Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

capítulo 32

—Shadia—susurró Pertevniyal tomando la mano de su amiga—mañana partire a Manisa a ver a Akram.

—Y por lo visto, yo no iré —sonrió

—Exacto —sonrió de la misma forma y tomo aire.

—¿Pasa algo? Tiendes a jalar de las mangas de tu vestido cuándo estás nerviosa—dijo la morena.

—He hecho algo prohibido. Me enamoré—susurró 

—Enamorarte no es algo malo, ni debe de ser prohibido.

—Lo es si te enamoras de una mujer —soltó de golpe y Shadia le sonrió.

—Eso es lo que te aquejaba, no te sientas mal, te enamoraste y eso no es malo, ¿y que importa si es una mujer?—tomo su mano—prohibido está, ¿pero quién va a decirle a tu madre o al sultán?

—Gracias —le sonrió

—No, sólo cuídate mucho—la abrazo —y se que ese viaje es para pasar con Persephone. Pero recuerda que este año si viene el príncipe.

—Lo se, tengo miedo de decirle.

—será peor si no lo haces, ahora ve a dormir—le sonrió.






Al siguiente día Pertevniyal se despedía de Shadia quién con una sonrisa cómplice miraba a Persephone, al estar ambas solas en el carruaje pudieron tomar sus manos y darse carisias sin que nadie las viera.

—Bien, dile que puede venir—murmuró Abdullah viéndo unos papeles— ¿Algo más?

—No sólo eso—suspiró ella dispuesta a irse pero el tomo su mano.

—No creas que he olvidado que me golpeaste, vas a pagar eso—dijo serio

—Ya lo he pagado lo suficiente—dijo soltandose y saliendo de ahí.














Tras pasar un día completo de caminó a Manisa lograron divisar el enorme palacio, Persephone miraba todo con asombro y con náuseas pues el viaje la había mareado, mientras que Pertevniyal sonreía con ternura.



—Hermano—sonrió ella haciendo una reverencia y lanzándose a sus brazos

—Me sorprendió mucho que vinieras y más sola—dijo el besando su mano.

—Eres mi mellizo, ¿acaso no puedo venir? Tengo que ver que víbora está en tu lecho—sonrió entrando al palacio.

—Te conozco querida hermana—dijo el riendo—pero me dirás cuándo estemos a solas, ahora ven he preparado un banquete.

—¿Codorniz?

—Si señora —ella comenzó a reír.












Tras pasar la cena Pertevniyal fue a sus aposentos temporarios y ordenó a sus criadas salir, con una mano detuvo a Persephone que iba a salir igual y con la otra puso seguro a su puerta.

—No puedo esperar más —susurró besandola.

—¿Esperar que?—Pertevniyal sonrió y acarició su mejilla, luego bajo sus besos a su cuello y con sus manos comenzó a quitar su vestido.

—Para que seas mía pequeña Nühket—ella soltó un jadeo y sintió su vestidor caer.

Pertevniyal la llevo hasta la cama y la recosto con cuidado, se posicionó encima de ella y admiro sus pechos.

—Eres hermosa—sonrió la ojiazul.

—Tú también —ella sonrió y soltó un gemido—¿Que haces?

—Te hago mía querida.

Los gemidos al igual que la noche fueron eternos, dos amantes tratando de olvidar que su amor era prohibido, dos personas que lo único que querían era estar juntas y amarse sin ningún impedimento. Pero no todo era posible.










Semanas después el palacio se preparaba para la llegada de Jacobo, Hadarah estaba muy contenta con la llegada del pequeño hermano de su amiga, a como el protocolo indicaba el  joven pasaría directo a ver al sultán y y a su esposa.

Hadarah miró a Abdullah y luego vio la puerta, por ella entró un joven muy guapo a los ojos de la sultana e hizo una profunda reverencia y luego le dedicó una sonrisa a Hadarah.

—Espero haya sido recibido de la mejor manera—dijo el sultán tratando de sonar amable.

—No tengo quejas, es un gusto por fin estar aquí —dijo en un perfecto turco, Hadarah sonrió al escucharlo.

—El gusto es nuestro—dijo ella —se ha preparado un banquete en su honor, lamentablemente nuestra hija ha ido de visita dónde su mellizo.

—Ya habrá tiempo para conocerla—dijo el.

—Ahora puede ir a descansar nos vemos en el almuerzo—dijo Hadarah y ambos hombres asintieron, esperaron a que Jacobo saliera y Hadarah miró a Abdullah—¿Nos acompañaras?

—No lo se—murmuró y ella asintió para luego salir.



—Jacobo —Hadarah lo siguió —¿Como está ella?

—Inglaterra pide su cabeza, su pequeño hijo tiene pocas posibilidades de vivir—Hadarah suspiró.

—Cuánto has crecido—dijo ella.

—Usted cambio mucho, recuerdo cuándo María las hacía correr para que la buscarán —ella sonrió

—Ve a descansar, mandaré una carta a Manisa para que ella regrese—el asintió y la dejo sola.



















En Instagram estaré subiendo edits sobre está historia.


Al fin llegó Jacobo uwu.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro