capítulo 6
Cuándo terminó me jalo del cabello hacía la puerta, las kalfas que estaban ahí corrieron a taparme y a ver si aún respiraba.
—Hadarah responde—dijo Mahidevran kalfa
—Es un monstruo—susurró escupiendo sangre—sacame de aquí—sollozo.
—Ya casi—le puso un camisón y unos aghas la cargaron—la valide ordenó unos aposentos cercanos a los de ella.
—¡Rümeysa!—comenzó a susurrar.
—Hatun ve por Rümeysa, tu ve a decirle a la valide—dijo comenzando a limpiar la sangre de su rostro, minutos después Rümeysa y la Valide ingresaron preocupadas.
—Por allah, ¿Está bien?
—Si mi sultana, afortunadamente no paso a más
—Si quiere un nieto tiene que evitar que su hijo la golpee—dijo Rümeysa tomando la mano de su amiga.
—¿Y que quieres que haga? ¿que me meta a los aposentos de mi hijo y vigile que no la golpee?—gruño.
—No, una amenaza bastará para que su hijo deje de hacer esto—se quejo—si la golpee cada que ella vaya a sus aposentos no podrá tener un bebé—Murhan agha ingreso a los aposentos alarmado.
—El ha ordenado que mande una criada ahorita, para ya sabe que—murmuró el agha.
—¿Ahora que hago?—bufo la valide—no puedo arriesgar la vida de Hadarah.
—Mande a llamar al Sultanzade—sugirió el agha—deje que se quede en el palacio, con toda su família.
—Hágalo, dele dónde de más le duele—dijo la rubia— que vea que el sultanzade tiene família y el no, tal vez cuando ella regrese no le haga nada—susurró.
—¿Pero con que motivó lo haré venir? Su madre me odiaba—se quejó.
—Una reunión familiar, con su hija, el sultanzade —dijo Hadarah despertando—siento que me paso encima un carruaje.
—Casi—dijo Rümeysa.
—Mahidevran kalfa dale tres criadas y pon más seguridad, no quiero que nadie que no sea tu, Rümeysa o Murhan se acerquen a Afife—suspiró—manda esa carta ahora mismo Murhan, organiza una fiesta y Hadarah, irás de nuevo cuando todos estén aquí—dijo para luego salir.
—Mira tu cuello, tu rostro, tus brazos—dijo la rubia con pena.
—No quiero tu pena Greer, quiero venganza—la miró—vamos a darle ese nieto a la valide y muchos más, vamos a vengarnos de ese monstruo.
—Así se habla—sonrió con tristeza.
Días después.
—¿Que es todo es alboroto?—dijo Hadarah.
—El te está buscando para matarte—dijo Rümeysa—se pusieron más aghas en las puertas,todas preguntan por ti.
—No aguanto más éste encierro, necesitó aire fresco y Luz solar,no puedo más—bufo
—Saldrás de aquí pronto—la puerta se abrió dejando a ambas sorprendidas
—Hatuns, la valide a ordenado que te alistes, el sultanzade y su família estan llegando—dijo Rukiye hatun una de sus damas.
—Bien, ve por mi ropa Rabia—dijo poniéndose de pié—quiero verme hermosa—murmuró.
—Ella ha mandado unos regalos, y ha dicho que después de la cena irás con el sultán—repitió Rukiye— habrá guardias de nuevo no te preocupes.
—Pero si me golpea es difícil que pueda —murmuró
—Ella hablará con el, ten cuidado con lo que comas, o bebas—dijo la rubia comenzando a peinarla.
Medía hora después ella junto a Rümeysa se dirigieron a los aposentos de la valide sultán quién había ordenado que ella se quedará a su lado en todo momento.
Pasado algunos minutos Murhan agha alzó la voz y anunció al tan esperado y odiado Sultanzade.
—Atención su Alteza el Sultanzade Azad— este hizo su aparición con un caminar seguro y dos hermosas mujeres a su lado, Kaya sultanhamin su hermana y Akile hamin su esposa.
—Valide sultán—sonrió sin hacer reverencia cosa que causo molestia a Menekşe.—¿Y está hermosa dama?
—Ella es la favorita de su Majestad, Hadarah—dijo y la mencionada hizo reverencia mientras Aziz sultán miraba con recelo al sultanzade, no le daba buena espina su visita.
¿Que clase de problemas les traería su visita?
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