Capítulo 39.
Pertevniyal sintió un fuerte dolor en su pecho, las criadas estaban terminando de arreglarla para su "primera" noche con su esposo, sintió la bilis subir por su garganta y antes de que lo expulsara lo trago.
No podía arruinar esa noche.
Una vez las criadas la dejaron sola se acercó al balcón de sus nuevos aposentos en su palacio y observo las estrellas, el cielo esa noche lucia triste y por algún motivo, ella también.
Sintió las manos de su esposo rodear su cintura y los labios de el besar su cuello.
—¿Que te atormenta amada mía?-Pertevniyal giró su rostro para verlo.
—Nühket-soltó con tristeza y Jacobo beso su nariz.
—Mañana la tendrás a tu lado, no te preocupes- Pertevniyal lo miró y asintió.
—¿Seguro?-Jacobo asintió y beso sus labios.
—Seguro, te he notado distante éstos días, ¿pasa algo mas?- Pertevniyal mordió su labio y negó.
Jacobo hizo que la joven enredara sus piernas al rededor de su cuerpo y la llevo hasta la cama para que ambos se hicieran uno mismo esa noche.
La puerta fue tocada con fuerza, Pertevniyal despertó cuándo el cuerpo de su esposo abandonó la cama y lo vio dirigirse a la puerta.
A comodo la sabana en su cuerpo y busco su camisón para ponérselo, Jacobo regresó con una caja de de madera en manos y una carta, Pertevniyal lo miró extrañado y el le tendió ambas cosas.
—La dejaron en la entrada del palacio-Pertevniyal asintió y abrió la carta, su rostro palidecio una vez leyó lo que la carta decía y sus manos comenzaron a temblar, Jacobo se acercó a ella y la sarandeo un poco.
—¿Que pasa Pertevniyal?-dijo preocupado.
La sultana lo ignoró y tomo la caja entre sus manos, la abrió con lentitud y un grito de horror abandonó su garganta, las lágrimas no tardaron en salir y los sollozos fueron cada vez más fuertes.
Jacobo preocupado le arrebató la carta y sintió su corazón dejar de latir al leer lo que había en ella, miró la caja y sintió la bilis subir por su garganta, miró a su esposa quién gritaba sin consuelo alguno.
"El corazón de tu amada debía de regresar a ti"
Pertevniyal saco el collar que días antes le había obsequiado a su amada y lo presionó contra su pecho.
Le dolía como el infierno, sintió su alma salir de ella por una eternidad y su corazón dejo de latir al ver el de ella en aquella caja.
¿Quién pudo haberle hecho eso a su amada?-pensó mientras sus lágrimas seguían saliendo sin parar.
—Pertevniyal...-susurró la voz de Jacobo, esta sonaba triste y estaba quebrada.
—¿Por que?-gritó.
—Tal vez es una broma de mal gusto- dijo el y Pertevniyal negó.
Soltó otro grito de dolor y se rasguño el brazo, Jacobo la abrazo y la joven siguió gritando contra su pecho.
—¡Pertevniyal!-Jacobo la llamo, sangre salía de entre su camisón.
—¡No!-grito—¡No puede ser! ¡No! ¡No!-gritó viéndo la sangre en su mano—¡No! Por favor-sollozo mas alto.
Jacobo la miró comprendiendo todo, ese día no solo había perdido al amor de su vida, sino que también a su bebé.
Ese el cuál el no sabía que existía.
Pertevniyal se aparto de el de forma brusca y tomo la caja que contenía el corazón de su amada, salió de sus aposentos a pesar de lo gritos de su esposo, tomo un caballo a pesar de el dolor que sentía en su vientre, y lo hecho a andar ante la mirada curiosa de todos.
—Hanim, no la encontramos- Kaya Hatun se veía preocupada, tomo su velo y se encaminó hacia el jardín seguida de Kaya y sus criadas.
—Quiero que busquen en cada rincón de el palacio-ordenó yendo al jardín.
Un grupo de Aghas miraba cerca de la fuente con rostros de terror,Shadia se acercó para ordenarles que buscarán a la amada de su amiga pero su atención se desvió al charco de sangre.
El torso abierto a la mitad y sin extremidades y cabeza estaba cerca de la fuente, gritos se escucharon a sus espaldas y pudo jurar que adentro en el harén gritaron igual.
Los galopes de un caballo se escucharon en la entrada principal, seguido de gritos de parte de un hombre.
Pertevniyal deseando del caballo sin inmutarse de los guardias quiénes trataron de detenerla, aceleró su paso al sentir a Jacobo detrás suyo.
Sin importarle los gritos de horror en el harén o los llamados de la kalfa, Pertevniyal fue directo a los aposentos de Nühket con la esperanza de encontrarla leyendo o bordando.
Pero no fue así, su corazón dolió al ver en medió de su cama su cabeza, otro grito salió de su garganta y los brazos de Jacobo evitaron que cayera de rodillas.
—No puedes hacerte esto, Pertevniyal-le llamo y ella lo golpeó para librarse de sus brazos.
Solo una persona era capaz de hacer tal acto de crueldad, su sangre ardió al recordar aquél día, lo recordaba como si fuera ayer.
Tomo una daga que estaba en el tocador de su amada y se encaminó a los aposentos del posible asesino.
Nada la detendría, ni los gritos de esposo o los llamados de Shadia quién se acabó quitando del caminó al ver la sangre en sus manos y piernas.
Al llegar los guardias trataron de evitar que entrará al ver su aspecto, pero por órdenes de Shadia y Jacobo se apartaron.
El sultán estaba en su escritorio leyendo unos documentos y al ver a su hija con un aspecto digno de terror se alertó.
—¿Pertevniyal?-dijo con duda.
—¡Tú!-lo señaló con la daga—¡La mataste! ¡Asesino!-se acercó más a el y Jacobo entró luego de segundos.
—Baja eso Pertevniyal-grito su esposo.
—¿Que es lo que está pasando?-dijo Abdullah—Hija.
—¡No soy su hija!-gritó y soltó un sollozo—la mataste, querías hacerme daño, asesinó-gritó y soltó la daga, su cuerpo cayó sobre sus rodillas y sus manos taparon su rostro las no sus gritos.
—¿De que hablas?- su padre se acercó a ella y pateo la daga, Jacobo suspiró.
—Tú fuiste-susurró con la voz rota—¿Que te hice yo? ¿por que?
Jacobo la abrazó bajo la atenta mirada de el sultán, quién lucia confundido.
—Pertevniyal, ¿Que hice?- su voz sonó dolida pero su rostro estaba sin una mueca.
—Me quitaste a lo único bueno que tenía en este inmundo lugar, la mataste, te odio-grita.
—Jacobo-le llamo y este miró a su esposa entre sus brazos.
—Nühket hatun-dijo el príncipe—Nühket hatun era la favorita de la sultana, la amaba-soltó con tristeza—y usted la mato.
—No sabía que mi adorada hija tenía esos gustos-soltó hiriente—pero no por eso la iba a matar.
—Enviaste su corazón a mi palacio, su cabeza estaba en sus aposentos sobre su cama-dijo ella alzando la vista, sus ojos estaban rojos al igual que su nariz.
—Repito, no sabía nada, no sabía que tenías una favorita o que tus gustos eran tan peculiares-miró a Jacobo—o que el lo consentia.
—¿Entonces quién fue?- susurró viéndo su vientre—¡quién le hizo esto!- volvió a gritar y se quejo de el dolor.
—Recuestala en la cama, me encargaré de buscar al asesinó yo mismo.-dijo el sultán y Pertevniyal soltó a reír.
—¿Por que me ayudarias tu?
—Porque cometí un error hace años- murmuró y salió de ahí para arreglar el caos en el palacio.
Pensé que iba a tardar mas pero logre terminar varios capítulos.
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