Capítulo 40.
—¿Estás segura hatun?-dijo la morena perdiendo la compostura—¡Les dije que ella debía de estar vigilada!-gritó con rabia.
—Hay algo más- dijo la doctora una vez todos los restos estuvieron en la enfermería, Shadia terminó de gritarles una vez la doctora termino de darle las malas noticias.
—Hanim, la sultana Hadarah la llama-Shadia quiso gritarle.
¿Que le diría a su sultana ahora?
—Shadia-el gran visir Hülya la interceptó en el camino.
—Paşa-dijo ella girando—estoy muy ocupada ahora.
—Su majestad ha ordenado que nadie sepa de lo sucedido, ni la sultana Hadarah.
—¿Que le diré ahora?-gruño a lo bajo.
—Le dirá que fue un mensaje de advertencia, su majestad ira a la guerra dentro de poco-Shadia asintió.
—Esta bien Paşa-el hombre hizo una corta reverencia y Shadia se alejó.
—Nadie dice nada-Rümeysa se plantó enfrente de su amiga.
—¿Nada? Alguien apareció desmenbrado por todo el palacio, ¿Y nadie sabe nada?- alzó la voz—¿Y de Pertevniyal?
—Shadia está aquí esperando-Hadarah hizo una seña con su mano. La joven hizo una reverencia y se acercó a su sultana.
—¿Que está pasando con Pertevniyal?-la joven tomo aire y comenzó a relatar su mentira.
—Un ataque, su majestad se ira pronto a la guerra y los enemigos decidieron atacar a su hija-mordió su labio viendo como no convencía a la sultana —Atacaron a Pertevniyal para distraer a su majestad, dejaron el cuerpo de Nühket Hatun por todo el palacio, la sultana llego aquí junto a su esposo y relataron lo sucedido.
—Mi niña-dijo Hadarah poniéndose de pié.
—Pertevniyal está descansando ahora, más tardé se presentará ante usted-Hadarah asintió.
—¿Que hiciste?- Kamanha se acercó a su hija la cuál repetía una y otra vez la misma palabra.
"Mi hermana debe de extrañar su corazón"
—Le envié su corazón-susurró viéndo sus manos, las llevo a su pecho y repitió lo mismo muchas veces.
Kamanha le dio una bofetada en la cara y la agarró de los hombros.
—¿Que hiciste?- Gevherhan sonrió.
—Le devolví su corazón-Kamanha negó
—¿Que has hecho mi niña?-susurró abrazandola.
—Príncipe Jacobo-dijo Shadia al verlo salir de los aposentos del sultán.
—Pertevniyal y yo regresaremos a nuestro palacio-anunció, la morena asintió y tomo aire.
—Hay algo que debe saber- Jacobo la miró esperando a que hablara—Nühket estaba en cinta.
Su rostro perdió el color y tuvo que sostenerse a la pared.
—¿No es verdad?-negó, Shadia se acercó a el y toco su hombro.
—La doctora reviso su cuerpo, ella tenía al menos tres meses de embarazo- Jacobo negó y llevo sus manos a su rostro.
—Pertevniyal también lo estaba-soltó y Shadia asintió—todo esto es una mala jugada de el destino.
—Hay alguien que odia tanto a Pertevniyal.
—Gevherhan-dijo el viendo a la morena.
—No tenemos pruebas.
—Las tendremos-soltó Jacobo y regreso junto a su esposa.
—Şekefvsa-dijo Jacobo, Pertevniyal se encogió en su lugar y sollozo.
—Quiero estar sola-toco su vientre.
—Nühket también lo estaba-señalo su vientre, Pertevniyal sollozo—encontraré al culpable.
—Por favor-susurró.
—Hay que regresar al palacio, su majestad parte en dos días y debe de usar sus aposentos- Pertevniyal negó.—por favor, estar aquí te hará mal.- Jacobo la cargo.— nos iremos por un pasadizo, estaremos mejor lejos.-Pertevniyal asintió y se dejo llevar por el.
Dos días después un sultán partía a la guerra, la capital quedaba bajo el cuidado de su gran visir y su fiel consejo.
A la semana en el palacio de la hija mayor de el sultán, el dolor consumía a una joven alma, el dolor y el sufrimiento se respiraba en el palacio de la hija de el sultán.
—Necesito ver a mi hija-dijo Hadarah haciendo un alboroto en la entrada, Jacobo miró a su esposa la cuál dormía tranquilamente.
—Dejan la entrar-alzó la voz y la sultana ingreso con el seño fruncido.
—¿Por que no me dejan verla?-alzó la voz, Jacobo suspiró y se acercó a su suegra.
—Quedo muy afectada luego de la muerte de su fiel criada, ver su cuerpo hecho pedazos la destruyo, su majestad ordenó que ella descansará y que nadie la molestará, incluso usted.
—Solo estoy preocupada- se alejo de el y se acercó a su hija. Acarició su mejilla y beso su frente —La amas, eso se nota y se que cuidarás de ella.
—Con mi vida.
Başira corrió por todo el palacio gritando el nombre de su madre, algunos aghas se quitaron al ver la melena rubia correr por los pasillos.
Hadarah salió de los aposentos de Pertevniyal y miró a su hija, ésta agitaba una carta y de sus ojos lágrimas secas se notaban.
—¿Que pasa Başira-la joven tomo aire y pasos se escucharon, el gran visir y Shadia venían pisandole los talones a la menor.
—Madre-susurró y le tendió la carta.
Hadarah la tomo con duda y comenzó a leerla, una pequeña emoción creció dentro de ella pero antes de sonreír miró con fingida tristeza a su hija, Başira amaba a su padre, a pesar de que este jamás la miró.
—Lo siento mucho sultana-todos hicieron una reverencia.
—Envíen a alguien de confianza a Manisa, den la orden de regresar al Palacio-limpió las lágrimas de su hija—No digan nada hasta que Akram éste aquí.
Todos asintieron y se retiraron de inmediato, Shadia esperó a que Hadarah se retirará y se acercó a tocar la puerta con lentitud.
—Hanim-dijo Jacobo.
—¿Como sigue?-fue directo al grano, Jacobo se hizo a un lado y la dejo entrar.
—Aún se despierta llorando, gritando su nombre-suspiró—es muy reciente aún, el sultán nos ayudará a buscar al culpable.
—Dudo que los ayude-Jacobo fruncio su seño—la caravana fue atacada, el murió cuándo intentaron sacarlo de el lugar, una flecha envenada acabó con el-Jacobo apretó sus labios.
—¿Ya lo saben todos?
—La sultana ha dado órdenes de que traigan primero a su hijo, tiene que tomar el trono antes de volver a la guerra.
En tan poco tiempo una plaga de muerte y dolor se extendió por todo Estambul... o quizás todo el mundo.
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