como hizo con otros testigos o porque los de ese barrio le tenían rencor a su familia porque por su culpa Will incendió sus casas. Luego Carl dejó a Sofia quedarse en su casa si hacía lo que le ordenara él. Aun así no se evitó el encuentro entre Will y Sofia pero gracias a la intervención de Max, Will no se vengó de ella. También les contó lo que sabía sobre cuando fueron a la isla con Lyon y este les dejó ahí tirados para luego arrebatar a Sofia de las garras de Carl. Cuando murió, ella pudo regresar con Will alias James. Él y los demás de la banda fueron invitados al cumpleaños de Sofia que organizó Lyon, por lo que sabían algo de la historia y luego fueron invitados a la boda de Sofia y James. Para cubrir su deuda con ellos, James les financió para reconstruir su barrio, pero les costó encontrar obreros que se atrevieran a trabajar ahí y la cosa iba despacio. Finalmente muchos tomaron cursos para aprender arquitectura y construcción y empezaron a hacerlo ellos mismos. Suponían que en dos o tres años el barrio estaría como nuevo.
- Vaya, mi padre cambió mucho para casarse con mi madre...- murmuró Rose.
Chris se quedó pensando en la historia. No se habría esperado que el padre de Rose tuviera ese pasado y por fin sabía por qué Sofia quería un favor de Carl, su padre. Era para escapar de la venganza de James, que entonces era Will.
- ¿Sabes algo gracioso? Chris es el hijo de Carl Cat- dijo Rose al ex cabecilla.
- Debí imaginarlo- se rió-. ¿Tu padre no te enseñó mejor que meterte con la hija de su ex y un ex "pirata"?
- El pobre lo intenta pero su hijo se parece a él en la juventud, no al Carl con experiencia- se encogió de hombros Rose.
Chris la miró con una sonrisa irónica, no sabía con quién se estaba metiendo y tomaría una pequeña venganza luego. Se hacía tarde y se despidieron de ellos. Lo que no consiguieron averiguar era el verdadero objetivo de James con ese deseo ni qué ocurrió realmente entre Sofia y James en ese viaje. Mientras volvían a casa, Chris decidió molestar un poco a Rose. Se acercó a su oído y le dijo:
- Ositos.
- ¿Cómo que ositos?
- Rosas.
- ¿Pero qué...?
- Encaje en los bordes.
Rose enrojeció, dándose cuenta de a qué se refería y se apartó de golpe.
- ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Por qué...?
- Cuando saltaste la valla- se rió Chris.
- No tenías que memorizar los detalles- le dijo Rose dándole en el brazo sin mucha fuerza, ya que la vergüenza le impedía reaccionar debidamente.
Se tapó la cara con las manos deseando que se la tragara la tierra. De pronto se sintió envuelta por los brazos de Chris y se encontró frente a su pecho.
- Gracias. Jamás te habría creído capaz de aceptar mi suerte con tal de no dejarme ahí. Pero- Chris le cogió la cara, haciendo que le mirara a los ojos-, no vuelvas a hacer esa locura, quién sabe qué podría haberte pasado. Si alguien tiene que hacerte algo prefiero ser yo.
- No te prometo nada. ¿Y qué dices que me vas a...?
- Si vas a atreverte de nuevo a defenderme sin importarte tu propia seguridad tendré que hacer algo al respecto. Ya debería haberlo hecho...
- ¿Qué harás?- preguntó Rose curiosa.
- Lo siento por esto.
En ese momento, Chris no se contuvo más y se acercó a su rostro, y la besó repentinamente. No duró mucho, pero lo suficiente como para hacer que ambos sintieran una corriente recorrerles el cuerpo. Un momento que difícilmente olvidarían. Antes de que Rose pudiera reaccionar, Chris se apartó y se marchó rápido despidiéndose con la mano.
- Bueno lo retiro, no lo siento por esto- le guiñó un ojo.
Rose se quedó inmóvil, sin saber qué hacer. La había tomado completamente por sorpresa. No era nada parecido a esa vez en el hospital. Esta vez, era un beso de verdad. Empezó a caminar de regreso a casa. Lo único que podía pensar era en Chris y todo lo sucedido, sobre todo el beso.
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