Capítulo 76
La boda de una princesa en tierras extranjeras era todo un hito en el imperio otomano y más si dicha princesa llevaba sangra de Osman.
Akram había preparado una celebración de dos semanas por la boda de su sobrina, Persefone estaban feliz de haber encontrado un compañero digno de su compañía.
—Todo esta listo para la ceremonia princesa - Lilia se alejo de Persefone y admiro su hermoso vestido.
—¿Está todo listo para esta noche? - La joven asintió con emoción.
Todas en el Harén bailaban y reían como nunca, a petición de Pertevniyal y Jacobo se había enviado una gran cantidad de oro para que se distribuyera en todo el palacio y para que todos disfrutaran sin condiciones.
Persefone miro a su esposo y sonrió con alegría, el se había presentado ante ella y le había dicho que sería sería esposa a toda costa.
Esa determinación la hizo aceptar a la primera, el paşa era un cómplice decente y fiel.
—¿Estas lista para tu primera noche querida? -Persefone sonrió alegre y lo siguió por el pasadizo que había detrás del armario de sus aposentos.
Bien se habla que "Diente por diente, ojo por ojo" Es La Regla universal del Karma, toda mala acción que lleves a cabo se te regresa. A veces más temprano que tarde, pero, tarde que temprano te enfrentarás a los hechos.
En esta vida vagamos entre el infierno y el paraíso.
Pero a ojos propios de Geverhan ella había caminado toda su vida en el valle de la muerte, desdichada y olvidada entre los rincones de este Palacio fueron muy pocas las veces en que obtuvo un pedazo del Paraíso y todas ellas le fueron arrebatadas de la peor forma.
Su madre y hermanos fueron envenenados y olvidados.
Su amor arrebatado por su hermana mayor.
Su Madre fue asesinada por Akram.
Sus hijas, sus luces arrebatadas de sus brazos y criadas bajo el fantasma de Nükhet.
Nada nunca fue suyo para poseer, ni su nombre, padres, amor o libertad.
Ni siquiera su muerte fue suya para decidir.
—No es el momento para dormir Geverhan Sultan.– hablo Persephone.
Con mucha dificultad abrió los ojos, todo giraba a su alrededor y costaba mantenerse consciente. La sangre, su sangre corría con libertad por su rostro y con certeza ya sabía en qué lugares de su cuerpo tendrían moretones y fracturas. Carajo, dolía tanto respirar.
—Vete a la mierda Persephone...– Se rió.
—¿Qué es tan gracioso? – preguntó la noble Princesa – No me digas que aparte de cogerte a tú hermano también disfrutas de ser golpeada.
—No, no, no es eso querida Sobrina.– respiro hondo mientras sostiene su costado. En definitiva algo se había roto.– Lo que pasa es que este mismo nido de ratas donde me trajiste es donde yo asesine el corazón de tu Madre.– La morena se carcajeo.– ¡Fue aquí donde yo desmembre parte por parte a la zorra de tu homónimo!
La joven Princesa gruñó hacia el verdugo. El hombre de negro se acercó a la Sultana de Sangre está ni siquiera se inmutó cuando esté levanto un puño que conecto en su mandíbula, escupió sangre y saliva a su costado. Luego una mano en su cabello la obligó a enderezar, con mano dura su cuerpo se estampó contra la pared.
Si, aún podía oler la sangre de Nükhet en estos calabozos.
—Aún….– Tosió– Aún puedo escuchar sus alaridos y llantos cuando mis verdugos la golpearon y rompieron sus huesos sin piedad.
—¡Ya deja de hablar de ella!–grito con brama.
Su sonrisa cínica colgó en su rostro sin importar si dolía.
Un rodillazo llegó a su estómago y se inclinó de dolor solo para seguir con uno en su rostro y algo se rompió, su nariz específicamente mientras la sangre caía en sus labios y se entumia.
¿Morir a golpes? No le temía a eso pero, no lo deseaba no cuando ni una sola palabra pudo cruzar con sus gemelas. Siempre observándolas desde la distancia.
¿Estás satisfecho Allah? Siempre preguntándole por las noches cuál fue el pecado que cometió en su otra vida para vivir está, fue injusto, lo odiaba.
Tal vez debió quedarse con Aziz Sultan, tal vez con ella jamás habría pasado su desgracia.
Tal vez Kamanha hubiera vivido más.
—La hubieras visto Persefone.– su mirada retorcida cayó en la iracunda de su sobrina, fue casi como mirar a Nükhet y a Pertevniyal a los ojos a la vez.– Cuando sus piernas se llenaron del semen de los violadores y con la sangre del hijo de Jacobo que nunca vería la luz del día.
Escupió a los pies de su sobrina, el aire húmedo y mohoso lleno sus dolidos pulmones.
—Nükhet se lo tomó como una campeona, hablo de cuando le abrí el maldito pecho y le saque el corazón cuándo aún estaba viva. ¡Me hubiese encantado ver el rostro de tu madre cuando lo encontró, me habría regocijado en verla sufrir!
—¡Te he dicho que es suficiente Geverhan, ya cállate! – exclamó en ardiente ira– ¡Ağas!
Los hombres tomaron sus brazos evitando que se moviera cuando los presentes se tomaron su tiempo para golpear a la Sultana.
Geverhan casi podía sentir el tirón familiar de la inconsciencia acercándose rápidamente.
—Yo..– Vómito sus entrañas sobre el suelo– Yo aún puedo vengarme por ella y su estúpida madre.– rió con amargura.
No hubo tal venganza, a lo mucho rasguños pero por más que quiso más se quitó a sí misma.
Realmente era patética....
