Capítulo 62.
Gevherhan bajo deo carruaje con la cabeza en alto, todo en aquel lugar había cambiado, lo sentía así, las nuevas criadas, nuevas flores, nuevos pasillos y nuevas decoraciones la atacaron.
Aquellos años lejos la habían hecho odiar más aquel lugar, su matrimonio fue la peor pesadilla y su felicidad nunca existió.
Rümeysa le dio una corta sonrisa, odiaba saber que esa mujer se había quedado con el puesto que pudo ser de su madre, odiaba saber que Akram estaba en el lugar de sus hermanos y odiaba saber que sus hijas no estaban con ella.
—Bienvenida Gevherhan -Fatmadil la miro mal —la llevaré a su habitación- Rümeysa le dio una corta mirada y las vio irse a paso rápido.
Al entrar al Harén fue anunciada como la hermana mayor del sultán, todas corrieron a hacerle una rápida reverencia. Ella buscó por todos lados a sus hijas, no las vio.
Dos jóvenes caminaban por el jardín, la mayor de ellas llevaba con sumo cuidado a la mejor, ambas amaban ver el atardecer juntas y comer dulces en el proceso.
—Fahriye hay que tomar asiento aquí- Turhan le inició a las criadas que pusieran el diván.
—El día estuvo hermoso, papá regresó y nadie nos ha molestado -Fahriye miro el pequeño lago frente a ella.
Esos eran los únicos momentos en los que ellas eran felices, la kalfa llegó en su búsqueda y les dio las órdenes de la valide, con mucho pesar regresaron a sus aposentos y se encerraron a leer.
Ambas podían sentir la tensión en aquellos momentos. Desde la mañana habían cuidado de que ellas no estuvieran en contacto con nadie.
Bueno, casi siempre eran alejadas de todos...
Era por su salud, repetían, todos sabían el por que, pero siempre callaban, no estaban dispuesto a soportar ver a una de ellas en condiciones tan horrorosas.
Alessandra miró con reproche a la menor, todos habían escuchado las historias, todos contaban los rumores.
¿Qué iría a hacer una princesa en aquellos lados?
La respuesta era nada.
Pero a Persephone no le interesaba lo que los demás dijeran, ella iría y causaría estragos.
Era lo normal en una princesa otomana, causar revuelo y una que otra lágrima.
Su padre le decía constantemente que era la mas hermosa de sus hijas, claro estaba que Alessandra no le tomaba mucha importancia por que se consideraba hermosa y a Cirila le importaba poco aquello.
Así que sabía que causaría gran impresión con su belleza e inteligencia.
—Soñe con tu muerte -le confesó la mayor.
—Por Dios Ale, estaré bien, recuerda que mi nombre es la que atrae a la muerte, nada me pasará, escucharas de mi pronto, todos me alabaran.
—Papá te dio muchas alas - rodó los ojos la mayor— pero solo quiero que estés bien, eres una parte de mi.
—Te prometo que me cuidaré, te escribiré cada mes, vendré a tu boda, al nacimiento de tus hijos -ambas rieron.
—Está bien, confió en ti Perse -la menor sonrió con alegría.
Pertevniyal y Jacobo se tomaron de las manos y salieron al jardín, ambos amaban pasar un tiempo solos y lejos de los demás.
Su matrimonio se reforzó con los años y con el nacimiento de sus hijos, todos se llevaban un año de diferencia y habían fortalecido su reino.
Todo era perfecto, salvo que Jacobo aveces tenía sueños con Nükhet y Pertevniyal le lloraba el día en el que se cumplía aniversario de su muerte, nunca celebraban su matrimonio, así que decidieron casarse por la Iglesia en otra fecha.
Ambos eran Reyes excepcionales, esposos devotos y padres excelentes, sus vidas habían ido mejorando.
Salvo que Pertevniyal conservaba aún sus gustos, cosa que Jacobo trataba de evitar y se las ingeniaba para tener a su esposa siempre feliz en el lecho.
Pero no todo siempre era paz ¿o Si?
—¿Sigues enfadada con la decisión de nuestra hija? -Jacobo tomó sus manos.
—Ese lugar es horrible, tu lo viviste.
—Lo se, pero ella es fuerte, sabrá que hacer.
—Claro Jacobo. -suspiro acariciando su vientre.
—Claro Jacobo- repitió el con burla—Nada te dara paz hasta que ella regrese.
—Y conociendo la no lo hará- suspiró tomado asiento.
—Exacto, mi amada esposa, ya deja eso, tu hermano la cuidará- depósito un beso en su frente— ahora vamos, tendremos invitados en la corte pronto.
—Daré a luz pronto, ¿para que quieres más personas aquí?
—Nuestros hijos deben casarse pronto, lo sabes.
—Ajá, bodas por ayuda -suspiro ella— cuando Isabel muera, nuestro hijo tomará su puesto y espero sea en algunos años y no pronto.
—Ya amor, calma te -la beso y siguieron en su caminata.
Akram observó las estrellas esa noche, Özlem se acercó por detrás tratando de obtener afecto de parte de el, el la rechazó.
Con los años ella se había vuelto la persona mas insoportable del mundo y eso a el no le gustaba.
Conforme fueron creciendo sus hijos se alejo de ellas, solo era el en las frías noches de invierno, siempre sintió que algo le faltaba, pero no había de cifrado que.
Pero su mente lo llevo hasta aquel momento donde la vio a ella. Tal vez no era lo que buscaba pero se sentía comodo a su lado.
Y vaya que era extraño, solo había pasado algunas horas junto a ella, podía jurar que su madre se reía de el puesto que estaba sonrojado y con una tonta sonrisa en el rostro.
Se sentía como un adolescente, uno muy tonto.
Şheltan vago por el harén con lentitud, podía jurar que su hermana Yildiz iba detrás de ella esperando el momento para atacarla.
Le hartaba aquella actitud de su hermana, era la persona más envidiosa e insoportable. En cambio Hadarah era la mas pacífica y Airre no se acercaba a ella.
Odiaba saber que sólo era ella y Hadarah, la madre de Yildiz buscaba la forma de hacerlas de lado y Yildiz se burlaba cada que podía, cosa que la hizo ser la favorita de su padre. Y Airre, bueno, ella era el motivo de burla de su madre y no había poder en el mundo que pudiera cambiar eso.
Sentía pena por ella y siempre trato de hacerla sentir bien consigo misma.
—Deja de seguirme -bufo la mayor.
—No lo haré, descubrire que te traes entre mano.
—Tu cabeza si sigues metiendote donde no te llaman.
—Eres insoportable.
—La insoportable eres tú Zamback, busca una vida y deja de meterte en la mía, recuerda que soy la hija favorita de nuestro padre y si deseo te puedo echar de aquí- se dio la vuelta dejando a la menor con la palabra en la boca.
Ambas se odiaban y no había nada que las detuviera.
He regresado un mes después con un nuevo capítulo.
El salseo se viene pronto.
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