capítulo 26.
Hadarah se despertó al escuchar los gritos de Pertevniyal, de fondo se escucho el llanto de una de las trillizas, miró a Rümeysa quién corrió a cargar a Başira.
—¿Que pasa mi pequeña?—dijo Hadarah abrazando a Şekefsa.
—Nada—negó tratando de alejarla.
—¿Dónde está tu Daye?—dijo acunando su rostro en sus manos—Pertevniyal, ¿Que ha pasado? Dime, no te diré nada.
—Ella fue despedida y enviada lejos—mintió. Hadarah la miró no muy convencida.
—Vamos,dormirás conmigo—la cargó y la pequeña se acomodo en sus brazos.
Pertevniyal tuvo esas pesadillas por cinco años, cinco años en los que Hadarah se preguntaba que era lo que le habían hecho a su pequeña.
Las cartas con la reina María aumentaron, pronto el casamiento entre la primogénita de Hadarah y el hermano menor de de la reina de Escocia se llevaría acabó.
Pero no todo quedaba ahí la valide había enviado a dos jóvenes, las cuáles habían dado a luz a unas hermosas niñas de nombres Ipek, Sila, Neylan su madre se llamo Aynişah y Eylem, Nuray, Damla y Sarila, su madre fue Hande, ambas mujeres murieron de peste o eso se creía.
Desde hace meses la valide se ha encerrado en sus aposentos y no salía de ahí, se creía que estaba muriendo y otros decían que tenía algo contagioso.
—Iré a ver que es lo que tiene la valide—Miró a Rümeysa—Lleva a las trillizas a sus clases, Akram irá con el visir Ahmed a ver a los jenizaros.—anunció y salió de ahí.
Antes de llegar al Harén un gritó se escucho, las muertes en el Palacio no se habían detenido, Abdullah no se conformaba con pasar la noche con una concubina, pedía hasta cinco por día y todos amanecían de la misma forma, muertas.
Paso por el harén e ignoró los gritos de las hatuns, fue directo al área de los aposentos de la valide, las criadas de la puerta le dijeron que no podía pasar.
—Escuchenme bien, si no quieren acabar como las hatuns que estan colgadas en el harén me dejarán pasar—dijo ya harta de su actitud,siempre era lo mismo, siempre le negaban la entrada.
—Pertevniyal, ¿Cuándo me dirás que es lo que te atormenta?—dijo Shadia dejando de lado su libro.
—Es complicado —suspiró negando.
—Si me dices tal vez te quites ese peso de encima, Şekefsa ¿Que paso aquél día? Desde ese momento te veo distinta, ya no sonríes, ya no eres aquélla dulce niña—tomó su mano.
—No lo soy, me destrozaron de la peor forma, la persona que se supone me debía dar su cariño y amor me enseñó a que eso no existe, me hizo pedazos—susurró
—Pertevniyal —la abrazo—dime y libera ese dolor, sólo tienes diez años, no debes de cargar con tanto.
—Ese día iba a visitar a mi abuela en el jardín —quitó con odio una lágrima de su rostro—el, mi padre, o mejor dicho el sultán estaba ahí en el pasillo, yo choque con el, se enfureció y me gritó y golpeó y violó a mi Daye—tomó aire—la mató frente a mis ojos Shadia.
—Por Allah,que cruel.
—Desde entonces tengo prohibido verlo, pero Gevherhan si puede—dijo con odio—la valide la ha llevado.
—Pero el la saca de sus aposentos, el odio no sólo es contigo—la abrazó— nos tienes a tu madre y a mi, no estás sola.
—Me tendré que casar con alguien que no amo y ni conozco—murmuró
—Es mejor que estar bajo la sombra de tu hermano—le recordó
— Tienes razón
—¿Valide?—dijo Hadarah apartando la cortina que cubría la cama de la valide, se sorprendió al verla palida y con unas ojeras enormes.
—Hadarah, querida—trato de sonreír.
—¿Que tiene?—se sentó a su lado—¿va a estar bien?
—No mi querida Afife—suspiró —ya ha llegado mi fin en este lugar —tomó su mano
—No diga eso—sus ojos se pusieron llorosos y apretó la mano de la valide—todavía no puede, ¿como seguiré sin usted?
—Claro que puedes sin mi, serás grande Hadarah tu y tus hijos—le sonrió— mi enfermedad no tiene cura y me temo que ya pronto me voy, pero ha llegado el momento de contarte todo—Hadarah la miró extrañada.
—¿Que verdad?
—La verdad del por que mi hijo es así, me temo que esto no te va a gustar—susurró y Hadarah se acercó más a ella. —Había una hatun, era la más hermosa que había, me recuerdas a ella—le sonrió.—Nürhmaz Hatun era su nombre. El estaba enamorado de ella, perdidamente, y a como dictaba la ley ella no podía ser suya por que era parte del harén de su padre, pero el no la quería perder, así que le pidió su permiso para llevarla con el. Y el sultán quiso verla, y quedo perdido entre su belleza, Abdullah fue citado por Ömer y el entusiasmado corrió hacía los aposentos de su padre—tomó aire—Ömer estaba en la cama con ella, Abdullah vino a contarme todo y yo enfureci, yo era la única y esa jovencita vino a torcer mi suerte y el corazón de mi hijo. Abdullah la persiguió día y noche y esta segada por el poder que le ofrecía Ömer ignoró a mi hijo y siguió viéndose con el sultán hasta que quedo embarazada .
Hadarah la miró tratando de procesar todo—cuándo Abdullah se enteró enloqueció y forzó a Nürhmaz a tener relaciones con el y en el proceso el perdió la cabeza y la ahorcó con sus propias manos, Ömer se enteró de que su amada había muerto y mentimos con respecto a eso, dijimos que su otra favorita Leyla la había asesinado con todo y su hijo en vientre.
Hadarah la miró anonadada, la valide le sonrió por última vez y luego cerro sus ojos para siempre, Hadarah limpió una lágrima que robada por su mejilla y salió a buscar a la kalfa.
¿no he tardado o si?
Malévolo cucarachon tenía corazón que cosas ¿no?
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