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Capítulo final.

15 años después.

Todas las sultanas y príncipes estaban en el jardín, sonreían y hablaban con alegría, mientras esperaban al Sultán.

Akram termino de ponerse su ropa mientras Melek lo miraba por el espejo, la joven se había vuelto hermosa, poseía una gran belleza que todos admiraban.

Mientras que Akram había envejecido y la enfermedad estaba acabando con el.

—¿Estas seguro de esto? Debes descansar mi amor - Melek tomo su mano.

—Esta es la última vez que veré a mis hijos - Melek asintió con tristeza.

—Bien.


Ambos caminaron hacia el jardín  en donde sus hijos los esperaban con alegría

Fahriye y Turhan le sonrieron a su padre, ambas habían crecido bien, Fahriye era la mujer más hermosa y Turhan había logrado vivir su vida sin dolores pero su terrible enfermedad seguía ahí.

—Allah les de un futuro brillante-susurro Akram.

Almorzaron entre risas y cuentos sobre el imperio que no se dieron cuenta cuando Akram mancho su pañuelo de sangre.

—Vamos Melek - la rubia asintió y lo ayudo a entrar.

Akram siguió tosiendo y soltando sangre sin parar, Melek se limpio las lágrimas y lo ayudo a acostarse, sus hijos fueron avisados una vez Melek y Akram se despidieron.

—Llama a las gemelas - le susurro al agha y este salio.

—Su majestad las espera- Fahriye y Turhan ingresaron a los aposentos del que una vez fue el gran sultán Akram, la enfermedad y la edad acabaron con el y ahora estaba dando sus últimos suspiros.

—Mis niñas-ambas se acercaron y tomaron sus manos— Siento tanto que tuvieran que sufrir, todo fue mi culpa.

—Nada de esto fue tu culpa- menciono Fahriye tomando sus manos, Akram comenzó a toser sin parar y ellas solo se dedicaron a llorar.

—Nada de eso, Fahriye, Turhan, mis niñas, todo fue mi culpa, lo que les diré las hará odiarme, pero al menos no me ire con esto a la tumba -ambas se vieron sin entender y el garraspeo un poco— la madre a la que tanto lloran, aquella buena mujer a que la visitan cada año en aquella mezquita que hice hice en honor no es su madre, Nükhet hatun fue una mujer importante para mi hermana, pero ella no fue su madre -tosio más y su voz temblo— Gevherhan sultan, aquella que fue asesinada por mi sobrina es su madre y yo... yo soy su verdadero padre. Nunca les dije nada por que temí que todos las odiaran quería que fueran felices, allah sabía que el pecado que cometí fue pagado con creces, pero ahora ha llegado el momento de saberlo todo.

>> cuando eche a Gevherhan lo hice por que ella Asesino a Nükhet cruelmente, mi hermana Pertevniyal sufrió mucho por aquello y jure vengarme de su asesina, perdónenme hijas mías, he pecado en grande, no merecían sufrir así, pero mentí porque Gevherhan fue una mujer muy mala, y supongo que yo también, allah me llama ahora, a el le rendiré cuentas, vivan sus vidas felices y sin preocupaciones.

Ambas se vieron con los ojos llorosos y Akram dio su último suspiro, ambas quisieron odiarle por aquello, pero habían visto con sus propios ojos lo cruel que era su madre.

La realidad era que Turhan y Fahriye no odiaban a su padre, lo amaban más  que a nadie por haberlas salvado de una vida llena de crueldad y dolor.

—Gevherhan nunca fue nuestra madre... - dijo Fahriye.

—Mi madre fue Nükhet hatun, la amada de mi tía, aquella que con sólo escuchar su nombre hace felices a algunos. -finalizo Turhan.

































—Contar esto es un poco fuera de lugar, con el paso de los años mi vida se hizo más alegre y más triste, cuando perdí al amor de mi vida, mi vida se fue a un abismo, pero lo conocí a el, Jacobo estuvo a mi lado toda su vida -susurro acariciando la lápida — hace diez años que se fue y el reino quedó al mando de Alessandra, Jacobo y yo fuimos grandes reyes.

—Perdimos muchos, ya estamos en nuestros últimos suspiros -dijo Kaya.

—Mi hermano ha muerto -dijo, Kaya la miro— Lo se porque ese lazo que nos unía se rompió hoy, una parte de mi murió de nuevo. Primero Nükhet, mi madre, mi amado esposo, Shadia y ahora mi mellizo... Kaya, el día de mi muerte esta cada vez más cerca, Dios nos está llamando.

—Pertevniyal, ve tranquila a tu última morada, todo lo que sufriste ya es historia, es hora de ir a casa -susurro la rubia quien ahora poseía cabellos blancos.

—¿Te iras conmigo?

—Yo también me ire en algún momento - recordó a la morena, la cual había fallecido hace dos años, Shadia sufrió de una enfermedad grave que la llevó a la muerte y lo mucho que ambas la habían llorado.

—Ya no hay lágrimas -susurro Pertevniyal, Jacobo había muerto en su última batalla, cuando rebeldes querían dar un golpe de estado, su amado había llegado ensangrentado y con sus últimos suspiros le dijo cuanto la amaba.

—Es hora de regresar -dijo una de sus damas, Pertevniyal se levantó con ayuda de sus damas y fue directo al carruaje.

Pertevniyal no había sentido tanto dolor como cuando había perdido a Nükhet, pero aquel dolor era porque no había podido darle una vida digna a su amada, su muerte había sido la peor, y lo que más le dolía era que nunca le dijo cuanto la amaba, que nunca pudo estar a su lado y juntar sus manos cada noche o ver el amanecer juntas desde la cama, se había sentido miserable al saber la cruel forma en la murió, su corazón se hizo pedazos al saber que pudieron haber criado juntas a sus hijos.

La muerte de Jacobo fue dolorosa, pero no tanto, el había muerto en sus brazos y se habían dicho cuanto se amaban, ella tuvo el consuelo de escuchar su voz en sus últimos momentos y pudo enterrarlo dignamente, su cuerpo estaba completo y su voz fue una dulce canción al final.

—Al final, solo quedó yo -susurro— nacimos solos y moriremos solos.

—No morirás sola, tal vez solo tu mueras, pero tus hijas y yo estamos aquí contigo, para despedirte y para consolarte antes de cerrar los ojos -dijo Kaya acomodando las sábanas, los ojos de la rubia se tiñeron con tristeza, Pertevniyal se debilitó rápidamente y su cuerpo estaba a nada de colapsar.

—Kaya, tuve una buena vida, tal vez sufrí la peor infancia, tal vez mi peor adolescencia, pero el resto de mis años fui tan feliz.

—Lo fuiste realmente, ve en paz querida Pertevniyal sultan.

—Reina consorte - ambas rieron y la voz de Pertevniyal tembló ligeramente, pronto su agarre se aflojo y sus ojos dejaron su típico brillo y se dilataron, la mano que sostenía Kaya pronto dejó de agarrar la con fuerza y su cabeza se hizo para atrás soltando su último suspiro.

Pertevniyal sultan murió un veintisiete de marzo, su mellizo el sultán Akram murió el mismo día con tres horas de diferencia al final un trono maldito quedó para esperar a sus descendientes.

Un reinado de lágrimas y dolor empezaba nuevamente.

Una muerte no siempre es el final de la historia

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