—Quiero que tomen su mano derecha. – escupió Persephone.
Con pánico en sus ojos Sermi la miró, en el rostro de su sobrina se apreciaba el descaro y también su dicha.
—Me gustaría hacerte lo mismo que le hiciste a Nükhet hatun, pero no saciaria mi hambre de venganza -negó — no, te haré sufrir de peor forma querida tía.
—¿Hay algo que peor de lo que le sucedió a la zorra favorita de tu madre? -ella soltó una risa, Persephone se inclino un poco y le susurró.
—Te haré pedir a gritos piedad, y cuando estés apunto de morir haré que te ahogues en tu llanto -le escupió el rostro y se alejo. —de cierta forma hacer que te abusen seria un castigo para los pobres guardias - Geverhan la miro mal — pero... desnudenla -los aghas se acercaron y desgarrador sus faldas, Persephone tomó la varilla que ardía en fuego y la soplo un poco.
Geverhan la miro con una sonrisa y luego soltó una carcajada siniestra, Persephone ordenó a sus guardias abrirle las piernas y tenderla en la mesa, Persephone introdujo la varilla en su vagina causando alaridos de dolor de parte de su tía.
—Es como música para mis oídos.
—Esto no es nada querida Sobrina -Persephone soltó una sonrisa traviesa y tomó la varilla más delgada, la paso por el fuego ardiente y luego la introdujo adentro de su vagina, Geverhan soltó más alaridos de dolor y se retorcio en la mesa, poco pudo hacer ya que sus manos y pies estabas atados.
—No, no es nada, esto es solo el inicio... cuentan las personas chismosas que la famosa Ana Bolena tenía miedo de morir en la hoguera -comento sacando la varilla — le temía tanto pero al final acabo decapitada, es lamentable.
—Ve al punto mocosa - Persephone sonrió.
—Gracias, así me siento más joven cada segundo -se alejo y se limpio las manos, le hizo señas a sus guardias y estos entraron con una cabina de hierro ardiente — esta es mi nueva invención, no morirás quemada pero te sofocaras por la alta temperatura - los hombres desataron a Gevherhan y a empujones la metieron a la cabina, Gevherhan bufo con cansancio.
—Esto es tan ridículo, ¿esto es lo mejor que tienes? - Persephone sonrió y les hizo señas a sus aghas.
Los hombres comenzaron a prender el fuego y a avivar las llamas, pronto la temperatura cambió terriblemente y la cabina comenzó a quemar su piel poco a poco, Geverhan sentía que su piel se derretía como la de una vela, la desesperación y la falta de aire pronto la hizo enloquecer.
—Agua... quiero Agua -susurro.
—Era ridículo ¿no? -sonrió Persephone — más fuego, que se sienta el calor en todo Estambul -dijo sacando su abanico de mano, su esposo sonrió a su lado y ordenó que llevasen más leña.
—Esto es tan satisfactorio de ver - dijo su esposo besando su mano — Envíale una carta a tu madre diciéndole quien fue la asesina de su favorita.
—Le enviaré su mano -dijo como su nada.
La temperatura subió más y los alaridos de Geverhan aumentaron, los barrotes de hierro comenzaron a quemarle más los pies y cuerpo y sintió parte de su piel caer y sus talones sangraron.
—Huele a carne -dijo Persephone — Luego de esto jamás querré comer carne de nuevo -ella y su esposo siguieron riendo.
—Agua -susurro — Quiero Agua - Persephone la miro.
—La tendrás -dijo alto — movamonos de inmediato.
Los aghas abrieron la cabina y la sacaron para luego meterla en un saco, caminaron por los pasadizos hasta llegar a la salida que daba con el muelle que conectaba el mar negro y palacio.
—Antes de tirarla quiero que corten su mano izquierda, esa en donde tiene el anillo que le dio su madre Kamanha -los aghas asintieron y sacaron la espada, abrieron el saco y el olor a quemado inundó sus fosas nasales, con sumo cuidado le dieron un golpe certero a la mano de la sultana que saco su mano de su lugar, el alarido de Geverhan se escucho más fuerte que el anterior y con una última vista cerraron el saco y ataron piedras pesadas a el.
—Querías Agua, ahí la tienes -dijo Persephone y con esfuerzo la empujó al agua.
La vida de Şermi Geverhan sultan fue un infierno desde que nació, su madre la repudio al saber que era una niña, Mahidevran era feliz porque había dado a luz a dos varones, pero ella que fue la primera en nacer de los tres fue repudiada por todos, bajo el cuidado y amor de una criada recibió todo lo que su madre le negó al nacer niña, cuando sus hermanos murieron el corazón de su madre se cerró pero la envidia por Hadarah aumento y eso la hizo ir a la cama del tirano cruel. Vaya suerte la de Geverhan, su madre prefirió morir a manos de su padre antes que conformarse por ella, pero pronto las noticias buenas para su madre llegaron.
Estaba embarazada, mientras Geverhan esperaba por su amor, otro bebé que ni siquiera había visto la luz se llevó su atención, pero un triste día la mujer oficial de su padre mató a su madre y hermano en un arranque de ira, Hadarah no recibió castigo pero ella perdió todos, a su madre, hermanos y vivió un infierno.
Fue criada bajo las manos de Aziz sultan, tal vez debió de vivir toda la vida a su lado, su madre Kamanha, su madre de crianza no estuviera muerta, tal vez no hubiera matado por envidia.
Pero el mal ya estaba echo y lo único que la consoló fue el saber que pronto se encontraría en la otra vida con su familia.
Dejando a sus hijas en un mundo cruel dejó que el agua entrará en sus pulmones y se rindió ante la muerte.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro